sábado, 5 de octubre de 2013

Pedir y recibiréis


 Dos puntos toca el evangelio de odio, la insistencia con que de hay que suplicar e incluso importunar a Dios, y la confianza que debe animar nuestras súplicas, y el motivo no es otro que el de persuadirnos de que el Dios a quien recurrimos es nuestro Padre y un Padre amante y solícito, pronto a dar a sus hijos cuanto le pidan.

Nuestra oración, para que resulte eficaz, ha de cumplir entonces dos condicionamientos imprescindibles; ha de ser una oración insistente y a la vez confiada. Sólo así seremos capaces de mover el corazón de Dios en nuestro favor.

Reflexión

La fe

La fe y la oración son dos temas que cunden en los evangelios de estos días, y es fe y oración so 
inseparables. La fe nos descubre a un amor que es amor y la respuesta que provoca ese amor no puede ser otra que la expresión del agradecimiento ferviente de la persona favorecida con ese don que es esa ventana abierta a Dios que es la virtud cardinal de la fe.
Creamos firmemente en Dios y el nos llenará de gozo el corazón.

Rincón poético



CANCIÓN PIADOSA

Decidme qué tiene
en las manos Dios.
No tiene una estrella,
no tiene una flor,
no tiene una fuente
ni tiene un azor
de mirada fija.
¿Qué tendrá el Señor?
Dios tiene en las manos
nuestro corazón.

(De El espejo de Dios)

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