domingo, 31 de octubre de 2010
José Benlliure interpreta a san Francisco
El afamado pintor valenciano José Benlliure ha dejado toda una galería de cuadros con que recorre, de trecho en trecho, la vida de Francisco, previamente documentado de los lugares asienses que el santo dejó ungidos de su santidad. Están resueltos la mayoría a la aguada, y no faltan escenas enriquecidas de color.
Contemplo ahora la lenta instantánea en que Francisco, ya mal herido por la enfermedad y atenazado por la debilidad, desciende del monte Alverna, una noche cerrada, montando un borriquillo. Un labriego vestido de su túnica verde, tira del ronzal, monte abajo, y hay un religioso, la capucha puesta y el manto a la espalda, que sujeta al santo no caiga de la montura. Cristo crucificado, radiante como un relámpago, les precede en lo alto entre resplandores, morados como el sufrimiento. Hay unos matorrales verdes limitando el fondo y el labriego, pértiga en mano, tantea cuidadoso el monte escarpado para no errar la senda. Ocres luminosos, marrones y verdes dan cuerpo al cuadro, resaltados por el azul oscuro del fondo. Nadie dice nada. Ese silencio eleva la tensión de la escena envolviendo al grupo.
En alabanza de Cristo. Amén.
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