lunes, 27 de mayo de 2013

El joven rico

Ser joven y ser rico, es un combinado nada propicio para seguir la vocación a la austeridad. El joven es cuidadoso cumplidor de los mandamientos de Moisés, y busca la perfección, pero sin merma de la comodidad y bienestar que da la buena hacienda. Saber luego que la perfección supone desprendimiento, le sume en profunda tristeza. Jesús ajusta a tan contradictoria situación una de sus frases hiperbólicas más logradas: Le es más fácil a un camello pasar por el ojo de la aguja, que a un rico entreabrir la puerta de los cielos. Es la voz de la sabiduría. Incluso el mundo pagano enseñaba que había que abandonarlo todo en la orilla de la laguna Estigia, so pena de poner el riesgo la barca de Caronte, a punto de pasar de este mundo al otro. 


Reflexión


La voz del pastor

El papa Francisco ha explicado cómo el miedo y la fragilidad se comportan como enemigos de Dios. En la Escritura, Dios tranquiliza a quien es presa del miedo. Lo hace el Ángel en Nazaret, y Jesús mismo pacifica a sus discípulos. El miedo anula nuestro libre albedrío y atenaza nuestra voluntad como a posesos. 
De semejante manera, la excesiva confianza en sí mismo, tan mermada de posibilidades nuestra debilidad nativa, pone las bases donde se acomode la fragilidad. Sin el respaldo de Jesús, nada podemos hacer y en consecuencia, quien cree, todo lo puede.


    Rincón poético

MEDIO AMBIENTE

Está sucio el río,
está sucio el mar,
está sucio el viento.
Tanta suciedad
nos ensucia el alma,
nos ensucia el pan.
Faltan barrendero,
en la singular
ruina de las cosas,
del trance en que están
Tan sucio está el hombre, 
tanto la verdad,
que no encuentra un digno
olivo la paz.
Tan roto está todo,
que no queda ya
ni amor a la vida,
que siempre Dios da.
Se nos ha olvidado,
Señor, que hay que amar.
Amor a las cosas,
y al río y al mar
y al sol y a los vientos
que vienen y van.
Ámanos de nuevo, 
Señor, por piedad,
que si tú nos amas,
¿quién no te amará?

(De La flor del almendro)

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