domingo, 15 de julio de 2012

El envío

    Este pasaje del envío a predicar de Jesús a sus discípulos, es como una universalización de todos los envíos en todo tiempo, para lque estén avisados de que les envía entre lobos, frase muy a tono con la condición pastoril del Maestro. En vida de Jesús, el tema de la predicación de sus discípulos es la cercanía del reino que ha venido con Cristo. Muerto y resucitado Jesús, el credo cristiano sufre un vuelco y se enriquece de modo muy notable, porque ahora lo decisivo es que Cristo nos ha reconciliado con Dios. Cristo vive. Cristo ha resucitado. Ése será el núcleo de la nueva predicación cristiana, en lo que abundan tanto las cartas de san Pablo.
    Cristo Jesús, por quien y para quien todo se ha hecho, recupera su condición de Señor de todas las cosas, y en uso de ese poder, envía sus discípulos a llevar la fe salvadora a todos los rincones de la tierra. La nueva predicación será, por tanto, un cometido apostólico que afecta a toda la Iglesia en todo lugar y en todo tiempo: Como el Padre me ha enviado a mí, así os envío yo ahora a vosotros.
    Convertido Constantino, la conversión de los ciudadanos romanos es masiva, y las pequeñas comunidades dejan de serlo al ocupar las basílicas, convirtiendo en iglesias esos lugares de reunión pública. Misioneros somos todos en todas partes, mediante el mensaje de nuestras palabras y nuestra vida.

Reflexión: Mal humor gráfico

    Estos días aparecía un dibujo humorístico en la prensa que mostraba a un banquero, atado con una cadena a la pata de una silla, tratando dificultosamente de atender a un cliente en la ventanilla. Era un modo gráfico muy incisivo de hacer ver la camisa de fuerza que se pone al cometido bancario, desde las entidades europeas que rigen nuestras finanzas fiscalizando la actividad bancaria española. No entro ni salgo en la obligada  oportunidad o no de tales medidas, que merman nuestra autonomía soberana. Me limito a subrayar el mal humor del artista gráfico y la certera expresividad con que refleja el descontento de muchos.

Rincón poético

MIRÁNDOTE

Estoy mirando tus ojos.
Me envuelve tu claridad,
 y el silencio se arrodilla
como yo para rezar.
Al silencio le ha asustado
ver tu luminosidad.
Tu entraña es la misma luz..
Yo sé que eres mucho más.
Tu eres amor. Bien lo supo
y lo decía san Juan.
Amor y luz. Aunque en ti,
una y otra son igual.
Yo me siento arrebatado
y embebido en tu verdad,
porque es ella la que brilla
en tus ojos y en tu faz.
Y me admira al descubrir
trazas nobles de bondad
en todo cuanto refleja
la luz de tu santidad.
Se explica que, así admirado,
de tanta grandiosidad
el silencio se arrodille
como yo para rezar.

(De Los labios del viento)

No hay comentarios:

Publicar un comentario