viernes, 27 de julio de 2012

La simiente, signo de las parábolas

    La Iglesia nos  interpreta el significado espiritual de las parábolas. Ante la palabra de Dios, Jesús compara a los hombres con cuatro clases de terreno.
    1º Los que oyen la palabra del reino y no la comprenden.      
    2º Los que escuchan la palabra con alegría, pero son inconsistentes, no tienen raíces,  y ante la adversidad o la persecución, vuelven la espalda a Dios.
    3º. Hay también quienes escuchan la palabra, pero la seducción de las riquezas  les ahoga la palabra, porque no se puede servir a dos señores a la vez (Mt 6,24).
            4º. En cuarto lugar están los que escuchan el mensaje y lo entienden. Estos dan opimo fruto, con distintos porcentajes, según su entrega al reino.
    El evangelio es palabra viva, porque la encarna Jesús que está vivo. Y nos invita a un encuentro con él, que nos está hablando siempre. Ante el evangelio, hay que preguntarse entonces: ¿Qué es lo que yo descubro de ti, Señor, en estas palabras tuyas? El simple hecho de preguntarle es iniciar ya un encuentro con él y entrar en oración.

Reflexión: Aire acondicionado

    Acondicionar el aire es disponerlo de modo que se le dé la temperatura más conveniente al ambiente en que queda instalado el aparato acondicionador, a fin de combatir el calor incendiario que enerva un verano excesivo por estos pagos, ya de sí calurosos. En tiempos, por estas tierras se cultivaba tabaco, arroz, cacahuetes. Hoy, decaído el comercio de la naranja que arrasó todos esos cultivos, se prefiere el kaki de la variedad rojo brillante, y va entrando el aguacate o abacate o palta, y el kiwi, originario del Himalaya.
    El aire acondicionado también va ganando enteros. Lo saben los comerciantes, que han de hacer agradable al cliente su visita, las entidades oficiales, por intención parigual. Los particulares sueñan con disfrutar de sus beneficios, pero, dado el precio que alcanza el consumo eléctrico, se lo piensan más de dos veces y con frecuencia, opta por el humilde, ancestral, alado y asendereado ventilador, siempre más eficiente que el manual abanico de floreado país.

Rincón poético

MÉTEME EN TU CORAZÓN

Tiendo, Señor, a dejarme
llevar por la distracción,
la mirada extraviada
cual quien vive en un balcón.
La calle es la referencia
capital de su atención.
Sé que me olvido de ti,
cuando enajenado voy
llenando de naderías
vanas mi imaginación.
No estoy contigo si embebo
de cosas mi inclinación.
No tiene sentido ir solo
caminando, cuando yo
sé que quien hizo el camino
con tu sangre, fue el dolor,
cuando tu dolor borraba
nuestros odios con tu amor.
Dame con que amordazar
mis extravíos, Señor,
que estaré sólo contigo
si tú me asilas, mi Dios.
No dilates el momento;
méteme en tu corazón.

(De Los labios del viento

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