Regreso de Madrid con un amargo regusto a creciente pobreza que lo invade todo .
No parece sino que Madrid esté en venta. Y es un exponente de lo que ocurre en el resto de España. Por todas partes proliferan anuncios de que se alquilan viviendas, en balcones, parabrisas, postes al borde de la acera, en edificios enteros. Madrid está en venta o alquiler, sólo que no hay con qué acceder a la supuesta propiedad; falta esa llave inaccesible del capital, porque esos tesoreros de la economía que se llaman bancos, han vaciado el cuerno de la abundancia cerrando la ventanilla prestamista. Y en esas desalentadoras circunstancias, queda claro que la venta no es factible.
Al hilo de la calle, no sólo está el paro laboral; está también el paro capitalizador del consumo. No late el corazón de la economía, y quienes se acercan a tomarle el pulso al enfermo, mueven la cabeza alarmados y cariacontecidos.
Vuelva usted mañana.
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