miércoles, 23 de noviembre de 2011

Os perseguirán

Jesús no oculta a los suyos el futuro que les espera. Les perseguirán, por lo que deben mantenerse firmes en la fe y perseverar, a pesar de cuanto les pueda salir al camino. Sufrir persecución por creer en Jesucristo, lejos de hacer tambalear nuestra firmeza, ha de acrecentarla, ya que entonces nuestros sufrimientos se unen a los suyos. La cruz es signo del acoso sufrido por Jesús y el de toda persecución cristiana. Y si en ella fraguó Jesús su fortaleza, en ella debemos de fundar nosotros la nuestra. San Pablo, desde su experiencia, dice que en sus propias debilidades, se sintió siempre fuerte, acodado en la cruz de Cristo. Ahí radica la entereza de los mártires. Supieron cogerse con fuerza a las manos llagadas de Cristo. Con él a su derecha, nadie temblará.


Reflexión: El sabiondo

La fina ironía valenciana suele asignarle al pedante un epíteto muy ajustado y justiciero, sabudet o dotor, que lo define con desgarro y displicente desprecio. Se aplica a quien no habla; canoniza con altisonancia lo que dice; pontifica, como quien lacra y emploma solemne todo lo que predica. No accede a dialogar en igualdad de condiciones; excluye al otro minimizándolo, como quien sostiene, brazo en alto, la balanza apodíctica de la verdad absoluta. En una galería de tipos, uno lo pondría al final, pero él se saldría de la fila de mal humor para instalarse entre los más destacados. Concedamos, no obstante, que a menudo, hasta tiene razón y acierta sobre lo que diserta ufano; no es un ignorante; son los modos irrefutables con que alza su campanuda voz lo que le despoja de aceptación y simpatía. Haberlos, haylos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario