lunes, 4 de noviembre de 2013

El autor evangélico nos da toda suerte de detalles en tan breve pasaje. Nos dice el nombre de la aldea, el del personaje que alterna aquí con Jesús, nos dice la clase de árbol a la que se sube Zaqueo, para poder ver a Jesús, dada su escasa estatura. de altas ramas verticales, a diferencia de la higuera que las abre a los lados.                                      
  Es llamativo el uso de ese adverbio puntual, hoy, y la formulación verbal en tiempos de obligación, tengo que alojarme en tu casa, me urge la necesidad de estar hoy contigo.
 nos traslada a la sinagoga de Nazaret: Hoy se ha cumplido aquí la profecía. También el ángel en Belén dice: Hoy os ha nacido un salvador.  Este HOY es el aquí y ahora de Jesús, su divina presencia temporal entre los hombres.
Es un modo de destacar el carácter histórico de un hecho importante
Las palabras de Jesús suscitan una doble reacción: de alegría en Zaqueo, porque se siente distinguido entre todos: ese hombre bueno llamado Jesús, de quien todos dicen maravillas, se va a hospedar en su casa. 
Pero está esa otra reacción vulgar de la gente que murmura contra Jesús, al que achacan que no se guarda de alternar con un pecador, un publicano rico y despreciable.
Jericó era aduana y punto de encuentro de las caravanas que venían del norte o del desierto arábico y las que partían hacia los países vecinos, y la recaudación de impuestos hacía ricos a los publicanos encargados de semejante cometido. Zaqueo era jefe de publicanos.
En este punto del relato, el evangelista añade una partícula adversativa: Sin embargo, dice, para hacer ver seguidamente el contraste de del modo de pensar común entre la gente, y la novedad de  Jesús, que a contracorriente, ha venido a salvar a los pecadores como Zaqueo. De hecho, la conversación de Jesús con el publicano, mientras la gente murmura fuera,  acabará en conversión del publicano, que se pone a bien con Dios, devolviendo lo robado. 
Esa es la misión que Jesús se atribuye siempre contra quienes se empeñan en no entender su proyecto de salvación: recuperar las ovejas perdidas.
En la respuesta de Jesús vuelve ese hoy de la gracia salvífica, que recuerda el hoy de la su primera actuación pública, frente a la estrechez de miras de quienes no quieren enterarse de que no tienen a Dios en exclusiva, sobre todo cuando ahora ese Dios es Jesús mismo. 
Hoy ha venido Jesús a nuestra casa.


Rincón poético

LAS LLAGAS DE FRAY FRANCISCO
         
¿Quién te ha hecho, hermano Francisco,
siempre enteco y demacrado,
que estés como un viejo tronco
en el bosque abandonado?
¿Quién te ha herido, quién te ha roto
el pecho, los pies, las manos?
No me digas que fue Dios
quien te dejó así sangrando,
y si así te trata Dios,
di qué le hiciste tú a cambio.
Es amor, lo presiento,
el que te ha crucificado.
El amor tiene esas cosas
con aquellos que aman tanto.
Esas llagas son las mismas
que a Jesús tienen clavado.
Él es, por lo tanto, quien
con su sangre te ha lacrado.
No hay otro espejo mejor,
su reverbero preclaro.

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