lunes, 28 de febrero de 2011

La sal del Mar Muerto

        La norma de evangelizar testimoniando a Cristo como sólo sus seguidores podrán hacerlo, queda patente a lo largo de todo el evangelio, a veces de acusada manera, como cuando Jesús dispone que sean como luz y sal de la tierra: Vosotros sois sal de la tierra que ha de actuar ante la gente, desde la gracia que se os ha dado, como refrendadores privilegiados de la fe en el Hijo de Dios, viene a decirles Jesús.
Como la sal, han de dar sentido y sabor a la vida, preservándola de toda corrupción e insulsez. Son responsables de que esa sal llegue a desvirtuarse, porque Si la sal se vuelve sosa....
¿Puede volverse sosa la sal? Hay que contar con que la sal procedente entonces del Mar Muerto, conocido por su insólita densidad de sales diversas, en contacto con el oxígeno del aire se descompone y queda inservible para dar sabor y preservar de la corrupción los alimentos.
Y es curioso que, a fuerza de explotar las sales del lago, ha descendido sensiblemente el nivel de sus aguas, y dicen ya que el Mar Muerto se está muriendo.

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