martes, 28 de mayo de 2013

Desprendimiento por Jesús

El joven rico se retira decepcionado; no sospechaba ni por asomo a qué obligaba iniciarse en el camino de la perfección. Los apóstoles recuerdan entonces que ellos lo han dejado todo por Jesús. Y él les confirma que quien renuncie por Dios a sus haberes, será recompensado con creces ya aquí, ahora, y, lo más relevante, se les reservará un lugar junto a él, más allá de la vida. Renunciar a todo por Dios es llenarse de él, la mejor de toda las haciendas, y tenerle ya siempre propicio en todo momento, incluido gozar de los eternos beneficios de su presencia divina.


Reflexión

Labor encomiable de cáritas

Leo en la agencia de noticias Zenit que, en la actualidad, Cáritas atiende a 2 millones de personas, en su programa de primera acogida de ayuda alimentaria y de ropa, superando las 353 mil personas  que atendíó el año 2007. Paralelamente, se ha incrementado el número de voluntarios, que pasa de 55.000 en 2007 a los 65.000 actuales.
Lo más “grave es la situación de las personas que se han quedado o están en riesgo de exclusión social, para las que, según el presidente de Cáritas, el coste de recuperación será enorme. Así, ha dicho que su labor es ilusionar a la gente con necesidades y a los voluntarios que quieren trabajar por los demás”. 


Rincón poético

VIVIR EL PRESENTE

Tengo sueño, vencida
la cabeza en mis manos.
Los años pesan mucho; la fatiga 
de haber vivido tanto, no conoce
remedios eficaces. Soy el río
fluyendo mansamente
del mismo modo un día y otro día,
erizado de lanzas inocentes
en sus cañaverales amarillos,
en flor. En flor he dicho,
pero la vida del anciano es fruto,
no siempre tan copioso y sazonado
como ideó el deseo.
Amo, quizás, así tanto las flores
por eso, porque evocan la frescura
de cuanto el tiempo marchitó inclemente.
Queda el gozo final de estar viviendo,
porque es un don de Dios. Con él no existe
más que un presente que él nos da.
Todo al final es agradecimiento; 
y agradecer, un modo placentero 
de amar, eso que Cristo Jesús tanto quería.
Es el dulce rescoldo de estar cerca
de Dios, vivir sólo por el la vida.

(De La flor del almendro)

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