lunes, 30 de julio de 2012

Parábolas del crecimiento


Jesús en sus palabras insinúa lo que quiere que descubran sus oyentes. El hombre ha de tomar parte en la palabra reveladora tratando de descubrir su sentido. Dos parábolas asocia Mateo en este pasaje. La de la mostaza, simiente mínima que llega a desarrollarse como un arbusto de grandes dimensiones. Y la de la levadura, que se hincha y crece en la artesa durante la fermentación de una noche.
     De la misma manera, el reino de Dios crece también lentamente, pero sin descanso. La ley del crecimiento es la ley esencial de la paciencia y de la vida.  La simiente mínima que deviene árbol, son los doce apóstoles, un número escaso de bocas que hará de levadura de la palabra en el mundo entero. Lo poco llega a ser mucho, por gracia suya, encendido por el amor. Ahí está el milagro.
    Hemos de hacer de nuestras pequeñas cosas, manos y corazón de Dios para convertirnos en fuerza de amor y de fe que dé sentido a la vida de todos.

Reflexión: La butaca


    El hombre ha aplicado su cultura a sus propios muebles. Se puede hacer un recorrido por la historia del arte contemplando los estilos con que los ha ido configurando la mano artesana del carpintero. Un arte menos cuyo artista no firma nunca sus obras, ni en Egipto, ni en Roma, ni en Francia o nuestro mismo país. Los muebles en general se corresponden co necesidades diversas y una de ellas es la que inspira la silla desde el beneficio del descanso. En muy buena parte, el descanso sabático diseñó incluso la sinagoga, con sus poyos laterales adosados a los muros, cubiertos de almohadillas. En épocas mucho más recientes aparecieron variantes cómodas de la silla con la butaca y esa otra butaca prolongada que es el sofá.
    La butaca persigue el máximo acomodo del cuerpo en actitud de abandono relajante, tanto, que en más de una ocasión concluye en olvido de sí mismo que entreabre el sopor del sueño. No merece ni ser nombrado aquí, por dignidad, el patio de butacas de un salón, donde la masificación, la estrechez y rigidez de sus unidades arruinan toda comodidad. Dejémosle a la butaca a la altura de su independencia, su ambiente silencioso y la eficacia reconfortante de su familiaridad doméstica. A lo sumo, permítanle al perro tumbarse a los pies del dueño.
   
Rincón poético

JESÚS Y SAN PEDRO

Jesús está muerto.
¿Quién me lo diría?
¿No dijo en su pueblo
que él era el mesías?

Pedro no comprende.
Hasta se enfadó
con Jesús. ¿Quién puede
matar al Señor?

Un soldado indaga
si ha muerto Jesús ,
y alzando la lanza
lo clava en la cruz.

Jesús resucita
y se muestra a Pedro:
¿Cómo es que estás vivo
si te he visto muerto?
 
Me llamó cobarde
tres veces el gallo
y otras tres, confuso,
confieso que te amo.

¿Será así? Jesús
se fía y lo acepta.
Quien miente una vez,
mentirá cincuenta.

(De Los labios del viento)

domingo, 29 de julio de 2012

La multiplicación del pan

    Hay en el pasaje evangélico de hoy varios indicios de tipo simbólico que hacen ver cómo la Iglesia primitiva asoció siempre este prodigio con la eucaristía, de modo que fue leído siempre en las asambleas en clave sacramental. Con el fin de esclarecer este sentido que les pareció evidente, adecuaron la redacción del texto a la expresión de su fe en el misterio eucarístico, lo que dificulta recuperar el texto genuino más antiguo. Es como si texto y explicación esclarecedora se hubieran identificado con tan noble fin.
    Indicios que conducen a este criterio son mencionar la próxima pascua, en la que tendrá lugar la institución eucarística, la bendición mirando al cielo, que tiene signo consecratorio, la superabundancia de pan sobrante, para significar el carácter inagotable del misterio sacramentado en  la fracción del pan, realizada por Cristo de una vez para siempre y que la Iglesia repetirá una y otra vez en nombre suyo.
    Hay un pormenor que tampoco debe pasarse por alto, y es el número de cestos, doce, que significan a los Doce apóstoles, fundamento sobre el que se afianzará la comunidad reunida en torno a la mesa. Los Doce actúan como colaboradores de Cristo, en el ejercicio servicial de todos, lo que los predestina como tales refuerzos de la comunidad. Los apóstoles, sin embargo, no acaban todavía de entender el misterio que este episodio encierra, y entusiasmados como la gente, equivocan su cometido de acompañar a Cristo y capitaneando a la gente, se alzan unánimes tratando de elevar a Jesús a la categoría de rey. Jesús, sorprendido, ha de huir de inmediato y se interna en el bosque que cubre el monte. Si se hubiera dejado nombrar rey, los romanos le habrían apresado sin tardanza por sedicioso, cuya pena era justamente la crucifixión.

    El pan eucarístico es nuestro alimento espiritual, juntamente con la palabra. En uno y otro, el Espíritu de Dios, que es el Espíritu de Cristo, lo hace realmente presente. La palabra nos nutre al hacer de ella materia de meditación, convertida en vivencia que dé sentido a toda nuestra tarea diaria. El pan consagrado es alimento, en tanto nos compenetramos con Cristo, injertando nuestra  vida en la suya y convirtiéndonos en prolongación de su bondad.
   
Reflexión: lo humano y lo divino

    Hay en este episodio dos maneras de enfrentarse a los retos problemáticos con que podemos tropezar en la vida; uno desde un punto de vista humano, emplazando el problema de tejas a abajo. Es lo que hacen Felipe y Andrés. Felipe tantea cuánto se necesitará para adquirir pan para todos. Andrés alega que apenas si se dispone de un poco pan y unos peces. Muy de otro modo, Jesús recurre a la llave maestra de la fe con que todas las puertas de abren. Y desde la fe y solicitud para con los demás, multiplica el pan y los peces sin medida.
    Fe y amor son los dos varales con que hemos de acarrear el peso de nuestro recorrido hacia el Padre. Con fe y amor, un día convertirán sus seguidores el pan y el vino en el cuerpo y sangre de Cristo

Rincón poético

        ¡AL ALBA!

El alba ha madrugado.
Hubo una nube
que ponía visera
a sus vislumbres.
Y al cielo raso,
el alba nos pronuncia
su nombre claro.
El alba lentamente
retira el denso velo
con que la oscuridad
encubre el amplio cielo.
Las cosas cobran
consistencia nacida
de entre las sombras.
Estrellas rezagadas
no se acostumbran
a abandonar un cielo
que el alba alumbra.
No hay más remedio
que huir junto a la noche
hacia el misterio.
El sol sube a lo alto
asediado de luz,
y el cielo y mar comparten
ambos un mismo azul
¡Con qué alegría
los pájaros celebran
la luz del día!
¡Al alba, que el viñedo
su vino ha madurado
y l aurora retira
su cielo esmerilado!
¡Al alba, mozas,
que la garnacha espera
a que la cojan!

(De Los labios del viento)

sábado, 28 de julio de 2012

El trigo y la cizaña

    Jesús no ha venido a juzgar, sino a salvar pastoreando a los suyos. Ante la propuesta precipitada de los criados de arrancar la cizaña sin contemplaciones, Jesús contiene sus impulsos, porque hay que dar tiempo al tiempo. Llegará el momento de  separar oportunamente lo bueno de lo malo. Importa, pues, preservar el trigo, no sea que al arrancar la cizaña, se infiera menoscabo a la espiga. La cizaña no cuenta y a su tiempo será desechada.
    La bondad y el mal viven en competencia, pero Dios se cuida de quienes encarnan la bondad y creen en su palabra, de los que la ponen en práctica. Confiemos en él y no le demos al mal protagonismo alguno. Trigo somos nosotros y hemos de ser hostia oferente en el sacrificio de Cristo.

Reflexión: La papelera

La papelera cumple una función de aseo y orden en todo despacho y oficina que se precie. Gracias a ese buzón desmesurado, papeles inservibles que piden a gritos su desecho, dejan lugar en el escritorio a toda suerte de papeles que, sin orden, no hay manera de dar con ellos cuando se les necesita; resulta frustrante. Por cierto, los ordenadores disponen, por semejanza e imitación, de una ventana llamada Escritorio, y en un rincón del mismo, no falta la conveniente Papelera de reciclaje, donde asilamos aquellos documentos que ya han cumplido con su menester y no se los necesita. Cuántas veces, sin embargo, enviamos a ese lugar virtual documentos que, si no han sido eliminados todavía, volvemos a recuperar sin tardanza después de hurgar en tan marginal archivo. Es la papelera elevada a categoría de mueble eximio.

Rincón poético

LA LIBÉLULA

Es apenas. El filo
de una oración avergonzada
que teme a Dios semeja,
un trazo adelgazado suavemente,
una linea volátil que volara
como el soplo de tamo de un suspiro.
De un alfiler,
extática, olvidada de sí misma,
reproduce la hechura.
Contempladla mil veces siempre nueva:
alberga, en un cambiante
armario, innumerables
vestidos de color. Es vanidosa
como la niña que descubre
por vez primera, de puntillas,
su imagen rubia en un espejo.
Es como si no fuera.
Hacia el atardecer, cuando las sombras,
cansadas de crecer, se desvanecen,
cabe sin ser notada en el aliento
imperceptible de la luz. Miradla
una vez más; no es nada,
sombra apenas de un vuelo estilizado.

 (De Los labios del viento)

viernes, 27 de julio de 2012

La simiente, signo de las parábolas

    La Iglesia nos  interpreta el significado espiritual de las parábolas. Ante la palabra de Dios, Jesús compara a los hombres con cuatro clases de terreno.
    1º Los que oyen la palabra del reino y no la comprenden.      
    2º Los que escuchan la palabra con alegría, pero son inconsistentes, no tienen raíces,  y ante la adversidad o la persecución, vuelven la espalda a Dios.
    3º. Hay también quienes escuchan la palabra, pero la seducción de las riquezas  les ahoga la palabra, porque no se puede servir a dos señores a la vez (Mt 6,24).
            4º. En cuarto lugar están los que escuchan el mensaje y lo entienden. Estos dan opimo fruto, con distintos porcentajes, según su entrega al reino.
    El evangelio es palabra viva, porque la encarna Jesús que está vivo. Y nos invita a un encuentro con él, que nos está hablando siempre. Ante el evangelio, hay que preguntarse entonces: ¿Qué es lo que yo descubro de ti, Señor, en estas palabras tuyas? El simple hecho de preguntarle es iniciar ya un encuentro con él y entrar en oración.

Reflexión: Aire acondicionado

    Acondicionar el aire es disponerlo de modo que se le dé la temperatura más conveniente al ambiente en que queda instalado el aparato acondicionador, a fin de combatir el calor incendiario que enerva un verano excesivo por estos pagos, ya de sí calurosos. En tiempos, por estas tierras se cultivaba tabaco, arroz, cacahuetes. Hoy, decaído el comercio de la naranja que arrasó todos esos cultivos, se prefiere el kaki de la variedad rojo brillante, y va entrando el aguacate o abacate o palta, y el kiwi, originario del Himalaya.
    El aire acondicionado también va ganando enteros. Lo saben los comerciantes, que han de hacer agradable al cliente su visita, las entidades oficiales, por intención parigual. Los particulares sueñan con disfrutar de sus beneficios, pero, dado el precio que alcanza el consumo eléctrico, se lo piensan más de dos veces y con frecuencia, opta por el humilde, ancestral, alado y asendereado ventilador, siempre más eficiente que el manual abanico de floreado país.

Rincón poético

MÉTEME EN TU CORAZÓN

Tiendo, Señor, a dejarme
llevar por la distracción,
la mirada extraviada
cual quien vive en un balcón.
La calle es la referencia
capital de su atención.
Sé que me olvido de ti,
cuando enajenado voy
llenando de naderías
vanas mi imaginación.
No estoy contigo si embebo
de cosas mi inclinación.
No tiene sentido ir solo
caminando, cuando yo
sé que quien hizo el camino
con tu sangre, fue el dolor,
cuando tu dolor borraba
nuestros odios con tu amor.
Dame con que amordazar
mis extravíos, Señor,
que estaré sólo contigo
si tú me asilas, mi Dios.
No dilates el momento;
méteme en tu corazón.

(De Los labios del viento

jueves, 26 de julio de 2012

El secreto de las parábolas

    Los discípulos de Jesús entienden que predicar a la gente sencilla en parábolas conduce a poco, si no se les explica cuál sea su sentido. Jesús les responde que las parábolas no están al alcance de la mano, sino de la fe. Dios es un misterio, no una realidad corriente como una piedra o un árbol. Dios no es claro ni evidente, de ahí que sea la fe la única llave que permite entrar en él.
    La verdad de Dios, lejos de imponerse por sí misma a la inteligencia como cualquier verdad humana, es un secreto que sólo se da a los que, desde la fe, están dispuestos a escuchar. Hay que rumiar, entretenerse sin prisa por superar las imágenes del lenguaje que  envuelve sus verdades, para penetrar en su contenido interno. Sus oyentes, en general, ni ven ni oyen.
    Toda nuestra vida es una parábola en la que Dios está escondido y desde ella  nos está hablando mediante las situaciones cotidianas. ¡Dichosos vuestros ojos por que ven y vuestros oídos porque oyen! ¡Dichosos, porque disponemos del evangelio como lugar de encuentro de Dios con los hombres!

Reflexión: Los ángeles y el arte poética

    Cuando José María Rilke visita España, habla con los poetas jóvenes del momento y les explica cómo  su imaginario lírico está poblado de ángeles, y especifica que veía todo lo bueno, como la belleza, a la manera de envíos  angélicos que alentaban su existencia, ángeles portadores de gozo y bienestar, ángeles que ponían orden y rectitud en el camino; lo contrario, enemigo del hombre, lo personificaban ángeles caídos, demonios perversos.
    Muy pronto los poetas locales ensayan la bondad de lo que ven como intuiciones angélicas, y ven la belleza alada de unas señoritas esquiando sobre la nieve blanca como una aparición angélica. Rafael Alberti, víctima de una dolorosa depresión, la encubre en un poemario titulado Sobre los ángeles, donde ve ángeles tontos que se quedan en la mediocridad, ángeles buenos en el cartero que le entrega una amable misiva remitida por una persona amada. Está también el ángel de los números que, de presidir un cosmos de equilibrios y celestial belleza, roto el hechizo, pasa a ser enterrado, signo de un desconcertante desengaño, llevado a hombros de cuatro ángeles o números, sobre el uno, sobre el dos, sobre el tres, sobre el cuatro.

Rincón poético

APRENDER A SER

Aprender a ser pobre, como tú,
es tarea, Señor, dificultosa.
Yo soy pobre, pero me tengo a mí
y me ensucia el hollín de muchas cosas.
Se es pobre sin quererlo, cuando pones
valor a un ansia loca
por tener, o no das
con la piedra preciosa
de morir a ti mismo, como mueren
en un rosal las rosas.
No eres tú, lo que añades a ti mismo.
Desnúdate del peso de esa ropa.
Ser lo que tienes es dejar de ser.
Despréndete de todo cuanto sobra.
Sé pobre y llenará tu corazón
la riqueza de Dios. Esta es tu obra:
ser para Dios, dejando de ser tú,
porque  él será por ti. No hay mejor cosa.

(De Los labios del viento)

miércoles, 25 de julio de 2012

Santiago apóstol

    A Santiago apóstol se le venera como patrono de todas las Españas. Patrono es aquel santo a quien se proclama como abogado ante Dios, a fin de obtener su mediación; bien que, ante todo, los santos son sal de la tierra y luz de Cristo, cuyo ejemplo nos invitan a vivir con intensidad el evangelio de Cristo.
    Según la tradición, en época medieval, al identificarse sus restos en Compostela, la noticia del hallazgo cundió por toda Europa, y su fama empezó a atraer gente de todo
 origen a su sepulcro, lo que exalta su devoción por toda Europa. Alejandro II declara Año Santo Jacobeo aquellos cuya fecha de 25 de julio recayesen en domingo, lo que contribuyó no poco a incrementar aún más la afluencia de peregrinos. Los cristianos españoles  proponen entonces al hijo del trueno que les predicó la fe de Cristo, como adelantado de sus tropas, contra los agarenos.
    A su martirio aluden la colecta, la oración de las ofrendas y el prefacio, donde se dice que consagró la tarea de los demás apóstoles con su sangre, como primer apóstol que participa del cáliz redentor de Cristo, testigo singular suyo.   
   Es muy oportuna la epístola de san Pablo, que recuerda que la función de todo apóstol es anunciar la gracia del Señor y llevar los hombres a la fe de Cristo.
         Esta es la faceta que distingue a nuestro santo, la firmeza de su testimonio, que debe inducirnos a reforzar nuestro propósito de manifestar a Cristo con nuestras obras, y con nuestra vida.

Reflexión: Sinopsis evangélica

    Cada una de las redacciones del evangelio de Jesús se nos antojan más bien breves, lo que facilita compendiar sus ejes temáticos en muy pocas líneas:
    -Dios es amor; el hombre debe responderle con amor al suyo, ya que nos amó primero.
    -El amor a quienes Dios ama, se cifre en:
a) perdonar; b) estar al servicio de los demás; c) poner nuestras preferencias en los pobres, desvalidos, marginados, a semejanza de Jesús.
    - Saberse y comportarse como hijos de Dios, ya que el Espíritu de Jesús nos habita gracias a que con su resurrección nos reconcilió con Dios.

Rincón poético

EL JAZMÍN Y EL ALHELÍ

Del jazmín y el alhelí
son famosos sus aromas.
No quiero arriesgar un juicio:
tanto montan.

El jazmín y el alhelí.
No se bien cuál de los dos
brinda el aroma más fino.
¡Vive Dios!

No sé bien cuál de los dos,
el jazmín o el alhelí,
brinda el aroma más fino.
Es así.

El jazmín y el alhelí.
Son sus aromas famosos.
Yo no quisiera elegir
uno u otro.

No sé bien si el alhelí
o el jazmín, brinda más fino
aroma, aunque tal vez
lo adivino.

Mas, si entre uno y otro aroma,
hay que decidirse al fin,
me inclino por la fragancia
del jazmín.

Es más blanco
y elegante y más sutil.

(De Los labios del viento)

martes, 24 de julio de 2012

Estos son mi familia

    En Nazaret no creen en él y sus familiares, que temen por su vida, utilizan a su Madre como cebo para retirarlo de la predicación, ignorando que tratan de acallar la voz de Dios y enterrar el misterio de la salvación, el mayor de todos los sacrilegios si no fuera por su ignorancia que les exime de tanta gravedad
     Nos enseña así Jesús aquí que él será la cabeza de la Iglesia resucitada con él, y que la vocación de cada cual ha de seguirse a despecho de adversidades, ya que  Dios está por encima de todo. Que él nos acompañe en este compromiso cristiano de ser como él quiere.


Reflexión: ¿Mayor o viejo?
   
    Y yo me pregunto: ¿Soy mayor o viejo?
    Permítanme que dé tres cuartos al pregonero y salga en mi defensa. Acabo de leer entre otras cosas que me benefician, la amable consideración de que es mayor quien tiene mucha edad y viejo quien ha perdido la jovialidad. Si es así, todavía no soy lo viejo que a veces creo, desde la más somera lectura de la superficialidad. Leo también: Eres mayor cuando aún sueñas; eres viejo cuando apenas consigues dormir. ¡Albricias, porque duermo como un bebé ahíto de leche materna y no me he apeado todavía de espabilar la dulce llamita de mis sueños.!
    Imagino que algún conocido mío, al leerme, fruncirá el entrecejo. ¡Ojalá que Dios atice el brasero de sus sueños, para que no le falte nunca un trocito de horizonte por donde mirar hacia él!


Rincón poético

 INCENDIO EN EL MONTE

El fuego ha encendido el valle y el monte
y en sus llamaradas arde el horizonte.
Desde el corazón de quien no tenía,
una mano aleve un rayo blandía.
Siempre hay una mano perversa y sin nombre
que persigue oculta y cobarde al hombre.
¡Malhaya esa mano que escode la tiza
con que tacha el bosque, ya polvo y ceniza.
Los robles se humillan, pinos lagrimean,
chilla el monte a gritos convertido en tea.
Funeral del bosque en su propia llama.
Huele el humo a mirto, tomillo y retama.
Todo es cementerio, queda el monte tonso.
Y no hay un ciprés que rece un responso.

(De Los labios del viento)

lunes, 23 de julio de 2012

Yo soy la vid

    En el evangelio de Juan, Jesús recurre a la viña, símbolo bíblico del pueblo escogido, para persuadirnos de que su dueño es Dios Padre, porque él la plantó, es decir, es quien hizo suyo a ese pueblo y pactó con él. Quien permanece en los mandamientos de Jesús, o si se quiere, quien le ama y es consecuente con ese amor, permanece en Jesús que le revitaliza con su gracia.   
    El evangelista varía la frase: permanecer en Jesús, permanecer en su amor, cumplir sus mandatos, que en realdad son una misma cosa. Permanece en Jesús quien, por amor, lleva a la práctica sus enseñanzas.

Reflexión: Palabra para todos

    Sé de varios personajes más o menos eminentes que confiesan, sin ser precisamente hombres de fe, tener siempre a mano un ejemplar de la Sagrada Escritura, en su mesilla de noche. Quiere decirse que sienten especial preferencia por su lectura. Sucede que la Biblia ofrece lectura preferencial a gente bien formada que sabe mirar con objetividad los valores que encierra el libro sagrado. No será para ellos, como para nosotros, palabra de Dios, pero tampoco palabra al uso como la de otro libros sobresalientes. La Biblia está por encima de todos los demás. Para nosotros los cristianos, es comprensible que la palabra de Dios no oculte ni siquiera a los profanos su misterioso atractivo. Una piedra preciosa puede ser valiosa para unos y simplemente una bella piedra para otros. Alegrémonos de que vean y escudriñen esa palabra, aunque no lo sea a la luz de la fe, sino de la palmatoria temblorosa de nuestra inteligencia. La palabra de Dios, como la lluvia, nunca se retira sin dejar una pizca al menos de su fecundidad en la tierra que moja.

 Rincón poético

ALMA DE CRISTO, PACIFÍCAME

Mi amor es un ciego
que te reconoce;
no importa si alumbra
la luz o es de noche.
Soy como la oveja
que sabe tu nombre.
Te sienten cercano
mis intuiciones.
Me falta que un día
tu paz me controle.
Te amo a ramalazos,
caballo al galope,
casi siempre a expensas
de mis emociones.
No soy tan sereno
como aquel buen hombre
de Asís, que gustaba
rezar en el bosque,
al salir el día
o al entrar la noche,
domada su sangre;
la mía va al trote
y a veces parece
que he perdido el norte.
Pon mesura, oh Dios,
en este derroche,
en este ajetreo
de vacilaciones.
Clávame tus clavos
en mi carne innoble,
que esa es la limosna
que te pide un pobre.

(De Los labios del viento)

domingo, 22 de julio de 2012

Como ovejas sin pastor

    Jesús renuncia al merecido descanso que ha de compartir ccn sus apóstoles, al regreso de su primera misión apostólica: una multitud espera saber de él y oír su palabra.
    El fragmento litúrgico de hoy es una introducción de mucho relieve al hecho portentoso de la multiplicación de los panes y los peces. Los apóstoles son los destinatarios de esta lección de ser para los demás, a la manera de un buen pastor que se preocupa de sus ovejas descarriadas.
    Llegará un día en que les enseñará esto mismo arrodillándose para lavarles los pies Aquí les está enseñando ya eso mismo con su propio ejemplo, como escalonando en sucesivos momentos una larga lección a la que Jesús da la máxima importancia.
    Y si, a punto de bendecir el pan y los peces, el prefacio presenta a Jesús como Buen Pastor, no es otra la razón de que los obispos, incluido el papa, ejerzan su función pastoral con un báculo en la mano. Son los enviados de nuestros días, en una Iglesia siempre en marcha.

Reflexión: ¿Por qué el nombre de Números?

    Números es el nombre con que los cristianos designamos uno de los libros que componen el Pentateuco. concretamente el cuarto. Los judíos reconocesn los libros de la Sagrada Escritura por la primera palabra hebrea con que comienzan, a la manera como procede la Iglesia con las encíclicas papales y otros documentos vaticanos. Puede que alguien se quede perplejo al tratar en vano de desvelar el raro motivo por el que llamamos Números a un libro sagrado. No existe tal rareza, sino que hasta es razonable tal apelación. Fue redactado en buena parte por sabios judíos para fijar por escrito tradiciones orales que venían de lejos y la razón de que se le venga llamando de ese modo es porque las dos partes en que se divide históricamente el libro, comienzan por sendos censos que puntualizan el número de perdonas que componen el pueblo de Israel, al comienzo de la marcha por el desierto en el Sinaí, y su irrupción en la tierra prometida antes de proceder a conquistarla. Es fál comprender desde ahí cuál sea el motivo que inspiró su nombre a los judíos que traducen la sagrada Biblia al griego en Alejandría, por urgencias de Tolomeo.

Rincón poético


A UN VIEJO VENTILADOR

El ventilador
es una espiral
que jadea como un animal.

Agita sus brazos
con resolución.
Nunca el viento soplara mejor.

A menudo, es brisa
tan leve y tan clara,
como labio que besa la cara.

Que alivie del fuego;
esa es su razón.
No ceder ni dar tregua al calor.

Amigo doméstico,
nos cuida sin tasa
como perro que guarda la casa.

¿Que es viento inventado?
¿No aplaca el calor
la presencia del ventilador?

Yo estoy satisfecho.
Para nuestro intento,
no hace falta un molino de viento.

(De Los labios del viento)

sábado, 21 de julio de 2012

No porfiará

    El pasaje evangélico de hoy nos presenta a Jesús huyendo de sus adversarios religiosos. No es la primera ni será la última vez. Les ha hecho ver la torpeza de sus raciocinios al interpretar torcidamente la prescripción del descanso sabático, y faltos de argumentos, se concitan para matarlo. Hay que matarlo. Es el recurso siempre a la mano del fanatismo: -Hay que matarlo, porque no piensa como nosotros.
    Jesús podría hacer uso de los poderes del reino enfrentándose a sus oponentes, pero, hombre de paz, no es esa su postura frente al hombre. De hecho el evangelista le aplica las palabras bíblicas: No porfiará, no gritará, no voceará. Muy al contrario, él se tenía por manso y humilde de corazón. ¡Ejemplar determinación! No es así como proceden los gobernantes de nuestros días, por desgracia para todos.


Reflexión: El enigma en el lenguaje bíblico

    Desde la más remota antigüedad, la sabiduría comprendía fórmulas tenidas por misteriosas que llamaban enigmas. El enigma es elemento integrante de todo conjunto de creencias y el pueblo de Israel no es una excepción. El enigma bíblico tiene poco que ver con la simple adivinanza y el galimatías. El colmo de la sabiduría para el pueblo de Dios residía en la facultad insólita de interpretar sueños o desvelar dichos enigmas, como le ocurre a José en Egipto o a Daniel en Babilonia. La sabiduría que ensalza a Salomón tiene mucho que ver con su facilitad para resolver signos enigmáticos.
    A Moisés, se nos dice en el libro que conocemos por Números, Dios se le revelaba cara a cara, en tanto que con los profetas Dios se vale de sueños y visiones que hay que interpretar. O sea mediante enigmas. Resolver un enigma es motivo sobrado de alegría y así dice el salmista en el salmo 49: Al son de la cítara, descubriré mi enigma. El profeta Ezequiel, a su vez, invita al hombre a proponer un enigma, una parábola, de modo que ahondar en el sentido del relato parabólico es desenredar la madeja de su sentido. San Pablo dice más. San Pablo explica que aquí, al hilo de las cosas, vemos las verdades y la misma realidad de Dios como en un espejo, en enigma, y sólo cuando Cristo regrese glorioso lo veremos tal cual es, cara a cara. Son dos maneras de ver, imperfectamente aquí, en vida nuestra, sin más elemento adivinador que la fe, y plenamente luego, en la cercanía de Dios.
    Entrar en lo hondo del mensaje de Cristo, no es el saber humano quien nos abrirá el hermetismo de su puerta. La fe y el amor prestaron luces deslumbrantes a quienes amaron y se dejaron amar por Dios. Son el resquicio a cuyo través se nos permite vislumbrar sus reflejos.

Rincón poético


A 40 GRADOS CENTÍGRADOS

Este incendio sin llama,
este ardor, esta hoguera,
¿dónde guarda el misterio
de que abrase la tierra?
Nadie sabe decirlo.
Nadie tiene respuesta.
Una escala lo mide
con exacta certeza,
escalón a escalón,
como en una escalera.
Ya no sé si son veinte,
si son treinta o cuarenta.
Sólo sé que esto es fuego,
que son ascuas de leña
y que nadie lo ha visto,
aunque todos los sientan.
¿Quién ha visto el soplillo?
¿Quién ha visto la tea?
¿No tendremos un diablo
apostado en la puerta?

(De Los labios del viento)

viernes, 20 de julio de 2012

El séptimo día


     Entre los preceptos farisaicos figuraba la prescripción del descanso sabático, que recordaba el día séptimo de la creación, llevado al extremo por ellos. Era el día del Señor, día en que se le honraba absteniéndose de toda actividad, sólo que quedaba adulterado por interpretaciones abusivas, hasta el punto de prohibirse atender a un moribundo o curar a un enfermo.   
    Jesús, con gran sentido común, entiende que la mejor manera de cumplir con el descanso sabático es haciendo el bien, lo que deja aturdidos a sis adversarios, que optan por hacerle callar sea como sea, lo que es tanto como querer acallar la conciencia.


Reflexión: La arena y el mar

    La Sagrada Biblia habla con repetida frecuencia de la arena de la playa, si bien siempre como término comparativo de lo infinito o innumerable. Pocas cosas son tan limpias como la arena de la playa. El sordo flujo y reflujo de las olas remueve sus partículas batiendo y lavándolas con terca solicitud, hasta dejar el sílice impoluto y brillante. Su espumosa blandura invita al paseo reposado, descalzos los pies, y los niños juegan socavando oquedades o edificando presuntos castillos que una ola repentina, atrevida, gamberra e irrespetuosa, como quien juega torpemente a manotazos, desmorona de un soplamocos.
    El mar es desconsiderado e indómito. ¡Cuidadito con él!

Rincón poético

LA HIJA DE JAIRO

La hija de Jairo
no ha muerto; descansa.
Se ríe la gente
que no cree en divinas palabras.

La hija de Jairo
sus ojos ha abierto.
La gente, aturdida,
no consigue explicar el misterio

La hija de Jairo
aspira  gozosa.
La gente no entiende
la razón de que huelan las rosas.

La hija de Jairo
da gracias a Dios.
La gente no sabe
que Jesús es la resurrección.

La hija de Jairo
sonríe al Señor.
La gente no entiende
el lenguaje sin par del amor.

La hija de Jairo
está con Jesús.
La gente está ciega
y al mirar no percibe la luz.

(De Los labios del viento)

jueves, 19 de julio de 2012

Venid a mí

 

 Jesús sabe lo arduo que es sujetarse a una enseñanza farisea que carga la conciencia del hombre sencillo con formalismos sin cuento, vacíos de sentido, puramente objetivos, mientras él hace consistir su enseñanza en el amor de Dios y de los hombres, y ofrece el lenitivo de su doctrina liberadora con esas palabras tan llenas de comprensión de quienes le quieran seguir: 
    -Venid a mi los que estáis sobrecargados con mil naderías que ni redimen ni justifican. Yo pondré remedio al yugo que han colocado en vuestra cerviz.  

    Escuchemos la palabra de Jesús para llevarla a la práctica y esa divina palabra, que es la vivencia del amor de Dios, nos hará libres.

Reflexión: Funcionarios imprescindibles
        Homenaje a Vicente Timor y José Vicente Nebot
 
    En empresas, colegios y centros de todo tipo, hay funcionarios que se “institucionalizan” de tal suerte que se vuelven imprescindibles y gozan de total reconocimiento; sin ellos, la máquina acaba por no funcionar; son piezas insustituibles del equipo de que forman parte.
    Hay quienes opinan que hay una inflación de funcionarios y comparan su número con el de otras primeras potencias, de modo vergonzante. Concluyen entonces que hay que disminuir drásticamente la cifra excesiva de ellos. ¡Por Dios! Que respeten al menos a quienes, en cada caso, contribuyen de modo decisivo al buen  hacer de la institución correspondiente.

Rincón poético

UN GERANIO EN EL BALCÓN

El geranio es ostentoso.
Sólo al gallo se asemeja,
alarido de color,
delirio de las macetas.
Capitán de los balcones,
nadie sus galones niega.
No sabe hablar, pero grita
en silencio con tal fuerza,
que no hay planta junto a él
que niegue su preeminencia.
Su arrogancia es tal, que induce
a descuidar su presencia.
Apenas peina el aroma,
invisible cabellera
de la exquisitez floral.
No cuida su aroma apenas.
¡Nadie es perfecto! El geranio
bien lo sabe. Es una pena.

(De Los labios del viento)

miércoles, 18 de julio de 2012

Elogio de la sencillez



    Jesús siente por la gente sencilla especial predilección. Sencillo era Natanael, que no conocía doblez; sencillos como palomas han de ser sus enviados; hay que ser incluso inocentes con sencillez de niños para poder abrir la puerta de los cielos. Y da gracias al Padre, porque también los prefiere, cómo no, a los presuntos sabios altivos cuyo papel dice poco de la autenticidad que debiera sellar su persona.
    La sencillez recuerda la sumisa mansedumbre de las ovejas que Jesús pastorea. Dócil a su voz se muestra quien ha cursado con nota un largo bachillerato de humilde sencillez.


Reflexión: El báculo del pastor

    A los apóstoles enviados a la misión, les recomienda  Jesús que no lleven nada para el camino sino el bastón. No es otra la razón de que sus sucesores, los obispos, lleven en su función pastoral un báculo con que recordar cuál es su calidad pastoral. Son los enviados de nuestros días, en una Iglesia siempre en marcha.
    El bastón aparece también en el salmo 23:
   Es de noche. El rebaño sigue al pastor por cañadas oscuras. Acechan las alimañas, en una soledad poblada de aullidos, que dice otro salmo. Pero el pastor golpea con el báculo la piedra del camino de modo que su ruido impida que ninguna de sus ovejas se extravíe y dando confianza con su presencia a las más timoratas.
    Respetemos los símbolos con que la Iglesia enriquece su lenguaje simbólico, porque es respetar a la Iglesia misma, hablando el lenguaje de Jesús.

Rincón poético

     TRES VECES

El gallo de la veleta
ha cantado ya tres veces.
San Pedro llora que llora,
aunque el gallo no lo entiende.
Llora porque le negó
otras tres y se arrepiente.
Decidle al gallo que calle,
que la veleta se mueve,
y es el viento, de ese modo,
quien lo avisa y le reprende.
Tres días muerto Jesús,
resucitará por siempre.
Tres veces dijo que, un día,
le matarían los jueces.
Que quede en silencio el mundo
si de verdad verlo quiere,
que el gallo de la veleta
ha cantado ya tres,
y otras tres Pedro protesta
que él ama Cristo con creces.

      (De Los labios del viento)

martes, 17 de julio de 2012

Tiro y Sidón

Quien haya visitado Cafarnaún, Betsaida o Corozaín en torno al lago de Tiberíades, queda pasmado ante el aspecto de esas aldeas maldecidas por Jesús. Un terremoto destruyó las dos primeras. Betsaida, una aldea de pescadores en la desembocadura del Jordán, próxima al lago, a la que una riada pavorosa la anegó de agua y arena, hasta permanecer enterrada hasta que, en nuestros días, un benedictino descubrió su localización. Los cristianos que comprobaron la certeza del augurio de Cristo, quedarían impresionados por la gravedad del desastre.
    Jesús delata aquí la indiferencia hacia su mensaje de aldeas donde se prodigó con palabras y hechos inauditos que hubieran movido a piedad y conversión a ciudades tan paganas como Tiro y Sidón.

Refelxión: La palabra hipócrita

    La palabra hipócrita no existía en hebreo. Jesús, probablemente en Séforis, tuvo ocasión de conocer el teatro y a los mismos intérpretes de dramas griegos representados en él. Hipócrita es la palabra griega que designa al actor, en quien Jesús discierne a la persona real que finge en el escenario ser quien no es, un dios, un héroe, un soldado. Esto mismo es lo que Jesús ve en los fariseos. No son gente sencilla, sino que ocultan su propia personalidad viciada bajo la capa ficticia de otra aparente, representativa de lo que no son. A la manera de los comediantes, farsantes, fingen representar en la vida un papel que dista de parecerse a la realidad de su propio ser.
    La palabra hipócrita ha saltado del evangelio a las lenguas europeas, cobrando con el tiempo un sentido extremadamente peyorativo.

Rincón poético


 EN CAMINO

Todos los caminos
van al horizonte,
unos junto al río,
otros por el monte.
Afluyen, divergen
con distinto aporte.
Sombras diferentes
en un mismo bosque.
No lo ven los ciegos.
Que pregunten dónde.

Ejes del paisaje,
el camino esconde
huellas peregrinas,
pasos pecadores,
de señores viles,
de villanos nobles,
que el camino es justo
y allana a los hombres.
No lo ven los ciegos.
Que pregunten dónde.

Y al atardecer,
el día se rompe
en luces y sombras
que arrastra la noche.
El sol se enardece
con llamas de bronce,
y el camino incendia
sin remedio el bosque.
No lo ven lo ciegos.
Que pregunten dónde.

Jesús les lavaba
los pies a los hombres.
Muchos no querían
pronunciar su nombre.
Ellos le mataron
de manera innoble.
Renace de pronto
y salen entonces
gritando su gloria
dos mil pecadores.
No lo ven los ciegos.
Que pregunten dónde.

(De los Labios del viento)

lunes, 16 de julio de 2012

La familia de Jesús

  


    Jesús o deja todo por segur los designios saladores de Dios. Su familia la componen quienes escuchan su palabra y la ponen en práctica. El mismo enseñará que quien no sea capaz de dejar padres, hermanos y haberes por él, queda relegado al número de los réprobos. O con él o contra él. María fue la primera en decir que sí a la voluntad de Dios. Ella, Madre de Dios, porque lo es de Jesús, es usada ahora como moneda de cabio por los familiares de Jesús, que no creen en él y temen por su vida, de modo que quieren retirarlo de la vid pública. Un absurdo hasta cierto punto comprensible. Un misterio doloroso que no figura en el rosario.




Reflexión: Descontento general

    El descontento de la gente con los políticos es general. Les culpa del desastre que sufre la población, empobrecida por la torpeza de quienes debían y no supieron prever y gestionar a tiempo la situación tormentosa que se nos venía encima. Salir de la depresión en que hemos caído, le cuesta a la gente el dinero que ya no tiene, mientras hay políticos, siempre bien pagados, que al cesar de sus cargos, se exilan a un dorado retiro que les asegura un sempiterno bienestar, por más que se desacrediten, pero ahí se las den todas. Semejante proceder indigna a la gente que confió en ellos, y que comprueba que el descrédito es ya el signo de su sombra, dado que, según se dice, hay político a quien no parece avergonzarle de muy sensible manera. Tal vez se ha descubierto que la vergüenza no es rentable.

Rincón poético

CAMINOS VEDADOS

¿Quién hizo la senda
que cruza el sembrado?
Es como la lanza,
del rudo soldado
que a Jesús, ya muerto,´
la transe el costado.
Nadie entre nosotros
se ensucie las manos
saltando la verja
que protege un campo.
No se pisa el trigo,
no se huella el grano,
quitándole al pobre
el pan de las manos.
No se abre un camino
por el monte en vano.
Es como partirlo,
es cono agrietarlo.

Quien talando el bosque
a orillas del lago,
construye una casa,
edifica en barro.
Ni construye, arrasa,
a expensas del árbol.
El lago es espejo
del cielo. Mirándolo,
recuentan estrellas,
de noche, los sabios.
Y el bosque es misterio,
el bosque es sagrado.
Su madera es noble,
y lo noble, santo.
¿Cómo se comprende
si no, mis hermanos,
que a Jesús le hicieran
una cruz de palo?

(De Los labios del viento)

domingo, 15 de julio de 2012

El envío

    Este pasaje del envío a predicar de Jesús a sus discípulos, es como una universalización de todos los envíos en todo tiempo, para lque estén avisados de que les envía entre lobos, frase muy a tono con la condición pastoril del Maestro. En vida de Jesús, el tema de la predicación de sus discípulos es la cercanía del reino que ha venido con Cristo. Muerto y resucitado Jesús, el credo cristiano sufre un vuelco y se enriquece de modo muy notable, porque ahora lo decisivo es que Cristo nos ha reconciliado con Dios. Cristo vive. Cristo ha resucitado. Ése será el núcleo de la nueva predicación cristiana, en lo que abundan tanto las cartas de san Pablo.
    Cristo Jesús, por quien y para quien todo se ha hecho, recupera su condición de Señor de todas las cosas, y en uso de ese poder, envía sus discípulos a llevar la fe salvadora a todos los rincones de la tierra. La nueva predicación será, por tanto, un cometido apostólico que afecta a toda la Iglesia en todo lugar y en todo tiempo: Como el Padre me ha enviado a mí, así os envío yo ahora a vosotros.
    Convertido Constantino, la conversión de los ciudadanos romanos es masiva, y las pequeñas comunidades dejan de serlo al ocupar las basílicas, convirtiendo en iglesias esos lugares de reunión pública. Misioneros somos todos en todas partes, mediante el mensaje de nuestras palabras y nuestra vida.

Reflexión: Mal humor gráfico

    Estos días aparecía un dibujo humorístico en la prensa que mostraba a un banquero, atado con una cadena a la pata de una silla, tratando dificultosamente de atender a un cliente en la ventanilla. Era un modo gráfico muy incisivo de hacer ver la camisa de fuerza que se pone al cometido bancario, desde las entidades europeas que rigen nuestras finanzas fiscalizando la actividad bancaria española. No entro ni salgo en la obligada  oportunidad o no de tales medidas, que merman nuestra autonomía soberana. Me limito a subrayar el mal humor del artista gráfico y la certera expresividad con que refleja el descontento de muchos.

Rincón poético

MIRÁNDOTE

Estoy mirando tus ojos.
Me envuelve tu claridad,
 y el silencio se arrodilla
como yo para rezar.
Al silencio le ha asustado
ver tu luminosidad.
Tu entraña es la misma luz..
Yo sé que eres mucho más.
Tu eres amor. Bien lo supo
y lo decía san Juan.
Amor y luz. Aunque en ti,
una y otra son igual.
Yo me siento arrebatado
y embebido en tu verdad,
porque es ella la que brilla
en tus ojos y en tu faz.
Y me admira al descubrir
trazas nobles de bondad
en todo cuanto refleja
la luz de tu santidad.
Se explica que, así admirado,
de tanta grandiosidad
el silencio se arrodille
como yo para rezar.

(De Los labios del viento)

sábado, 14 de julio de 2012

Pregoneros de la palabra

    Jesús habla desde dos niveles de temporalidad, la que sus discípulos viven con él, y la que han de vivir, muerto él y resucitado para la eternidad.
    Jesús les adoctrina en privado y les explica el sentido de sus parábolas igualmente a solas con ellos. Sólo que no son ellos los destinatarios exclusivos de su enseñanza, sino cuantos den en escuchar su palabra y ponerla en práctica, para lo que hay que desvelar el misterio de la salvación, gritando desde las terrazas y proclamando a voz en grito la verdad de Cristo en las plazas.
    El uso del contraste, tan frecuente en la retórica de Jesús, por la pobreza gramatical de su idioma, singulariza el mandato de dar a conocer con rotundidad lo aprendido en privado, publicándolo a voces en la plaza y gritando desde la azotea lo oído aparte.

Reflexión:      Compadecer y compadecerse

Hay un verbo con doble acepción, de uso impersonal o no, compadecer y compadecerse, que da oraciones como compadecer a alguien por sus adversidades y compadecerse una cosa con otra, en el sentido de ser compatibles entre sí: frías noches, en el desierto, se compadecen con días calurosos.  Este uso gramatical, raro en el habla e infrecuente en escritores corrientes, aparece menos raramente en escritores de nota, cuidadosos del idioma. No hay razón suficiente para fruncir el entrecejo por parte de algún escéptico. Compadezco a quienes, al ignorar estas cosas, censuran a quien sabe compadecer su escritura con la calidad que exige el buen uso del idioma.
Rincón poético

      DEJACIÓN

Dime entre qué marañas
discurría el camino,
ya tan abandonado
y antes tan socorrido.
¿Por qué, si yo lo andaba
tan gozoso contigo,
dejé a un lado la senda,
caminando contigo?
Empecé a desviarme
mirando distraído
una noche estrellada
y un paisaje de olivos,
que es tentador el mal
que en el bien va fruncido.
Me alejé, y al regreso,
ya no estaba el camino
y no sé  qué malezas
lo ocultan escondido.
¿Tanto tiempo ha pasado
para olvidar el sitio?
Tú sabes el lugar.
Tú siempre lo has sabido.
Ayúdame a buscarlo.
Ayúdame, Dios mío

(De Los labios del viento)

viernes, 13 de julio de 2012

La perseverancia

    Persevera quien mantiene la disposición de permanecer en la senda de la bondad y la práctica del amor desinteresado hacia los demás, mediante la entrega y el servicio.
    En tiempos de persecución de la Iglesia, una de las preocupaciones más inquietantes de la comunidad cristiana era cómo salir al paso de quienes, por miedo al tormento y el martirio, apostataban de la fe en Cristo. Ya la segunda carta de San Pedro avisa de este peligro, al que hay que hacer frente mediante una firme adhesión a Cristo, que murió por nosotros. Y en el evangelio aparece un dístico, un canto de la primitiva Iglesia en dos partes contrapuestas, donde Jesús dice que a quien le confiese ante los hombres, él le confesará ante el Padre, y al revés, a quien le niegue ante los hombres, él le negará ante el Padre.
    Saber mantenerse sin desmayos en la fe y el amor de Dios, exige perseverancia. Es el fruto de la firmeza en el seguimiento, opuesta a la defección de los que cogen el arado y miran hacia atrás. Jesús sabía que el camino que el abría hacia nuestro perfeccionamiento no era llano, por eso dejó dicho que con él lo podemos todo.

Reflexión: ¡Ánimo, tu fe te ha salvado

    Dar ánimo al que se ahoga, es tanto como decir. -No te dejes ahogar sin esfuerzo; tienes un salvavidas. Úsalo. ¿Qué salvavidas? La fe. Una fe ciega en Dios.
    Que alguien nos dé ánimo en trances de difícil tránsito, equivale a ponernos en pie a fin de que superemos nuestra postración. Jesús da ánimo a una enferma crónica, cuya dolencia implica impureza espiritual constante:¡ Ánimo, tu fe te ha salvado! Quiere decirse que esa invitación a incorporarnos llenos de nueva energía, supone confiar a ciegas en quien nos tiende su mano salvadora. ¡Ánimo, hombre de fe; te estás salvando!

Rincón poético

LA TRISTEZA DEL ANCIANO

El anciano está triste. Ha rebasado
una edad impensada y se le antoja
que el viejo es una piedra
en mitad del arroyo, un tronco añoso
con mataduras de tormenta.
Todo le pesa: su pasado,
su ineptitud, los años, esa carga
de haber vivido tanto, la arrogancia
con que le mira altivo un joven a su paso.
De piedra tiene el pecho envejecido
y el martillo del tiempo le golpea
hasta agrietar su fortaleza.
Duda la pierna, es torpe la rodilla
y tardo el pensamiento.
El viejo escucha y calla,
cuando en voz baja juzgan
los demás su torpeza. Le entristecen
desmedidas palabras.
Nunca responde; se retira.
Vive a escondidas. Como si habitara
el alma de una noche.
¿Por qué no mira esperanzado al cielo,
constelado de estrellas?

(De Los labios del viento)

jueves, 12 de julio de 2012

Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis

    Jesús nos invita a compartir lo que de Dios hemos recibido. Se nos ha dado, pero sin merecimiento alguno por nuestra parte. No parece que lo más natural sea reservarnos para nosotros solos lo que tarde o temprano debemos restituir a Dios, sobre todo si pensamos en la parábola de los talentos, que se nos dan para que los hagamos fructificar.
    Cabe que exista quien no sepa qué hacer con los dones que Dios nos da, y se limite a envolverlos cuidadosamente en un paño, pero cuando incluso el mismo Jesús nos explica cuáles son sus deseos y el método que hay que seguir para que esos talentos rindan al máximo, no hay excusa que valga para justificar nuestra inanición.
    ¿Qué es entonces lo que se nos pide? Jesús, mediante su Espíritu en el que vivimos para Dios, espera que, a cambio de sus favores, trabajemos por él y su verdad en la mies, que es mucha.
    Hagámoslo mostrando al mundo, como mejor sepamos, las maravillas de su amor y su bondad, para que vean así qué cerca está el Reino de Dios de nosotros.

Reflexión: ¿La sabiduría del diablo?

    Hay un adagio según el cual el diablo sabe más por viejo que por diablo. Equivale a reconocer que es la experiencia lo que hace sabio al diablo y a cualquiera que haya sumado y soporte una buena cantidad de años sobre sus agrietados hombros. Pero el diablo es la maldad, personificada en ese esperpento de irrequieta llamarada roja con rabo y cuernos. ¿Puede predicarse del diablo la sabiduría?
    La sabiduría estaba a la derecha de Dios en el origen de todo e intervino en la sabia creación de todo cuanto Dios hizo. El diablo no es sabio, es astuto, aunque se diga que la astucia es la sabiduría de los tontos. Ni tanto ni tan poco.

Rincón poético

     LA PAZ

En un mundo al que pervierte
sus espigas la maldad,
donde los menesterosos
sueñan migajas de pan
y el vicio juega, a tacadas,
en las mesas de billar,
la conciencia se rebela
y el pulso aprende a temblar,
te doy gracias porque, al menos,
quieres que yo viva en paz.

La paz se siembra y cultiva
lejos de toda ansiedad,
como quien cuida amapolas
rojas en un erial
y hace del yermo un paisaje
tan nuevo y original,
que la gente se santigua
desconfiada, al pasar.
Gracias, Señor, de que, al menos,
yo pueda vivir en paz.

La paz es un don, un alto
fruto que el mundo no da.
La justicia le tributa
pleitesía y lealtad.
Le da gracias mi alegría,
le da gracias la bondad.
Quien acoge la justicia,
que es su hermana primordial,
Dios, en prenda, le permite
el don de vivir en paz.

(De Los labios del viento)

miércoles, 11 de julio de 2012

San Benito: Dejarlo todo por Cristo

    Con ocasión de estos santos evangelizadores de la Iglesia, suele proponernos la liturgia pasajes evangélicos relativos al seguimiento, que exige dejarlo todo por Dios. Es la prueba más clara de lo que el hombre puede hacer por amor. Nadie mejor que Jesús para hablarnos de este tipo de renuncia amorosa. Él lo deja todo, puesto que se aparca su misma gloria al hacerse hombre, y lo da todo, hasta su vida, por la salvación del hombre, porque, como él mismo dice, no hay amor más grande que el de dar la vida por el amigo.
    En buena lógica, es comprensible que él reclame que los que le sigan empiecen por favorecer en sí mismos una disposición semejante a la suya. Darse a Cristo es darse en exclusividad. No es posible pretender compartir el seguimiento de Cristo con blandas dedicaciones contrapuestas. Él mismo lo tiene muy en cuenta cuando hace observar a los suyos que no se puede servir a la vez a dos señores. Según el dicho popular, sería  tanto como poner una vela a Dios y otra al diablo.

Reflexión: Al rojo vivo

    Entre tanta calamidad, el deporte habla español en todas partes.
    Nunca un país entero se vio vestido de rojo, el color de la selección nacional de fútbol. Era una llamarada que incendiaba de entusiasmo las plazas y las calles en un constante ulular de vivas a España. No es un acontecimiento ordinario el que este deporte nos encumbre a la gloria de este mundo. Nadie que se sienta representativo de algo faltó a la cita: príncipes, gobernantes, jefes de esto y aquello....
    Que siga la racha en que ya figuran Nadal, Ferrero, Pedrosa, Alonso...

Rincón poético

EL SILENCIO Y SU ORACIÓN

¿Tiene labios el silencio?
¿Para qué, si no ha de hablar?
Tiene aromas la palabra
justa que envidia el rosal
Cada palabra es un beso
cuando se pone a rezar.
Como libélulas vuelan
las palabras. Un altar
es un enjambre de rezos
y su vuelo deja atrás,
como lámparas, el pulso
de cada pecho, por más
que el silencio también reza
sin palabras, sin habar,
como la trémula llama
de la vela, o el vitral
encendido que ilumina
con su luz la catedral.
¿Tiene labios el silencio?
Su oración no ha de gritar
para que la escuche el cielo.
¿Grita, acaso, la verdad?

(De Los labios del viento)