domingo, 1 de julio de 2012

La hija de Jairo

    Los contemporáneos de Jesús sabían que creer y esperar son dos caras de una misma realidad, y expresaban  lo uno y lo otro con la misma palabra, porque para ellos no hay diferencia entre creer en el Dios que nos salva y cifrar en él la esperanza de ser salvador por él. Para el cristiano, la esperanza en el más allá, es el gozo actual con que celebramos anticipadamente, ya aquí, lo que sabemos que nos aguarda en un futuro inmediato.
    Creer, ante la muerte, es mirarle confiados los ojos a Dios, seguros de que más allá de nosotros mismos, nos espera con los brazos abiertos la grandeza de su amor, como una ventana abierta a la eternidad.
    El sueño es la metáfora con que los cristianos pensamos la muerte, porque sabemos que quien muere en Cristo, la muerte no le destruye la vida, sino que se la renueva al resucitarle ya para siempre. Frente a la fe popular que mide la grandeza de Dios por la espectacularidad de sus maravillas y prodigios, la fe cristiana que va inculcando Jesús a sus discípulos, pone el acento en el misterio salvador de la resurrección con que Jesús nos reconcilia con Dios
    Que Jesús, vencedor de la muerte, nos acompañe siempre en vida, y nos la rejuvenezca llegado el momento de estrenar la que no acaba ya nunca.

Reflexión : Los ciclos meteorológicos en Israel

    En Tierra Santa, el período de las lluvias comienza en noviembre y dura hasta el mes de abril, e inmediatamente las nubes emigran hasta el nuevo ciclo. Quiere decirse que Jesús recorría las aldeas que circundan el lago, a lo largo del período veraniego, predicando en el espacio que quedaba a la puerta de las murallas de cada enclave, lugar de reunión y venta ambulante, a falta de plaza. El entorno del lago alcanzaba temperaturas no inferiores a los 40 grados y la desmedida  humedad ambiente hacía más sensible la sensación de calor extremo.
Llegado el período de las lluvias, Jesús se retiraba a Cafarnaún, a la casa de Pedro, y se limitaba a predicar en la sinagoga y, si el tiempo lo permitía, en el amplio patio interior de la casa de pescadores donde disponía de una habitación. Recordemos el episodio del paralítico. La casa fue convertida en iglesia desde los mismos orígenes del cristianismo, habitado por los cristianos que llamaban minim.

Rincón poético

DESDE TUS OJOS

Tú, que en siete momentos
lo hiciste todo,
no contemplas las cosas
como nosotros.
Escruta tu mirada
la tierra, el cosmos,
con perspicaz mirada
de quien ve cómo
todavía las cosas
penden de un soplo.
Yo en ti, imagino
maravilloso
lo que el hombre no sabe
mirar él solo.
Ya quisiera yo ver,
no de otro modo,
la belleza del mundo
desde tus ojos.

(De Andando el camino)

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