miércoles, 6 de julio de 2011

El reino de Dios está cerca





Nos declara hoy la liturgia cuáles eran los temas de predicación que difundían Jesús y sus discípulos entre la gente. En vida de Jesús, el tema de la predicación era la cercanía del reino, para el que, convenientemente preparados, no pase desapercibida al hombre la venida del amor de Dios al mundo, en la persona de Jesús. Muerto Jesús, el tema ya es otro: su resurrección gloriosa y la inhabitación del Espíritu de Dios en nosotros, que nos hace presente a Jesús en la Iglesia. Desde entonces, el reino de Dios está aquí, aunque todavía no realizado del todo, y gracias al Espíritu, que nos capacita con sus dones, Jesús vive en nosotros, santificándonos. Llenémonos de él.

Reflexión:
El Padre Monzó A la entrada de la ciudad de Carcaixent, en la alta Ribera valenciana, un mural ajardinado anuncia al forastero que esta ciudad es la feliz cuna se la naranja. Es en ella donde aparece por vez primera la naranja comestible de que gozamos todos. La naranja se ha convertido en una de las frutas más apetecible. Fue el Padre Monzó, sacerdote diocesano, quien a base de sucesivos injertos de variedades afines, obtuvo tan sabrosa delicia frutal , y el pueblo, agradecido, le dedicó una calle. Extendido su cultivo por toda la Ribera, la nueva variedad conquistó de inmediato el mercado continental, con la contribución de avispados exportadores mallorquines, que en su comercio hallaron un inopinado filón económico. Hoy, medio mundo hace la competencia a la inigualable naranja valenciana, cuya comercialización ha declinado no poco. Y lo más curioso es que: nadie sabe a ciencia cierta el nombre de tan adelantado sacerdote ni cuál pueda ser su lugar de origen. Calle del Padre Monzó, rezan escuetamente los azulejos que en la esquina del estrecho vial guardan la memoria de tan adelantado eclesiástico. Menguada memoria ciertamente. Pero menos da una piedra.

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