lunes, 30 de septiembre de 2013

El más grande


    Los apóstoles discuten como niños sobre quién de ellos merecerá un lugar más alto en los cielos, cuando tienen ante sí al mismo Hijo de Dios que nos va a juzgar a todos. 
Jesús les desengaña. 
    Hay una clave clarísima para saber a quién ensalza Dios más que a otros: la humildad, sentirse uno, no sobre los demás, sino al servicio de todos. Un niño, desde su pequeñez, puede ser el símbolo de esa grandeza. Jesús dejó aparcada su divinidad y se empequeñeció haciéndose home. Nadie como él para enseñarnos a ser niños.


Reflexión
Jesús y María

    Carecemos de datos sobre cómo siguió, qué duda cabe, el itinerario de las arriesgadas andanzas de Jesús evangelizando pueblos, acogiendo pecadores, curando enfermos, satisfaciendo necesidades y enfrentándose
a escribas y fariseos, que son los primeros que debieron respaldarle en vez de llevarle al patíbulo. Esos tres años de arriesgada ausencia tuvo que ser de doloroso seguimiento, mediante las noticias, cuando no críticas de sus propios convecinos.
    El precepto de la Pascua, es la oportunidad para coincidir en Jerusalén con Jesús, por estrechas callejas, mientras le castigan con acervo tormento, acompañada por fieles mujeres durante la Pasión. El Espíritu de Jesús y su imagen resucitada la llenarán de gracia, paz y alegría al final de todo.

Rincón poético

DESDE MI VENTANA

Un rumor sordo roza los cristales
como si unos dedos sutiles
llamasen con temor a mi ventana.
Me asomo receloso; está lloviendo
con prisa, con vehemencia,
apasionadamente,
con apretado empeño.
Pienso en las manos dadivosas
de Dios, porque Dios llueve intensamente
sobre nosotros
la gracia de ser suyos,
limpios como la fronda de un enebro.
Llueve sin tregua, aparatosamente.
Llueve sobre el naranjo y el almendro,

sobre la arcilla enardecida

Añadir leyenda
y el áspero rodeno,
sobre la tierra oscurecida,
sobre los charcos, repicando tiemblos
de baqueta en tambor.
Llueva sobre nosotros, llenos
de Dios, entumecidos,
porque es Dios quien está siempre lloviendo
a cátaros su amor sobre nosotros.
¿O es un incendio?


(De El espejo de Dios)

domingo, 29 de septiembre de 2013

El rico epulón

    Lázaro y el rico epulón, dos prototipos perfectos en franca oposición entre sí, nos hacen ver el valor de uso correcto del tiempo, en una confrontación de caracteres con que Jesús sacude la conciencia despreocupada de los hombres, faltos a veces de la necesaria sensibilidad para compadecerse de los males que sufre el prójimo y de la solidaridad con los que padecen hambre o sed, no siempre tan lejos de nosotros. Nos enseña así que la paciencia de Dios nos proporciona tiempo sobrado para dejar arregladas nuestras cosas para con él, antes del momento de partir hacia las llanuras infinitas de la otra vida. Pero la paciencia de Dios tiene sus límites y también se acaba, como nuestra vida.
    No esperemos a que, más allá del tiempo de que disponemos, nos abra Dios un postigo en un costado de su eternidad, para volver desesperados hacia atrás a poner en orden lo que dejamos a mangas por hombros. El tiempo es una riqueza que hay que saber invertir, para devolverle a Dios, que nos lo presta, las ganancias que hubiera podido devengar. Dios, espléndido en dar, es exigente y riguroso al momento de pesar el cúmulo de posibilidades desaprovechadas por nosotros. Que Dios nos dé cordura para saber y obrar con la necesaria sensibilidad hacia los demás.

Reflexión

Juan Bautista y Elías

    El pueblo de no sabe qué pensar cuando un persona como Juan Bautista actúa como un profeta y resuelve sus dudas pensando que es Elías reencarnado en él. Es como dar por concluido el Antiguo Testamento, por lo que Juan quedaría fuera de él si no se le asimila mediante ese recurso. Otro tanto ocurriría con Jesús, de quien piensan que es un profeta reencarnado, empezando por Elías, que fue arrebatado en un carro de fuego y tenía que volver.

Rincón poético 

DESDE MI VENTANA


Un rumor sordo roza los cristales
como si unos dedos sutiles
llamasen con temor a mi ventana.
Me asomo receloso; está lloviendo
con prisa, con vehemencia,
apasionadamente,
con apretado empeño.
Pienso en las manos dadivosas
de Dios, porque Dios llueve intensamente
sobre nosotros
la gracia de ser suyos,
limpios como la fronda de un enebro.
Llueve sin tregua, aparatosamente.
Llueve sobre el naranjo y el almendro,

sobre la arcilla enardecida
y el áspero rodeno,
sobre la tierra oscurecida,
sobre los charcos, repicando
con la baqueta de un mítico tambor.
Llueva sobre nosotros, empapados
de Dios, entumecidos,
porque es Dios quien está
lloviendo a cátaros.

(De El espejo de Dios)

sábado, 28 de septiembre de 2013

El que no está contra nosotros...


Sobre dos cosas nos habla el pasaje evangélico de hoy: que el más pequeño entre nosotros, a semejanza del niño que depende sus padres, porque es apenas, es el más grande a los ojos de Dios, y un segundo tema: dejemos en paz a cuantos dejan en buen lugar el nombre de Jesús obrando el bien. 
       Hacer el bien es siempre bueno. No lo impidamos alegando privilegios.



Reflexión

¿Deuda u ofensa?

Conveniencias de acercamiento ecuménico han llevado a sustituir la palabra original deuda por ofensa, lo que comporta cambiar el sentido que Jesús da a esa frase de perdonar las deudas de otro. Perdonar las ofensas es el resultado de saldar la deuda que otro ha contraído contigo, aliviando así el problema, a veces insoluble de quien está en deuda contigo, un comportamiento que inspira la necesaria solidaridad que el respeto y amor al otro a que obliga el mandamiento de Cristo de amarse los unos a los otros. 

Rincón poético

CANCIÓN DEL SILENCIO

Tiene un dedo en los labios
el Niño de mis sueños.
Me dice que me calle
sentado en el silencio.
Él habla sin palabras;
pronuncia sus deseos
apenas sin decirlos,
por más que yo le entiendo.
Hay que dejar que calle,
pero aún callado, siento
derrumbes de palabras
como un alud por dentro.
Allí tengo una silla,
en un fogón hay fuego
y junto a la ventana
restalla un limonero.
Apenas un puñado 
de casi nada, pero
si tú no lo remedias,
es todo lo que tengo.

(De El espejo de Dios)

viernes, 27 de septiembre de 2013

¿Quién dicen que soy yo?

La gente no puede admitir que un profeta no pertenezca a la alianza. Si Jesús se comporta como tal profeta es porque se ha encarnado en alguno de los conocidos. A Jesús le arada en cambio que sus discípulos vean en él al Hijo de Dios enviado por el Padre. Pero en ciado para qué. Jesús aclara este extremo. Enviado para salvar a todos con el sacrificio de su sangre. El misterio de su muerte y resurrección les deja desolado. Les costará no poco llegar a entenderlo.

Reflexión

En la tierra como en el cielo

En tiempos de Jesús, el concepto que se tenía del cielo difiere de cómo lo pensamos nosotros hoy día. El cielo con sus elementos, luna, sol y estrellas, era eterno y tenía un tanto que ver con la divina morada. Cuando se habla del cataclismo final, el evangelio habla del derrumbamiento del cielo y caía de las estrellas. Ese cielo para la cultura judía entrañaba la perfección. El hombre no consigue la perfección del sol, de la luna, de las estrellas.
Por eso ha de conseguirse que la tierra alcance la perfección celestial mediante el amor. Así se expresa, que sepa yo, Michel Froidure.

Rincón poético

           EN MARCHA

Uno se muere porque acaba un día
el camino que Dios puso a tu puerta.
Fuiste con prisa y sin motivo
matándote la vida, 
como perro mordiendose la cola. 
Al fin, supiste la elegancia
de no estar solo, de saber que había
otros a quienes dar la mano
con bondadosa placidez.
Viviste entonces conculcando
la tristeza egoísta de estar sólo

con los demás, como Jesús muriendo
plenamente por todos,
Sigue andando. No sirve
de mucho estar sentado
al borde del camino.
Fluye el agua del río, van pasando
pequeñas nubecillas por el cielo.
No te detengas tú.
Alguien que va contigo hizo el camino.
De poco sirve descansar ahora
justo cuando Dios mismo es quien te espera
a las eternas puertas del descanso.

(De El espejo de Dios)

jueves, 26 de septiembre de 2013

Ver a Jesús

Herodes quiere ver a Jesús, no sea que, si Juan estás muerto, Jesús sea ahora su reencarnación. Simple superchería. A Jesús sólo lo ven los que van estrechamente unidos a él, cogidos de la mano, con las lámparas de la fe encendidas. Jesús no se presta a los caprichos  frívolos de la soberbia autoritaria. No se puede estar a merced de la frivolidad.
Seamos valientes cuando nos pongan arbitrariamente en la tesitura de olvidar la seriedad de nuestro compromiso con Dios.
Dios no puede ser simple objeto de  curiosidad, sino de serio seguimiento. A quien quiera ver de verdad a Jesús, contagiémosle el alma con la luz de la fe, para que vea de verdad lo que los ojos no pueden ver a ras de tierra

Reflexión

Tu tristeza

Lo acabo de leer: “es más fácil sonreír que explicar tu tristeza”. Efectivamente. Sonreír requiere únicamente una pizca de amabilidad, tu agrado ante algo u  otro. En ocasiones son las cosas las que provocan nuestra sonrisa: una estrella fugaz que transe incisivamente la noche con una tenue línea verde, por ejemplo. Es el gozo de sentirse uno tocado en el corazón por la libélula
que se le escapa a Dios de las manos; los ojos infinitamente azules de un bebé. Sonreír es llenar de dulcedumbre el panal de nuestro espíritu. Pero, ¿y la tristeza? La tristeza es algo negro que se nos ha roto en el alma y coser la rotura lleva tiempo. Por eso es sutilmente triste el bisturí quejumbroso del violín. ¿Quién es capaz de describir su tristeza?

Rincón poético

AMOR INFINITO

El día que sepa cuánto
es el amor que me das,
seré como tú, infinito,
inconmensurable. Ya

me he percatado que sientes
por mí gran predilección.
Soy pobre, pero no tanto;
no sé cuál es la razón.

Quisiera corresponderte
en la misma proporción,
pero nadie se te iguala,
nadie ama con tanto amor.

Bien podrías enseñarme
a saber amar yo igual,
antes de que sepa cuánto
es el amor que me das. 

(De El espejo de Dios)

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Predicar el reino

Jesús envía a sus discípulos a predicar el reino y les enseña a no entorpecer la tarea cargando con impedimentos que les entorpezcan la tarea. Ellos predicaron el evangelio.
El reino, pues, es el evangelio de Jesús; la puesta por obra de su palabra. 
Jesús necesita de quienes den a conocer a otros el proyecto salvador del Padre, y los misterios que él mismo encarna en su evangelio, el misterio salvador del hombre, es la mejor manera de parecerse a él, que se llamaba Jesús porque había sido enviado a salvarnos, el misterio de ser con y para los otros como medio de ser con él y para él.
Salvémonos en buena hora, pero salvémonos salvando a los demás.

Reflexión

Sígueme

Jesús es manso y humilde, aunque no le falta carácter y proceder con exigencia cuando cuan do las circunstancias lo reclaman. Así es como elige a los suyos, con estricta seriedad, y les marca con la misión de seguirle al punto. Sígueme, dice sin más, y basta. Quien escuche ese mandato, sentirá el estirón de su voz poderosa la misma que puso orden en el cosmos y dictaminó que las cosas eran buenas. Esa voz tajante es la que está construyendo, en una nueva creación la Iglesia por la que derramará su sangre.

Rincón poético

SOLEDAD EN COMPAÑÍA

Por más que lo parezca, no estoy solo.
No puede estarlo quien lleva consigo,
como un techo nevado de jazmines,
la blanca mano acogedora
con que Dios nos asila. Está conmigo
aquí mismo; lo llevo en lo más hondo
de mí. No está una rosa en el jardín
sola, aunque no lo sepa, ni una estrella
echa de menos su constelación.
Yo sé de mí. No palpo
la mano del Señor, pero está, como
el corazón llenándome de sí.
Así también mi Dios; me lo confiesa
alguien dentro de mí. Los mismos labios 
de mi fe, la alegría
de saber esperar y los latidos
que pronuncia el amor.
Todo me habla de Dios; lo llevo dentro.

(De El espejo de Dios)

martes, 24 de septiembre de 2013

Hacer la voluntad de Dios

Oír y poner en práctica la palabra de Jesús es la mejor manera de pertenecer a los que le siguen. 
La palabra de Jesús nos hace seguidores suyos, miembros de su familia, una familia donde el amor, y consecuencia la disponibilidad y el servicio al otro es todo. 
No siempre es fácil atenerse fielmente a las palabras de Jesús, pero su cercanía y la buena voluntad de seguirle nos facilitará la tarea, porque él no será remiso al tiempo de  poner su gracia de su parte, para que hagamos con él lo que nosotros solos no podemos hacer.

Reflexión

La compasión

Sed santos como Dios es santo, dice la Escritura. Jesús nos ofrece su versión evangélica: Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo, de que se siguen dos cosas: que la santidad de Dios implica la compasión para con el hombre y que esa compasión le viene de su condición de Padre nuestro; como Padre procede con la ternura comprensiva con que todo padre procede con sus hijos. Y algo más: Jesús nos exhorta a que reflejemos en nuestra conducta la fina sensibilidad amorosa de nuestro Padre que es Dios.

Rincón poético

       VELEIDAD

El viento es y no es. Grita enfadado
cabalgando en sí mismo, 
restallando su látigo 
en la espalda del aire,
presa de su frenético delirio,
y azuzando a empellones
nubes espesas y caballo míticos,
destrozos de los cielos
de moras aplastadas y agonizantes lirios.
Deja de ser de pronto. Deja de respirar
agotado el impulso de su brío,
y es brisa, espuma o cabellera
suave como los besos de los niños.
Luego nada. Un eructo adormilado
y silencioso de aire frío.

(De El espejo de Dios)

lunes, 23 de septiembre de 2013

Nadie enciende un candil...

Nadie enciende un candil y lo tapa, porque es la luz con que queremos se nos ilumine la casa. 
La luz de la fe que Dios enciende en nuestra vida, no lo es sólo para mi bien particular, sino que ha de iluminar a quienes van con nosotros y hasta a los que van a tientas porque les flaquea la fe.
Debemos hacer que cunda nuestra luz ante los demás. Debemos ser luz del mundo con la ejemplaridad de nuestras obras. Es nuestro testimonio más eficaz, el que muestra a los demás cómo es viable el evangelio de Jesús y cuáles son los beneficios de tenerle, de saberle, de hacerle nuestro.

Reflexión

Si y no 

Para el que sufre y alienta la antipatía, al juzgar algo o alguien, el resultado es siempre el más absoluto rechazo. Mal si obra mal, mal si obra bien; tanto da. Jesús ridicaliza tal perversión tendente a caricaturizarlo todo. San Pablo dice de Jesús que no es sí y no, porque su muestra siempre exquisitamente verdadero.

Rincón poético

     TRISTEZA

En tu tristeza leo
las cartas que no escribes.
Días y noches
recostada en tu llanto, 
indiferente, sin decir
esta lágrima es mía.
Tiene cerrado a cal y canto
el corazón la puerta
que llevaba al jardín.
Llegaba hasta tu alcoba la fragancia 
amarilla que efunde el limonero.
¿Qué estrella se te roto
de modo que la noche invada el día?
Vives en una lágrima
y has tachado en los labios
la libélula azul donde, a horcajadas,
cabalga la sonrisa.
La tristeza es morada
como un golpe en la boca;
tiene aplastado el corazón
de tantos que lo pisan sin saberlo
como una rosa desangrada
en mitad del camino.
La tristeza eres tú; 
duerme en tu almohada.
Y es una pena que Sibelius
interprete tu vida, que es sagrada.

(De El espejo de Dios)

domingo, 22 de septiembre de 2013

El administrador astuto


    Jesús entiende que los hijos de las tinieblas, los malvados, son más astutos para el negocio de su maldad que los hijos de la luz para la obtención del bien, e hijos de la luz somos cuantos pretendemos reflejarle en nuestra conducta. 
No parece sino que Jesús alaba aquí la codicia del administrador infiel por el simple hecho de saber proceder astutamente. Pero. ¿realmente está haciendo Jesús aquí un elogio de la astucia? No es eso, aunque lo parezca. La astucia es la redomada actitud de quien procede sagazmente en la consecución de algo. El astuto es un hombre ladino y habilidoso en el logro de sus propósitos. Difícilmente elogiaría Jesús a tales individuos, pero sí nos sugiere, en cambio, que aprendamos de ellos a ser eficientes en nuestros buenos propósitos, toda vez que el bien merece al menos, para su realización, tanto empeño e inteligencia como emplean los malvados en la maldad. 
Como buenos administradores, sirvámosle en los pobres que le hacen presente, y él se encargará de llenar nuestras manos con las riquezas del amor que ya en vida él derrochó para con todos.

Reflexión

La impresión de las llagas

Son las Florecillas, con su ingenua expresión literaria, las que cuentan el prodigio de las llagas con que Cristo presta sus llagas a Francisco de Asís de modo que su costado, pies y manos sangran rojos como la llama del amor que enciende el aliento de Dios en sus preferidos. “El amor tiene esas cosas”, reza un poema de nuestros días, donde se califica como espejo y reverbero de Cristo la efigie de Francisco. El bosque de la Verna, donde ocurre ese portento, tenía también esas cosas.

Rincón poético

       OLER A DIOS

Huelen a Dios quienes, acostumbrados
a su presencia, efunden
fragancias de verdad.
La humildad lleva dentro,
como en un cofre amoratado,
un pomo cuyo aroma nos acerca 
a quienes Dios perfuma
la boca cuando rezan,
las manos cuando vendan cariñosas
heridas e improperios,
las palabras serenas
repletas de sentido.
No huelen bien los muertos, pero hay vivos
que no huelen mejor.
Hay flores repelentes
de mefítico aroma.
Yo prefiero el humilde y diminuto
perfume singular del heliotropo.
Vivos que huelen mal, llevan consigo
esa túnica negra de ceniza
del arrimo mortal de su sepulcro.
No conocen a Dios.
No viven, están muertos.

(De El espejo de Dios)

sábado, 21 de septiembre de 2013

Mateo


El alma de toda vocación es la decisión. Decisión por parte de quien llama y decisión por parte del que atiende esa llamada. Jesús dice a Mateo que lo siga, casi imperiosamente, es decir, decididamente, y el lo deja todo sin dudar, es decir, con decisión, y se compromete a seguirle, celebrándolo como un hecho memorable de su vida.

Mateo es uno de los apóstoles de Jesús, a quien elige a sabiendas de lo que supone vivir en compañía de un publicano, un recaudador de impuestos considerado pecador por la gente, ya que se servían de su oficio para enriquecerse.
También a nosotros nos dice una y otra vez que le sigamos, que nos convirtamos cada día a una vida más ajustada a los valores del evangelio, mediante el Espíritu de Dios que nos impulsa con su gracia a dar una respuesta adecuada a sus urgencias. Hagamos  efectiva, cada día, la gracia del llamamiento que nos hizo Dios

Reflexión

Las viudas en la Iglesia primitiva

Quien tenga presente la ley del levirato, concluirá que el trato recibido por las vidas sin hijos, era denigrate. Jesús siente amorosa compasión por las viudas en general, que convierte a veces en mujeres ejemplares, de lo que tomo buena nota la Iglesia primitiva al traducir tan digna conducta en un trato caritativo y fraterno para con ellas, organizando los servicios que hay que prestarles, muy en contraste con  la cerrada mentalidad judía.

Rincón poético


   LOS TALENTOS


No sé si he conseguido
obtener, laborioso,
opimo fruto, Señor mío,
de la semilla misteriosa
que pusiste en mis manos.
El trigo de tu pan tiene nevado
el corazón, rubios los ojos.
Agacha el viento las espigas
y mueve extenso el oleaje
de la encendida mies que el sol relame.
Tus hoces darán cuenta
de su feracidad y tus pisadas
conculcarán el fuego de la espiga.
Tuya es la infinitud
del campo y la cosecha.
No te olvides, mi Dios, de convidarme
al pan y vino de tu mesa.

(De El espejo de Dios)

viernes, 20 de septiembre de 2013

Sígueme.


   Así, de pronto y taxativamente, es cómo invita Jesús a que seamos fieles a los imperativos de nuestra vocación. 

Jesús no se entretiene en persuadirnos de los bienes del seguimiento; nos llama sin más, sin devanar argumentos en su favor, porque pertenecer al séquito de los que le acompañan es un privilegio, es un don que hay que agradecer. 
Seguirle es dar de lado a todo lo que no es Dios y atenerse estrictamente a las recetas de nuestra salud, porque él ha venido a eso, a sanar a los que desfallecen, a los que van a trancas y barrancas, a los que flaquean, a los que sólo en él encontrarán remedio a sus dolencias.
Que nadie se lleve a engaño. Jesús es nuestro médico de cabecera y no hay otro.

Reflexión

Naín


Naín es una aldea de Galilea, donde Jesús devolvió la vida al hijo único de una viuda. Por la ley del levirato, la viuda sin hijos pasaba a pertenecer en todos los aspectos al hermano del difunto, con lo que perdía el derecho a la herencia.
Actualmente, la aldea de llama Nein y queda situada a 8 km de Jezreel. Su nombre en griego significaba “deleitoso”. Dispone de una iglesia que conmemora el hecho prodigioso.

Rincón poético

             ESPEJOS 

No te asustes. No hay nadie, eres tú mismo
quien al andar remueves
hojas secas de otoños y recuerdos, 
tantas veces pisadas, que su aroma
ya está roto y cansado.
No te asustes;
no hay nadie; sólo apenas un arrollo
escaso y limpio, recatado,
que no suena, eco mínimo,
sombra de río, pero que retiene 
en su memoria temblorosa y verde
nubes, pájaros, cielos.
Mírate en él, espejo de ti mismo
abisal, cuando quieras.

Carcaixent, 14 de diciembre de 1991

(De El espejo de Dios)

jueves, 19 de septiembre de 2013

El amor y el perdón

El perdón lo mide el arrepentimiento y al arrepentimiento lo mide  el amor. Toda injuria contra otro, es prueba de enemistad, el rechazo; en el otro polo está la estima, el amor que el otro nos pueda inspirar. Jesús dice por eso que a la mujer arrepentida se le perdona mucho porque ha amado mucho. Jesús mide el arrepentimiento por la carga significativa que compone ese gesto valiente de amor hacia su persona Y lo dice el Hijo de Dios, el ofendido.
Es lógico que la mujer proceda de manera más bien ostentosa y espectacular, ya que si es una pecadora pública, pública y notoria ha de ser también su conversión y puesta en escena. Y hay que reconocer que su representación fue cristianamente perfecta...
Zaqueo, Mateo, Magdalena. Son ejemplos de contrita conversión, cada uno a su manera. Y es que así dan comienzo a su nueva vida la mayoría de los santos. Aprendamos de ellos.

Reflexión

Los hijos de la las tinieblas

Jesús opone la luz a las tinieblas. Las tinieblas son imagen de toda maldad, en tanto que la luz es un reflejo del reino de Dios. Dice bien cuando asegura que los hijos de las tinieblas son mas astutos que los hijos de la luz. La astucia suele ser el hábito de proceder con redomada inteligencia en la prática del mal. La gente sin conciencia es siempre propicia a emboscar su conducta en procedimientos eficaces, como lo es la astucia.
Jesús nos pide que el la práctica del bien procedamos con el mismo empeño e inteligencia que pone el astuto en su maldad. Difundir el evangelio, bien lo vale.

Rincón poético

     IMAGINANDO

Puedo pensar que tengo
una herida em los ojos
manándome amapolas.
Puedo pensar que es frívolo
enredar en las rosas
hebras de sentimiento
que el tiempo deshilacha.
Puedo pensar que Dios
tiene un nido de tímidas
alondras en las manos.
 Cabe en el pensamiento
una siembra de estrellas
guarneciendo la oscuras
frialdad de la noche.
Nunca podré pensarte
aupando mi tristeza 
el corazón, Dios mío,
purifica amoroso
estos vestigios viejos
de tierra mancillada
y pon entre mis manos
una dorada copa de alegría.

(De El espejo de Dios)

miércoles, 18 de septiembre de 2013

La veleidad

La veleta del campanario no tiene un rumbo fijo: mira hacia donde sople el viento.

Eso es lo que dice Jesús de su generación, que era gente veleidosa, sin consistencia. No tenía un criterio objetivo y veraz sobre la conducta de las personas. Si alguien vivía tan estrechamente como Juan Bautista, que casi ni comía, decían de él que no estaba en su sano juicio, y si comía y bebía normalmente, como Jesús, le tachaban de tragón y bebedor.

Es la evidencia más clara de falta de ecuanimidad y buen juicio. Pero, ¿acaso no es esto mismo lo que le ocurre a quien dedica parte de su tiempo a prejuzgar y cotillear y censurar a otras personas?
Mírate a ti mismo en el espejo de la verdad y descubre tus propias miserias, tus propios defectos, y límpiate de todo ello en la fuente clara del arrepentimiento. En los tribunales de Dios, te juzgarán como tú tengas por norma juzgar a los demás, porque sabías cómo debían ser los otros, pero tu sabiduría era la de la veleta, que sabe muy bien la dirección del viento, pero no da un paso adelante.

Reflexión

Amar a los enemigos

Lucas resume en el pasaje evangélico de hoy unos cuantos consejos evangélicos que Mateo reúne en el sermón de la montaña. El tema central es el mandamiento de amar a los enemigos. Es la actitud humana más alta de toda la ética de Jesús, una ética que parte del precepto de amar al prójimo, que tiene como consecuencia saber perdonar. 

Pero no basta con perdonar, hay que amar sin reservas ni excepciones. Y amar sin reservas comporta amar al enemigo. El amor cristiano que enseña el evangelio, espejo del amor de Dios al hombre, emplaza a amar al ofensor y al enemigo.
Jesús, que  no habla en abstracto; concreta este precepto en imágenes reales: los que te odian; los que te maldicen, los que te injurian, los que te pegan; o te quieta la capa. No son, pues,  ideas ni sentimientos, sino actitudes concretas.
Si bien se mira , es lo que siempre ha venido haciendo Dios con nosotros.

Rincón poético

    VUELVE

Tu palabra carece
entre la gente, hoy,
o a mi me lo parece,
de aquel mismo temblor
que tanto enardecía
el corazón sencillo
de tu pueblo, Señor.
¿Qué sucede que ahora
se doblan las espigas,
mueren las amapolas,
no canta el ruiseñor?
Ni resuena atractiva
como siempre vibraba
al alzarla tu voz.
¿Qué fue de la palmera
que daba sombra al ciego
cruzando Jericó?
¿Qué fue de los trigales
que daban pan reciente
entre cardos, Señor?
¿No será que tus labios
los cerraste de pronto
y la fe flaqueó?
Se agosta la campiña,
pero las amapolas
nunca las quema el sol.
Vuelve a hablarnos del reino,
vuelve a hablarnos de nuevo,
vuelve a hablarnos, Señor.

(De El espejo de Dios)

martes, 17 de septiembre de 2013

Levántate

Según la cultura hebrea no se podía tocar a un muerto, ni siquiera el ataúd, so pena de incurrir en impureza. Pero Jesús es la vida y a él mismo lo levantará Dios, sacándolo de las sombras de la muerte, ya para siempre.
A veces es nuestro corazón el que queda muerto a los pies del pecado. Y al pecado solo puede tocarlo sin contaminarse el dedo redentor de del Hijo. Ojalá que Jesús no dude nunca, siempre compasivo, en tocar nuestro corazón empecatado, sin temor a contraer nuestra impureza, mientras sus labios nos dicen con imperiosa voz:
-Levántate, hombre, pero levántate de una vez por todas. Y no peques más.

Reflexión

Las bienaventuranzas de Lucas


Las bienaventuranzas de Lucas, cuatro, difiere de las de Mateo, ocho, no sólo por el número, sino por enfoque que les dan uno y otro. Mateo las interpreta desde su sentido espiritual  de la conversión del corazón; Lucas ve la pobreza desde el punto de vista social, y espera una transformación de la sociedad que acabe con la precariedad de los pobres.
Uno y otro nos invitan a la conversión y a la preocupación por los pobres que no tienen nada o apenas tienen

Rincón poético

CIERTO PINTOR

El artista no pinta
eso que tú estás viendo.
Ve otras cosas y pinta
lo que lo que apenas está.
Los árboles, las tierras,
la misma lejanía
en su paleta cambian 
de forma y de concepto,
casi de condición.
Sus cuadros no son sombra
de seres conocidos,
por más que sí, que están.
Parecen un trasunto
de realidad extraña.
No son cosas. Él pinta
su reflejo profundo,
aquello que desvela
porque es que estaba oculto 
a miradas dudosas.
Pienso yo si es que tienen 
incluso intimidad.
El pintor nos descubre
aspectos soterrados
que no muestran las cosas.
Ahonda, fiscaliza,
excava la verdad
con cuidada expresión.
Casi no es él. Sus manos
remedan las de Dios.

(El reflejo de Dios)

lunes, 16 de septiembre de 2013

No soy digno


El evangelista busca destacar la fe manifestada por un gentil, como motivo de ejemplaridad para quienes tienen mayor responsabilidad de responder con creces a los favores señalados con que Dios distingue a los suyos. La misma Iglesia ha puesto estas palabras en los labios de quienes se disponen a  recibir a Cristo, hecho pan y vino, en el más íntimo y jugoso de sus misterios. 

Es una sabia medida de espiritual estrategia, para que los cercanos aprendamos de los lejanos a mirar a Cristo con los ojos abiertos de par en par y el corazón temblando por la inmensidad de su amor.
Acerquémonos a Cristo con la lámpara de nuestra fe siempre encendida, siempre a punto. 

Reflexión

¿Los últimos arameos?

Elementos de la Yhiat o Hermanos musulmanes, en Siria, conminan a los cristianos de la etnia aramea a convertirse al Islán, so pena de muerte. Hay un territorio poblado milenariamente por estos cristianos que hablan la lengua de Jesús, cuna de esta lengua, donde esta ocurriendo este desafuero. No se ven las razones de que se potencie a estos desalmados cuyo fanatismo no tiene igual, en un país donde siempre han convivido unas y tras creencias en paz. 
    El sentido demócrata de la libertad no puede callar ante semejante forma de salvajismo. 

Rincón poético

VIENTO GÉLIDO

El viento forcejea
en la ventana. 
No la dejéis abierta;
que no se abra.
La casa es reducida,
mi pobre casa.
No cabe el viento en ella,
que nos maltrata.
Lleva el frío en sus manos,
y en cabeza,
la nieve por corona
como a una reina.
Pase el viento de largo
con su guedeja
de hilachas desteñidas
y fimbria vieja.
Lejos con sus gemidos
y sus protestas.
Cerrad bien la ventana;
no quede abierta.

(De El espejo de Dios)

domingo, 15 de septiembre de 2013

La alegría de Dios

Escribas y fariseos critican lo que para ellos es un desatino y un descrédito, que un líder religioso se mezcle con gente de mal vivir, ya que el mesianismo tradicional proyecta acabar con cuantos vivieran apartados de la fidelidad a los mandamientos.
La respuesta de Jesús a esas críticas es el objeto de este pasaje con tres parábolas coincidentes, que invitan a la alegría, porque Dios se alegra más por la conversión de un pecador, que por 99 justos que no necesiten  convertirse. Está la alegría del pastor , la alegría de la mujer que halla la moneda perdida. Y la del padre del hijo pródigo, donde el hijo mayor, figura de escribas y fariseos, se oponen a la alegría de Dios, reacios a admitir la fe de Cristo. El padre es figura de Dios, el hijo pródigo refleja la conducta del pecador arrepentido. El texto vuelve entonces sobre el aviso de que los últimos, pobres, marginados como los leprosos, gentiles, serán los primeros, en tanto que los primeros, escribas, fariseos, dirigentes religiosos, serán los últimos.
El seguidor de Cristo no puede tampoco alegar privilegios ni servicios prestados, exigencias impropias de un hijo generoso. La conversión, por un lado, y el hallazgo de lo que dábamos por perdido, como la pérdida de la esperanza en Dios o la misma fe, son motivos sobrados de la alegría de Dios.

Reflexión

Jesús en oración

Jesús, enviado por el Padre a salvar al hombre, es un hombre piadoso, de oración. Seguir los momentos notables en que recaba del Padre conocer cuál sea su voluntad en momentos decisivos, es el mejor modo de conocer el sentido que tiene su trayectoria como salvador, siempre en manos de Dios. 
Lucas registra hasta diez las veces que Jesús se retira a orar. Su oración es una oración privada, en soledad, en la intimidad con Dios. No consta que lo haga en el templo ni en la sinagoga, sino apartado de todos. En el pasaje de hoy, al momento de elegir a quienes serán el fundamento de su Iglesia, emplea toda una noche, lo que revela la importancia que da a este hecho.
Si queremos ser como él, hagamos de la oración el mejor modo de consultar siempre la voluntad divina.

Rincón poético

AQUÍ Y ALLÁ

Llevo toda la vida
aquí, en la cercanía
del Señor, tributándole
con amorosa devoción
mi rendida alabanza.
Los salmos le celebran
tañendo para él
cítaras y salterios
y platillos sonoros.
No bastan las palabras.
Sobran a veces.
En ocasiones, acendradamente,
le celebra rendido mi silencio.
Nada tan adecuado
para pensarle, como la callada
intimidad, porque es que llevo
toda mi vida,
aquí y allá, en la cercanía
amorosa de Dios,
y se me acaba el tiempo.

( De El espejo de Dios)

sábado, 14 de septiembre de 2013

Exaltación de la santa cruz

La fiesta de la exaltación de la cruz, hallada por santa Elena, tiene su origen en la primitiva historia de la Iglesia, ya que se empezó a festejar en el aniversario de su recuperación frente a los persas.

La cruz, signo de los sufrimientos de Cristo con que nos redimió, es también, por eso mismo, signo de identificación del cristiano. Se la llama así árbol de la vida, en sustitución espiritual de aquel por el que la muerte entró en la vida del hombre.

La cruz se presenta en nuestra vida de diferentes modos: enfermedad, pobreza, soledad, desprecio, dolor... Sólo quienes cargan con su cruz particular, pueden ser discípulos de Jesús. La cruz es difícil de llevar, pero si se suaviza con amor su itinerario, se convierte en fuente purificación.  La alegría en los momentos difíciles de san Francisco, no nacía sólo de un ánimo optimista y jovial, sino de una profunda vida interior y de la conciencia siempre viva de su filiación divina.
Celebremos tener siempre a mano esta señal que hace presente la gracia redentora de Cristo y es en sí mediación privilegiada para obtener de Jesús la mejor de todas las gracias, nuestra purificación.

Reflexión

El shabbath

El sábado, figura del día séptimo en que Dios creador, concluida su obra, descansa (del hebreo שבת, shabbath, "cesar"), es el día de la Gloria de Dios, que se celebra desde la caída de la tarde del viernes hasta ver brillar tres estrellas la noche de día siguiente.
Se observa tal prescripción mosaica mediante la abstención de todo trabajo. El texto bíblico donde figura la norma del descanso sabático pertenece a la Biblia escrita en torno al siglo VII a. C. Los judíos, en su interpretación más extremista, llegaron a deshumanizar el 
sábado, negando a atender a nadie e tal día

Rincón poético

LA HERMANA MUERTE

La muerte y el olvido se parecen.
El olvido carece de memoria

porque en él todo yace.
Quien muere, no recuerda ya, ha perdido
la memoria también.
Los muertos ya no saben. Viven sólo
la luz que Dios le da.
Yo todavía sé que estoy sentado
a la mesa y escribo
que he soñado esta noche
que en mis ojos nacían amapolas
y mis manos de Apolo acariciaban
el tronco de un laurel.
Sé que el tiempo, que es oro, no se oxida
y hay quien no tiene corazón.
Yo tampoco; lo puse
en las manos de Dios.

(De El espejo de Dios)