domingo, 12 de mayo de 2013

La Ascensión

Este pasaje nos suministra una triple revelación:
           1º Jesús es el Señor de toda la creación, que desde ahora le está sometida y se cumple lo que: Todo fue hecho por él y para él.
        2º Se nos revela la misión de su Iglesia de ir, enseñar, bauitizar y guardar los mandamientos evangélicos, de modo que el poder pascual de Jesús es, como una extensión de las relaciones de las tres divinas personas entre sí.
          3º Jesús respalda a su Iglesia con una promesa: Estaré con vosotros hasta el fin de los tiempos.
El momento en que la figura de Jesús se desvanece ante la mirada de los suyos, es la señal para que la Iglesia empiece a expandirse y a difundir el mensaje de Cristo por toda la tierra. Comienza aquí donde la historia de la vida de la Iglesia, con la presencia de Jesús inspirándole, mediante el Espíritu, hechos y palabras. Así es la presencia escondida de Jesús en su Iglesia.
       Todo lo contenido en las Escrituras, queda ya cumplido: los sufrimientos salvíficos del Siervo de Dios, la muerte y resurrección de Jesús, la conversión, el testimonio de los seguidores de Jesús. El lenguaje con que los evangelistas nos hablan de la Ascensión, no deja de ser un recurso literario, tomado del lenguaje apocalíptico, para expresar lo inefable, ese misterioso cambio de perspectiva que comporta la Ascensión, y que es, en definitiva, una experiencia íntima y única de los discípulos de Jesús, que los evangelistas imaginan y trasladan a la expresividad literaria como mejor pueden. La Ascensión marca, pues, el fin de una forma de viva presencia, y el comienzo de otra sacramental, en la que el Espíritu de Dios hace las veces de Jesús en la Iglesia, que no nos faltará ya nunca


                                                             Reflexión

                                                      Ignorancia e intransigencia

Jesús explica la razón de que sus seguidores padezcan una persecución implacable. El motivo corriente reside en que no los comprenden porque no conocen el designio de Dios so Cristo. Un desconocimiento desde la intransigencia de quien sigue creencias excluyentes. No creen ni admiten que otros crean. Ignorancia e intransigencia se concitan para encender la pira donde la fe se convierta en cenizas como un cadáver. Muy al contrario, lo que ocurre es que la palabra de Cristo no muere nunca. A una abeja no se le curre libar en una piedra roqueña.


                                     Rincón poético

LA IMPRESIÓN DE LAS LLAGAS

El Señor lacró
la carne enfermiza
del santo de Asís,
 con sus cinco heridas.
Cómo duele Cristo,
la cruz cómo humilla
a quien sus descuidos
en ella adivina.
Francisco, arrobado,
no siente la vida. 
Se ha apropiado Cristo
de sus energías.
La tierra le ignora,
absorto levita,
y el aliento leve
del Señor la habita.
Cuando vuelve en sí
sabrá las delicias
de que le ha hecho Dios
su imagen eximia.
Cristo le ha lacrado 
con sus cinco heridas.

(De La flor del almendro)

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