miércoles, 9 de noviembre de 2011
La basílica de Letrán
El templo es casa de oración y hay que desterrar todo lo que, en su ámbito sagrado, desdore el culto a su divina presencia . Podrá antojársele a alguno que Jesús se excede en las maneras al purificar de traficantes el sagrado recinto, de tan radical manera. El espectáculo de zoco comercial en que habían convertido los atrios del templo, debió de resultarle deprimente a quien veía las cosas con los ojos de su Padre. Y él lo que hace es desalojar los atrios sagrados de ovejas y de bueyes. Es lo que en buena ley competía hacer a la clase sacerdotal. Se comprende tanta condescendencia; no muven un solo dedo para proceder como acaba por hacer Jesús, dado que el tesoro del templo se había convertido en un fondo de inversión fabuloso que beneficiaba a sus gestores los servidores del templo. Jesús, como explica también a la samaritana, anticipa que, con el tiempo, una vez resucitado, no habrá otro templo que el que encarne su propia verdad y la asistencia del Espíritu divino, a quien corresponderá hacerle presente ante el mundo.
Reflexión: La feria de libro
Vivir cerca de Valencia facilita visitar la feria anual del libro. Gozo ojeando libros antiguos de irregulares tapas, envejecida la piel amarillenta. Me interesaba dar con libros sobre franciscanismo y sobre todo, obras escritas por franciscanos de Aragón y Valencia. El recorrido ha sido entretenido, pausado y entrañable, pero estéril en cuanto al propósito antedicho. No era así en años anteriores al actual de la crisis. Probablemente, la feria no sea el lugar más idónea para la oferta, hoy, de esa clase de libros viejos. Me he tenido que contentar con un diccionario bíblico, muy de mi agrado, adquirido a un precio asequible, y no era precisamente un libro viejo, antes de fechas muy recientes.
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