lunes, 28 de octubre de 2013

¿Quién dicen que soy yo?

 La gente no puede admitir que un profeta no pertenezca a la alianza. Si Jesús se comporta como tal profeta es porque se ha encarnado en alguno de los conocidos. A Jesús le arada en cambio que sus discípulos vean en él al Hijo de Dios enviado por el Padre. Pero en ciado para qué. Jesús aclara este extremo. Enviado para salvar a todos con el sacrificio de su sangre. El misterio de su muerte y resurrección les deja desolado. Les costará no poco llegar a entenderlo
Reflexión

En la tierra como en el cielo

En tiempos de Jesús, el concepto que se tenía del cielo difiere de cómo lo pensamos nosotros hoy día. El cielo con sus elementos, luna, sol y estrellas, era eterno y tenía un tanto que ver con la divina morada. Cuando se habla del cataclismo final, el evangelio habla del derrumbamiento del cielo y caía de las estrellas. Ese cielo para la cultura judía entrañaba la perfección. El hombre no consigue la perfección del sol, de la luna, de las estrellas.
Por eso ha de conseguirse que la tierra alcance la perfección celestial mediante el amor. Así se expresa, que sepa yo, Michel Froidure.

Rincón poético

         EN MARCHA

Uno se muere porque acaba un día
el camino que Dios puso a tu puerta.
Fuiste con prisa y sin motivo
matándote la vida, 
como perro mordéiendose la cola. 
Al fin, supiste la elegancia
de no estar solo, de saber que había
otros a quienes dar la mano
con franca placidez.
Viviste entonces conculcando

la tristeza egoísta de estar sólo
con los demás, como Jesús muriendo
plenamente por todos,
Sigue andando. No sirve
de mucho estar sentado
al borde del camino.
Fluye el agua del río, van pasando
pequeñas nubecillas por el cielo.
No te detengas tú.
Alguien que va contigo hizo el camino.
De poco sirve descansar ahora
justo cuando Dios mismo es quien te espera
a las eternas puertas del descanso.

(De El espejo de Dios)

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