martes, 21 de mayo de 2013

El que me acoge a mí...



No entienden a Jesús sus discípulos, porque piensan como los hombres, empeñados en que el Mesías viene a renovar la gloria esplendorosa de David; no tiene, pues, sentido que muera. Ajenos al sufrimiento que esta previsión hiere a Jesús silenciosamente en su ánimo, discuten sobre la primacía que les pueda aguardar en el cielo.
Jesús, reposadamente les da una receta para la propia salvación: acoger a los desvalidos. Quien acoge a un niño, a un necesitado, acoge a Dios mismo en la persona de su Hijo: le acoge a él.


                                                                          
                                          Reflexión

                                                           Los evangelios y la Iglesia

Los evangelios escritos son el evangelio de Jesús vivido por la Iglesia primitiva; un evangelio vivo, porque vivir el evangelio es la mejor manera de interpretarlo, dado que el Espíritu asiste e inspira a la Iglesia, en nombre de Jesús. Hablamos, por eso, del evangelio según san Marcos, según san Juan, etc., ya que su redacción es humana. En este proceso, Marcos tiene una importancia singular, ya que es él quien crea este nuevo género de relatar que es el evangelio.

                                       Rincón Poético

MARÍA, ARRODILLADA

María, de rodillas
ante Dios, le suplica
preserve su humildad, porque se sabe
los dones que la exaltan. 
Isabel se lo ha dicho:
Eres Madre de Dios.
María está asustada de sí misma.
¿Quién la enseñará a tener
precisamente a Dios contra su pecho?
Ha de enseñarle a ser 
un hombre entre nosotros.
  
María, arrodillados
ante ti, suplicamos
de tu bondad, preserves en nosotros
la gracia de sentirte madre nuestra.

(De La flor del almendro)

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