sábado, 10 de julio de 2010

Dichosos los llamados

Sabré que estás comigo,
sabré que me has mirado,
cuando en tus ojos vea
los míos reflejados.

Sabré que estoy contigo,
sabré que, al fin, te he hallado,
cuando tu mano amiga
me coja a mí la mano.
Sabré que te comulgo
en tu mesa instalado,
cuando acerques tu cáliz,
Señor, hasta mis labios.

Hay vino, hay pan. ¿Quién falta?
Todos, Señor, estamos.
Parte el pan como entonces.
¡Dichosos los llamados!

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