Los motivos ornamentales del gótico florido poseen una belleza que reside en la ligereza de sus calados afiligranados, junto a la delicada esbeltez de sus finas columnas, con que se parte una vidriera o un ventanal. Como queda patente en la ilustración que acompaña a este mensaje, un ventanal que alcance los límites del siglo XV, donde el gótico enriquece su arquitectura con la entretenida labor de acariciar la piedra, puede aderezar una fachada escueta hasta la sublimación de la elegancia.
No es otro el efecto magnífico que produce la esta blanca mansión, convertida hoy en la biblioteca municipal de Alcañiz, donde se combinan admirablemente la austeridad de la fachada , con su pórtico exento de todo adorno, bien ajustadas las dovelas concéntricas del arco, y la fina hechura del ventanal, apoyado en el breve trazo de ese friso medianero.
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