Es la fe de los familiares la que desencadena el prodigio, ya que la gracia der la curación recae en el enfermo por pura carambola, de modo que lo que destaca Jesús es la confianza que ponen en él los porteadores, cuya hazaña ha conmovido su corazón compasivo y su benigna mano.Uno se queda perplejo cuando recapacita y advierte que de la fe de uno depende la salvación de otros. La fe es, pues, moneda de cambio con la que Dios premia nuestras súplicas en favor de aquel a quien queremos, que en definitiva es una gracia dada a nuestros deseos fervientes por creer en él resueltamente. Se conjugan la fe y el amor al otro en el provechoso compromiso de ser cristianos de verdad
No hay comentarios:
Publicar un comentario