martes, 25 de octubre de 2011
El grano de mostaza
La manera preferida por Jesús para explicar en qué consiste el Reino de los cielos, es compararlo con cosas de uso corriente al alcance de todos, y suele iniciar cada parábola con una pregunta, Invitando a la gente a que tome parte en el discurso. ¿A qué se parece el reino de los cielos? ¿Con qué lo podré comparar? Para Jesús, el reino de Dios es un “reino escondido”. Mi reino no es de este mundo, dice en otra ocasión. De modo que para hablar de él, es preciso recurrir a comparaciones que nos aclaren su sentido más hondo. Esta vez, Jesús dice que el Reino de Dios se parece a un grano de mostaza, que crece como lo que es, un arbusto, y llega a alcanzar alturas propias de un árbol. El reino de Dios, pues, implica crecimiento, porque comporta en sí la potencia de la vida. Los árboles crecen imperceptiblemente, pero crecen sin cesar. Así ha de ser el crecimiento cristiano, que tampoco cese de crecer y dé cobijo a cuantos necesiten de su sombra, ardillas, pájaros, nubes, gente desventurada.
Reflexión: Proyecto fallido
Por los años 70, varios compañeros formamos un equipo universitario para el estudio lexicográfico y morfológico del valenciano del siglo XV en la Ribera, contando para ello con un fondo digno de investigación. El proyecto, en función de otros intentos, fue desaprobado por quien correspondía evaluarlo. Pocos años después, la riada del 82 anegó el archivo parroquial donde figuraba dicho material, que el ímpetu del agua se llevó consigo. He lamentado luego no haber llevado a cabo dicha empresa, al margen de todo respaldo oficial, hoy día ya imposible, pero los lamentos no pasan de ser mero desahogo estéril. Nuestro país está acostumbrado a esas clases de pérdidas culturales de fondos bibliográficos o patrimoniales.
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