viernes, 31 de mayo de 2013

La visitación

La visitación de María a Isabel aparece en un contexto de jubilosa comunicación. No es para menos, una y otra están viviendo su propia un misterio gozoso. Es la primera manifestación entre los hombres de lo que hasta este momento es un secreto entre Dios y María. Algo sabe también José, que se le ha dicho entre las brumas de un sueño.
    Isabel proclama la maternidad divina de su prima y la bendice. El himno con que  María exalta la grandeza de Dios es un recorrido por su santidad que se ha fijado en ella. Ya, en boca de todos, será la Madre de Dios. No se trata de una mera visita más o menos protocolaria de índole familiar. Es un pasaje evangélico revelador de un misterio mariano.

                    Reflexión

                          Los milagros de Jesús

    La primitiva Iglesia gustaba de los milagros que declaraban el origen divino de Jesús. En Marcos resuenan como motivos de credibilidad por la fe que los desencadena. Hay que aminorar ese sentido apologético que adquieren así y “trascienden las causas naturales”, por más que no quepa negarlo de rotunda manera. No es en los milagros, sino en Cristo resucitado en quien debemos apoyar nuestra fe, y desde ahí asumir los signos con que Jesús se preocupó cuanto pudo en favor de los necesitados.



                 Rincón poético

   CON MOTIVO DEL CARDO

 
El cardo en el trigal. Tiene moradas
las flores diminutas,
por más que a nadie encanta
esta humilde belleza encarcelada
en su cerco de espinas, y esté a punto
la azuela de escardar que dé a la espiga
abundante cosecha.
El interés del hombre prevalece,
aunque escarnezca cardos y amapolas.
Bridas pondría y frenos a las nubes,
si la mano del hombre
pudieran domeñarlas como al asno,
la oveja y el obrero.
Menos mal que tampoco
nos obedece el viento,
la cascada y la nieve.
Siga rompiendo en los cantiles
el oleaje su fragor;
vuelvan a bracear en la colina
las aspas del molino,
llueva donde Dios quiera;
dejad que el río, rebosando, inunde
la orilla virginal.
También que el cardo, en fín,
florezca en los trigales
dando sombra a perdices y abubillas.
No olvidéis que las manos creadoras
merecen alabanza y un respeto. 

( De La flor del almendro)

jueves, 30 de mayo de 2013

El ciego Bartimeo

    La pendiente que sube a Jerusalén desde el Jordán, parte de Jericó, lugar fronterizo donde acampan numerosas carabanas de todo origen. El borde del camino, salteado de sicomoros, es un lugar óptimo para solicitar limosna un ciego. Bartimeo ha oído hablar de Jesús y al enterarse de que pasa por delante de él, se levanta como a impulso de un resorte y empieza a gritar el nombre de Jesús para que lo cure. Es la mejor limosna que pudo soñar en su oscuridad y obtuvo en su vida. Y agradecido, se convirtió en seguidor de Jesús, que era la luz.

            Reflexión

                   El sentido de ser niño

     He visto a un papa y a otro y a otro, coger en sus brazos la cabeza de un niño para besarle la frente o la cabeza misma, y he reconocido en ellos a Jesús que aleja a sus discípulos para que los niños se le acerquen espontáneamente, figura evangélica como es amor de Dios a los desvalidos, a los tullidos, a los lisiados, a los leprosos, excluidos sociales,  y pobres en general. Él se hizo pobre para ser hombre, aparcando junto a Dios su grandeza.
      Los niños son el espejo donde mejor se reconocía él.


         Rincón poético

      EL GRITO DE LA VERDAD

La verdad es un grito
de luz. No hay que ocultarla
bajo del celemín, que no tolera
encerrarla entre rejas
de oscuridad. ¿Cómo se explica
que la luz quede a oscuras? ¿Cómo entonces
si es un grito potente, amordazarla
con bridas de silencio?
Que a nadie se le ocurra apagar la verdad.
Hay que abrirle la puerta
de pa en par, sin escalones
donde tropieza la mentira
y descalabra la difamación
a quien tiene los labios

negros y el corazón anochecido.
En ocasiones, dice el evangelio
que gritaba Jesús gritos inenarrables
del aliento de Dios.
Si la Verdad no grita,
¿quién gritará, Señor?


(De La flor del almendro)

miércoles, 29 de mayo de 2013

El que quiera ser grande...




El amor es la medida de todo lo grande

Para Jesús la grandeza de una persona se mire por el grado del amor que se tenga a los demás. Existe el concepto pagano de la importancia de descollar sobre los demás. Es tanto como considerar el prestigio como un valor en la medida que ayuda a brillar en sociedad. Sería esto lo que explica el afán de tener y de gozar del dominio sobre los otros.
Jesús desprecia la importancia de ser para el mundo, en vez de ser para Dios. Dios es amor y el que quiere ser para él, ha de amar como él ama. Quien ama a Dios, sirve complacido a Dios; quien ama a los demás, se complace en servir a los demás. 


         Reflexión

     Dad al César lo que es del César

Jesús dice más que eso. No sólo que esas monedas con la efigie del Cesar declaran por sí mismas que son valores paganos y han de separarse de lo que corresponden a Dios. Sino que, del mismo modo que esas monedas llevan el sello del emperador, el hombre de fe sabe que lleva en sí mismo el sello de aquel que lo creó a su semejanza, y así como el valor convencional del metal apela a los poderes humanos, el hombre se debe a Dios. Y aún cabe destacar que el valor del dinero es pasajero; el de Dios no pasa nunca.


Rincón poético

       FRIALDAD

El alba nace fría esta mañana
frotándose las manos, como el hijo
del mendigo a las puertas de la iglesia,
porque las puertas de la iglesia
son de los pobres,
que no tienen bufanda,
que apenas tienen pan.
El frío de la noche
no es para quien no tiene pan ni casa.
Es fría la pobreza,
la soledad es fría, 
las manos de los viejos
y el desamor.  No ha sido nunca humano
el frío. Tiene yerto
el corazón; no le circula
el rescoldo escondido de la sangre.
La frialdad es un puñal de hielo
que no hace sangre, que no deja herida,
pero mata asesino silencioso.
No acepte Dios la mano que lo empuña.

(De La flor del almendro)

martes, 28 de mayo de 2013

Desprendimiento por Jesús

El joven rico se retira decepcionado; no sospechaba ni por asomo a qué obligaba iniciarse en el camino de la perfección. Los apóstoles recuerdan entonces que ellos lo han dejado todo por Jesús. Y él les confirma que quien renuncie por Dios a sus haberes, será recompensado con creces ya aquí, ahora, y, lo más relevante, se les reservará un lugar junto a él, más allá de la vida. Renunciar a todo por Dios es llenarse de él, la mejor de toda las haciendas, y tenerle ya siempre propicio en todo momento, incluido gozar de los eternos beneficios de su presencia divina.


Reflexión

Labor encomiable de cáritas

Leo en la agencia de noticias Zenit que, en la actualidad, Cáritas atiende a 2 millones de personas, en su programa de primera acogida de ayuda alimentaria y de ropa, superando las 353 mil personas  que atendíó el año 2007. Paralelamente, se ha incrementado el número de voluntarios, que pasa de 55.000 en 2007 a los 65.000 actuales.
Lo más “grave es la situación de las personas que se han quedado o están en riesgo de exclusión social, para las que, según el presidente de Cáritas, el coste de recuperación será enorme. Así, ha dicho que su labor es ilusionar a la gente con necesidades y a los voluntarios que quieren trabajar por los demás”. 


Rincón poético

VIVIR EL PRESENTE

Tengo sueño, vencida
la cabeza en mis manos.
Los años pesan mucho; la fatiga 
de haber vivido tanto, no conoce
remedios eficaces. Soy el río
fluyendo mansamente
del mismo modo un día y otro día,
erizado de lanzas inocentes
en sus cañaverales amarillos,
en flor. En flor he dicho,
pero la vida del anciano es fruto,
no siempre tan copioso y sazonado
como ideó el deseo.
Amo, quizás, así tanto las flores
por eso, porque evocan la frescura
de cuanto el tiempo marchitó inclemente.
Queda el gozo final de estar viviendo,
porque es un don de Dios. Con él no existe
más que un presente que él nos da.
Todo al final es agradecimiento; 
y agradecer, un modo placentero 
de amar, eso que Cristo Jesús tanto quería.
Es el dulce rescoldo de estar cerca
de Dios, vivir sólo por el la vida.

(De La flor del almendro)

lunes, 27 de mayo de 2013

El joven rico

Ser joven y ser rico, es un combinado nada propicio para seguir la vocación a la austeridad. El joven es cuidadoso cumplidor de los mandamientos de Moisés, y busca la perfección, pero sin merma de la comodidad y bienestar que da la buena hacienda. Saber luego que la perfección supone desprendimiento, le sume en profunda tristeza. Jesús ajusta a tan contradictoria situación una de sus frases hiperbólicas más logradas: Le es más fácil a un camello pasar por el ojo de la aguja, que a un rico entreabrir la puerta de los cielos. Es la voz de la sabiduría. Incluso el mundo pagano enseñaba que había que abandonarlo todo en la orilla de la laguna Estigia, so pena de poner el riesgo la barca de Caronte, a punto de pasar de este mundo al otro. 


Reflexión


La voz del pastor

El papa Francisco ha explicado cómo el miedo y la fragilidad se comportan como enemigos de Dios. En la Escritura, Dios tranquiliza a quien es presa del miedo. Lo hace el Ángel en Nazaret, y Jesús mismo pacifica a sus discípulos. El miedo anula nuestro libre albedrío y atenaza nuestra voluntad como a posesos. 
De semejante manera, la excesiva confianza en sí mismo, tan mermada de posibilidades nuestra debilidad nativa, pone las bases donde se acomode la fragilidad. Sin el respaldo de Jesús, nada podemos hacer y en consecuencia, quien cree, todo lo puede.


    Rincón poético

MEDIO AMBIENTE

Está sucio el río,
está sucio el mar,
está sucio el viento.
Tanta suciedad
nos ensucia el alma,
nos ensucia el pan.
Faltan barrendero,
en la singular
ruina de las cosas,
del trance en que están
Tan sucio está el hombre, 
tanto la verdad,
que no encuentra un digno
olivo la paz.
Tan roto está todo,
que no queda ya
ni amor a la vida,
que siempre Dios da.
Se nos ha olvidado,
Señor, que hay que amar.
Amor a las cosas,
y al río y al mar
y al sol y a los vientos
que vienen y van.
Ámanos de nuevo, 
Señor, por piedad,
que si tú nos amas,
¿quién no te amará?

(De La flor del almendro)

domingo, 26 de mayo de 2013

La Santísima Trinidad

 El misterio de la Santísima Trinidad es el más profundo de todos los misterios. San Agustín, en su intento por desentrañarlo, nos enseña que no sirve de mucho empeñarse en especular con él, como quien analiza una realidad cercana a nuestro mundo. Por eso, la  expresión humana de la Trinidad no pretende ser una expresión exacta de los que Dios sea, sino una aproximación. Dios es accesible a la fe y al amor; no tanto a la inteligencia humana. Incluso nuestro lenguaje ha sido hecho a la medida de nuestra inteligencia, no a la medida de Dios.

La Trinidad es un símbolo humano con que expresar el lado inefable e inasequible de Dios, ese lado oculto que no podemos penetrar nunca del todo, porque rebasa los límites de nuestro entendimiento. El mismo san Pablo en su Carta no se esfuerza en hablar directamente del misterio en sí, sino de su función salvadora, que implica a las tres divinas personas, igualmente interesadas en el bien del hombre, ese espejo humano donde Dios quiso reflejarse objetivando en él su semejanza. 

Y en ese intento salvador, el Padre es quien traza el modo de recuperar para sí a la criatura que cometió el desatino de rebelársele, desafiando los límites de su libertad. El Hijo, encarnándose, lleva a cabo ese proyecto salvador; y el Espíritu que les comunica, media entre el Padre y el Hijo, inspirando a Jesús palabras y hechos salvadores para hacerse comprensible y para devolvernos a la amistad de Dios. En el evangelio de san Juan hemos visto, días pasados, cómo Padre e Hijo son una misma cosa, unidos por el Espíritu que les es común, y el amor que define a Dios se confunde con esa consubstancialidad divina.
Jesús enseña a sus discípulos que las verdades que le atañen a él, atañen por igual al Padre, porque provienen de él, con quien es una misma cosa. Y que en la tarea de propagar y hacerle presente a él en el mundo, dispondrán de la ayuda del Espíritu Santo, que es el Espíritu del Padre y de Jesús. Es a él a quien compete ir esclareciéndonos lo que significan uno y otro en la vida de la Iglesia.
Hablemos de Dios y hablemos con Dios para familiarizarnos cada vez más con él, en la persona del Padre, en la persona del Hijo, en la persona del Espíritu Santo.

Reflexión

Pedro, ¿me amas?

En un mismo texto, en el que Jesús examina del amor a Pedro, el original griego usa dos verbos diferentes que nosotros traducimos indistintamente por amar, agapao y fileo. Agapao significa amarse como se aman las tres divinas personas y hemos de amarnos nosotros; fileo es amarse como se aman los amigos. Jesús pregunta a Pedro: ¿Me amas como hemos de amarnos los cristianos? Y Pedro replica con una evasiva: Tu sabes que soy tu amigo. Insiste Jesús y obtiene la misma respuesta. Por tercer vez, Jesús pregunta: ¿Verdaderamente eres mi amigo? Pedro se entristece. Realmente no lo ha sido mientras le negaba una y otra vez.

Rincón poético

         MI PADRE

Quisiera ver la cara que pondría
 mi padre si hoy me viera
tan crecido, tan lleno
de libros y alifafes, 
esos mordiscos que nos da la vida.
Quisiera que supiera que he crecido
en la fe que él tenía, en la esperanza
que puso siempre en mí, en observar
sus consejos últimos,
la mano temblorosa,
junto a la cama agonizante, 
en el amor debido a mis hermanos,
y a la casa tan honda y escondida,
y a unas macetas con geranios rojos
y al gato de la abuela tan travieso
y a los tranvías amarillos
envueltos en chirridos y estridencias
como un castigo sin merienda
o el beso de mi madre al acostarme.
Fue un hombre bueno. Se murió, muy débil,
rodeado de todos los amigos,
un abogado, un carpintero,
mecánicos, vecinos, un astroso
mendigo, la duquesa del tercero...
Creo que en un rincón, Dios le esperaba
con un cáliz de plata entre los dedos.
O de latón, ¿qué importa?

(De La flor del almendro)

sábado, 25 de mayo de 2013

: Dejad que los niños




Los discípulos de Jesús apartan  solícitos a los niños para que no le estorben en sus enseñanzas. Sólo que los niños son para él el icono de los desvalidos. Un niño necesita de todos inocentemente, sin ser consciente de su insuficiencia. Vive su dependencia con absoluta ingenuidad. Quien no se haga tan necesitado de todo como un niño, quien no encarne la pobreza interior que significa Cristo mismo, no va por el camino que conduce a Dios, sino por el suyo propio.


                                       Reflexión

                                                           Un mismo sentir

A veces se ha llamado a los escritos de san Pablo el cuarto evangelio, por la altura y sentido de su contenido tan cercano a la predicación de Jesús. Es el evangelio de Jesús vivido por él y sus iglesias, a las que pide unión y concordia. “Colmad mi alegría, dice a los de Éfeso, teniendo un mismo sentir, un mismo amor, un mismo ánimo". Jesús, en su oración al Padre en el Cenáculo, le rogaba que mantuviera a sus seguidores unidos entre sí y que el amor mutuo, a semejanza del amor trinitario, y la calidad de su fe, serían un testimonio eficaz ante el mundo.


                     Rincón poético

UN CLAVO EN LA GARGANTA

Un clavo, tengo un clavo en la garganta
que no me deja hablar. Tal vez, ocurre 
que ya lo he dicho todo y nadie escucha,
por más que abrevo mis palabras
en el dolor de haber vivido tanto.
Tienen cabal explicación
las cosas más sutiles, si la humildad nos dicta
el modo más sencillo de aceptarlas.
No le apetece a nadie
disputarse a pedazos -como fieras
un pedazo de carne-, el sufrimiento
de los demás. Todos arrastran,
ay, su particular desvalimiento,
que el buen gusto, y acaso
la propia discreción, no manifiestan.
Tampoco quiero yo que mis fatigas,
ya enterradas, despierten
sangrantes otra vez,
para agobiar a nadie.
Demos por acertado, en ese caso,
que quede todo como está, 
por más que duela -como duele al preso
la reja que le enclaustra-,
llevar un clavo en la garganta, al vivo,
que no me deja hablar. 

(De La flor del almendro)

viernes, 24 de mayo de 2013

Divorcio


Dios hace al hombre varón y mujer entrañados el uno en el otro, que es lo que significa la figura del origen de la mujer. El hombre no puede arrogarse el derecho de romper lo que Dios ha hecho, supeditando a sus deseos al mismo Dios, cuanto más si se procede de injusta manera. La ley no ha de favorecer al hombre sobre la mujer, o Dios no los ha hecho iguales.
La valentía de Jesús de contravenir lo que en la cultura judía se consideraba establecido, por más que proceda desde el buen sentido, llama la atención incluso de sus discípulos, a quienes les resulta nuevo y raro lo que enseña e insisten en que les explique lo que ha enseñado en público.


         Reflexión

         ¿Encuestas al diablo?

Un reconocido periodista acaba de escribir en la prensa diaria que lo daría todo por hacer una entrevista al diablo. No se lo aconsejo. Un periodista tiene por oficio y obligación difundir noticias respaldadas por la verdad, y el diablo es el Padre de la Mentira. Si el diablo, distraído un día, cayera en la equivocación de decir una verdad, dejaría al punto de ser el diablo. ¿Quién se iba a fiar de otro modo de lo que dijera tan perverso mentiroso? 


Rincón poético                          

      SUS OJOS

La enterraron. ¡Dios mío, 
un puñado de tierra
cayó sobre sus ojos
ya sin luz! Se borraron cien paisajes
con ellos. Los regaba en su conciencia
como quien cuida de un bebé.
Se borró la delicia
de mirar otros ojos, la nobleza
selecta de sus libros,
la puerta azul del mar que abre los cielos, 
la suavidad con que besaba
su mirada las cosas. 
En sus ojos hilaba
una anónima mano
vuelos de golondrina y mariposa,
y aromas de jacinto. Una paloma
no cruzara tan dulce
los cielos luminosos
ni posara tan leve
su vuelo en el alero del tejado.
Un puñado de tierra aceitunada
ha desterrado,
sin saber lo que hacía,
la intacta sensibilidad
de sus ojos, Dios mío, para siempre.

(De La flor del almendro)

jueves, 23 de mayo de 2013

Cristo sumo y eterno sacerdote


   La Carta a lo Hebreos dice bien cuál es el ministerio sacerdotal de Cristo, dándose por amor a los suyos y rescatándonos de la infamia de haber ofendido a Dios, contra lo que nos santifica con su gracia.
En el antiguo testamento, al destruir la víctima en el altar, se reconocía la soberanía de Dios y se le daba gracias por los beneficios recibidos. Era un símbolo prefigurado del sacrificio de Cristo en la cruz, donde quedaba erigido sacerdote eterno, sacerdote, víctima y altar, a la vez. Fue el suyo un sacrificio único y eterno, que en memoria suya, actualizamos nosotros en cada celebración eucarística.
San Pablo nos pide que nos ofrendemos a nosotros mismos a Dios como hostias vivas, imitando los sentimientos de Jesús en la cruz, para asemejarnos a él en nuestro ejercicio sacerdotal. Suscitemos así sinceros sentimientos de entrega, de adoración, alabanza y acción de gracias. A los que cabe unir nuestros sentimientos de humillación y arrepentimiento.


              Reflexión

                                                         El reino de los cielos

Dios hizo todas las cosas, pero sólo será rey absoluto, al final de todo, cuando se invierta el orden todavía viciado de este mundo, con la emergencia de un cielo nuevo y una tierra nueva. Mientras tanto, su reino empieza a ocupar el corazón del hombre mediante el amor, que nos permite permanecer en Dios, al tiempo y en la medida que él permanece en nosotros. Permanece en Dios quien cree, quien se ajusta a sus deseos, quien ama, en una palabra. El amor es la puerta de su reino.


                                                            Rincón poético

      CERCA DEL MAR

Vivo cerca del mar, respiro el aire
salobre todavía que me llega
de sus orillas arenosas. 
De su horizonte azul nace, estregándose
los ojos, cada día,
el alba, rescatada de la noche.
A veces, toca su cabeza
una mantilla blanca de nubes inconstantes.
Hay rocas, centinelas, junto al faro,
que tienen sus pies siempre
metidos en el agua.
Creo que el mar no se parece
mucho a la vida: el mar nunca se acaba;
no hay quien le ponga cerco
a su infinta dimensión.
Ha estado fragoroso siempre ahí,
testigo de la historia, indiferente
al devenir del curso de las cosas,
compañero del tiempo, esa piqueta
que todo lo extermina.
La vida, simplemente,
admira su bravura y su belleza.

(De La flor del almendro)

miércoles, 22 de mayo de 2013

Uno que no es de los nuestros


El radicalismo es una postura ante los demás siempre excesiva y aviesa. La amabilidad, la comprensión, la bondad, en una palabra, no son nunca actitudes extremas. Alguien hace curaciones en nombre de Jesús, y los apóstoles se indignan: No es de los nuestros, aducen con suficiencia. Jesús les da una lección de templanza y buen sentido. Si no va contra nosotros, está a nuestro favor. ¿Por qué radicalizar nuestras relaciones con los demás y excluirlos sin ton ni son sin motivo suficiente?


                                           Reflexión

                                               El día de la celebración de la Santa Cena 


La no coincidencia entre los sinópticos y san Juan en lo que respecta al día en que Jesús celebra la Pascua con sus discípulos, ha derramado tinta sin cuento. Mientras los sinópticos hablan de una cena pascual celebrada el día establecido a este fin, san Juan anticipa un día la fecha. El mismo Jesús había manifestado a sus apóstoles las ganas que tenía de celebrar esa fiesta con ellos. Si san Juan adelanta un día la fecha, la explicación se  busca en el carácter simbólico que da a los hechos relevantes de su relato. Justamente, el día anterior a la pascua, es cuando se inmolaba a los corderos pascuales, motivo que le mueve al evangelista a colocar en él, con sentido espiritual, la inmolación del Cordero de Dios.

                                    Rincón poético

       LA MEDIOCRIDAD

La luz se va, porque entorna su puerta
la tarde, dulce y tibia como el beso
mojado de un bebé.
Tenue mediocridad 
de tantas cosas indecisas
atenúa el cansino
fluir de la existencia.
La misma incertidumbre nos recuerda
cuanto se tambalea: vacilante
es la sombra indecisa de una vela;
irresoluta, 
la voluntad que se advierte insegura,
como es ambigua la expresión 
acobardada de una duda.
Entre el ser y no ser, resbaladiza
como la nieve en los tejados,
se instala la confusa
luz de la imprecisión. No tiene exactas
lindes la medianía. 
La firmeza no tiene   
costumbre de condescender
con quien no sabe enderezar rabiosos
zigzas, torcidos
bandazos, sacudidas
de ronzal, aturdidos
bamboleos la sinrazón.
Es un camino bacheado el que despliega
para beodos la mediocridad.
Carece, lo repito, de ajustadas
lindes la medianía
Andan a medias
quienes no ven la luz ni el horizonte.

(De La flor del almendro)

martes, 21 de mayo de 2013

El que me acoge a mí...



No entienden a Jesús sus discípulos, porque piensan como los hombres, empeñados en que el Mesías viene a renovar la gloria esplendorosa de David; no tiene, pues, sentido que muera. Ajenos al sufrimiento que esta previsión hiere a Jesús silenciosamente en su ánimo, discuten sobre la primacía que les pueda aguardar en el cielo.
Jesús, reposadamente les da una receta para la propia salvación: acoger a los desvalidos. Quien acoge a un niño, a un necesitado, acoge a Dios mismo en la persona de su Hijo: le acoge a él.


                                                                          
                                          Reflexión

                                                           Los evangelios y la Iglesia

Los evangelios escritos son el evangelio de Jesús vivido por la Iglesia primitiva; un evangelio vivo, porque vivir el evangelio es la mejor manera de interpretarlo, dado que el Espíritu asiste e inspira a la Iglesia, en nombre de Jesús. Hablamos, por eso, del evangelio según san Marcos, según san Juan, etc., ya que su redacción es humana. En este proceso, Marcos tiene una importancia singular, ya que es él quien crea este nuevo género de relatar que es el evangelio.

                                       Rincón Poético

MARÍA, ARRODILLADA

María, de rodillas
ante Dios, le suplica
preserve su humildad, porque se sabe
los dones que la exaltan. 
Isabel se lo ha dicho:
Eres Madre de Dios.
María está asustada de sí misma.
¿Quién la enseñará a tener
precisamente a Dios contra su pecho?
Ha de enseñarle a ser 
un hombre entre nosotros.
  
María, arrodillados
ante ti, suplicamos
de tu bondad, preserves en nosotros
la gracia de sentirte madre nuestra.

(De La flor del almendro)

lunes, 20 de mayo de 2013

Todo es posible al que tiene fe


Jesús cura a un poseso, o si se quiere, a un paciente que sufre incontrolables arrebatos de histeria. En vano lo han intentado sus discípulos e incluso al padre de la víctima le examina previamente de la fe que tenga, que no deja de ser una fe titubeante. Y pronuncia entonces una sentencia que explica cuál es el remedio contra males que parecen incurables: la fe. Todo es posible al que tiene fe, sentencia Jesús.
Nuestro peor achaque no es la posesión, sino la falta de fe. Estamos como muertos vivos, sin saber  lo necesario que es que Jesús nos incorpore cogiéndonos de la mano y poniéndonos en pie.


                                         Reflexión

                                                           La historia de Dios

La historia de Dios es la historia de su relación con el hombre y por lo tanto, primordialmente, la historia de Jesús y su Iglesia. La de Jesús comienza en Nazaret y concluye en la cruz. Su resurrección sucede más allá del tiempo y pertenece al misterio de su eternidad con el Padre. Aquí, entre los hombres, cede su lugar al Espíritu Santo, que le hará espiritualmente presente en la congregación de los fieles, en la palabra y los sacramentos. El espíritu escribe ante Dios la historia de la Iglesia con la sangre de los mártires. El Apocalipsis es un inefable ensayo previo


                                      Rincón poético

EL VUELO DEL GAVILÁN

El gavilán, liviano
como la luz, cierne su vuelo
en la cumbre del día.
Así también el viento,
cuando lanza su lazo 
sujetándole al cielo la cintura.
No aletea, resbala; no sujeta
a nada su figura, se desliza
a impulsos de su propia decisión.
Va de caza y los pájaros se asustan:
y al instante, en huida presurosa
pliegan su vuelo en la intrincada
fronda de las encinas.
Sus garras lo definen,
crispadas como el odio y arañazos.
El gavilán es eso, una mirada amenazante
desde el ápice agudo
de un cono escrutador de sabandijas
y sierpes sigilosas.
Súbitamente, cae como una pica
sobre su víctima, que su pico destroza,
envuelto en estallido
silencioso de plumas.
Depredador de cielos y de nubes,
recupera al instante su gran vuelo de seda
El águila, el halcón, el gerifalte,
usan su misma sombra; pico y garras
son comunes también 
en los escudos nobiliarios.
La complacencia cortesana
siguiendo atenta,
desde la almena, su gallardo vuelo,
pule sus ojos por igual.
La arrogancia asemeja
nobleza y cetrería.

(De La flor del almendro)

domingo, 19 de mayo de 2013

Pentecostés


     Muerto Jesús, sus discípulos andan desconcertados. Recobran la entereza y la alegría con las apariciones de Jesús, y la efusión del Espíritu sobre ellos les llena de un nuevo ardor que les lanzará a la predicación del evangelio por todo el mundo conocido.
     Si no hay una fuerza interior que desde el corazón nos haga vivir, las cosas apenas tienen sentido. Lo que da forma a nuestra vida es el Espíritu. Pentecostés es la fiesta de ese Espíritu divino, que nos evoca la necesidad


de un corazón nuevo, de una libertad creadora nueva, de una íntima vivencia de Dios. Pentecostés  es así el coronamiento del misterio pascual, vivido bajo el signo del Espíritu, que es ya el verdadero protagonista de la vida de la Iglesia.
     El Espíritu Santo es el principio vital de la Iglesia. Sin él, que actualiza en ella  a Jesús, la Iglesia no es nada, porque es él quien la rejuvenece y dinamiza; de lo que se sigue que la Iglesia esté siempre en constante renovación, ya que el principio de ese rejuvenecimiento lo lleva anidado dentro, le viene de dentro. Y san Pablo nos dice que el mismo Espíritu que devolvió a la vida a Jesús, también a nosotros nos devolverá a la vida eterna de Dios.
     A ese fin alienta Jesús ese Espíritu sobre su Iglesia, porque ese aliento es el que impulsará a difundir el reino de Dios entre todos los hombres. Sólo desde el Espíritu podremos nosotros caminar con ánimo resuelto hacia la conquista del hombre interior que es el cristiano, desde la alegría de sentirse renovados cada día. 

                                            Reflexión

                                                                        El grito 


A Jesús le duele que la fe en el misterio escondido del Padre choque con la indolencia y hasta con el rechazo declarado de muchos. Es un hombre lleno de mansedumbre, pero en ocasiones se deja llevar de la intensidad de su mensaje y a voz en grito proclama que creer en él es creer en Dios y que verle a él es ver al Padre que le ha enviado, cuyas verdades declara. Gritar no es sólo un mero desahogo; gritar es hacer que su voz resuene y llegue a todas partes. Frente a cuantos se resisten a creerle, el grito de Jesús es un desaire y una protesta airada.

                                      Rincón poético

       PAN EUCARÍSTICO

¿Quién amasó aquel pan? ¿Entre qué manos
cobró su consistencia? Fue el cariño
de una mujer seguramente 
el que dio forma y calibró el exacto 
punto de la cocción. Es como un niño
el pan reciente en manos de una madre.
Jesús ahora paladinamente
que ese pan en sus manos, bendecido
con el alto poder de su palabra,
ya no es pan, lo parece;
ya no es espiga, es alimento
que sacia para siempre, manadero
como una fuente que tuviera
en el pan su hontanar inagotable.
Ya no es el mismo pan:
ahora reside en él, enmascarada,
la presencia de Dios,
como un ciprés se oculta en la semilla,
como en la negra nube la tormenta.
En la apariencia oscura de este pan,
estoy yo, puesto en pie,
dice con sencillez Jesús, porque es sencilla
a todas luces su verdad divina.

(De La flor del almendro)

sábado, 18 de mayo de 2013

Tú, sígueme





Andando en compañía de Jesús por la arena, a orillas de lago, Pedro se interesa por el futuro que le aguarda a Juan, que viene detrás de ellos. El original griego de este pasaje quiere decir más bien que Juan sigue a Jesús como el buen discípulo que es, y Jesús replica al punto que no se preocupe por él, Tú sígueme. O sea, lo que de verdad te concierne es que me sigas tú con la fidelidad con que me sigue él.

Todo el pasaje es una reprimenda a Pedro por su flaqueza en momentos cruciales y una instancia a que se ocupe en desempeñar el papel que le corresponde al frente de la Iglesia con total entrega.



                                                                             Reflexión   

                                                                         Permanecer en Cristo

                                                          
                                                                 

       Para Juan, el evangelista, que es quien ha acuñado el sentido teológico de la locución,  permanecer en Cristo equivale a entrar en una tal convivencia con él, que participamos del mismo soplo de su vida, entramos en comunión con sus mismos deseos, de modo que tal permanencia es tanto como poner en práctica sus mandamientos, asumidos por amor. Es lo que percibía Pablo, cuando declara que ha dejado de vivir por sí mismo ya que es Cristo quien se ha entrañado y vive en el.


                                     Rincón poético

ANOCHE LLOVIÓ

Casi nadie lo supo. Fue de noche
y apenas si llovió. Se vio la acera
mojada, la mañana humedecida
y el ambiente era frío.
Hay nubes que no siguen un programa
de bien hacer y llueven a deshora.
Diría sin temor a equivocarme,
que estaba limpio el cielo. Fue una nube
sin entidad, pequeña y distraída
la que cruzó furtiva
la noche y dejó un fleco
de su sábana blanca desprendido
en el aire. Hay un charco 
efímero en el parque donde beben
con avidez, junto con los gorriones,
las sombras denegridas de los arboles.
Supongo que, esta vez,
ese asomo de lluvia pordiosera 
ni se mojó los labios.

(De La flor del almendro)

viernes, 17 de mayo de 2013

¿Me amas más que estos?


     El examen a que somete Jesús a Pedro, lo es a título personal. ¿Me amas tú más que estos? Y Pedro dice el evangelista que se entristeció, rehuye decir que sí abiertamente y se refugia en la sabia intimidad de
Jesús, que sabe si le ama o no y en qué medida. Pedro pensaba, cómo no, en sus tres traiciones.
    Uno considera si no será éste el examen al que nos someterá Jesús individualmente a cada uno de nosotros, porque como bien dice san Juan de la Cruz, al atardecer de la vida, se nos examinará del amor.  Pedro le había traicionado tres veces y le pregunta tres veces. ¿Cuántas nos preguntará Jesús a cada uno de nosotros? ¿Sólo tres?
    Mientras tanto, hay un modo de lavar las propias culpas, como es ir sufriendo la penitencia que los años nos van imponiendo con sus achaques y su pesadez. Lo dice Jesús: De joven, tú mismo te ceñías; entrado en años, por tu creciente invalidez, tendrás que depender del amparo de los demás. Este tener que depender de otros, es un signo de falta de libertad, de soltura de movimientos; un ir uno a remolque de los demás dejando de ser uno mismo. 
     La ancianidad no es pecado, pero puede ser un lavadero de nuestros desmanes, una clara penitencia, si unimos sus estrecheces a las de Jesús, porque no son los sufrimientos los que purifican, sino el amor con que los aderezamos. Y de ese amor nos examinarán al atardecer de la vida.


                Reflexión

Comer y beber espiritualmente a Cristo

Vivimos por y para Cristo, y de él nos alimentamos espiritualmente. No comemos y bebemos en las manos de Cristo, que es como harían unas palomas; nos nutrimos de su misma realidad espiritual. Comiéndole y bebiéndole, se aloja en nosotros, se hace nuestro, y de ahí que su palabra nos alimente, porque su palabra es él, y su verdad nos nutra, porque es él, y su cuerpo y sangre, espiritualizados por el Espíritu, nos reconforta, porque es él, y su resurrección nos vivifique, porque es su verdad definitiva, su vida eterna.


                                     Rincón poético

MI ÁNGEL PARTICULAR

Mi ángel de la guarda
me llama alguna vez por el teléfono
pulsando las estrellas. 
Sus dedos son tan finos que parecen
que fueran de puntillas,
picoteando como unos gorriones
en la dorada arena de los cielos.
No caminan los ángeles, habitan
pequeñas nubes, blancas como charcos
de tiza. ¿Habéis tenido
alguna vez la suerte de mirarles
a los ojos? Los tienen
limpios como un flor, 
la piel anaranjada
como sutiles alas de libélula.
¿Cómo los hizo Dios? Probablemente,
de los traslúcidos recortes 
que le sobraron al crear
el aleteo de la luz diurna.
Son como soplos blancos, 
tenues soplos de brisa, palabras
que ha pronunciado Dios alguna vez
y han quedado en el aire para siempre.


(De La flor del almendro)

jueves, 16 de mayo de 2013

Que todos sean una misma cosa


      Jesús es asiduo hombre de oración. En esta ocasión, reza a viva voz, y percibimos emocionados cómo le preocupa su Iglesia, no sólo sus discípulos actuales, sino cuantos crean en él, cuantos crean en su palabra, cuantos le sigan en el transcurso del tiempo.
     Son su obra, y como lo único que dará consistencia a su obra es la unidad, y sólo les mantendrá unidos un amor verdadero, le pide al Padre que lleguen a amarse honda y sinceramente entre sí, a la manera como se aman el Padre y él. Que todos sean una misma cosa, como Tú y yo estamos el uno en el otro, para que el mundo crea que me has enviado.
     Es la última oración de Cristo antes del suplicio a que ha de someterse, y le preocupa la unidad de su Iglesia, un deseo ferviente que encierra además una finalidad expresa, la universalidad de la fe. La unidad de los cristianos es evangelizadora por sí misma. El amor entre unos y otros es la prueba del amor a Cristo, porque comporta el cumplimiento de sus mandamientos.


Reflexión

Los fariseos

    Uno de los temas más recurrentes del evangelio de Jesús es la presencia perturbadora de los fariseos. Representan el lado opuesto de la práctica de la fe cristiana. Su enseñanza de la ley es de tipo casuístico, llena de prácticas rituales donde la trascendencia de la espiritualidad queda anulada por prácticas formalistas, externas, rezos y purificaciones sin cuento. Los fariseos invierten la interioridad del amor a Dios por la superficialidad de un conducta meramente objetiva e inconsistente, lo que explicaría la falta de alegría que algunos exégetas advierten en sus reacciones y actitudes de fingida piedad, frente a la sinceridad gozosa de la espiritualidad de Jesús.


Rincón poético

       SOY POBRE

Qué difícil resulta 
ser pobre a quienes somos
deliberadamente pobres.
No tiene la pobreza
el rostro amable si se mira sólo
su aspecto, la fachada deslucida
donde púdica esconde 
la intimidad de su belleza.
Ser pobre es poner alas
a la pesada sordidez del barro,
aligerar su pesadez baldía.
Ser pobre es desprenderse,
como quien poda estrellas 
o el mar de gaviotas
de esclavas dependencias y tirones
que nos atan a puerto.
Ser pobre es no tener. ¡Tenemos tánto!
¡Tienen nuestras mentidas apetencias
su anzuelo tan sutil!
Hay que talarle al sauce 
su dejadez
y recoger como mantel su sombra,
hasta que aprenda solidariamente
a dar fruto copioso
y a compartirlo con los otros.
Ser pobre es compartir
el libre bienestar de la pobreza,
el gozo de ser libre, al no tener,
con quien nos mira despectivo
las manos pordioseras,
pero lleva un anillo que le oprime,
dorado, el corazón y la garganta..

(De La flor del almendro)

miércoles, 15 de mayo de 2013

Padre, guarda a los míos

      Jesús agradece al Padre que haya velado por sus discípulos. Pero ahora se va, y recomienda al Padre que se haga cargo de ellos, cercados por un mundo que no los acepta. Y no es que haya que escapar del mundo al que no se pertenece, sino evitar que el mundo contamine e infiera daño alguno a los seguidores de Jesús.
     El mal es el reino de la perversión, cuya dimensión resta espacio al reino de Dios. Vivir en el bien es abrir y ensanchar el  espacio a la divina bondad en el corazón del hombre. Y el mayor mal que pueda contaminar a los suyos es que no permanezcamos unidos, porque donde no hay unión y comprensión, no hay amor. Y donde no hay amor, no está Dios.

      Que Jesús nos enseñe el camino de la unidad, que nace del acercamiento y la comprensión.


                                             Reflexión

                                                          La buena nueva o kerigma

  Jesús da comienzo a su pregón o kerigma en Nazaret, donde proclama que ha sido enviado a anunciar la buena nueva a los pobres. Desde ahí, su cielo evangélico se va poblando de gente andrajosa, marginal, pecadores y desvalidos, que por no tener, a veces no tienen ni a Dios. Bienaventurados los pobres, anunciará, porque de ellos es el reino de lo cielos. En buena lógica, quienes siguen a Jesús, han de dejarlo todo para vivir con y como él: artes de pesca, la mesa recaudatoria, el oficio, a veces deshonestamente indigno. Él, a quien el Padre despojó de su divinidad, morirá desnudo en una cruz  infamante.


                                       Rincón poético

        ANTE EL ESPEJO

El espejo no miente; duerme acaso
si le apagáis la luz. Es confidente
comprometido y fiel. Desmemoriado,
tacha al instante el rostro que somete
a su oráculo exacto
la comezón de la frivolidad.
Indiferente y frío, no enmascara
la impronta incontestable
de su sinceridad. Es como un niño
que no sabe mentir.
Buscad vuestra verdad en el espejo
los que queréis saberos ciertamente.
La encontraréis si humildemente
no rechazáis su réplica.
Mas no os baste mirar someramente
vuestra apariencia complacidos.
Aceptaos sumisos tal cual sois.
No os engañéis. Entrad en el espejo
para veros mejor. Mirad entonces.
Pero mirad mucho más dentro.

(De La flor del almendro)

martes, 14 de mayo de 2013

Esta es la vida eterna


    Jesús habla despacio, con parsimonia. Habla tranquilamente, como si nada ocurriera, desde su  más honda serenidad. La paz de Dios, que es la suya, le envuelve en todo momento.
      Jesús define la vida eterna como el conocimiento de Dios y de su enviado, un conocimiento pleno, trascendente, que sólo se da en su compañía amorosa y la aceptación de su palabra, por la que llegamos a conocer a Dios. La vida eterna exige el conocimiento de Dios, porque nadie que no conozca a Dios cabalmente puede estar eternamente con él, y de ahí que consista en poder mirarle cara a cara, rebosantes de amor y felicidad. 
     San Pablo dice, por eso, a sus cristianos que el día que lo puedan  mirar frente a frente, el día que también nosotros lo podamos ver tal cual es, con los ojos limpios, seremos como él, es decir, participaremos de su gloria, que es el gozo de la eternidad. 


                                       Reflexión

                                                      Las parábolas de Jesús

Las parábolas no son exactamente relatos que comportan una enseñanza, sino que ellas mismas son anuncio, kerigma, frecuentemente de lo que hay que entender por reino de Dios, y una de sus novedades es la apelación inicial que se hace al principio a los oyentes: ¿Con qué compararemos el reino de Dios?, un estilo coloquial que no tiene el envarado comentario alegórico del escriba. La Iglesia daría también forma alegórica a algunas parábolas para facilitar su comprensión. Los evangelios nos dicen claramente que Jesús hablaba en parábolas, muchas de las cuales parece ser que no han llegado a nosotros.

                                  Rincón poético

      AL ALBA

La tenue luz del alba
se descalzó para pasar el río.
Tiene blancos los pies, blandos los dedos,
como el cariño.
Peces que se acercaron a mirar
curiosos como niños,
brillaron tan azules,
tan plateados, que ellos mismos
se miraban perplejos
como una niña en un espejo frío.
Saca sus pies del agua
el alba prosiguiendo su camino
por entre los naranjos 
que acristala el rocío.
Qué triste queda entre cañaverales
el agua verde que da curso al río.

(De La flor del almendro)