sábado, 31 de marzo de 2012

La personalidad de Jesús en litigio


El gentío que se reúne en Jerusalén para celebrar la fiesta de la Pascua, echa de menos a Jesús, pero hay diversidad acerca de su personalidad entre la gente y la clase dirigente. La gente sencilla admira la inaudita sabiduría del mesías, y el cuerpo dirigente argumenta en contra, no sin altisonancias, del modo más superficial, negando la categoría divina de Cristo. Importa mucho destacar cómo la gente percibe espontánea la presencia de lo divino de natural manera, mientras a los presuntos sabios religiosos les confunde su propia sabiduría, que es una aproximación al saber objetivo, libresco, donde el corazón se inhibe y la razón naufraga. El presunto saber de lo divino, sin amor, no deja de ser letra muerta, tamo de espiga que lleva el viento.

Reflexión: El uniforme escolar

En aquella época ya remota de nuestros pecados, cuando se tachaba de elitista la enseñanza de los colegios privados, la crítica no se detenía ni en el uso de llevar uniforme el alumnado. También el uniforme era un signo distintivo, propio de ese elitismo perverso. Han cambiado las tornas. Cierta prensa que gustaba de tales prejuicios se ha ido al garete. Los centros privados han dejado de ser elitistas y el uso del uniforme se ha generalizado tan ricamente, por más conveniente y llevadero, en toda clase de centros. ¡Qué cosas!


Rincón poético

CONVERSIÓN

Soneto

Supón que ya no estás, que ya te has ido
entre dedos de tierra acristalada
que dejan ver a Dios. Supón que nada
has hecho que esté bien y te ha dolido

ver tus manos vacías, como un nido
viejo bajo el alero abandonado.
Supón que a Dios lo tienes ya a tu lado
y te mira severo y ofendido.

Sólo te queda optar, si eres consciente,
por restaurar tu noble jerarquía
de ser hijo de Dios, tu firme roca.

Vuelve sobre ti mismo prontamente,
ahora que tienes tiempo todavía
de poner orden en tu vida loca.

(De Invitación al gozo)

viernes, 30 de marzo de 2012

Hijo de Dios

A cuantos le acusan de blasfemo, Jesús replica que no es blasfemia decirse Hijo de Dios, ya que la misma Escritura llama dioses a quienes aceptan la divina palabra. ¿Blasfema la Escritura entonces? Y si Dios le envió y consagró para proclamar la salvación, ¿es blasfemia declararlo?
No me atribuyáis los prodigios que hago si os contraría, les dice, pero entonces, no os queda más remedio que atribuírselos al Padre, a Dios, en cuyo caso, no hay más escapatoria que creer que el Padre está en mí y yo en él. Y una vez más tiene que huir, porque quieren prenderlo. Viene a rescatar a los suyos y deciden matarlo.
También hoy son muchos los que persiguen con ahínco la presencia de Jesús en el mundo. Jesús molesta y molestan los que creen en él. Molesta la Iglesia, molesta su voz, que es eco de la suya. Hagamos presente a Cristo allá donde estemos y sembremos su palabra, viviéndola primero resueltamente.

Reflexión: La primavera ha venido

Oficialmente, la primavera ya ha llegado, una primavera indecisa aún que no acaba de hacerse cargo de su delicioso papel, un tanto falta de seriedad. Está y no está. Tengo para mí que, en general, las estaciones del año tienden a estancarse en aquello que no son, víctimas de su indecisión endémica, y así, ellas mismas, como los profesores de nuestros días, acaban por perder la autoridad que siempre merecieron. En realidad, se le tiene ya a muy pocas cosas y no ganamos nada con ello. Una cosa es el servilismo del amor cortés y otro la mala educación. Y todo, porque la primavera no acaba de ser ella misma.


Rincón poético

EL LENGUAJE

Gracias a Dios, que puso en nuestros labios
el entrañable don de las palabras.
Las palabras nos viven, nos alientan,
nos golpean la sangre y, desveladas,
nos suministran sueños, pesadillas,
lamentos y plegarias.
Con palabras pensamos, nos reímos,
disentimos, amamos. Desaladas,
acuden de una en una
a interesarse por nuestras demandas.
Cauce reseco el corazón del hombre
sería si de pronto se apagara
la claridad del surtidor que alumbran
como grito de luz cada mañana.
El hombre no sería si tuviera
cerrados labios, puertas y ventanas.
Son nuestra biografía en la memoria,
nuestro ahora fugaz, liebre espantada,
nuestro horizonte, hacia el amanecer
sin fin de la esperanza.
Y a la sombra de todo,
del olvido nos salvan,
más allá de la vida,
en el mármol ya muerto de una lápida.

(De Invitación al gozo)

jueves, 29 de marzo de 2012

La palabra eterniza a quien cree

Jesús viene diciendo que la palabra de Dios no muere nunca, y que quien se identifica con ella, queda eternizado también, embebido por su gracia. El era esa palabra encarnada, atestiguada por el Padre con signos prodigiosos, ante unos ojos cegados por el fanatismo, que no percibían más que la apariencia humana de Jesús, su humanidad palpable.
Y como tampoco entendían el lenguaje de Jesús, se escandalizaban de sus palabras: ¿Alguien puede ser más que Abrahán?- alegan. Pues sí. Abrahán oía la palabra de Dios. Jesús era la palara ahora encarnada que existía en la mente del Padre antes que Abrahán.
Contrariados, intentan apedrearlo, bien que la palabra de Dios no se combate con piedras. Muy al contrario; sus enemigos pasan, y la palabra de Jesús sigue sonando vibrante, de corazón en corazón, a lo largo del tiempo.
Esa es nuestra fuerza. Saber que Dios permanece en quienes permanecen en él. Viviendo su palabra, se vive por siempre.

Reflexión: El breviario

Sacerdotes, religiosos y cristianos especialmente devotos, rezan el Oficio divino en un tipo de libro denso, concebido a este objeto, llamado breviario. El Oficio es el rezo oficial de la Iglesia, compuesto a base de lecturas y salmos de la Escritura, conjugados con reseñas biográficas, himnos y antífonas, que dan sentido a la vivencia de los momentos sucesivos del año litúrgico. En el breviario se ordena lo que hay que rezar y leer, en letra negra, con la ritualidad que da forma al conjunto, en letra roja. A fin de reducir su tamaño, se viene imprimiendo en papal cebolla, o biblia, muy fino.
El breviario actual hizo manejable lo que en tiempos eran libros de grandes proporciones comunes, que ocupaban el facistol, en el centro del coro, en monasterios y catedrales. La Orden franciscana, al igual que otras órdenes, tuvo su breviario particular, con el complemento de un martirologio propio, que el Concilio unificó.


Rincón poético

NUBLADO

La tierra se alza oscura
bajo un cielo de sombras.
Espeso nace el día
con sus dos alas rotas.

La claridad pasea

por el suburbio sola,
hollándole al otoño
la estera de sus hojas.

Un cielo ocre despliega

tan humilde su umbráculo,
que achica su estatura
el mundo avergonzado.

De prisa, hacia el trabajo
dormida va la gente,

No hay tiemnpo que perder
en un día corriente.

¡Con qué alocada urgencia
van de aquí para allá,
como si no tuvieran
un sitio en la ciudad!

Las prisas son el pulso
de la ciudad entera,
un río apresurado,
sin ganas, que va a ciegas.

Los pasos del cansancio
friegan la acera inciertos.
¡Qué pesada la vida
cuando es pesado el cuerpo!

La tahona esta abierta,
el estanco está abierto
y hay un taxi encallado
junto a la acera, muerto.

Es una nave rota
que no ha llegado a puerto
y el corazón del hombre
navega en un desierto.

Se asoma el campo apenas
al mundo ciudadano.
Gaviotas extienden
su nieve en los tejados.

Gorriones picotean
la arena de un alcorque.
¡Qué lejos la ciudad
del viñedo y el bosque!

(De Invitación al gozo)

miércoles, 28 de marzo de 2012

La verdad os hará libres

Si importa tanto seguir a Jesús, es porque su verdad nos hará libres.
En los diálogos de Jesús con la gente, en san Juan, aparecen siempre dos lenguajes en pugna, el lenguaje corriente de la calle que habla la gente, carente de toda elevación, y el lenguaje simbólico y trascendente de Jesús, lleno de sentido. Y en esa confrontación de puntos de vista sobre una misma cosa, no es fácil armonizar pareceres. Para unos significa una cosa, para él, otra diferente.
Jesús habla de la libertad del espíritu, lejos de la tiranía de la injusticia y el pecado, y sus oyentes piensan en la libertad que resulta de no estar uno sujeto al yugo de la esclavitud. Su libertad está fundada en el amor a Dios, frente a la frialdad del amor propio y los vicios que hacen esclavos; porque, sin amor, carecemos de su fuerza para librarnos de la esclavitud de las pasiones.
Están, pues, los que aman y los que se aman. A unos el amor les hace generosos y pone al servicio del hombre, a la manera de Jesús, y Dios los reconoce como suyos; otros se aman a sí mismos y anteponen sus prejuicios ciegos y sus propios criterios, cómplices de su propia opresión.


Reflexión: El ruido y la naturaleza

Las sucesivas adquisiciones del conocimiento humano llegan a sorprender a los más avisados. Se sabía que la contaminación acústica producida por el hombre, infería daños cuantiosos en la naturaleza y de modo muy especial los petardos y el tráfico cambiaban las pautas de conducta de los seres naturales. Ahora se ha sabido que la estridencia de nuestros ruidos afecta al pino piñonero, de modo que los aspersores de semilla de sus compactas piñas, al abrirse, lanzan los piñones a zonas donde el ruido afecte menos, como contramedida que orille el impacto dañino de nuestra indiferencia hacia ese entorno del que dependemos y que descuidamos. La naturaleza toma oportunas medidas protectoras de su pervivencia y se rebela contra el hombre.


Rincón poético

SOÑANDO TODAVÍA

De niño soñé un tambor,
ya joven soñé una rosa
y luego seguí soñando
caricias y mariposas.
Si los sueños sueños son
y a menudo no reposa
quien sueña, más de una noche,
pesadillas horrorosas,
hoy sueño vivir, que es tarde
para soñar tantas cosas.
Al igual que un brujo, el sueño
los mitos de siempre innova.
Cabalgas sobre la luna,
vuelas como una milocha,
llenas el cielo de peces
con un pincel y una brocha,
sueñas, en fin, que no vives
la vida de las personas.
Hoy quiero vivir, que es tarde
para soñar tantas cosas.

(De Invitación al gozo)

martes, 27 de marzo de 2012

Jesús, heraldo de la verdad


Jesús es el heraldo de la verdad. Viene de Dios, por eso dice que quien le envía es veraz y que él se limita a decir y enseñar lo que Dios, mediate el Espíritu divino, le hace saber. Y como, una vez más, el lenguaje de Jesús no llega a ser comprendido por quienes le oyen, les cita para el momento en que sea crucificado: Cuando yo sea alzado, dice, comprenderéis que soy el enviado de Dios.
Uno se puede preguntar cómo Jesús soporta sin pestañear esta irritante oposición, día tras día, sobre todo desde que aparece en Jerusalén. Sólo que Jesús tiene un respaldo que le hace invulnerable al rechazo y amenazas de quienes no le reconocen, el apoyo de Dios: El que me envió está conmigo; no me ha dejado solo.
De igual manera, saber que Dios nos acompaña siempre, es la fortaleza de quienes, en su nombre, lo dan todo sin reservas. Sin mí nada podréis hacer, decía Jesús. Con él, todo es posible.


Reflexión: Los semáforos

Las estrellas ciudadanas de la noche son los semáforos, con sus luces verdes y rojas para prohibir o dar paso, con otras intermitentes de color ámbar que aconsejan prevención. Son como ojos brillantes que no ven, sino para ser vistos e interpretados desde el estrecho sumiso código de su lenguaje. Es una manera cronometrada de ordenar el tráfico y asegurar los pasos del viandante, lo que no impide que sean esos cruces acebrados de las calles los que más víctimas causan entre la población provecta, por la indisciplina de prisas incontenibles de unos y los descuidos de otros.
Una canción de letra desafortunada hablaba hace tiempo de una estrella que había caído en no sé qué jardín. Los semáforos son las estrellas domesticas de la ciudad y deseamos vivamente que no caigan en parte alguna, ni siquiera en los charcos cuando llueve.

Rincón poético

EL DESASOSIEGO DE LA NOCHE

Despeinada va la noche
con su cabellera oscura.
Busca una estrella tan alta,
que ha doblado su estatura.

La noche es como un sereno
que va de aquí para allá.
Le hiere como un erizo
con su amarilla claridad

hasta el farol de la esquina
en los ojos somnolientos.
Sentada en un banco está
a recobrar el aliento.

Por más que descanse el mundo,
la noche nunca descansa.
Sabe cómo el alba blande
su esplendor como una lanza.

Y al presentir que se asoma
la mañana al horizonte,
huye como piedra hondera
por las laderas del monte.

Duerme el gallo todavía,
duerme el zorro, duerme el hombre.
Pero la aurora está cerca;
no puede dormir la noche.

( De Invitación al gozo)

lunes, 26 de marzo de 2012

La Anunciación

Bendita tú entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, le dice el ángel a María en esa especie de enunciado general que es el saludo angélico. Bendita tú porque has creído, le dice a María su prima santa Isabel. Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te amamantaron, exclama una voz anónima desde el medio del gentío y que por anónima representa la voz de toda la Iglesia.
Bendecir a María es la manera más antigua y llana de dirigirse la gente a ella: Bendita me dirán todas las generaciones, había profetizado la misma María, como quien se anticipa a todos, en el himno que nos ha transmitido san Lucas.
La palabra que es Jesús, se humanizó en su carne. Es explicable que luego ella también escuchase la Palabra de Dios con fe profunda y la cumpliese diciendo sí una y otra vez, con su misma vida, al designio salvador del Padre. Por eso la bendice el ángel, por eso la bendice su prima santa Isabel, por eso la bendice esa mujer anónima del evangelio. Y por eso la bendecimos todos.
Bendigamos a Dios que nos dio a María y bendigamos a María que nos dio a Dios hecho uno de nosotros.


Reflexión: Un delfín muerto

Entre tantas noticias nefastas que muestran a menudo la insensibilidad de actitudes fanáticas de efecto letal, pongo por ejemplo, se cuela de pronto un dato alentador que habla alto de la correcta sensibilidad del hombre corriente bien educado. Un delfín aparece varado en la arena de una playa de Castellón. La persona que advierte tal adversidad, lo comunica al instante al Cuerpo de Seguridad local y la noticia salta a la prensa, dado el interés y el impacto que producirá en la gente la muerte deplorable de ese cetáceo amigo del hombre, al que todos hubiéramos deseado mejor suerte. Dámaso Alonso destacaba del delfín la suave curva de su salto elegante como enjabonado, o algo así decía él.


Rincón poético

LA ANCIANA EN LA SILLA

La anciana está sola y llora

con ella su soledad.
De niña tenía un aro
y una cuerda de saltar.
Dice a veces que no tiene
sentido seguir viviendo.
No adivina cómo sufre
la hija que lo está oyendo.
Y todo es igual que entonces,
la noche, el atardecer,
los ganados, el domingo,
las espigas y el laurel.
Sólo que el agua del río
que se fue, no volverá.
La anciana esta muy cansada
de vivirlo y esperar.

(De Invitación al gozo)

domingo, 25 de marzo de 2012

El trigo que da vida muriendo


Jesús anuncia que ha llegado ya la hora en que manifestará ante todos su gloria, que es la misma del Padre, y que significa aquí el nuevo templo, lugar de universal convocatoria, donde campeen el amor y la vida. Esa universalidad misionera se producirá, dándose Jesús por todos como precio de salvación, al modo como de una semilla que se descompone en tierra, renazca nueva vida. Jesús, dando la vida como quien siembra, producirá vida abundante.
La fecundidad del grano no depende de un mensaje, sino que consiste en ese darse uno mismo. El amor será el mensaje; y la libre entrega de la vida, la culminación de ese amor. En eso consiste también la libertad del hombre, en no temer darse del todo, a la manera de Jesús, porque, al contrario, el temor a morir por Cristo es la gran abdicación, cuando obstaculiza el proyecto cristiano de copiar a Cristo.
Es como un drama de amor. Amar es olvidarse de sí, podando incluso la propia seguridad, en pro de la dignidad y la libertad del otro. El desmedido interés por uno mismo, no sólo impide amar sin medida, sino que acaba por inducir al deshonor de la injusticia. El lugar de Jesús no puede ser otro que la plenitud de ese amor del que la cruz va a ser signo y testimonio. En la cruz Jesús se mostrará tal cual es, Hijo de Dios, hecho entrega ilimitada por todos.

Reflexión: Lectura y vivencia del evangelio

Pablo no conoció ningún evangelio escrito. Enseñaba el evangelio de Jesús tal como se lo habían enseñado y sentía enfervorizado, de viva voz. Tan relativo es el evangelio escrito por un evangelista en concreto y el que Pablo predica. El uno y el otro exponen la palabra según su personal manera de percibir su verdad e interpretarla. Para nosotros hay dos maneras de hablar del evangelio de Jesús; citando el texto escrito al pie de la letra con total fidelidad a la palabra escrita o desde la libertad de darlo a conocer tal como se tiene asimilado y se vive. No son maneras excluyentes. El uno cita desde la más exquisita objetividad; el otro desde la amorosa vivencia evangélica. Cuando se educa al oyente, la verdad evangélica exige cuidadosa textualidad, por más que para su explanación, la propia vivencia de Cristo mueve de singular manera el corazón al amor de Dios. En uno y otro caso, queda a salvo la santidad de la divina palabra.

Rincón poético

EL DON DE LA SABIDURÍA

El hombre cree a menudo
saber más que sabe Dios.
Pedro reprendió a Jesús
que hablara de la Pasión.
El hombre es inteligente
en cuanto imagen de Dios.
Lo pregona como el lago
irradia la luz del sol.
Nunca el hombre supo tanto
que cuando reconoció
que no sabe y que lo ignora
todo, si es que ignora a Dios.
Saberse a Dios de memoria
es la suma erudición,
que no sabe aquel que quiere,
sino aquel que quiere Dios.

(De Invitación al gozo)

sábado, 24 de marzo de 2012

División de criterios en Jerusalén

El gentío que reúne la fiesta en Jerusalén, está dividido sobre la personalidad de Jesús. Está la gente sencilla que admira la inaudita sabiduría del mesías y está el cuerpo dirigente que argumenta en contra, no sin altisonancias, del modo más superficial, para negar así la categoría divina de Cristo. Importa destacar cómo la gente percibe espontánea la presencia de lo divino de natural manera, mientras a los sabios religiosos les confunde su propia sabiduría, que es una sabiduría objetiva, libresca, donde el corazón se inhibe y no toma parte. El presunto saber de lo divino, sin amor, no deja de ser letra muerta.


Reflexión: Potenciación de la ceniza

La ceniza, como término significativo de lo que deja de ser radicalmente, no figura en la Sagrada Biblia. Prefiere el sentido ínfimo y despreciable del polvo que todos pisan, no exento además de resonancias teológicas. Del polvo se vale Dios para crear la obra maravillosa de su alfarería, el hombre, quien esparcido como polvo, acaba luego talado por la muerte. Existe también ese otro sentido helenístico de la ceniza que, en ciernes, es promesa de un nuevo resurgir. Jesús exponía la primavera de la resurrección recurriendo al grano que se descompone en tierra para el florecimiento de una vida nueva y copiosa. Carlos Bousoño tiene asimismo una obra poética que titula Oda a la ceniza, inspirada cristianamente en la esperanza. El recuerdo de las últimas fallas hace pensar en este ave fénix que son también las cenizas de la cremà, comienzo de nuevos proyectos y ansias de superación.


Rincón poético

NO ME RENIEGUES

Un gorrión receloso,
como hace frío,
se acerca a mi ventana
buscando abrigo.
¡Dios soberano,
un pájaro me pide
calor humano!

Como el gorrión, yo mismo
llamo a tu puerta
Llevo frío en el ama,
déjala abierta.
Vine otras veces
y en tus manos dejabas
hundir mi frente

Como gorrión temblando
llamo a tu pecho
con mi cruz, hecha astillas,
roto y maltrecho.
No me reniegues;
no sabes mis desvíos
cómo me duelen.

Blanquea los tejados
la nieve espesa
y en el alero el hielo
puñales cuelga.
Gracias, Dios mío,
que tu regazo amante
me presta asilo.

(De Invitación al gozo)

viernes, 23 de marzo de 2012

La identidad de Jesús

El evangelio de Juan es el que mejor nos describe el clima de tensión que se respira en Jerusalén entre quienes siguen a Jesús y quienes piden ya sin tapujos que actúe sobre él la justicia, alegando como razón el disparate de que no puede ser mesías quien ha nacido en un lugar insignificante: ¿Cómo un mesías va a nacer en Nazaret?
Jesús sabe que van a matarle, de modo que, al subir a Jerusalén para celebrar las fiestas prescritas, lo hace en secreto, para no ser advertido por la gente. Pero Jesús es un hombre popular. Y en la capital la gente no tarda en reconocer su presencia; y algunos, contrariados, se admiran de que ande todavía suelto.
El tema central de esta perícopa, y aun de todo el evangelio, es la personalidad de Jesús. Jesús, hijo de Dios, no se define por sí mismo, sino en relación con el Padre. Es el Padre quien mueve sutilmente los hilos de toda esa hermosa trama de la salvación que realiza Jesús: el Padre da testimonio del Hijo.
La luz y las tinieblas entran en liza. La gente habla de matarle; él les habla de amor. Ellos se llenan de rencor; él, rodeado de semblantes rencorosos, se muestra serenamente manso y humilde de corazón. Es el secreto de su paz interior, sentirse en las manos de Dios, porque no se mueve ni una hoja de un árbol sin que él lo sepa y permita. Y si así es, ¿por qué ha de fallar nuestra esperanza en sus designios?


Reflexión: Las recetas de la abuela

En cuestiones gastronómicas, la abuela se ha convertido en referencia necesaria. Si una empresa de pastelería se propone encomiar la exquisitez de sus productos, asegura que sus dulces son los de la abuela, cuya fórmula no prescribe; si se presenta un determinado precocinado, se apela a la sabiduría de la abuela como prueba concluyente de que su receta es incomparable. Y la verdad es que la artesanía verdadera, no mecanizada, proceso que la despersonaliza, sigue aplicando aquellos usos que la experiencia de sucesivas abuelas ha depurado hasta la perfección.


Rincón poético

EL SOL EN LA VENTANA

El sol da en mi ventana y colorea
de gozo el escritorio, las paredes
y la mentida biblioteca
de una memoria que dormita en libros.
¡El sol, esa bombilla innumerable
que enciende entre sus dedos luminosos
el esplendor de Dios!
Es como un corazón que, en vez de sangre,
saltarina, bombea a bocanadas
haces de luz con terquedad cumplida.
Es un reloj de péndulo incesante
sin cifras, sin manillas,
un reloj todo esfera ilimitada.
Su calor deletrea, ya borroso,
el frío nombre del invierno,
mientras empieza a desplegar abril
sus deliciosos cortinajes verdes.
Y otra vez volveré, como el poeta,
a hacer recuento de mis muchos años
por relevos de rosas.
Le tengo miedo al sol, porque él no acaba.

(De Invitación al gozo)

jueves, 22 de marzo de 2012

El testimonio del Padre

Jesús declara en vano a unos judíos, que es el Padre y no él quien testimonia con prodigios su filiación divina. Es como decir que, así como las aguas de un arrollo revelan que aguas arriba hay una fuente, de igual manera, si Jesús hace lo que hace y dice lo que dice, es porque aguas arriba hay una fuente divina de la que todo nace, el Padre, autor de todas las cosas. Ante esos signos innegables, la solución no es cerrar los ojos a lo evidente, sino subir hasta la fuente, para rastrear la presencia divina en esos prodigios.
Jesús alega que sólo quien conoce la realidad del Padre como tal Padre, puede comprender que tenga un Hijo. Quienes por el contrario le persiguen y apedrean al Hijo, están tirando piedras al pecho del Padre. Niegan a Jesús desde su incapacidad para descubrir la presencia de Dios en hechos maravillosos, porque se fían más de su propio criterio, que de la palabra divina, ahora encarnada en Jesús.
Su palabra, que es eterna, hace también eterno a quien la vive y se identifica con ella. Embebámonos, pues, de la palabra de Cristo, para vivir eternamente su amor inmortal encarnado en ella.


Reflexión: La fregona hace historia

Modestos inventos de utensilios caseros pueden revolucionar provechosamente aspectos de la vida cuotidiana. Es lo que ocurre con la omnipresente fregona, lanzada al mercado en 1956 por su inventor, el ingeniero aeronáutico Manuel Jalón. Las amas de casa acogieron al punto tan utilitario instrumento y su uso se ha extendido al mundo entero. Desde entonces, la mujer ha dejado de arrodillarse para fregar el suelo fatigosamente.
En la Rioja, 29 maestros pertenecientes a la escuela de diseño Edir, celebran una exposición artística alusiva a tan humilde instrumento, con versiones figuradas del mismo, 56 años después de la aparición de la fregona en el año 1956.


Rincón poético

EL CÁLIZ EN MIS MANOS

Tengo el cáliz en mis manos
y el vino es sangre de Dios.
El cáliz, como una herida
del costado del Señor,
sangra en el fondo dorado
de este vaso, de esta flor,
igual que sangra una rosa,
igual que sangra el amor,
igual que sangra la tarde
cuando está muriendo el sol.

Una tarde inventó Cristo
este misterio de amor
con palabras doloridas
que me trevo a decir yo.
Muy lentamente renuevo
tan noble consagración,
que son palabras de Cristo,
sus mismas palabras son.
Los ojos no han visto nada;
es muy otra su función.
Conviene cerrar los ojos
cuando se ha de ver a Dios,
porque sólo la fe entiende
lo que dicta el corazón.

¡Creo que nunca sabría
describir esta emoción,
mitad júbilo y mitad
encogimiento y temblor!

Tengo el cáliz en mis manos.
¡Que atrevimiento Señor!

(De Invitación al gozo)

miércoles, 21 de marzo de 2012

Identidad de Jesús y el Padre

De modo consubstancial, el Padre y el Hijo son una misma cosa y obran de consuno. Quien ofende al Hijo ofende en consecuencia al Padre. Es comprensible que la voluntad del Hijo se atiene en todo a lo que el Padre tiene dispuesto. Así las cosas, quien escucha su palabra y la hace suya, se identifica con Dios en la persona de Jesús, que es palabra encarnada, y si su palabra no muere, tampoco el que la practica y cree en él, porque conformas su vida con la de él.


Reflexión: Fallas y ninots

La conmemoración de la solemnidad de san José ha llenado estos días de luz y estallidos de tracas y petardos las calles ruidosas de los pueblos. Fue el gremio de carpinteros quien inició y dio carácter a esta fiesta, quemando en este día virutas y desechos de madera, preludiando lo que con el paso del tiempo serían las artísticas y efímeras fallas de san José. Con frecuencia, la organización de lo que se inicia de manera individual e incontrolada, acaba en resultados donde todo queda previsto y ordenado. Fruto de esa estupenda realización perfectamente orquestada es el ninot, un muñeco donde el arte y humor se concitan contribuyendo a la diatriba con que se censuran desafueros y personajes populares.
El fuego, elevado a categoría de acontecimiento festivo, con que se da fin al monumento de cartón que es la falla, es el telón en llamas que pone fin a la fiesta.

Rincón poético

AL SOL QUE MÁS CALIENTA

El sol de mediodía
flota en lo alto
en un mar sin mareas
ni acantilados.
Es un velero,
amarillas las velas
y azul el cielo.
Al ocaso, declina
como quien muere.
Nadie sabe qué sueña
cuando el sol duerme.
Y al despertar,
al cielo le ilumina
su claridad.
Su trote enmarcan largas
crines de fuego
en carrera que trazan
los pies del tiempo.
¡Qué maravilla!
La luz cubre su hombros
con su mantilla.
El curso que describe
es una noria;
canjilones de tiempo
riegan su historia.
¡Qué maravilla!
¡Cómo engarza las horas
que tiene el día!
El invierno mitiga,
arde en verano,
primavera y otoño
besan su mano.
Y a mí me tienta
a que me ponga al sol
que más calienta.

(De Invitación al gozo)

martes, 20 de marzo de 2012

La piscina de Betesda

Los judíos santificaban el sábado reuniéndose en la sinagoga a rezar los salmos, leer las Escrituras y comentarlas. Él mismo asiste a ellas con sus discípulos. Por lo demás, incluso andar era considerado un trabajo, un ejercicio prohibido, si el espacio recorrido excedía del necesario para ir a la sinagoga o al templo.
Jesús demuestra tener un sentido común poco corriente. Si un paralítico ha sido curado de su enfermedad, lo lógico es que pueda marcharse a su casa y se lleve consigo el camastro en que yace tendido. Él, con todo, ha de escabullirse para no ser objeto de las iras de los dirigentes religiosos.
Una de las cosas que él trata de inculcar en sus seguidores es que hay que humanizar al hombre. Se le humaniza, sobre todo, mediante el amor al otro, y ese amor al otro lleva a curarlo, sobre todo cuando padece una enfermedad tan coercitiva como es la parálisis, en lunes, en martes, en sábado. Un amor que lleva condigo a perdonar, por la misma razón.
Que de la misma manera, esté siempre dispuesto Jesús a perdonar nuestras miserias.


Reflexión: LLuvia y fallas en la misma mesa

Está lloviendo. Es como si las fallas atrajeran las aguas. Suele ocurrir año tras año. Más de una vez, unos chubascos inoportunos arruinaron alguno de esos monumentos que alza el humor popular, que el buen hacer eleva a categoría de realización artística. El cartón con que se confeccionan sus componentes se humedece en demasía, cobra peso y debilitada su estructura, se derrumba la falla antes de que lo haga el fuego, como es normativo. Esta vez, las nubes han llegado cuando las cenizas ya humeaban exhaustas. Menos mal.
Hoy, precisamente hoy, comienza la primavera, sólo que las estaciones son de lo más informal y se hacen sentir o se esconden como mejor les place. En todo caso, la sequía se estaba haciendo sentir y estas escasas lluvias vienen a mitigar algo las angustias del campo.


Rincón poético


TU MANO AMIGA

Jesús a quien sufría
daba la mano.
Dame tu mano a mí,
Dios soberano.
El dolor que yo sufro
no tiene heridas.
Son como cuatro llagas,
pero escondidas.
Restañe mis dolencias
tu sufrimiento,
al transfundirlo, oh Dios,
al que yo tengo.
Contigo es llevadera
cualquier herida.
Señor, ponme en el hombro
tu mano amiga.

(De la Invitación al gozo)

lunes, 19 de marzo de 2012

Solemnidad de san José

Es muy poco lo que sabemos de San José, y aún eso ha servido para que se le desfigure la imagen con que suele representársele. A María se la representa joven, porque se nos dice en el Evangelio que era una doncella; a San José se le representa ya viejo, como si nunca hubiera tenido juventud. No parece que fuera esa la realidad:
Muy probablemente se conocieron en Séforis, una aldea cercana a Nazaret, y que por la época en que José y María son jóvenes, es declarada futura capital de Galilea , cuya construcción debió de reunir a un gran número de obreros y constructores, como san José. José y María se casan en Nazaret, un pueblecito pequeño, situado en la falda de una montaña, en forma de anfiteatro, que dispone de unas trescientas familias.
San José era necesario en la obra salvadora de Dios: porque lo necesita para que su Hijo puede nacer de la casa de David, como estaba previsto en las Escrituras y porque se necesitaba también de un padre en quien el hijo pueda mirarse.
El padre en Israel cumple una función primordial: es el jefe de la familia, al modo patriarcal, una herencia de la vida en el desierto durante la larga marcha a Palestina; le correspondía presidir todos los actos importantes de la vida del hijo, civiles o rituales; a él le toca la redención del primogénito en el templo, lo que imponía su cuidado de por vida. Él lo había rescatado.
La circuncisión era un rito que comprometía al padre de por vida, hasta la edad del matrimonio del hijo. Camino de la sinagoga, todos los sábados, el padre va delante con el hijo; la madre detrás, porque la mujer es impura desde la adolescencia, y ni siquiera puede rezar en voz alta en la sinagoga. Al padre le toca, finalmente, la enseñanza del hijo en las tradiciones de su pueblo y educarle.
En consecuencia: a san José le corresponde la difícil labor de ser padre del Hijo de Dios, en el lugar de Padre eterno. Y en esa función, no le faltaron adversidades. Es esa la principal función de José.
Es pieza necesaria en el misterio de la encarnación y educación de Jesús. La palabra que mejor define su menester en la Sagrada Familia, es la de ser protector de María y José, y estar siempre al servicio de ambos. Su modestia es patente, siempre eclipsado por la superior categoría de Jesús y María. Pero ante todo, es un modelo perfecto de servicio a los demás.


Reflexión: La honorabilidad en tela de juicio

Los cargos que invisten a los gerentes de la cuestión social, desde la responsabilidad, se deben al bien común de la gente que los elige. Los ciudadanos tienen el derecho de que quienes los representan procedan con eficacia y den en todo momento signos de honorabilidad, para evitar, cuanto menos, que el ciudadano, decepcionado, acabe por retirarles su confianza y aprecio.
Uno se lleva las manos a la cabeza cuando se entera de las actividades más o menos fraudulentas de unos y la corrupción de otros.
Hay que aplaudir a los jueces que no se retraen al momento de enjuiciar a los poderosos.


Rincón poético

HAY HERIDAS QUE NO SANGRAN

Tengo una llaga ardiendo
en mi costado.
Sé bien de qué manera
me lo han sajado.
Quién lo diría.
Nunca pensé en la mano
que así me hería.
No penséis en la lanza
ni en el soldado.
Ha sido el mismo Cristo
quien me ha matado.
Jesús piadoso,
mo sabes cómo duelo
morir tan pronto.
Hay heridas que sangran
y otras que no.
No es tan escandaloso
siempre el amor.
Jesús divino,
restáñame esta herida,
que aún estoy vivo.
Sé bien lo que es sufrir,
pero, qué cosas:
tengo esta herida abierta,
llena de rosas.
Jesús piadoso,
sufrir contigo es mucho
más doloroso.

(De Invitación al gozo)

domingo, 18 de marzo de 2012

La historia de la infidelidad del hombre corre pareja con la historia del perdón y amor de Dios. El hombre responde a esa generosidad con la fe o el rechazo. La fe vivida según la palabra de Cristo, hace cristianos; el rechazo total, hace réprobos.
Cristo, signo del amor definitivo del Padre, hombre y Dios a un mismo tiempo, puede instaurar una alianza efectiva con el hombre a nivel de ambos.
Si existe un mandamiento que nos emplaza a amar a Dios sobre todas las cosas, es porque él se nos anticipó amándonos primero. Y así como alguien, al saberse amado, se siente más firme y valorado, también nosotros, si somos algo, es precisamente porque Dios nos ama.
Esa correspondencia es el lugar de las buenas obras. Pablo mismo nos enseña que las buenas obras son nuestra respuesta al amor de Dios. Dios nos ha creado en Cristo Jesús, dice, para que nos dediquemos a las buenas obras. Mientras permanezcamos en la senda de las buenas obras, estamos andando el camino de Cristo, asemejándonos a él; quienes, por el contrario, se apean de la rectitud de la fe en su persona, están declarando su propia reprobación. Jesús le dice a Nicodemo que quien no cree en él, ya está condenado. Y Pablo nos avisa todavía: Si vivís según la carne, vais derechos a la muerte; pero si vivís con el espíritu, matáis las obras torcidas del cuerpo y viviréis siempre. La carne, para Pablo, es el ímpetu de las pasiones; y el espíritu, el soplo de Dios que nos vivifica.

Reflexión: Los labios, el corazón y los hechos objetivos

Partes especialmente expresivas del cuerpo humano, la Sagrada Escritura las convierte en personificaciones de la persona misma; así sucede con los ojos, las manos y los labios. Esa latente identidad con la personalidad que se vale de ellas para comunicarse y actuar de sobresaliente manera, es lo que se traduce en la aparente independencia de actuar de esos elementos tan representativos, como parte de un todo que son, en conformidad con la figura de dicción que llamamos sinécdoque. Se puede autorizar este aserto con citas bíblicas que lo patentizan, como cuando el salmo 71 dice: Exultarán mis labios cuando salmodien para ti; o cuando Oseas prefiere sinceras palabras de arrepentimiento al sacrificio: En vez de novillos te ofreceremos nuestros labios.
Los labios con que emitimos nuestros juicios y afectos por medio de la palabra, frente a hechos frecuentemente rutinarios y objetivos, en los que el corazón distraído no toma parte, son la expresión de la verdad subjetiva que Dios merece. Es el corazón, no las ceremonias por sí mismas, el que honra a Dios.


Rincón poético

JUNTO A TI

Señora, hay una sombra
traicionera a tu espalda.
Quiero estar junto a ti cuando la espada
del sufrimiento
con mano impune y temblorosa
busque tu pecho. Ten, señora, el mío
para aguatar el golpe agazapado
que pretende asestarte la maldad.
Quiero estar junto a ti. Seré tu guarda
cuando el odio proyecte darte muerte
crucificando, con los mismos clavos
que al mismo Dios,
tu corazón acibarado.
Que nadie se te acerque a conculcar
tu bondad, a mancharte
con mano ensangrentada
la claridad serena de tus ojos.
Quiero estar junto a ti cuando la sombra
de la perversidad, reptando hipócrita
como verdosa sierpe envenenada
hasta tus pies, tinte de luto
tu desgarrado corazón de madre.

(De Invitación al gozo

sábado, 17 de marzo de 2012

El sedicente justo y el publicano

Dos personajes, supuestamente justo el uno y arrepentido publicano el otro, aparecen en este pasaje en abierta confrontación. El uno, de pie, casi desafiante, hace alarde de sus obras buenas; el otro, arrodillado, pide perdón humildemente.
Las buenas obras eran como un aval que además de hacer justo se podía exigir a Dios, a cambio, la salvación, como quien compra a buen precio. Jesús, que está siempre con los buenos de corazón, sentencia que sólo el publicano sale del templo reconciliado con Dios. No es el acopio objetivo de obras, sino la bondad, la que inclina hacia el hombre el corazón divino.

Reflexión: Si el Señor no construye

Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles, dice el salmo 126 con plástica belleza, sobre el esfuerzo inútil de quienes emprenden una empresa notable de espaldas a Dios, fiados de su propia valía. Dependemos del todo de Dios, de modo que proyectar nuestra empresa de llegar a ser desdeñando sus providentes cuidados, equivale a arriesgarse a edificar sobre arena. Nadie cava una zanja para que trascurra por el ella el agua copiosa, donde no hay un fuente que nos surta de ella. Jesús sabe lo que dice cuando nos avisa de que sin él, nos condenamos a la inanidad.


Rincón poético

LA TRAMA DE TU VIDA

El mundo que nos rodea
son las cosas que miramos;
pero suman muchas más
aquellas que imaginamos.
El mundo no está ahí afuera.
El mundo lo llevas dentro.
Lo imaginan apetencias;
lo conforma el pensamiento.
La existencia es como u hilo
con que entretejes la vida.
La trama es más luminosa
si la estampa la alegría.
La trama no es sólo tuya;
la trama es cosa de dos.
El telar es cosa tuya;
el hilo lo enhebra Dios.

(De Invitación al gozo)

viernes, 16 de marzo de 2012

El primer mandamiento

En la ignorancia de cosas necesarias, no siempre se tiene la humildad justa para recurrir a quien pueda sacarnos de dudas. El escriba, que no acierta a ordenar los mandamientos por orden de importancia, no duda en recurrir a Jesús. Le importa la verdad. Y la respuesta le hace ver lo que todo fiel judío hace al levantarse por la mañana y a la tarde: rezar el shemá: Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con toda tu mente y todas tus fuerzas.
El acerbo de comentarios legales y actualizaciones de los doctores de la Ley llegaron a complicar su inteligencia hasta la confusión. Jesús ratifica que el meollo de la ley sigue siendo el amor a Dios, por más añadiduras que se apliquen a lo que Dios revela.
Más que saber mucho, importa tener ideas claras, como que Dios es tu único Dios, y que hay que olvidarse de otras muchas cosas que lo sustituyen. El extravío estriba no en amar, sino en amar lo que no se debe. Y a vuelta de hoja, escrito en el respaldo del primero, hay un segundo mandamiento, amar al prójimo como a ti mismo.
La medida no es pequeña, porque amar, nos amamos con todo el interés del mundo. Sólo que en la medida que se intenta amar a Dios, empieza a disminuir de inmediato el excesivo amor que nos tenemos. El amor es la esencia de la buena nueva, por lo que es muy importante llegar a ese convencimiento, si se acepta la divina palabra. No estarás lejos entonces del reino de Dios.


Reflexión: San Francisco y sus dibujantes
Acabo de hacer una evaluación no excesivamente rigurosa sobre una cifra sobrada de dibujos inspirados en la vida de san Francisco, para ver cuáles son los temas que más motivan sus preferencias a los artistas. No deja de ser un modo de conocer las facetas más socorridas que ofrece el santo a quienes tratan de interpretarlo de un modo u otro. La escena más repetida es la de san Francisco y el lobo de Gubio, que popularizan Las Florecillas y el afamado poema del poeta nicaragüense Rubén Darío. Le sigue en número de frecuencias la efigie del santo asisiense entre un conjunto representativo de muy variadas criaturas, a las que él llamaba hermanas. Sigue en importancia el recuerdo de Francisco predicando en el bosque a las aves. Y muy a su altura, la escena de la impresión de las llagas de Cristo en su cuerpo. No faltan ilustraciones en que aparece el santo fundador él solo, con perfil más o menos estilizado, como signo evangélico de santidad eminentemente pobre o en actitud orante.
En general, puede hablarse de un santo con gran poder de convocatoria, en una sociedad cansada de sus excesos, que tiende, distraída de Dios, a trivializarlo todo. La prédica testimonial de Francisco sigue vigente, aunque, a él, manso y humilde, no le guste hablar a gritos.

Rincón poético

LA RUINA DEL TIEMPO

El tiempo es un enigma.
Es juventud y es luego
añosa ancianidad;
joven, maduro y viejo.
Cambia de vestimenta
veleidoso y travieso
en primavera, estío,
en otoño, en invierno,
como loca veleta
según le sople el viento.
Nada deja a su paso,
ario caballo añejo.
Acueducto o castillo,
calzada o castro ibérico,
catedral o palacio,
ermita o monasterio,
él mismo es la piqueta
y el mismo el cementerio.

Su alimento es la muerte,
su suerte el desenfreno.
Va al trote, desbocado,
la crin tendida al viento.
¿Quién sabe la manera
cabal de detenerlo?
No lo intentéis. En vano
desafiaréis tal riesgo.
El tiempo es una ola:
no tiene ley ni freno.

De Invitación al gozo)

jueves, 15 de marzo de 2012

Los milagros y Belcebú

Existe, hoy día, una fuerte reserva contra la creencia en los poderes de la maldad que llamamos diablo. Y al contrario, quienes se resisten a creer en Dios, tienden a creer en el diablo con suma facilidad. Ahí están las sectas satánicas.
Las raíces del mal son a veces tan profundas y perversas, que es explicable pensar en algo metafísico que lo encarne. Hay formas de violencia y perversidad que superan toda ponderación, corrientes oscuras que ningún hombre puede dominar ni explicar.
Frente al mal, Jesús es el amor, la obra liberadora del Reino, el alto ejercicio de la divina bondad en lucha con la maldad. Pero desde la cerrilidad, sus adversarios le acusan de que obra el bien, con la ayuda de los poderes del mal, lo cual es una incongruencia absurda, una endiablada travesura. La mala voluntad acaba por cegar al que no quiere ver.
Reinos divididos hoy son los matrimonios donde no hay amor, padres e hijos que se combaten, hombres en mortal confrontación y en guerra, políticos que no piensan en el bien común. A estos tales es a quienes Jesús les dice que quien no está con él, está contra él.
Pidámosle que sepamos leer con el corazón los avisos con que nos lleva hacia sí.

Rerflexión: El polen y las alergias

Mal pronóstico el que se cierne sobre las alergias primaverales, ese daño que origina la intensificación con que las incidencias del polen de las plantas ponen en jaque nuestra salud, siempre tan frágil. Sobre ella, como en cuerda floja, se tambalea la vida humana. Hasta ahora, la primavera era la causante de la difusión del polen de las plantas, y con más malignidad el de las gramíneas, que incidían agresivamente en nuestro bienestar. Leo que, asociadas a la contaminación atmosférica, las alergias se están extendiendo prácticamente a lo largo de todo el año, de modo que una dolencia estacional se ha convertido en perpetua amenaza anual.
Lo siento por quienes son propensos a sufrir invasión tan ponzoñosa, si bien, este año, excepcionalmente, por la sequedad del ambiente, según dicen, la incidencia del polen resultará menos irritante y molesta.

Rincón poético

DIOS CERCANO

Para ser como nosotros,
te hiciste un hombre cualquiera.
Tu corazón quedó entonces
al ras del nuestro. Quien quiera
puede hablarte de tú a tú
de la más llana manera.
Desde entonces, nadie diga
que a Dios resultan ajenas
las sacudidas que al hombre
le acosan y le atormentan.

Señor, qué fácil pusiste
vivir contigo, a tu vera.
Los que pasan junto a ti
y no te miran siquiera,
¿cómo es que viven tan lejos
de ti que vives tan cerca?
Si su corazón mirara
una noche tus estrellas,
hace tiempo que sabrían
que, aunque hay ojos que lo niegan,
para llegar hasta ti,
no hace falta una escalera.

(De Invitación al gozo)

miércoles, 14 de marzo de 2012

Plenificar la ley

Jesús sale aquí al paso de quienes le acusan de que ha suprimido los mandamientos de Moisés. Jesús replica que no ha venido a abolir la ley, sino a dar cumplimiento cabal a unos mandamientos, que no deben limitase a su formalismo externo, de modo que, en vez de ese cumplimiento objetivo y aparente, cumpla uno de verdad ajustando los propios deseos a los de Dios.
Jesús enseñaba que, por ejemplo, quien se inclina ante la desgracia de un hombre, para ayudarle a que supere sus achaques, no sólo no queda impuro por hacerlo en sábado, sino que queda aún más limpio de lo que estaba. Y asimismo, si un sacerdote y un levita se alejan del samaritano malherido en vez de acercarse a él, hubieran estado en condiciones de celebrar un culto agradable ante Dios. Evitando al necesitado, es cuando no lo están.
Esos son los mandamientos que él trató de que entendiéramos, desde la misma Ley de Dios, donde se manda amar al prójimo como a nosotros mismos. Y del que así procede, su misma vida es una alabanza a Dios.

Reflexión: Bazares chinos

China está en todas partes. Bazares donde se vende barato toda suerte de quisicosas, aunque cada vez de mayor calidad, quedan distribuidos por toda la geografía española. Se advierte que ahora, saturados barrios y poblaciones, en constante rivalidad los propietarios de los susodichos establecimientos entre ellos mismos, diversifican su oferta comercial y de servicios. Aumentan los restaurantes de platos sofisticados y exóticos, las peluquerías, locutorios, y en general, eligen aquellas actividades de uso imprescindible, lo que asegura su viabilidad, si bien también ellos alegan que es sensible el descenso de sus ventas y servicios.
Disponen de almacenes centrales que importan, renuevan y les sirven la mercancía con puntualidad, en tanto que la policía les protege de la peligrosa ingerencia de las mafias orientales, actividad delictiva a la que se es tan propenso recurrir en países de extremo oriente. Sus tareas comerciales están aseguradas.

Rincón poético

LA PALABRA EXACTA

La palabra precisa,
la palabra apropiada,
esa misma que terca se resiste
como liebre asustada,
qué huidiza que es, qué esquiva.
¿Sabe alguien qué recelan las palabras?
Con mi candil la busco,
la busco con mi lámpara,
hasta que doy con ella,
al fin, agazapada.
Con lo útil que sería
tener a punto siempre esa palabra,
que equivocadamente
no siempre es la mejor, la más exacta.

(De Invitación al gozo)

martes, 13 de marzo de 2012

El perdón


Dios es amor y no es otra la razón por la que nos perdona una y otra vez. La historia del amor de Dios corre pareja con la del perdón de un Dios que nos amó primero para que también le amáramos nosotros a él. Perdonar es un acto de amor. Quien no ama, no perdona. Lo uno va con lo otro. Por eso habla Jesús de perdonar de corazón.
En Dios, el perdón concierta con su misericordia, y en Jesús, el reflejo de esa misericordia es la compasión. Jesús acredita este principio con la parábola del deudor perdonado que no sabe perdonar. El Padrenuestro nos enseña, por eso, a perdonar para ser perdonados. En cuaresma, convertirse es volver a Dios pidiendo perdón por nuestras infidelidades. Pero ya sabemos cuál es la fuente del perdón: el amor. Si no sabemos amar, no sabremos nunca perdonar.

Reflexión: El esplendor de las fallas

Las fallas con que se conmemora la festividad de san José, son las fiestas más valencianas de cuantas de celebra a lo largo del año. Colosales monumentos de artísticos monigotes que interpretan irónicamente la realidad nacional y fuegos de artificio son los centros de interés que agrupan al gentío en plazas avenidas, junto con la interminable ofrenda de flores a la Virgen donde la emoción de sus falleras rivaliza con los reflejos luminosos de sus vistosos vestidos típicos. Estallidos estremecedores, música bullanguera, derroche de color y los consabidos buñuelos de encendida calabaza, llenan los sentidos con su sabor festero. Son como un remedo de la vida: sudoroso esfuerzo, efusión incontenible de gozo y el término resolutivo de una llama gigante, que lo convierte todo en ceniza. De las cálidas cenizas humeantes resurgirán primaveralmente otra vez los renuevos de una fallas que no cesan.


Rincón poético

QUIERO SABERTE AMAR

Soneto


Séllame con tu mano dolorida,
que entienda cuánto duele tu dolor.
Sabré medir así cómo mi herida
no tiene el agravante del amor.

Quien sabe amar con acendrado ardor,
al comprenderte estimará enseguida,
amando así, que no es nunca peor
seguir contigo que perder la vida.

Permíteme que como a Juan y Andrés,
a fin de acostumbrarme a estar contigo,
permanezca en tu casa un día entero.

Y es que ya he puesto todo mi interés
en ti, de modo que no habrá otro amigo
que quiera amarte como yo te quiero.

(De Invitación al gozo)

lunes, 12 de marzo de 2012

En Nazaret

Jesús se queja de que, mientras en todas partes es acogido de manera tumultuosa, ahora que regresa a su pueblo, se le mira con recelo: no creen en él. Y recuerda cómo en la Escritura la tónica es que Dios, desatendido por los suyos, los cercanos, vuelve la cara y les presta su favor a los de fuera, los lejanos.
Una seria advertencia. Como si dijera: Dios os puso en primer lugar, pero si me excluís a mí, su enviado, quien ahora os excluye a vosotros soy yo.
Es una advertencia a la que hay que prestar oídos muy atentamente y con preocupación: no excluyamos nunca a Jesús de nuestras preferencias, de nuestras vivencias cotidianas, porque corremos el peligro de ser excluidos por Dios. Y esto es grave, muy grave.


Tablas de lavar

Resultan entrañables aquellas escenas de unas señoras, con sus tablas de lavar, a orillas del regato, del río o del mismo lavadero público. Consistían las tablas de lavar en recias tablas de madera acanalada horizontalmente para propiciar el roce de la ropa enjabonada con gruesas pastillas de jabón Lagarto. La compañía de un grupo castizo de lavanderas con idéntica ocupación de dejar de un blanco luminoso las sábanas y más limpia que la vecina la ropa, favorecía los dimes y diretes murmuradores y en ocasiones los altercados pendencieros, donde desaguar desahogos e inconfesables represiones caseras. Toda una estampa costumbrista de popular zarzuela.
El tiempo arruina costumbres y castillos. Ya nadie lava o apenas. Lo hace muy cumplidamente la flamante máquina lavadora. Y el río ha quedado solo.

Rincón poético

LA SERVICIAL ACERA

La acera sabe el peso
de la ciudad entera.
Pasos acelerados,
lluvias, saltos, peleas...
Es la espalda de todo.
¡Qué sufrida la acera!

Todo el mundo la pisa,
la suciedad la afea;
es el perro sumiso
que todos apalean.
Y en su misma humildad,
como quien no se entera,
aterida de frío
o ardiente, al sol, acepta
ser vasallo de todos,
por más que a nadie representa.

De lo pequeño, dice
bien siempre su modestia
y el ser para los otros
sin pedir nada a cuenta,
servicial atributo
que no todos aprecian
en un mundo confuso.
¡Qué sufrida la acera!

Merecía un tributo.
Hoy me he acordado de ella.

(De Invitación al gozo)

domingo, 11 de marzo de 2012

El culto en Espíritu y Verdad

La liturgia viene a decirnos hoy que Cristo, muerto y resucitado, es el fundamento del nuevo templo espiritual, que sustituye al templo y al culto que se rendía a Dios en la antigua alianza.
Para Jesús, el espectáculo del templo, convertido en lonja de mercaderes y mesa de cambio, no puede resultar más deprimente. Es la casa de su Padre, casa de oración, no de venta de animales.
A los jefes religiosos, por el contrario, acostumbrados a tan ridículo espectáculo, les contraría y avergüenza la acción purificadora de Jesús, y le increpan, pidiéndole credenciales: ¿Con qué autoridad haces esto? De nada le hubiera servido responder: Éste es el templo de mi Padre; porque no creen en él.
Jesús responde con una frase enigmática para ellos: Estas son mis credenciales: Destruid este templo; yo lo reconstruiré en tres días.
Jesús plantea una espiritualidad auténtica, en espíritu, en verdad, presidida por el Espíritu y él mismo. La purificación del templo llevada a cabo por él, es un gesto innovador, propio de una religión limpia de ritos muertos y un culto vivo nacido del corazón. Adoramos a Dios en espíritu y verdad, en el templo y fuera del templo. Vivámosle siempre como él quiere, aquí y en todas partes, en espíritu y en verdad.

Reflexión: El esplendor de las fallas

Las fallas con que se conmemora la festividad de san José, son las fiestas más valencianas de cuantas se celebran a lo largo del año. Colosales monumentos de artísticos monigotes que interpretan irónicamente la realidad nacional y fuegos de artificio son los centros de interés que agrupan al gentío en plazas avenidas, junto con la interminable ofrenda de flores a la Virgen donde la emoción se sus falleras rivaliza con los reflejos luminosos de sus vistosos vestidos típicos. Estallidos estremecedores, música bullanguera, derroche de color y los consabidos buñuelos de encendida calabaza, llenan los sentidos con su sabor festero. Son como un remedo de la vida: sudoroso esfuerzo, efusión incontenible de gozo y el término resolutivo de una llama gigante, que lo convierte todo en ceniza. De las cálidas cenizas humeantes resurgirán primaveralmente otra vez los renuevos de una fallas que no cesan.

Rincón poético

SE ME ACABA EL ACEITE

Mira, Señor,
tengo la lámpara encendida
y la he puesto muy alta,
a fin de que ilumine
toda la estancia suficientemente.
Tu prendiste esta luz,
reflejo de tu gloria,
porque es eterna tu misericordia”.

Sobradamente me suministraste
el óleo con que nutro
mi pequeño candil ya envejecido,
“porque es eterna tu misericordia”.

Dame un poco de tiempo todavía,
al precio que sugiera la balanza
de tu acendrado amor,
porque es eterna tu misericordia”,
que tengo muchas cosas por hacer
y noto poco a poco cómo duda
temblorosa la llama
en el pico encendido del candil,
porque es eterna tu misericordia”.

Sólo un poco de tiempo,
un adarme, una brizna,
no me apague del todo, como estrella
que, al alba, con la luz, se desvanece..
¡Se me acaba el aceite!

(De Invitación al gozo)