Bienaventurados los que crean sin haber visto, dirá Jesús a Tomás. Verdaderamente, tu eres el Hijo de Dios vivo.
Bagatela: El armonio
Los armonios tradicionales disponían de un fuelle, a ras de tierra, que oprimían los pies, para que el soplo de aire obtenido hiciera vibrar las lengüetas sonoras, cuando la manos expert
as del organista, combinando unos sonidos con otros, producía y resolvía los acordes que requería la partitura, creando armonía. El armonio se ha popularizado simplificando su estructura y mecanismos. Ahora los sonidos quedan memorizados en micrichips que se activan electrónicamente, con lo que ha desaparecido el pesado mueble que contenía el complejo musical. En honor a la verdad, hay que reconocer que hay empresas que han logrado dar a tan simple aparato una calidad sonora sobresaliente. Y una vez más, es la avispada industria japonesa la que ha polarizado tan pingüe negocio.
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