viernes, 15 de octubre de 2010

De meteorología

         A vueltas con la meteorología. Esto de las predicciones meteorológicas es como irse de caza y disparar a todo lo que se mueva. Por fin cobras un conejo. Ya es proverbial la veleidad de las veletas tan nerviosas y movedizas, por más que nadie aplauda la puntualidad con que nos indican la dirección del viento o su ausencia. Tienen mucho de lotería veleidosa los vaticinios meteorológicos, en ocasiones  meramente aproximativos, con que se toma el pulso al tiempo. Claro que los arúspices del tiempo se curan en salud y dicen que probablemente llueva, quién sabe. Es así como hay que leer las temperaturas que os esperan en el cartel de anuncios de la TV, con cifras tan exactas y al mismo tiempo tan dudosas. Pero eso es lo que hay, y la gente no se queja, porque hay que agradecer siempre los aciertos, que son muchos, porque los medios técnicos avanzan en fiabilidad.
Entonces, ¿qué? Lloverá, pero a lo mejor no llueve.

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