No hay que mirar hacia atrás, echando de menos el mundo y las cosas a que ha renunciado en el bautismo por amor de Cristo. Es lo mismo que, en otro sitio, nos aconseja Jesús, cuando dice que el que empuja el arado y mira hacia atrás, hacia todo lo que el cristiano ha rechazado por amor de Dios, no es apto para el reino de Dios.
Reflexión
Sin mirar hacia atrás
Lo que se nos recomienda no es que nos sintamos aterrados en esos momentos inquietantes de la presencia exigente de Dios, sino que vivamos ahora en consecuencia, lejos de todo lo que hay que evitar, para vivir vigilantes, sin decaer por nada ni por nadie, en nuestro propósito de hacer del evangelio nuestro proyecto de vida.
AMAR INFINITAMENTE
El día que sepa cuánto
es el amor que me das,
seré como tú, infinito,
inconmensurable. Ya
me percato de que sientes
por mí gran predilección.
Soy pobre, pero no tanto;
como exige el corazón.
Quisiera corresponderte
en la misma proporción,
pero nadie se te iguala,
nadie ama con tanto amor.
Bien podrías enseñarme
a saber amar yo igual,
antes de que se me olvide
con cuanto amor tú te das.
(De El espejo de Dios)
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