El prólogo del evangelio de Juan resume las líneas básicas de todo el texto, y de ahí su densidad y apretura. A Dios hay que buscarlo en el hombre, porque es en el hombre donde Dios se hace visible y se da a conocer. No podemos buscarlo fuera de nuestra historia y de nuestro mundo, porque humanizado en nosotros, es ya parte imprescindible de nuestro mundo. “Al mundo vino y en el mundo estaba”. Desde entonces, es inconcebible sin nosotros. Sólo que “los suyos no lo acogieron”, no supieron identificarlo al buscarlo donde no estaba. Es un desatino buscar la experiencia de Dios fuera de la experiencia del hombre; creer que podemos encontrarnos con Dios sin encontrarnos antes con el hombre; amar a Dios, sin amar al hombre. La Palabra se hizo nuestra, y si hasta entonces Dios se nos manifestaba por mediaciones de diversa índole, ahora la Palabra vive hecha carne y habla nuestro lenguaje. La gracia de Dios se nos da así en el Hijo, lo que nos emplaza a que nos encontremos en el amor de Cristo a los demás. Sólo viéndonos él entregados a los demás, nos verá él a nosotros como hermanos suyos e hijos de Dios.
Reflexión: El tatuaje
Hasta no hace tanto, el tatuaje era un signo de atraso con que identificábamos a tribus salvajes desconocedoras de la civilización. Lo copiaron los marineros para resaltar su musculatura y hasta Popeye lo hizo suyo. Japón mantuvo la costumbre de envolverse en dragones tremebundos enrojecidos y toda suerte de arabescos y ajedrezados inverosímiles, hasta desaparecer la persona como encapsulada al modo del gusano de seda. Hoy el tatuaje se ha generalizado y vulgarizado incluso con mal gusto y sobrada zafiedad y uno no puede evitar sentirse incómodo ver hombres y mujeres encubiertos con esas incrustaciones enajenantes tachando la propia piel, con manifiesto desprecio a la belleza del cuerpo humano. ¿Se imaginan una escultura griega pintarrajeada por un gamberro?
Rincón poético
MADRE DE DIOS
¿Cómo se explica que intimes
con un arcángel, si no
tienes acceso a la puerta
que da a Dios?
Señora, si no supiera
que eres la Madre de Dios,
pensaría que has robado
luz al sol.
Pensará así quien no sabe
la hondura de tu bondad,
y le ofusca, confundido,
tu verdad.
San José sí lo sabía.
Eres la Madre de Dios,
quien de tu belleza él mismo
se prendó.
No existe mujer alguna
a quien tanto honró su luz.
Tu historia es la misma historia
de Jesús.
Y así es cómo te bendijo
luego tu prima Isabel:
Eres la Madre de Dios
por tu fe.
(De Poemas para andfar por casa)
sábado, 31 de diciembre de 2011
viernes, 30 de diciembre de 2011
La sagrada familia
La sagrada Familia es el modelo de familia por excelencia, una familia nueva y distinta a todas, constituida por Jesús, Palabra de Dios hecha carne, y María, Madre de Dios, encomendados ambos a José, un hombre justo y ejemplar. Sus peripecias iniciales recuerdan el éxodo del pueblo judío, aunque un éxodo al revés: Moisés huye de Egipto, la sagrada Familia huye a Egipto. El pueblo de Israel encuentra su descanso en Canaán; la sagrada Familia abandona Canaán para refugiarse en el país del Nilo. Es como una recapitulación de la historia de Israel al revés, porque todo va a cambiar, desde que, con Jesús, dé comienzo el tiempo de la plenitud. Sopesando los valores de lo nuevo y de lo viejo, se evidencia el cambio sufrido por la familia a lo largo del tiempo. Con sus aspectos positivos, originados por la evolución social y la mejora de vida a lo largo del tiempo: de una familia unida, patriarcal, severa y de impronta vertical, pasamos a otra con menos cohesión (debido al trabajo de ambos padres y el estudio de los hijos; una familia de corte más horizontal y democrático, y una mayor socialización en sus funciones, como son la educación, el trabajo, la salud y la jubilación. Los valores permanentes de una familia bien constituida, en todas sus dimensiones, social y eclesial han de reunir mutua entrega y amor mutuos como único camino de realización humana y cristiana de sus cónyuges; mutua fidelidad de los miembros que la constituyen; solidaridad, responsabilidad, servicio, tolerancia, comprensión, y compromiso con las personas, sobre todo las más débiles y marginadas. En el ámbito eclesial, la familia cristiana debe testimoniar esos mismos valores, desde el sentido evangélico que los inspira, como son la fe, la esperanza y el amor de Cristo.
Reflexión: El ser y el parecer
Jesús denunciaba con ganas este contrasentido de aparentar lo que no se es. Hay muchas cosas cuya vaciedad no impide su atractivo superficial. Así la mentira y el engaño. Se cuida mucho lo externo, las apariencias, ocultando a los ojos que detrás de las bambalinas no hay nada que merezca verse. Son los caramelos sin azúcar de nuestros días, tan aparentes, tan sabrosos, pero sin nada o casi nada dentro. Importa mucho más que las personas cuiden el ser más que el parecer. Todo lo demás no pasa de ser caramelos sin azúcar.
Rincón poético
DIOS HA VENIDO
Dios ha venido y se hospeda
en un belén de cartón.
Viene a jugar a ser Niño,
dejando de ser Dios.
¿Por qué en choza tan humilde
si cabe en mi corazón?
Dios a veces tiene cosas
que no entiende la razón.
Es Dios y quiere ser hombre;
el hombre quiere ser dios;
y el Padre ha quedado solo,
pensativo, en un rincón.
Dios ha venido y se hospeda
en un belén de cartón.
Dios a veces tiene cosas
que no entiende la razón.
¿Por qué en lugar tan pequeño
si cabe en mi corazón?
(De Poemas para andar por casa)
Reflexión: El ser y el parecer
Jesús denunciaba con ganas este contrasentido de aparentar lo que no se es. Hay muchas cosas cuya vaciedad no impide su atractivo superficial. Así la mentira y el engaño. Se cuida mucho lo externo, las apariencias, ocultando a los ojos que detrás de las bambalinas no hay nada que merezca verse. Son los caramelos sin azúcar de nuestros días, tan aparentes, tan sabrosos, pero sin nada o casi nada dentro. Importa mucho más que las personas cuiden el ser más que el parecer. Todo lo demás no pasa de ser caramelos sin azúcar.
Rincón poético
DIOS HA VENIDO
Dios ha venido y se hospeda
en un belén de cartón.
Viene a jugar a ser Niño,
dejando de ser Dios.
¿Por qué en choza tan humilde
si cabe en mi corazón?
Dios a veces tiene cosas
que no entiende la razón.
Es Dios y quiere ser hombre;
el hombre quiere ser dios;
y el Padre ha quedado solo,
pensativo, en un rincón.
Dios ha venido y se hospeda
en un belén de cartón.
Dios a veces tiene cosas
que no entiende la razón.
¿Por qué en lugar tan pequeño
si cabe en mi corazón?
(De Poemas para andar por casa)
jueves, 29 de diciembre de 2011
La purificación
La Sagrada Familia cumple con lo establecido en la ley.
Jesús, siendo Dios, tiene que convertirse en casi nada; tiene que experimentar todas las limitaciones del hombre, hasta anonadarse. Una nada infinita, si se tiene como referencia el hecho de que ser Dios, y que esa naturaleza divina no es algo que se ha dejado en casa del Padre, sino que forma parte de su ser.
Así es como hay que vivir entonces los halagos del prestigio, sin aceptar privilegios, y sí las servidumbres sin gloria. No hay nada que delate la divinidad del Niño.
El anciano Simeón, lleno del Espíritu Santo, pronostica el dolor redentor que han de sufrir el niño y su Madre María, ya desde aquí, aludiendo al misterio de la muerte de Dios hecho hombre.
Fueron muchos los que veían a Jesús, pero sólo un anciano que lleva a Dios en el corazón lo adivina y lo encuentra. Como hoy, como siempre. Algo falla en nuestra manera de descifrar los signos que Dios nos envía, si no acertamos de apartar humo de las pajas que nos empaña los ojos.
Rincón poético
SI EL AMOR NO CONOCIERA
Si el amor no conociera
que habita en el corazón,
habría que recordarle
el día que lo encendió.
Amor no tiene pasado;
el presente es su mansión:
convierte en ceniza todo
lo que arrasa su pasión.
El amor es como un río
de montaña, juguetón.
Tiene grados su ternura
en empinada ascensión
desde la yesca al cariño,
desde el cariño al amor,
y hay incendios que provocan
celos, locura, dolor.
No todos saben amar
al límite del amor.
Se ame mucho o se ame poco,
nunca tuvo contención.
Hay quien se quema de pronto
y hay quien incendia a los dos.
Amar, amar sin medida,
sólo ha sabido amar Dios.
(De Poemas para andar por casa)
Jesús, siendo Dios, tiene que convertirse en casi nada; tiene que experimentar todas las limitaciones del hombre, hasta anonadarse. Una nada infinita, si se tiene como referencia el hecho de que ser Dios, y que esa naturaleza divina no es algo que se ha dejado en casa del Padre, sino que forma parte de su ser.
Así es como hay que vivir entonces los halagos del prestigio, sin aceptar privilegios, y sí las servidumbres sin gloria. No hay nada que delate la divinidad del Niño.
El anciano Simeón, lleno del Espíritu Santo, pronostica el dolor redentor que han de sufrir el niño y su Madre María, ya desde aquí, aludiendo al misterio de la muerte de Dios hecho hombre.
Fueron muchos los que veían a Jesús, pero sólo un anciano que lleva a Dios en el corazón lo adivina y lo encuentra. Como hoy, como siempre. Algo falla en nuestra manera de descifrar los signos que Dios nos envía, si no acertamos de apartar humo de las pajas que nos empaña los ojos.
Rincón poético
SI EL AMOR NO CONOCIERA
Si el amor no conociera
que habita en el corazón,
habría que recordarle
el día que lo encendió.
Amor no tiene pasado;
el presente es su mansión:
convierte en ceniza todo
lo que arrasa su pasión.
El amor es como un río
de montaña, juguetón.
Tiene grados su ternura
en empinada ascensión
desde la yesca al cariño,
desde el cariño al amor,
y hay incendios que provocan
celos, locura, dolor.
No todos saben amar
al límite del amor.
Se ame mucho o se ame poco,
nunca tuvo contención.
Hay quien se quema de pronto
y hay quien incendia a los dos.
Amar, amar sin medida,
sólo ha sabido amar Dios.
(De Poemas para andar por casa)
miércoles, 28 de diciembre de 2011
Los Santos Inocentes
Un grito se oye en Ramá: es el llanto de Raquel que llora por sus hijos.
Morir por Dios. Inocentes son todos los que mueren por Dios. No cesará, por tanto, nunca el llanto de Raquel que se vierte en el llanto de la Iglesia. Ya lo dijo él: Os azotarán y por mi causa seréis llevados ante quienes os juzguen. Es el cáliz que han de beber cuantos se empeñen en seguirle a todo trance, porque es el cáliz que primero hubo de beber él, ya que también muriendo, él nos amó primero, camino también así para llegar al Padre.
Jesús es el don de sí mismo a los hombres, la gracia de Dios por excelencia. Y si Jesús se presenta a sí mismo como camino que también nosotros hemos de recorrer, hacer nuestra esa gracia impagable, extraer de ella todos los beneficios del amor que se nos da, nos aboca a devolverle a Dios, también por el Hijo, la cosecha de esa gracia convertida en amor a los demás, porque amor y clemencia divina son la compasión que acompaña siempre a Jesús en todos sus actos para con los que le salen al camino.
Al camino del amor a los demás que anda Jesús, hemos de salirle, todos y cada uno de nuestros días, tomando en serio la vivencia de nuestra fraternidad, vivo en los primeros momentos inocentes del seguimiento colectivo de los primeros años, a lo que henos de volver nosotros salvando olvidos.
Reflexión: El vigor de la fe
La fe es penetrante, es incisiva, porque intuye lo que otros no ven, faltos del olfato que adivina a Dios.
Dios está, aunque no de la manera palpable que exige el que no presiente la sombra de sus manos sobre nuestros ojos. Al que lo busca y espera como el ciego de Jericó, como la hemorroisa, indagará para dar con él y cuando sabe que está a su alcanca, lo invoca a gritos o toca furtivamente hasta hacerse notar.
La fuerza de la fe es vigorosa y el anhelo de Dios hace milagros, ya que la mueve el amor, entre esa fe y la esperanza
Rincón poético
SÉ DE QUIEN ME HE FIADO
Se de quién me he fiado. Señor,
destaca en el tumulto
de otras voces tu voz.
Discerní, mi Señor, desde entonces,
de quien era la voz
que sabía mi nombre.
Tuve a punto un lugar en mi mesa,
desde el día en que supe
quien llamaba a mi puerta.
Arrumbada la barca y sus redes,
vine a ti. No adivinas
la vehemencia que infieres.
No sospechas, Señor, cómo hieren
tus palabras, la fuerza
infinita que tienen.
Haz de mí lo que quieras. Confío
en ti. Seré tu imagen,
tu espejo fidedigno.
(De Poemas para andar por casa)
Morir por Dios. Inocentes son todos los que mueren por Dios. No cesará, por tanto, nunca el llanto de Raquel que se vierte en el llanto de la Iglesia. Ya lo dijo él: Os azotarán y por mi causa seréis llevados ante quienes os juzguen. Es el cáliz que han de beber cuantos se empeñen en seguirle a todo trance, porque es el cáliz que primero hubo de beber él, ya que también muriendo, él nos amó primero, camino también así para llegar al Padre.
Jesús es el don de sí mismo a los hombres, la gracia de Dios por excelencia. Y si Jesús se presenta a sí mismo como camino que también nosotros hemos de recorrer, hacer nuestra esa gracia impagable, extraer de ella todos los beneficios del amor que se nos da, nos aboca a devolverle a Dios, también por el Hijo, la cosecha de esa gracia convertida en amor a los demás, porque amor y clemencia divina son la compasión que acompaña siempre a Jesús en todos sus actos para con los que le salen al camino.
Al camino del amor a los demás que anda Jesús, hemos de salirle, todos y cada uno de nuestros días, tomando en serio la vivencia de nuestra fraternidad, vivo en los primeros momentos inocentes del seguimiento colectivo de los primeros años, a lo que henos de volver nosotros salvando olvidos.
Reflexión: El vigor de la fe
La fe es penetrante, es incisiva, porque intuye lo que otros no ven, faltos del olfato que adivina a Dios.
Dios está, aunque no de la manera palpable que exige el que no presiente la sombra de sus manos sobre nuestros ojos. Al que lo busca y espera como el ciego de Jericó, como la hemorroisa, indagará para dar con él y cuando sabe que está a su alcanca, lo invoca a gritos o toca furtivamente hasta hacerse notar.
La fuerza de la fe es vigorosa y el anhelo de Dios hace milagros, ya que la mueve el amor, entre esa fe y la esperanza
Rincón poético
SÉ DE QUIEN ME HE FIADO
Se de quién me he fiado. Señor,
destaca en el tumulto
de otras voces tu voz.
Discerní, mi Señor, desde entonces,
de quien era la voz
que sabía mi nombre.
Tuve a punto un lugar en mi mesa,
desde el día en que supe
quien llamaba a mi puerta.
Arrumbada la barca y sus redes,
vine a ti. No adivinas
la vehemencia que infieres.
No sospechas, Señor, cómo hieren
tus palabras, la fuerza
infinita que tienen.
Haz de mí lo que quieras. Confío
en ti. Seré tu imagen,
tu espejo fidedigno.
(De Poemas para andar por casa)
martes, 27 de diciembre de 2011
San Juan
En tres días sucesivos la Iglesia nos resume todo el recorrido del año litúrgico en otras tantas etapas: el nacimiento de Jesús, la redención a la que une su sangre Esteban y la resurrección. Y en este tramo final, al borde del sepulcro, dos personajes: la del primado que personaliza Pedro y la del discípulo amado. El uno entraña las responsabilidades de la Iglesia, y el otro el espíritu animador de la comunidad mediante el amor.
Es Juan mismo quien nos da a conocer el papel de Pedro y el suyo. Juan, más joven, llega antes que Pedro al sepulcro al sepulcro y se detiene para que quien representa el primado de la Iglesia pase primero. Juan no necesita demasiado para adivinar a Cristo: ve el sepulcro vacío y creyó de inmediato. Huelgan las explicaciones.
Nos enseña que hay maneras diferentes de acercarse a Jesús: desde la simple curiosidad, con el corazón vacío de Dios, desde la responsabilidad, que hace pensar, y llevando a Dios como una lámpara en su corazón. El primero encontrará literatura y poco más: el sentido oscuro de la verdad queda oculto; el segundo ha de sopesar los hechos ante de decidirse, el tercero descubre la presencia de Dios en el rumor de sus palabras, porque el amor le ilumina el camino que conduce hasta la verdad, a veces muy oculta.
El camino más recto y seguro para hallar a Dios es el amor. Quien ama, huele la presencia de Dios. Quien desconoce los caminos del amor, necesita argumentos y raciocinios. El sepulcro estaba vacío para los ojos; pero el amor sabe atisbar y leer donde los ojos no ven nada.
Refelxión: No hay diablo bueno
No quepa a nadie la menor duda de que la experiencia es sabia. Se dice por eso que el diablo sabe más por viejo que por diablo. El diablo sabe mucho. Fue él quien inventó la malicia y la necedad, de modo que la necedad absoluta consiste precisamente en ponerle una vela a Dios y otra al diablo. Insisto que el diablo sabe mucho, diplomado en malignas travesuras. Hay una cosa, con todo, que el diablo ignora olímpicamente, la bondad. No hay diablo bueno.
Rincón poético
EL EVANGELIO DE JUAN
Quien quiera saberse
de memoria a Dios,
que lea las cosas
que Juan escribió.
Vivió de él tan cerca,
que su pan comió
de sus mismas manos,
como oveja que cuida el pastor.
Y escribió embebido
de celo y de amor,
como la gacela
que una flecha hirió
Me gusta este libro
que Juan escribió.
¿Quién mejor que Juan?
¿Quién otro mejor?
Creo que el tintero
que su pluma usó,
fue la misma sangre
de su corazón.
Proclama que Cristo
es Hijo de Dios,
y que un puñal impío
fue el que le mató.
La luz de los cielos
le resucitó.
Y nació una cruz
del charco que en tierra dejó.
Lo vio Magdalena, lo ven
entrando a Emaús otros dos,
lo aclama el Cenáculo
de nuevo investido de Dios.
Me gusta este libro
que Juan escribió.
(De Poemas para andar por casa)
Es Juan mismo quien nos da a conocer el papel de Pedro y el suyo. Juan, más joven, llega antes que Pedro al sepulcro al sepulcro y se detiene para que quien representa el primado de la Iglesia pase primero. Juan no necesita demasiado para adivinar a Cristo: ve el sepulcro vacío y creyó de inmediato. Huelgan las explicaciones.
Nos enseña que hay maneras diferentes de acercarse a Jesús: desde la simple curiosidad, con el corazón vacío de Dios, desde la responsabilidad, que hace pensar, y llevando a Dios como una lámpara en su corazón. El primero encontrará literatura y poco más: el sentido oscuro de la verdad queda oculto; el segundo ha de sopesar los hechos ante de decidirse, el tercero descubre la presencia de Dios en el rumor de sus palabras, porque el amor le ilumina el camino que conduce hasta la verdad, a veces muy oculta.
El camino más recto y seguro para hallar a Dios es el amor. Quien ama, huele la presencia de Dios. Quien desconoce los caminos del amor, necesita argumentos y raciocinios. El sepulcro estaba vacío para los ojos; pero el amor sabe atisbar y leer donde los ojos no ven nada.
Refelxión: No hay diablo bueno
No quepa a nadie la menor duda de que la experiencia es sabia. Se dice por eso que el diablo sabe más por viejo que por diablo. El diablo sabe mucho. Fue él quien inventó la malicia y la necedad, de modo que la necedad absoluta consiste precisamente en ponerle una vela a Dios y otra al diablo. Insisto que el diablo sabe mucho, diplomado en malignas travesuras. Hay una cosa, con todo, que el diablo ignora olímpicamente, la bondad. No hay diablo bueno.
Rincón poético
EL EVANGELIO DE JUAN
Quien quiera saberse
de memoria a Dios,
que lea las cosas
que Juan escribió.
Vivió de él tan cerca,
que su pan comió
de sus mismas manos,
como oveja que cuida el pastor.
Y escribió embebido
de celo y de amor,
como la gacela
que una flecha hirió
Me gusta este libro
que Juan escribió.
¿Quién mejor que Juan?
¿Quién otro mejor?
Creo que el tintero
que su pluma usó,
fue la misma sangre
de su corazón.
Proclama que Cristo
es Hijo de Dios,
y que un puñal impío
fue el que le mató.
La luz de los cielos
le resucitó.
Y nació una cruz
del charco que en tierra dejó.
Lo vio Magdalena, lo ven
entrando a Emaús otros dos,
lo aclama el Cenáculo
de nuevo investido de Dios.
Me gusta este libro
que Juan escribió.
(De Poemas para andar por casa)
lunes, 26 de diciembre de 2011
San Esteban
En el calendario litúrgico, el Niño no viene solo: le acompañan en días sucesivos san Esteban, san Juan y los santos Inocentes. De algún modo, la cruz empieza a perfilarse ya en las pajas y el rechazo de la gente. La sombra de la cruz es alargada también. Y a la sombra de esa cruz, nace a la vida eterna de la santidad el primer testigo de nuestra fe, san Esteban; el primero en bautizarse en su propia sangre unida a la del Maestro. No podría recrearse bien el ambiente de la primitiva Iglesia si arrancamos de los Hechos esa página testimonial de su fe. Para aquellos primeros cristianos, Esteban fue el modelo ejemplar, la prueba de que las palabras de Jesús empezaban a cumplirse: Os azotarán, y por mi causa seréis conducidos ante los gobernadores. La persecución ha sido una constante en la vida de la Iglesia. Y en el momento en que Mateo escribe estas palabras, le sobran ya testimonios de esa evidencia, porque la persecución no cesa de azotar con fuerza a las comunidades cristianas. Todo hombre que proclame la realidad del Reino, tiene que estar dispuesto a afrontar la contestación, y mientras haya quien persiga a la Iglesia, la palabra de Cristo brillará más luminosa y la sangre de la persecución fecundará a la Iglesia. Hemos de acreditar nuestra fe con la valentía que nos inculcan nuestros modelos. Con nuestro testimonio demostraremos que las palabras de Cristo no pasarán.
Reflexión: La fragancia del azahar
La Ribera es una extensa comarca valenciana, famosa por la calidad de la naranja. Su cultivo, casi exclusivo, durante largas épocas rivalizó con la obtención de la seda. Desde cualquiera de los montes vecinos que la circundan, puede contemplarse un panorama verde que monopoliza el naranjo. Sus árboles de un verde intenso forman un enramado que el rico peso de la fruta hace descender hasta el suelo, lo que impide el uso oportuno de rodrigones. Y hay un momento destacable en el ciclo anual de su evolución, el esplendor de su floración, su fragancia. El aroma del azahar inunda entonces el ambiente primaveral, entrándose de rondón en sus poblados y mansiones. Respirar comporta aspirar conjuntamente el exquisito beneficio de sus fragancia omnipresente e innumerable. Hay acontecimientos naturales que concitan la afluencia de curiosos deseosos de conocer el fenómeno, las fumarolas del norte, la floración japonesa de los cerezos, la fantasía imposible de la aurora boreal, el alfombrado extenso del azafrán en Toledo, la vistosa contemplación alpina del edelweiss.... ¿Por qué no la aromática floración blanca del azahar en la Ribera?
Rincón poético:
SI NO HAY POSADA
Si no hay posada en Belén,
caben juntos en la mía
holgadamente, mi Dios,
el Niño, José y María.
Sé bien lo dificultoso
que es caminar. Noche y día,
sin encontrar ni un pretil
donde apoyar la fatiga.
El corazón de los hombres
en ocasiones olvida
que es el amor el que alumbra
el manantial de la vida.
Muy poco sabe de amor
quien lo esconde y no lo cuida,
sin calcular cuánto mata
cuando lo maltrata y pisa.
Yo tengo la puerta abierta,
la casa siempre encendida,
leña al fuego, mesa puesta,
por si alguien lo necesita.
Si no hay posada en Belén,
caben juntos en la mía
holgadamente, mi Dios,
el Niño, José y María.
(De Poemas para andar por casa)
Reflexión: La fragancia del azahar
La Ribera es una extensa comarca valenciana, famosa por la calidad de la naranja. Su cultivo, casi exclusivo, durante largas épocas rivalizó con la obtención de la seda. Desde cualquiera de los montes vecinos que la circundan, puede contemplarse un panorama verde que monopoliza el naranjo. Sus árboles de un verde intenso forman un enramado que el rico peso de la fruta hace descender hasta el suelo, lo que impide el uso oportuno de rodrigones. Y hay un momento destacable en el ciclo anual de su evolución, el esplendor de su floración, su fragancia. El aroma del azahar inunda entonces el ambiente primaveral, entrándose de rondón en sus poblados y mansiones. Respirar comporta aspirar conjuntamente el exquisito beneficio de sus fragancia omnipresente e innumerable. Hay acontecimientos naturales que concitan la afluencia de curiosos deseosos de conocer el fenómeno, las fumarolas del norte, la floración japonesa de los cerezos, la fantasía imposible de la aurora boreal, el alfombrado extenso del azafrán en Toledo, la vistosa contemplación alpina del edelweiss.... ¿Por qué no la aromática floración blanca del azahar en la Ribera?
Rincón poético:
SI NO HAY POSADA
Si no hay posada en Belén,
caben juntos en la mía
holgadamente, mi Dios,
el Niño, José y María.
Sé bien lo dificultoso
que es caminar. Noche y día,
sin encontrar ni un pretil
donde apoyar la fatiga.
El corazón de los hombres
en ocasiones olvida
que es el amor el que alumbra
el manantial de la vida.
Muy poco sabe de amor
quien lo esconde y no lo cuida,
sin calcular cuánto mata
cuando lo maltrata y pisa.
Yo tengo la puerta abierta,
la casa siempre encendida,
leña al fuego, mesa puesta,
por si alguien lo necesita.
Si no hay posada en Belén,
caben juntos en la mía
holgadamente, mi Dios,
el Niño, José y María.
(De Poemas para andar por casa)
domingo, 25 de diciembre de 2011
Navidad
Ya el profeta Malaquías en un momento difícil en que la gente se siente desencantada porque al regreso del exilio, se percatan de que continúan bajo el dominio de medos y persas, recibe aliento de Dios con estas palabras: - Se acerca el día en que en que los malvados, serán destruidos como paja echada al fuego. Será un día que no dejará tras de sí rama ni raíz. En cambio para los buenos que cumplen mis mandatos, amanece un día de dicha y felicidad. Es el presagio de la edad mesiánica, en que la justicia y la bondad de Dios establecerán la paz entre él y los hombres. Hoy es el día. Ese día de luz. Ese día de paz. Lo dice el ángel a unos pastores: Hoy os ha nacido un salvador. Hoy es el día en que Dios se hace uno de nosotros, elevando nuestra condición a la suya divina gracias a la persona del Hijo, que justamente hoy, se nos entrega como moneda de cambio de nuestra salvación. Y esta cercanía de Dios nos empuja a que recuperemos el sentido profundo de la Navidad, que implica nuestra confianza en el hombre, porque ahora es hombre también Dios, que habita nuestro mundo, lo ha convertido en su casa, y que ha hecho suya la historia. No nos queda más remedio que amarlo también nosotros como lo ama él, dándonos a él a semejanza suya. Así es como el misterio de la Navidad nos introduce en la raíz de nuestra condición cristiana. La navidad nos enseña así a ir por el mundo con un mensaje de optimismo, alimentando confianza en torno nuestro. Creer en la Navidad, vivirla cristianamente, es crear una nueva humanidad con Cristo, haciendo que los hombres se sientan más cerca los unos de los otros, más capacitados para el amor y la fraternidad.
Reflexión: Los perfumes
Los perfumistas han hecho maravillas de sutileza en la obtención de fragancias, mezclando esencias diversas en su justa medida hasta lograr una equilibrada armonía entre ellas. Hay perfumes para todos los gustos, por más que a mi me siguen subyugando los aromas naturales como el de la mandarina, el tomillo, la fresa, y los que elaboran las mismas flores, como la rosa, el jazmín, el azahar, el galán de noche o el alhelí. El sentido del olfato discierne unos aromas de otros incluso abigarrados en confluencia de muchos. Lo hace el catador experto en vinos olorosos, y sobre todo, el perfumista que los elige para confeccionar un perfume determinado. ¿Cómo es que no hay concurso de perfumes, como los hay de otros productos menos exquisitos y refinados? Hay que suponer que lo impiden intereses encontrasdos. Tanto da; yo me quedo y me regalo con los míos naturales y sin manipulación de nadie.
Rincón poético
EL LLANTO DEL NIÑO
En Belén hay fiesta.
Cuando atardeció,
puso aquí una estrella
la mano de Dios.
Y el llanto de un Niño
de pronto se oyó
La Virgen lo besa
y es tanto su amor
que loco en su pecho
baila el corazón.
¿Por qué llora el Niño
si es Hijo de Dios?
Pastores le llevan
miel en un zorrón
y un cordero blanco
como el requesón.
¿Por qué llora el Niño
en su adoración?
Ángeles celebran
la gloria de Dios
y al niño le asusta
tanto resplandor.
¿Por qué llora el Niño?
¡Que contradicción!
(De Poemas para andar por casa)
Reflexión: Los perfumes
Los perfumistas han hecho maravillas de sutileza en la obtención de fragancias, mezclando esencias diversas en su justa medida hasta lograr una equilibrada armonía entre ellas. Hay perfumes para todos los gustos, por más que a mi me siguen subyugando los aromas naturales como el de la mandarina, el tomillo, la fresa, y los que elaboran las mismas flores, como la rosa, el jazmín, el azahar, el galán de noche o el alhelí. El sentido del olfato discierne unos aromas de otros incluso abigarrados en confluencia de muchos. Lo hace el catador experto en vinos olorosos, y sobre todo, el perfumista que los elige para confeccionar un perfume determinado. ¿Cómo es que no hay concurso de perfumes, como los hay de otros productos menos exquisitos y refinados? Hay que suponer que lo impiden intereses encontrasdos. Tanto da; yo me quedo y me regalo con los míos naturales y sin manipulación de nadie.
Rincón poético
EL LLANTO DEL NIÑO
En Belén hay fiesta.
Cuando atardeció,
puso aquí una estrella
la mano de Dios.
Y el llanto de un Niño
de pronto se oyó
La Virgen lo besa
y es tanto su amor
que loco en su pecho
baila el corazón.
¿Por qué llora el Niño
si es Hijo de Dios?
Pastores le llevan
miel en un zorrón
y un cordero blanco
como el requesón.
¿Por qué llora el Niño
en su adoración?
Ángeles celebran
la gloria de Dios
y al niño le asusta
tanto resplandor.
¿Por qué llora el Niño?
¡Que contradicción!
(De Poemas para andar por casa)
sábado, 24 de diciembre de 2011
El Benedictus
Es sintomático que aquella promesa de Ezequiel previendo cómo el Espíritu de Dios descendería sobre su pueblo instalándose entre los hombres, empieza aquí a cumplirse en Zacarías. Con el Benedictus se agradece el inesperado beneficio que, contra toda esperanza, acaban de recibir los padres del niño, pero más aún porque se adivina ya que ha comenzado la cuenta atrás de la salvación del hombre: Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha vitado y redimido a su pueblo. Y en esa realización salvadora, su hijo tendrá un papel sobresaliente.
Llevar un nombre u otro no es indiferente para un judío. El nombre tiene una significación y una intención muy acusada. Así, si Emmanuel significa Dios con nosotros y Jesús significa el que salva, Juan viene a ser tanto como Dios da gratuitamente. Lo que sugiere que el misterio planeaba ya sobre ese niño que se llamaría así. Todos interpretan, pues, que Dios tiene un proyecto especial sobre este niño. La mano de Dios está con él, decían todos. Una bella imagen. De manera muy semejante, Jesús diría un día que los signos prodigiosos con que Dios subrayaba lo que él hacía, eran obra del dedo de Dios. Que, igualmente, la mano de Dios proyecte su sombra sobre nosotros, para que nuestros pasos acierten siempre a ir pisando los que holló primero Jesús pisó por los caminos de su evangelio.
Reflexión: Los chasquidos de los huesos
Conocí a una persona a quien le sonaban las articulaciones de los huesos al andar o levantarse de la silla, como si se los hubieran hecho con chapa de sonajero. Tienen connotaciones fúnebres estos gemidos inescrutables e intempestivos. Quizás por eso resulte tan molesto escuchar tales chasquidos óseos secos e instantáneos. ¿Tendrán que ver algo con íntimos engranajes sin lubricar como cabría esperar? Algo debería hacer la medicina para atenuar al menos esas presuntas apelaciones a la muerte. Lo digo porque Juan Rulfo tiene una ingeniosa novelita en la que cierto difunto de huesos especialmente desafinados, da pie a otros cercanos a él en el cementerio para que pongan en solfa las estridencias enterradas del esqueleto solitario, que se remueve ruidosamente una y otra vez buscando una postura acomodada. Y hay en el profeta Ezequiel un conocido pasaje simbólico en que un montón sobrecogedor de huesos se remueve de pronto vistiéndose de carne, nervios y musculatura, hasta ponerse en pie. Los huesos dicen mucho más de lo que aparentan. Los huesos tienen historia. Hay quien no los toma en serio. ¡Se necesita humor!
Rincón poético
¡ME REBELO!
La Virgen lleva en la frente
una estrella. ¿Qué diablejo
se atrevió a tocar su frente?
¡Me rebelo!
La Virgen da a luz un Niño
y entre unas pajas lo ha puesto,
mientras duerme san José.
¡Me rebelo!
Hace frío. El buey al Niño
lo calienta con su aliento.
No hay otra calefacción.
¡Me rebelo!
El rey Herodes que maten
a los niños ha dispuesto.
¿No tiene el rey corazón?
¡Me rebelo!
Que el hombre trate así a Dios,
es algo que yo no entiendo.
Dicen que siempre fue así.
¡Me rebelo!
¿De qué sirve rebelarse
si así nada cambiar puedo?
¿He de resignarme entonces?
¡Me rebelo!
(De Poemas para andar por casa)
viernes, 23 de diciembre de 2011
El nombre de Juan
Solemos decir que los nombres propios no dignifican, que su función es distintiva de la persona que designa en concreto. Par un judío, no. Paar un judío llevar un nombre u otro no es indiferente. El nombre tiene significado e intención muy acusadas, ya que con él se expresa la condición o categoría social de la persona a quien designa. Así, Enmanuel significa Dios con nosotros, Jesús, quien nos salva, y Juan viene a decir algo así como Dios da gratuitamente. ¿Qué es lo que se nos está transmitiendo en este pasaje con todo esto? Quiere decirse que, antes de nacer Juan, el misterio planea ya sobre ese niño que se llamará así. Todos interpretan entonces que el papel que representará en el Reino de Dios, empieza ya a alborear. Que Dios ha querido este nacimiento, porque tiene un proyecto sobre este niño. Por eso decían todos: La mano de Dios está con él. Una bella imagen. La mano de Dios. De manera muy semejante, Jesús diría un día que los signos prodigiosos con que Dios subrayaba lo que él hacía, no eran obra de Satanás, sino que era obra del dedo de Dios.
Reflexión: El compás de tres por cuatro
Lo que confiere alegría, dinamismo o serenidad, solemnidad y placidez a una composición musical es en muy buena parte el compás a que se haya sometido la partitura de una obra. Hay un compás señaladamente alegre y ágil, el de tres por cuatro. Es el de los valses y obras movimientos como El lago de los cisnes, pongo por ejemplo. No exclusivamente, claro. Piezas compuestas con ritmos de dos por dos pueden rivalizar con aquellas, sobre todo si se hace uso de los tresillos tan instantáneos y expeditos. En todo caso, los sentimientos gozosos como los reposados tienen que ver con los ritmos musicales que los configuran, sin dar de lado a los tonos empleaos, mayores o menores, anejos muy estrechamente a la dulce tristeza tan decadente de un Claro de luna y la exaltación acelerada de sentimientos más o menos desbordados de La tempestad, de Beethoven.
Rincón poético
VEN PRONTO, SEÑOR
La tierra está triste.
Sin ti no hay amor.
¿Dónde te escondiste
que te encuentre yo?
Vuelve con nosotros.
Ven pronto, Señor.
Los pobres sufrimos
nuestra condición
con el acicate
de que el mismo Dios
se encarna en nosotros.
Ven pronto, Señor.
Lo auguraron todos
los profetas: Hoy,
nacerá en las manos
de una Virgen Dios.
Cantemos a coro:
Ven pronto, Señor.
Brillará en la frente
de la Virgen hoy
la luz de una estrella
que enciende el amor.
Ángeles la empujan.
Ven pronto, Señor.
(De Pormas para andar pot casa)
Reflexión: El compás de tres por cuatro
Lo que confiere alegría, dinamismo o serenidad, solemnidad y placidez a una composición musical es en muy buena parte el compás a que se haya sometido la partitura de una obra. Hay un compás señaladamente alegre y ágil, el de tres por cuatro. Es el de los valses y obras movimientos como El lago de los cisnes, pongo por ejemplo. No exclusivamente, claro. Piezas compuestas con ritmos de dos por dos pueden rivalizar con aquellas, sobre todo si se hace uso de los tresillos tan instantáneos y expeditos. En todo caso, los sentimientos gozosos como los reposados tienen que ver con los ritmos musicales que los configuran, sin dar de lado a los tonos empleaos, mayores o menores, anejos muy estrechamente a la dulce tristeza tan decadente de un Claro de luna y la exaltación acelerada de sentimientos más o menos desbordados de La tempestad, de Beethoven.
Rincón poético
VEN PRONTO, SEÑOR
La tierra está triste.
Sin ti no hay amor.
¿Dónde te escondiste
que te encuentre yo?
Vuelve con nosotros.
Ven pronto, Señor.
Los pobres sufrimos
nuestra condición
con el acicate
de que el mismo Dios
se encarna en nosotros.
Ven pronto, Señor.
Lo auguraron todos
los profetas: Hoy,
nacerá en las manos
de una Virgen Dios.
Cantemos a coro:
Ven pronto, Señor.
Brillará en la frente
de la Virgen hoy
la luz de una estrella
que enciende el amor.
Ángeles la empujan.
Ven pronto, Señor.
(De Pormas para andar pot casa)
jueves, 22 de diciembre de 2011
El magnificat
El magnificat, posible refundición lucana de un texto previo, es una alabanza a Dios de la Virgen María, en rendida acción de gracias, en cuanto vislumbra, desde un sentido espiritual de la liberación evangélica de nuestra condición caída, los efectos redentores en la recreación de una nueva humanidad, en solidaridad de todos los hombres entre sí. Alguien ha resumido el contenido del himno diciendo que en él aparece Dios tomando partido por los pobres, desde el trono de su trascendencia, para extender, a todos, los beneficios de su obra. Viene a ser entonces como una promesa de fraternidad sin orillas, en vías de realización por los caminos que traza el Espíritu del Señor, contra todo signo de opresión envilecedora de nuestra condición humana.
Reflexión: Nulla dies sine linea
Para el escritor latino Horacio, el modo más eficaz de progresar en la expresión literaria es imponerse el quehacer habitual de no dejar pasar un solo día sin dejar der escribir algo: Nulla dies sine linea, decía él, experimentado literato, persuadido de lo certero del consejo. No sólo no dudo yo de la eficiencia aneja a este procedimiento educativo, sino que si tuviera que aconsejar a alguien el modo más a mano de ejercitarse provechosamente en la expresión escrita, con ánimo de impulsarlo a progresar hacia la perfección y llegar a configurar un estilo propio, no variaría ni un ápice lo que Horacio dejó escrito en su Carta a los hermanos Pisones. Puedo decir, al menos, que no dejo de practicarlo con asiduidad y espero no desmentir en lo más mínimo al famoso autor latino. La constancia es todo el respaldo que se necesita en cualquier quehacer para llegar a buen puerto.
Rincón poético
COMO LA BRISA
Dios, cuando se acerca
al hombre, procede
con paso callado,
silenciosamente.
Dios no es proceloso
como hay quien opina.
Llega a ti despacio,
llega de puntillas.
Ni en el terremoto
ni en el huracán
reconoció Elías
a Dios, al pasar.
Adivinó al punto
Elías a Dios,
en la brisa tenue
que ante él discurrió.
Dios nos nace humilde,
como el cervatillo
que busca una fuente
temeroso y tímido.
Dios nos llega a gatas,
riendo y llorando
como el Niño que es.
¡Salid a encontrarlo!
(De Poemas para andar por casa)
Reflexión: Nulla dies sine linea
Para el escritor latino Horacio, el modo más eficaz de progresar en la expresión literaria es imponerse el quehacer habitual de no dejar pasar un solo día sin dejar der escribir algo: Nulla dies sine linea, decía él, experimentado literato, persuadido de lo certero del consejo. No sólo no dudo yo de la eficiencia aneja a este procedimiento educativo, sino que si tuviera que aconsejar a alguien el modo más a mano de ejercitarse provechosamente en la expresión escrita, con ánimo de impulsarlo a progresar hacia la perfección y llegar a configurar un estilo propio, no variaría ni un ápice lo que Horacio dejó escrito en su Carta a los hermanos Pisones. Puedo decir, al menos, que no dejo de practicarlo con asiduidad y espero no desmentir en lo más mínimo al famoso autor latino. La constancia es todo el respaldo que se necesita en cualquier quehacer para llegar a buen puerto.
Rincón poético
COMO LA BRISA
Dios, cuando se acerca
al hombre, procede
con paso callado,
silenciosamente.
Dios no es proceloso
como hay quien opina.
Llega a ti despacio,
llega de puntillas.
Ni en el terremoto
ni en el huracán
reconoció Elías
a Dios, al pasar.
Adivinó al punto
Elías a Dios,
en la brisa tenue
que ante él discurrió.
Dios nos nace humilde,
como el cervatillo
que busca una fuente
temeroso y tímido.
Dios nos llega a gatas,
riendo y llorando
como el Niño que es.
¡Salid a encontrarlo!
(De Poemas para andar por casa)
miércoles, 21 de diciembre de 2011
Bendita tú que has creído
La presencia de Dios es una presencia siempre gozosa, que es lo que se nos quiere decir con eso de que el niño saltó de gozo en el vientre de Isabel, su madre. También es gozosa la acogida de Isabel a María, que se expresa con la bienaventuranza de la fe. Todo este largo proceso litúrgico de adviento queda embebido de la alegría de cuantos participan de algún modo en los diferentes episodios que nos narran los evangelios de Mateo y Lucas. Se va creando así, día tras día, un ambiente de jubilosa espera, que se acentúa de manera acelerada en la medida que se aproxima el momento de florecer en Belén la gloria de Dios. ¿Cuándo hubo tanto ángel revolando sobre los hombres como en ese tiempo glorioso? Ni los hombres se acercaron tanto los unos a los otros como en estos momentos que la luz envuelve. Y es que nunca nos visitó Dios tantas veces y se nos puso tan a la mano. Valga celebrar que Jesús nos enseñara a ser y a estar alegres siempre, porque gracias a él estamos en las manos gozosas de Dios.
Reflexión: el atardecer
El día, sudoroso, acaba siempre desfalleciendo, en cuyo trance tiene lugar el atardecer. Lo presagian la horizontalidad de la luz solar y el creciente alargamiento de las sombras que árboles y casas proyectan sobre el suelo. Las sombras mismas se erigen en anticipo de la noche. Se le adentran rastreras, furtivas al paisaje, entristeciendo la serenidad de las últimas luces exangües, al declinar ya el día. El atardecer tiene mucho de puente levadizo entre el día y la noche. No pasa de ser un pasadizo por el que huye agotado el día, fatigado del ajetreo diurno y el tráfago ciudadano, al encuentro del merecido descanso. Sabe hasta qué punto es seductora la noche en que se abisma irremediablemente, los ojos ciegos. El haz de nubes arreboladas que en ocasiones lo despiden, es un adiós floral que apunta visos mortuorios.
Rincón poético
LA NIEVE
Dicen que ha nevado
en cumbres lejanas.
Me gusta la nieve
tan leve y tan blanca.
Me gusta ver lentos
los copos caer,
mariposas muertas
de un frío cruel.
Mariposas suben,
mariposas bajan,
mariposas tristes,
mariposas blancas.
Me gusta el paisaje
tan puro, tan tenue,
que el silencio acuna,
que el silencio aduerme.
Es como si el mundo
cambiara de piel
para guarecerse
de lo sucio que es.
La nieve transporta
a un mundo mejor.
Se nota en su hechura
la mano de Dios.
Un capricho tengo
que al corazón hiere;
vestir la blancura
de un copo de nieve.
(De Poemas para andar por casa)
Reflexión: el atardecer
El día, sudoroso, acaba siempre desfalleciendo, en cuyo trance tiene lugar el atardecer. Lo presagian la horizontalidad de la luz solar y el creciente alargamiento de las sombras que árboles y casas proyectan sobre el suelo. Las sombras mismas se erigen en anticipo de la noche. Se le adentran rastreras, furtivas al paisaje, entristeciendo la serenidad de las últimas luces exangües, al declinar ya el día. El atardecer tiene mucho de puente levadizo entre el día y la noche. No pasa de ser un pasadizo por el que huye agotado el día, fatigado del ajetreo diurno y el tráfago ciudadano, al encuentro del merecido descanso. Sabe hasta qué punto es seductora la noche en que se abisma irremediablemente, los ojos ciegos. El haz de nubes arreboladas que en ocasiones lo despiden, es un adiós floral que apunta visos mortuorios.
Rincón poético
LA NIEVE
Dicen que ha nevado
en cumbres lejanas.
Me gusta la nieve
tan leve y tan blanca.
Me gusta ver lentos
los copos caer,
mariposas muertas
de un frío cruel.
Mariposas suben,
mariposas bajan,
mariposas tristes,
mariposas blancas.
Me gusta el paisaje
tan puro, tan tenue,
que el silencio acuna,
que el silencio aduerme.
Es como si el mundo
cambiara de piel
para guarecerse
de lo sucio que es.
La nieve transporta
a un mundo mejor.
Se nota en su hechura
la mano de Dios.
Un capricho tengo
que al corazón hiere;
vestir la blancura
de un copo de nieve.
(De Poemas para andar por casa)
martes, 20 de diciembre de 2011
El anuncio de María
Se nos dice que esta visita del Ángel a María ocurre seis meses después de la de Zacarías. Un modo indirecto de comunicarnos que Juan va por delante de Jesús en el tiempo, porque es el precursor. La angelofanía de la Virgen, con ser paralela a la de Zacarías, tiene un motivo, contenidos y reacciones distintas. El motivo el nacimiento de Jesús; el contenido, es el anuncio de que el Espíritu divino se cernerá sobre ella como una lluvia fértil, fecundándola. Las reacciones son también características: María quiere saber cómo ocurrirá lo que parece imposible, pero no duda, como Zacarías, sino que presta toda su aprobación al proyecto divino que la implica como Madre del Mesías prometido. María se fía de Dios y el ángel la felicita. Zacarías sale del templo mudo. La nota común de ambos anuncios es la alegría. A Zacarías se le anuncia: Te llenarás de gozo y de alegría. En el nacimiento de Cristo los ángeles cantan rebosantes de gozo. Esa es nuestra suerte, la de tener a un Dios que pone su amor en los hombres y nos enseña a amar como sólo él sabe hacerlo. Demos gracias a Dios.
Reflexión: El amanecer
Retirada la noche a su reino de sombras, el amanecer se alza desplegando el país de su abanico con un derroche de luz primeriza, de clarificadora luz, mientras destierra la confusa configuración de una noche que todo lo borra. Su modo de estar carece de estabilidad, en un proceso transitorio ante la oscuridad de la noche y la esplendidez meridiana del día. Un tránsito que va descorriendo la luz desde el color encarnado al leonado limpio y transparente sobre la línea espectacular del horizonte. Hora maneana lo llamaban los latinos, momento matinal, y es que en su duración escasea el tiempo, como en todo lo exquisito, la perfección de la rosa, el destello momentáneo de unos ojos bellos, la sensación deliciosa de la caricia y el beso. ¿No será la eternidad un bello amanecer estratificado que nunca acaba?
Rincón poético
TUVE MIEDO
Te tuve miedo, mi Señor,
te tuve miedo cuando no sabía
quién eras tú. Le tuve miedo
a la solemnidad de tu presencia.
No sabía muy bien quién eras tú.
Señor, no te sabía.
Te sé muy poco todavía
y acaso no sabré nunca del todo
el oscuro misterio que te envuelve.
Pero sé que tu amor incomprendido
no tiene cerca ni medida;
que eres capaz de malgastarla a cambio
de que la vivan otros;
que no te duele tributar a Dios
con tu sangre, si salvas
así del cieno el corazón del mundo.
He aprendido que gozas
de nuestra compañía
y que de nuestro barro fementido
te hiciste loza frágil.
¿Cómo puede temerte
quien sabe hasta qué punto
te hace dichoso nuestra cercanía?
Tenme cerca. Señor, que de otro modo
no sé, mi Dios, cómo vivir podría.
(De Poemas para andar por casa)
Reflexión: El amanecer
Retirada la noche a su reino de sombras, el amanecer se alza desplegando el país de su abanico con un derroche de luz primeriza, de clarificadora luz, mientras destierra la confusa configuración de una noche que todo lo borra. Su modo de estar carece de estabilidad, en un proceso transitorio ante la oscuridad de la noche y la esplendidez meridiana del día. Un tránsito que va descorriendo la luz desde el color encarnado al leonado limpio y transparente sobre la línea espectacular del horizonte. Hora maneana lo llamaban los latinos, momento matinal, y es que en su duración escasea el tiempo, como en todo lo exquisito, la perfección de la rosa, el destello momentáneo de unos ojos bellos, la sensación deliciosa de la caricia y el beso. ¿No será la eternidad un bello amanecer estratificado que nunca acaba?
Rincón poético
TUVE MIEDO
Te tuve miedo, mi Señor,
te tuve miedo cuando no sabía
quién eras tú. Le tuve miedo
a la solemnidad de tu presencia.
No sabía muy bien quién eras tú.
Señor, no te sabía.
Te sé muy poco todavía
y acaso no sabré nunca del todo
el oscuro misterio que te envuelve.
Pero sé que tu amor incomprendido
no tiene cerca ni medida;
que eres capaz de malgastarla a cambio
de que la vivan otros;
que no te duele tributar a Dios
con tu sangre, si salvas
así del cieno el corazón del mundo.
He aprendido que gozas
de nuestra compañía
y que de nuestro barro fementido
te hiciste loza frágil.
¿Cómo puede temerte
quien sabe hasta qué punto
te hace dichoso nuestra cercanía?
Tenme cerca. Señor, que de otro modo
no sé, mi Dios, cómo vivir podría.
(De Poemas para andar por casa)
lunes, 19 de diciembre de 2011
Zacarías y el ángel
Dos cosas cabe observar en este pasaje: su sabor navideño de nacimiento paralelo al de Jesús, y la fe necesaria para descubrir y acomodar la presencia de Dios en nuestras vidas. Las promesa de un Mesías salvador, encarnado en el Siervo de Yahvé, y la promesa paralela de un precursor que prepararía los caminos a ese siervo de Dios, aparecen cumplidas en Jesús y Juan. La Iglesia los unió desde un principio como piezas consecutivas, y el evangelio nos los presenta como personajes complementarios. El anuncio del ángel a María y éste otro a Zacarías, reúnen los elementos de ese género de anuncios angélicos llamados angelofanías, en los que aparecen un saludo, el sobresalto de la persona sorprendida, palabras tranquilizadoras del ángel, la noticia, que en Zacarías es la impensada fertilidad de su esposa y la extrañeza consiguiente. Suele ocurrir cuando los cielos se abren para entablar una relación de proximidad con el hombre, quien, para comprender lo que ve y no entiende, pide entonces una demostración. En todo caso, lo importante es creer en lo que Dios desvela, motivo más que sobrado de bienaventuranza. Y es que la fe lo puede todo, hasta hacer nacer a Dios en nuestros corazones.
Reflexión: Tarde huracanada
Pronosticaron que hoy azotarían la comarca fuertes rachas de viento huracanado y así ha sido. Se podía observar un cielo raso, hacia el atardecer, con nubles aplastadas en la lejanía y los rayos del sol horizontales, dando con sus contrastes, una rara expresividad al paisaje. Es molesto este viento frío que pone en fuga las nubes y deja las calles desiertas. En una esquina del Colegio los falsos plátanos de la plaza se dejan desnudar de sus amplias hojas estrelladas, ahora ya de un color ocre y sucio. Es molesto este rachear del viento y su acompañamiento horrísono de sonidos arrastrados y sibilantes, que tienen no sé qué sobrecogedor, lo que explica que sepan usarlo con efectividad los cineastas, para las tenebrosidades en sus películas de miedo. Es muy molesto.
Rincón poético
NOCHE INVERNAL
Arrecia el viento, desmandado
su látigo frenético, azotando
calles y plazas y azoteas.
Nunca tuvo
tanto sentido mantener cerrada
la puerta.
El miedo adujo siempre
la oscuridad como pretexto.
Inventó espectros, trasgos, esperpentos.
Y el silbido del viento
fue su banda sonora.
Las noches son el corazón del miedo.
Cuelga sus decorados
y altavoces horrísonos
de sus hombros. Y al dedo compasivo
de la luz corresponde
cerrar sus ojos, como a un muerto.
Cuando amanezca, limpio el día,
pondrá cada emoción,
con mano cuidadosa,
de una en una en su sitio, en la alacena
del orden, como ponen
al hijo adormecido en una cuna
las manos de la madre.
De Poemas para andar por casa)
Reflexión: Tarde huracanada
Pronosticaron que hoy azotarían la comarca fuertes rachas de viento huracanado y así ha sido. Se podía observar un cielo raso, hacia el atardecer, con nubles aplastadas en la lejanía y los rayos del sol horizontales, dando con sus contrastes, una rara expresividad al paisaje. Es molesto este viento frío que pone en fuga las nubes y deja las calles desiertas. En una esquina del Colegio los falsos plátanos de la plaza se dejan desnudar de sus amplias hojas estrelladas, ahora ya de un color ocre y sucio. Es molesto este rachear del viento y su acompañamiento horrísono de sonidos arrastrados y sibilantes, que tienen no sé qué sobrecogedor, lo que explica que sepan usarlo con efectividad los cineastas, para las tenebrosidades en sus películas de miedo. Es muy molesto.
Rincón poético
NOCHE INVERNAL
Arrecia el viento, desmandado
su látigo frenético, azotando
calles y plazas y azoteas.
Nunca tuvo
tanto sentido mantener cerrada
la puerta.
El miedo adujo siempre
la oscuridad como pretexto.
Inventó espectros, trasgos, esperpentos.
Y el silbido del viento
fue su banda sonora.
Las noches son el corazón del miedo.
Cuelga sus decorados
y altavoces horrísonos
de sus hombros. Y al dedo compasivo
de la luz corresponde
cerrar sus ojos, como a un muerto.
Cuando amanezca, limpio el día,
pondrá cada emoción,
con mano cuidadosa,
de una en una en su sitio, en la alacena
del orden, como ponen
al hijo adormecido en una cuna
las manos de la madre.
De Poemas para andar por casa)
domingo, 18 de diciembre de 2011
Fe y disponibilidad
Es recomendable reafirmar el genuino sentido de la navidad significado por la venida de Jesús a salvarnos. De hecho, Lucas no se limita a narrarnos una historia sin más, sino que nos transmite una doctrina, que habrá que desvelar desde la Pascua. Y en ellos, María nos sale al encuentro como modelo de disponibilidad y profundísima fe, que es precisamente lo que destaca Isabel al declarar dichosa a María, no tanto por haber concebido al mesías, cuanto por haber creído las palabras reveladoras del misterio. La fe es entrega y disponibilidad en las manos de Dios; fiarse de que sus palabras se cumplirán taxativamente. La fe es vivencia que da sentido a lo que hacemos y decimos, conforma nuestra vida y nos dispone a ser como Dios quiere de nosotros en todo momento. La fe se traduce así en obras, esas obras de misericordia que aprendimos en el catecismo y que no han perdido su vigencia, porque el hombre sigue siendo un ser lleno de carencias y necesidades. La fe es comunitaria; nace en la comunidad y edifica la comunidad, donde se practica la construcción del Reino desde la práctica de la fraternidad. La fe la recibimos de la comunidad creyente y en ella debemos vivirla para transmitirla a quienes vienen detrás de nosotros, toda vez que hace felices a cuantos la viven con plenitud. ¡Dichosa tú porque has creído! Dichosos, nosotros también si vivimos nuestra fe con firmeza, ya que la fe funda el gozo de nuestra esperanza. Frente a la alegría pasajera de la lotería, de los regalos, del turrón, del champán, nosotros tenemos la alegría imperecedera que nos otorga la fe en quien viene a salvarnos, en quien viene a hacernos compañía, a hacernos felices.
Reflexión: La eternidad y el tiempo
La eternidad, como es bien sabido, no tiene ni principio ni fin, porque carece de evolución y progreso, dada su inmutabilidad. Es siempre lo mismo, gozosamente lo mismo para quienes la viven, sin alteración ni posibles alternancias. Nosotros los mortales, irrumpimos un día en ella de impensable manera y entonces sí, tendrá principio para los que la estrenamos. Es casi todo lo que podemos decir de ella, ya que desde el tiempo carecemos de todo atisbo de experiencia que nos permita conocer tan alejada realidad. En parte, hablamos de la eternidad por contraste, partiendo de la experiencia del tiempo, su antónimo. Si el tiempo es efímero, la eternidad es permanente; si el tiempo es sucesivo, la eternidad no varía; si el tiempo tiene principio y fin, la eternidad carece de duración, sencillamente es. El continuo relevo de acontecimientos que pueblan la temporalidad, se reduce para el hombre al puente levadizo de la muerte que nos introduce en ella. No es, pues, el mejor método para entrar en conocimiento de lo que sea esa realidad sin fondo de la perdurabilidad, ya que para ello modelamos un vacío con la experiencia que acopiamos de la existencia, para imaginar lo inimaginable. Ayuda apenas a su comprensión la aparente infinitud del mar y el concepto insondable que atribuimos al cosmos. Es decir; al hablar de la eternidad tropezamos con la dificultad insalvable de dilucidar su incógnita, cuya fórmula matemática nadie sabe.
Rincón poético
VOY HACIA TI
Subo, Señor, las escaleras
con fatigoso aliento.
Cada escalón cuenta mis pasos
con la ajustada geometría
de empinada ascensión.
Y hay descansillos donde me detiene
la sangre a descansar.
Así es la vida.
Subo hacia ti tan poco a poco
que he olvidado la intriga cotidiana
y el ajetreo sudoroso
de las prisas.
Sé compasivo, mi Señor,
con mis debilidades.
No me cierres el paso,
ahora justamente en que me siento
llevado de la mano por el suave
estirón del reposo y la gozosa
sensación de tenerte ya cercano.
Pero así ha sido siempre.
Se diría
que hoy, además, presiento ya entreabierta
la puerta que conduce a tu descanso.
(De Poemas para andar por casa)
sábado, 17 de diciembre de 2011
Jesús, Hijo de Dios
Las genealogías que atribuye Mateo a José cuadran con el número 14 que personifica a David, resultado de la suma numérica de las letras que componen su nombre. Es una manera sugerente y simbólica de indicar que, bajo la apariencia documental del texto, hay como una capa freática que nutre y da sentido a la genealogía davídica de Jesús, hijo adoptivo de José.
La promesa divina había situado en la casa de David la cuna donde la mano de Dios mecería al Hijo mesiánico. El evangelista se ingenia la manera de envolver la divinidad de la promesa en el papel de plata de un lenguaje desmaterializado que trascienda la mera literalidad
expresiva de la notificación. Todo se reduce a una noticia escueta: Jesús es hijo de David. El nacimiento de Jesús se inserta en la casta prevista de la casa de David. Jesús proviene en línea directa del rey David.
Reflexión: En mi escritorio
He colocado como fondo del escritorio de mi ordenador un paisaje de nubes, cercado por un panorama silueteado de tejados y terrazas que circundan la vivienda que habito. Se trata de una densa nube de un gris intenso ligeramente azulado, enfocada a contraluz, sobre un plano superior en el que brillan, blancas como gaviotas, nubes dispersas y aborregadas, creando una perspectiva con un punto de fuga lejano que la vista no alcanza. En el ángulo inferior derecho de la instantánea, un puñado escaso de exóticas palmeras alza con altivez su blasón mozárabe. Y cómo no. Sobre los tejados, elevan sus lanzas mostrencas un ejército innumerable de vulgares y desafiantes antenas de televisión.
La naturaleza es siempre bella; no siempre las útiles hechuras del hombre.
Rincón Poético
DESDE MI VENTANA
Amanece de noche
como los búhos.
Le ofusca ardiente el sol
que da energía al corazón del mundo.
Le asustan y avergüenzan,
cuando descorre
los velos de la noche,
los desafueros que comete el hombre.
No sufre indiferente
las desmesuras
que tanto desmerecen
del buen hacer que exige la cordura.
Lamenta, de esta suerte
avergonzada,
que no preocupe al hombre
que Dios le esté mirando cara a cara.
La luna, siempre tímida,
nos compadece
y cambia de lugar
para no ver nuestras insensateces
Con una densa sombra
se cubre el rostro
y sueña cielos nuevos,
constelados de luz, mas sin nosotros.
Su luz, frente a la noche,
sufre relevos.
Ojalá, entre los hombres,
brillara un poco más la que tenemos.
(De Poemas para andar por casa)
(De Poemas para andar por casa)
viernes, 16 de diciembre de 2011
Juan y el testimonio divino
Es Dios quien envía a Jesús y es Dios quien da razón de su condición divina. No es tanto el testimonio de un hombre, cuanto el de Dios quien revela la mesianidad de Jesús. Juan aportó la luz de su pequeña lámpara para hacer menos densa la noche judía que no dejaba ver claro; Dios, mediante el Espíritu, pone en Jesús el dedo prodigioso de su poder. Los milagros compasivos de Jesús son el recurso de que se vale él para reparar los girones rotos de la humana condición; el Padre los convierte a su vez en sello de credibilidad en favor de su Hijo. Pero no son sus milagros los que nos salvan, sino el amor con que se da a los hombres y a la muerte para convertir su sangre en moneda de cambio para justificar al hombre.
La cruz diviniza la sangre de Cristo.
Reflexión: El arte y sus circunstancias
Hay obras artísticas espléndidas de toda suerte cuya realización obedeció a un hecho fortuito o a la esforzada voluntad de quien supo entrever la genialidad del artista y lo patrocinó, del mismo modo que faltan muchas otras por la incuria o cerrilismo de la ignorancia rabiosa que las incendió. Gaya Nuño tiene una obra en la que enumera y estudia un conjunto notable de obras arquitectónicas desaparecidas, muchas de ellas con motivo de la exclaustración . Pienso ahora en la Capilla Sixtina, que no sería sin el empeño y recia voluntad de Julio II. En la India hay algún monumento fraguado como agasajo a la afortunada esposa del enamorado marajá de turno. Es absurdo ese juicio encorajinado de quienes reprochan a la Iglesia y en menos grado a la nobleza haber patrocinado la creación artística con encargos que ornasen caserones e iglesias. ¿Hubiera sido mejor que nadie hubiera patrocinado a los artistas en cada momento? ¿Qué hubiera sido de ellos y del arte mismo que nos legaron? Menos mal que lo hizo la Iglesia.
Rincón poético
AQUÍ MISMO
Aquí mismo, embarradas
y hábiles manos artesanas
moldearon vasijas y hubo un horno
incandescente
que dio firmeza al barro frágil.
En el subsuelo todavía,
el sudor rudo de unos hombres ágiles
dio fundamento a la chiquillería
que hoy acude a un colegio.
Austera educación
ha de hornear también
el corazón al raso de unos ojos
que otean sin mirar el horizonte
que han de poblar un día.
Que no se apague nunca
el horno aquel, acristalado
en un pasado gris, que alarga
su mano llameante hasta esta orilla.
(De Poemas para andar por casa)
La cruz diviniza la sangre de Cristo.
Reflexión: El arte y sus circunstancias
Hay obras artísticas espléndidas de toda suerte cuya realización obedeció a un hecho fortuito o a la esforzada voluntad de quien supo entrever la genialidad del artista y lo patrocinó, del mismo modo que faltan muchas otras por la incuria o cerrilismo de la ignorancia rabiosa que las incendió. Gaya Nuño tiene una obra en la que enumera y estudia un conjunto notable de obras arquitectónicas desaparecidas, muchas de ellas con motivo de la exclaustración . Pienso ahora en la Capilla Sixtina, que no sería sin el empeño y recia voluntad de Julio II. En la India hay algún monumento fraguado como agasajo a la afortunada esposa del enamorado marajá de turno. Es absurdo ese juicio encorajinado de quienes reprochan a la Iglesia y en menos grado a la nobleza haber patrocinado la creación artística con encargos que ornasen caserones e iglesias. ¿Hubiera sido mejor que nadie hubiera patrocinado a los artistas en cada momento? ¿Qué hubiera sido de ellos y del arte mismo que nos legaron? Menos mal que lo hizo la Iglesia.
Rincón poético
AQUÍ MISMO
Aquí mismo, embarradas
y hábiles manos artesanas
moldearon vasijas y hubo un horno
incandescente
que dio firmeza al barro frágil.
En el subsuelo todavía,
el sudor rudo de unos hombres ágiles
dio fundamento a la chiquillería
que hoy acude a un colegio.
Austera educación
ha de hornear también
el corazón al raso de unos ojos
que otean sin mirar el horizonte
que han de poblar un día.
Que no se apague nunca
el horno aquel, acristalado
en un pasado gris, que alarga
su mano llameante hasta esta orilla.
(De Poemas para andar por casa)
jueves, 15 de diciembre de 2011
El elogio de Juan
Jesús hace un encendido elogio de Juan y ratifica que su misión consistía en preparar el camino del mesías, lo que provoca el entusiasmo de cuantos habían recibido el bautismo de sus manos. Y hay una salvedad: los fariseos y los maestros de la ley se cuidan de aplaudir a Juan; le reprueban; y esa reprobación frusta el designio de Dios sobre ellos. Lo grave consiste en que esté labrando su perdición justamente la clase religiosa y sacerdotal a quien corresponde desbrozar el camino que va a Dios. Tiene embotado ese sexto sentido espiritual que lo presiente y vislumbra en la palabra mensajera que lo anuncia. Jesús denuncia valiente y oportunamente el riesgo que están afrontando.
Reflexión: La llave y sus secretos
A menudo la adversidad y el peligro aguzan su ingenio para subvenir a posibles desafueros con oportunas soluciones que nos sacan de aprietos y compromisos. Así debió de aparecer la llave. La llave la inventa la inseguridad que necesita la casa contra intrusos y amantes de apropiaciones indebidas, dado que no siempre es la inocente buena voluntad la que llama a la puerta. Evitar que manos hábiles aligeren de pertenencias el hogar que nos cobija, desembocó en urgencias de reforzar el recinto que solemos habitar. Los moriscos, cuando emprendieron el exilio que imaginaban no definitivo, entre sus enseres, se llevaron confiados las llaves de sus casas. Era como un seguro en caso de tener que dilucidar la pertenencia del propio hogar. La llave está en el secreto de muchos misterios. Tal vez por eso es un objeto intransferible. Están en la trastienda de muchos asuntos. Tienen acceso a sucesos que no llegarán a conocer los mortales. No dirán nunca nada. Nada ven; algunas tienen un ojo, pero está vacío. Valdría la pena obtener las memorias escritas de una llave, como las hay de un vagón de ferrocarril.
Rincón poético
EL FARO
Al faro le desvela
la noche; él es la noche
misma con una estrella intermitente
cuya mirada escrutadora
rebaña el horizonte.
Avisa sin palabras
su existencia a lo lejos.
Apenas sabe hablar.
Su escasa ortografía
conoce solamente
la intermitencia reposada
de un rosario de puntos suspensivos,
que remeda exaltado
pulsaciones pautadas
de un corazón.
Al alba, ciegamente
cierra sus ojos, avezados
a contemplar estrellas. Le releva
la ofuscadora claridad del día.
Así el insomnio de cansados ojos
que no sabe dormir. Tiene en la frente
un faro deslumbrante que no cesa,
febril y vigilante, en una orilla
que el mar fatiga infatigablemente.
Al faro le desvela
la noche; él es la noche
misma con una estrella intermitente
cuya mirada escrutadora
rebaña el horizonte.
Avisa sin palabras
su existencia a lo lejos.
Apenas sabe hablar.
Su escasa ortografía
conoce solamente
la intermitencia reposada
de un rosario de puntos suspensivos,
que remeda exaltado
pulsaciones pautadas
de un corazón.
Al alba, ciegamente
cierra sus ojos, avezados
a contemplar estrellas. Le releva
la ofuscadora claridad del día.
Así el insomnio de cansados ojos
que no sabe dormir. Tiene en la frente
un faro deslumbrante que no cesa,
febril y vigilante, en una orilla
que el mar fatiga infatigablemente.
miércoles, 14 de diciembre de 2011
Temores de Juan Bautista
Encarcelado Juan, tal vez tema que, interrumpido su cometido precursor, no sea él el profeta preconizado por Elías, y desasosegado, sospecha si no se habrá equivocado. La solución queda en averiguar si Jesús es o no el mesías prometido. Ante tal requerimiento, Jesús evita proclamarse abiertamente mesías, porque se expondría a ser declarado sedicioso. Y muy inteligentemente, apela a las pruebas de los poderes del reino que declaran su mesianidad: los cojos andan, los ciegos ven, los muertos resucitan, como igualmente había anticipado Elías. Juan ha rematado su obra y Dios ha silenciado la reciedumbre de su voz, porque no era él la luz, sino mero reflejo anunciador; ahora es la palabra de Jesús la que ha de incendiar el mundo con la llamarada de su verdad. Es el mesías prometido y su palabra no pasará.
Reflexión: Las nubes
Las nubes, nunca iguales, además de beneficiosas, nos ofrecen un album curioso de instantáneas de toda índole. Carecen de forma fija, en constante evolución, y su aspecto cambiante crea todo un catálogo de efímeras maneras de estar. Su condición más apropiada es ésa: no ser nunca iguales ni permanecer estables, siempre a merced del viento, las presiones y cambios de temperatura. Si hubiera manera de convertir su apariencia en icono significativo de algo, la transitoriedad del tiempo sería su mejor valedor. Son al mismo tiempo que dejan de ser incesantemente. La inestabilidad de sus formas define su diseño evolutivo mejor que cualquier otro atributo mental. Las hay espectaculares, atormentadas, fulminantes, escupiendo rayos de fuego como diablos enfurecidos; las hay plomizas, fuliginosas, cargadas de aguacero y amenaza; blancas y livianas, como techo de plumas, arreboladas por extrañas incandescencias; desgarradas, hechas girones por ocultos zarpazos que no se dejan ver; ensortijadas como cabellera rizada; breves e inconsistentes, viajeras solitarias por un mar de calmas azules... Su nómina es innumerable. La imaginación ve en el capricho de sus formas rostros, empinados cabezos, paisajes nevados, manos crispadas, animales de toda suerte. Un antiguo pintor italiano cedió a la travesura de disimular la efigie de un caballo blanco entre las nubes grisáceas de un cielo de fondo que enmarcaba la imagen de un san Sebastián asaeteado de flechas como un acerico. Y es que la configuración ocurrente de su presencia lo sugiere todo. Desde el punto de vista de sus aspecto, no son, parecen. Desde sus orígenes, las nubes son compañeras inseparables de la vida.
Rincón poético
LOS GRITOS DE ABEL
¿Cuánto tiempo estuve,
boca abajo, en tierra,
muertos mis afanes,
mi esperanza muerta,
a la sombra blanca
de una sombra negra?
He sangrado mucho,
porque descubrieron
con saña la sangre
de Abel en mi cuerpo.
Tapiaron mis venas,
talaron mis cerros..
Nunca se asomaron
ganosos, sedientos
de bien, al brocal
de mis ojos. Ciegos,
pasaron sin ver
igual que hace el viento.
La maldad no tuvo
nunca sentimientos.
De quien nutre el odio,
en su manos veo
cuchillos de barro
con dientes de acero.
¿Cómo es que no supe
ceder al tormento?
No sé quién sostuvo
tan firme mi aliento.
¿Fue tu mano amiga?
Fue tu mano. Cierto.
Gracias, mi Señor.
Te creían ya muerto.
Reflexión: Las nubes
Las nubes, nunca iguales, además de beneficiosas, nos ofrecen un album curioso de instantáneas de toda índole. Carecen de forma fija, en constante evolución, y su aspecto cambiante crea todo un catálogo de efímeras maneras de estar. Su condición más apropiada es ésa: no ser nunca iguales ni permanecer estables, siempre a merced del viento, las presiones y cambios de temperatura. Si hubiera manera de convertir su apariencia en icono significativo de algo, la transitoriedad del tiempo sería su mejor valedor. Son al mismo tiempo que dejan de ser incesantemente. La inestabilidad de sus formas define su diseño evolutivo mejor que cualquier otro atributo mental. Las hay espectaculares, atormentadas, fulminantes, escupiendo rayos de fuego como diablos enfurecidos; las hay plomizas, fuliginosas, cargadas de aguacero y amenaza; blancas y livianas, como techo de plumas, arreboladas por extrañas incandescencias; desgarradas, hechas girones por ocultos zarpazos que no se dejan ver; ensortijadas como cabellera rizada; breves e inconsistentes, viajeras solitarias por un mar de calmas azules... Su nómina es innumerable. La imaginación ve en el capricho de sus formas rostros, empinados cabezos, paisajes nevados, manos crispadas, animales de toda suerte. Un antiguo pintor italiano cedió a la travesura de disimular la efigie de un caballo blanco entre las nubes grisáceas de un cielo de fondo que enmarcaba la imagen de un san Sebastián asaeteado de flechas como un acerico. Y es que la configuración ocurrente de su presencia lo sugiere todo. Desde el punto de vista de sus aspecto, no son, parecen. Desde sus orígenes, las nubes son compañeras inseparables de la vida.
Rincón poético
LOS GRITOS DE ABEL
¿Cuánto tiempo estuve,
boca abajo, en tierra,
muertos mis afanes,
mi esperanza muerta,
a la sombra blanca
de una sombra negra?
He sangrado mucho,
porque descubrieron
con saña la sangre
de Abel en mi cuerpo.
Tapiaron mis venas,
talaron mis cerros..
Nunca se asomaron
ganosos, sedientos
de bien, al brocal
de mis ojos. Ciegos,
pasaron sin ver
igual que hace el viento.
La maldad no tuvo
nunca sentimientos.
De quien nutre el odio,
en su manos veo
cuchillos de barro
con dientes de acero.
¿Cómo es que no supe
ceder al tormento?
No sé quién sostuvo
tan firme mi aliento.
¿Fue tu mano amiga?
Fue tu mano. Cierto.
Gracias, mi Señor.
Te creían ya muerto.
martes, 13 de diciembre de 2011
Los dos hijos
Se cuestiona aquí cuál de los dos hijos cumple con los deseos del padre, si el remiso y rezagado que, aunque a regañadientes, va a la viña, o el que accede y no va. El hijo remiso representa a los pecadores, que pasan a ser aquí los primeros, y que, convertidos, se vuelven a Dios, entre quienes figuran prostitutas y publicanos. Los que, por sus compromisos parecen complacer a Dios, son los jefes religiosos, que rechazaron en redondo a Juan Bautista, porque les reprochaba su mala conducta, y también a Jesús, que les resulta igualmente incómodo. Jesús puede concluir advirtiéndoles que incluso publicanos y rameras les han tomado la delantera y pasan a ser los primeros en el corazón de Dios. Un resumen de toda esta enseñanza nos viene a decir que no basta con curiosear sin interés lo que hace y dice Jesús, sino que es el seguimiento de sus mandatos lo que les abrirán las puertas del reino.
Reflexión: La biblioteca
Dispongo de una humilde biblioteca que no crece, porque tengo por norma desprenderme de aquellos libros que, una vez leídos, entiendo que no volveré a necesitar, para retener sólo los de uso frecuente. Es, pues, una biblioteca útil, de uso personal. Y en todo caso, los que retiro en cada escrutinio, pasan a la biblioteca común de la fraternidad, donde puedo volver sobre ellos. Amo los libros. Una biblioteca es el legado inapreciable que nos dejan a los necesitados del saber ajeno, los buenos escritores, intelectuales y estudiosos que nos han precedido o nos acompañan todavía, desde la lejanía temporal o geográfica. Gracias a ellos podemos sumirnos en el placer de la buena lectura o estudio. Quien, de cosecha en cosecha, consigue acopiar una buena biblioteca, puede alardear de haber amasado un tesoro. Cada libro es como la partitura armónica y bien pautada del buen hacer de un escritor o de la ciencia que concentró en él una mente preclara. Los simples lectores nos limitamos a interpretar mejor o peor la obra, como el violinista, como el virtuoso del piano o los timbales, como el principiante. El amor al libro inventó la biblioteca. ¡Siempre el amor en todas partes!
Rincón poético
AMOROSO TEMOR
Nadie tiembla de amor, no infunde miedo
la mano que acaricia.
No tiene garras su ternura
Reflexión: La biblioteca
Dispongo de una humilde biblioteca que no crece, porque tengo por norma desprenderme de aquellos libros que, una vez leídos, entiendo que no volveré a necesitar, para retener sólo los de uso frecuente. Es, pues, una biblioteca útil, de uso personal. Y en todo caso, los que retiro en cada escrutinio, pasan a la biblioteca común de la fraternidad, donde puedo volver sobre ellos. Amo los libros. Una biblioteca es el legado inapreciable que nos dejan a los necesitados del saber ajeno, los buenos escritores, intelectuales y estudiosos que nos han precedido o nos acompañan todavía, desde la lejanía temporal o geográfica. Gracias a ellos podemos sumirnos en el placer de la buena lectura o estudio. Quien, de cosecha en cosecha, consigue acopiar una buena biblioteca, puede alardear de haber amasado un tesoro. Cada libro es como la partitura armónica y bien pautada del buen hacer de un escritor o de la ciencia que concentró en él una mente preclara. Los simples lectores nos limitamos a interpretar mejor o peor la obra, como el violinista, como el virtuoso del piano o los timbales, como el principiante. El amor al libro inventó la biblioteca. ¡Siempre el amor en todas partes!
Rincón poético
AMOROSO TEMOR
Nadie tiembla de amor, no infunde miedo
la mano que acaricia.
No tiene garras su ternura
ni sangre su arañazo
dulcísimo.A nadie atemoriza
la palabra de Dios,
porque es amor su aliento.
¡Temor a Dios! ¿Quién teme
su presencia amorosa?
¿Quién se cubre la cara
por no mirar su rostro?
La luz de su verdad
que es todo transparencia,
su luz resuelta en brasas,
su amor, ofusca a acaso débilmente.
Pero no atemoriza la mirada
sonriente, aguatada,
musgo disimulado,
de Dios. No asusta, Besa.
¡Quién tuviera la suerte de estar siempre
mirándole al Señor como él nos mira!
(De Poemas para andar por casa)
la palabra de Dios,
porque es amor su aliento.
¡Temor a Dios! ¿Quién teme
su presencia amorosa?
¿Quién se cubre la cara
por no mirar su rostro?
La luz de su verdad
que es todo transparencia,
su luz resuelta en brasas,
su amor, ofusca a acaso débilmente.
Pero no atemoriza la mirada
sonriente, aguatada,
musgo disimulado,
de Dios. No asusta, Besa.
¡Quién tuviera la suerte de estar siempre
mirándole al Señor como él nos mira!
(De Poemas para andar por casa)