El poder de la oración es ilimitado, cuando el corazón, terco e insistente, no cesa en su empeño. Incluso ante lo inesperado, la oración vence la aparente indiferencia de Dios. No es la oración objetiva en sí, sino el corazón pertinaz que formula su necesidad, el que doblega la aparente indiferencia de Dios. Hay que importunar a Dios para que ceda y vuelva la mirada hacia nuestras flaqueza. La perseverancia tiene premio.
Reflexión
Creemos, pero auméntanos la fe
Los discípulos de Jesús comprenden que, aun creyendo en sus palabras, carecen de un grado de fe capaz de todo, y humildemente le ruegan que les aumente la fe. La fe es un don virtuoso que da Dios, como uno de sus más apreciables talentos. No somos nosotros quien pone esa semilla en
tierra bonancible, sino la infinita misericordia de Dios. Tengámosle propicio para favorecernos de su bondad.
Rincón poético
EN MARCHA
Uno se muere porque acaba un día
el camino que Dios puso a tu puerta.
Fuiste con prisa y sin motivo
matándote la vida,
como perro mordiendose la cola.
Al fin, supiste la elegancia
de no estar solo, de saber que había
otros a quienes dar la mano
con bondadosa placidez.
Viviste entonces conculcando
la tristeza egoísta de estar sólo
con los demás, como Jesús muriendo
plenamente por todos,
Sigue andando. No sirve
de mucho estar sentado
al borde del camino.
Fluye el agua del río, van pasando
pequeñas nubecillas por el cielo.
No te detengas tú.
Alguien que va contigo hizo el camino.
De poco sirve descansar ahora
justo cuando Dios mismo es quien te espera
a las eternas puertas del descanso.
(De el Espejo de Dios)
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