jueves, 28 de julio de 2011
La red barredera
El Reino de Dios, que en la historia de los hombres se deja habitar por los que siguen a Cristo, tendrá su plena implantación al final de todos los tiempos. Es incompatible, por lo tanto, con la maldad, con el libertinaje de la perversión. La malicia, la iniquidad, no pueden cohabitar con la infinita bondad de Dios.
Jesús compara el Reino con la red barredera que arrastra indiscriminadamente a la orilla peces de toda índole, buenos y malos. ¿Qué hacer con los que no tienen cabida entre las manos de Dios? Sencillamente, prescindir de ellos, acabar con ellos, enterrarlos en las cenizas abismales de la nada. Es la red barredera del juicio final.
Bagatela: Día ventoso y poco más
Se veía venir. El calor excesivo trae siempre agua. Se levantó el día gris y ventoso, como si de pronto hubiera irrumpido un ramalazo de otoño en el territorio exclusivo del verano. Las nubes amenazaban lluvia y la temperatura se notaba abatida y somnolienta como quien sufre depresión. El cielo, revuelto, prometía dejar algún chubasco tras de sí. Un alivio, porque la sequedad veraniega te obliga a consumir helados y refrescos que nunca sacian del todo. Primero fueron una gotas insignificantes. Luego, unos paraguas relucientes, acharolados. Y al final, nada.
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