miércoles, 30 de junio de 2010

Locura de amor

Acabo de leer un proverbio que tiene la gracia de ese juego verbal que es el retruécano: Es una locura amar, a menos que se ame con locura.
Los poetas de los siglos clásicos se complacían en escribir a lo divino, desde fórmulas de amor a lo profano que reciclaban espiritualmente. De semejante manera, un refrán de corte e intención más bien profana, no excluye nobles opciones de versión a lo divino, porque sucede que Dios nos amó con locura hasta entregar su Hijo al hombre como cordero sacrificial. No hay aventura mayor ni amor más enloquecido.
Podemos concluir sin más que el amor de Dios al hombre es un amor proverbial.
No sólo Dios, que dejó tras de sí una galería de sublimes aventureros, imitadores del amor extremo de Jesús, desde la Magdalena, la que besa los pies de Jesús y enjuga el perfume que derrama en ellos con su cabellera, san Agustín, que fue libando afanes de flor en flor, como un colibrí, hasta dar con la dulzura suprema de Dios, san Francisco, aquel que llamaba hermanas a criaturas todas, incluida la muerte, santa Teresa, que incluso entre los pucheros intuía la presencia de Dios...
La locura, cuando expresa tan nobles sentimientos, es altamente contagiosa.

martes, 29 de junio de 2010

Quien pone la mano en el arado....

Hay ocasiones en que no parece sino que Jesús tenga prisa y acelere el paso. Como cuando avisa a sus posibles seguidores cuál sea la pauta a que han de atenerse, vaciados de sí para llenarse de Cristo y cargando sobre la marcha con la cruz que singularizan nuestros alientos y flaquezas. Y al momento en que afluyen, uno tras otro, hacia él presuntos seguidores, se apresura en apartar de inmediato a cuantos le ponen condiciones como quien calza moroso las ruedas del carro. Ahí es donde Jesús se muestra tajante . Es él quien quin señaliza el camino y establece las condiciones del seguimiento. No hay medias tintas que valgan ni entretenimientos, meandros, demoras, divergencias o retrasos. No se puede seguir a Jesús a remolque de nada.
Y no espere nadie que dé descanso a su intento salvador, porque tiene el tiempo justo. Quien lo quiera dilapidar en dilaciones, no repara en que Jesús sube a Jerusalén, campo a través de Samaria, y tiene los pasos contados. Como nosotros, que vamos resueltamente con él.

lunes, 28 de junio de 2010

No sólo de pan...

Hay que ser muy humilde, que es tanto como ser muy sencillo y dado a verse uno a sí mismo con objetiva y sincera mirada, para no dejarse llevar por los halagos zalameros y la lisonja, tan subrepticia y embutida de redomada falsedad, con que nos tienta la babosa memez del orgullo.
El diablo, viejo sabio, doctor emérito en toda suerte de perversidades y malicias, al que no se le ocultan las agrietadas debilidades de nuestra arcilla humana, conoce muy bien el arte maldito de hechizar los ojos de nuestra presunción, mediante el almíbar de la adulación: - Si eres el Hijo del hombre, di a estas piedras que se conviertan en pan.
La situación es propicia: Jesús está hambriento y no hay pan en el desierto al echar mano. Quiero pensar que Jesús, precavido, evitó mirar las ascuas rojas de aquellos ojos envueltos en una depravada sonrisa, y displicentemente, mirando al cielo, pronunció aquellas desdeñosas palabras: -No sólo de pan vive el hombre.
No sólo de pan. Hay otra harina aún más blanca con que Jesús amasa la densidad nutritiva de su palabra luminosa y el alimento que llena de Dios el corazón del hombre. Él vio a María masar el pan de cada día y aprendió a amasar el pan nuestro de su propio cuerpo. ¡Alabado sea Dios!

domingo, 27 de junio de 2010

Santo, santo, santo es el Señor

De Dios decimos que es tres veces santo. Pero, ¿por qué tres veces?
La lengua hebrea suple la pobreza gramatical del idioma con recursos figurados que le dan una gran expresividad al lenguaje. Así, por ejemplo, carecen de las estructuras gramaticales del grado superlativo del adjetivo, con que se expresa una cualidad en grado máximo. Por medio del superlativo, el castellano dice que la nieve es blanquísima o muy blanca. En su lugar, el hebreo usa, entre otros recursos, la reduplicación, diciendo que la nieve es blanca, blanca.
De Dios se dice que es tres veces santo, lo que agrupa una reduplicación y el número tres - con que se expresa en el lenguaje bíblico los atributos y hechos maravillosos de Dios-, y con esa conjunción de recursos, lo que decimos es que Dios es, no sólo santísimo , sino inmensamente santo, infinitamente santo.
No dudemos en pensarlo así cuando rezamos o entonamos el trisagio en la eucaristía.

sábado, 26 de junio de 2010

Codo con codo con Cristo

Que Jesús se haya entrañado en nuestra pobre arcilla humana al hilo de nuestra misma condición, nos permite habitar prietamente en su entorno y tratarle de tú a tú, desde la más estrecha cercanía, latiendo juntos, concertados al unísono su corazón y el nuestro. Y todavía más: encarnada su palabra divina en la nuestra balbuciente, nos hace comprensibles sus misterios, porque es la tea del corazón la que más luminosamente indaga con espiritual intuición en lo hondo de sus verdades.
Hay como una resonancia de la voz y la realidad misma de Dios en el hondón del hombre, lo que nos compromete en reciprocidad a encarnar nuestra palabra ilusionada y balbuciente en un escondido rincón al menos de la suya vibrante, sujetos los vaivenes de nuestra voluntad a la brida amable de la suya.
Quien no siembra entonces con él a puñados de amor, desparrama. La siembra es también nuestra. Hagamos por adivinar su intento a cada paso para no desvariar, codo con codo con él.

viernes, 25 de junio de 2010

Que cada cual tome su cruz

Tomar la propia cruz es una acertada locución que estrena el evangelio de Marcos, antes que la hagan suya Mateo y Lucas, con referencia al madero que, a duras penas, hubo de arrastrar Jesús por las callejas de Jerusalén. Se trata, pues, de un modismo cristiano con que se expresa muy ajustadamente la enseñanza evangélica del compromiso de tachar el pecado con plena determinación, toda vez que su malicia impide seguir el único sendero que va a Dios.
Cargamos con nuestra cruz cuando asumimos las pruebas con que el cristiano templa su integridad, con la esperanza puesta siempre en los divinos ojos de la eterna bondad.
A menudo, coronar la pendiente, doblados bajo el peso de la propia cruz hacia la de Cristo, es tarea ardua, porque lo es el Calvario, pero en todo caso, el disfrute del amor a Dios nos resarce de tan dolorido esfuerzo, por más que disponemos además de un cirineo que se sabe bien el camino, un cirineo adorable que ni lo tuvo el Hijo de Dios: Jesús mismo.

jueves, 24 de junio de 2010

Que tu mano izquierda no sepa...

Podría confeccionarse una jugosa antología con las frases proverbiales de Jesús, entendiendo por tales aquellas con que sensibiliza, por medio de sorprendentes figuras de dicción, sentencias primordiales de comportamiento, como cuando habla del ciego que conduce a otro ciego, que si te golpean una mejilla presentes la otra, que es más fácil enhebrar un camello en una aguja que a un rico entrar en el reino de los cielos, que hay quien ve la paja en el ojo ajeno y no ve la viga en el propio, que no hay que echar vino viejo en odres viejos, que no sepa tu mano izquierda lo hace tu derecha, etc.
Vale la pena ir exprimiendo, una a una, en sucesivos comentarios, el sentido de estas y otras sentencias.
Esta última de la mano izquierda y derecha desarbola las mentidas artimañas de la hipocresía. No se puede decir con más plasticidad que obrar el bien por el ruido sordo del aplauso, es la mejor manera de ensuciar el brillo interior de los ojos con que mira la sinceridad. La hipocresía invalida todo obra aparentemente buena. Es como quitarle el oro al valor de una moneda, para dejarla en nada. La mera apariencia con que se emboza el hipócrita es pura vaciedad y engaño. No de otra manera funciona el fraude. Haces ver que obras rectamente, cuando pones precio, un precio vano, a tu presunta generosidad y te mal vendes.
No seas necio. Obra el bien desinteresadamente, ajeno a furtivos cobros que no alcanzan el peso de tamo de un desdén. No te preocupe nunca la vanidad inconsistente de las aprobaciones lisonjeras que son humo de paja y que vacían los bolsillos de seda de la obra bien hecha. Al fin, hagas lo que hagas, Dios te ve y te avala o te reprueba.

miércoles, 23 de junio de 2010

Odres viejos y nuevos


Una de las frases más expresivas de Jesús en su evangelio es esta de que no hay que echar vino nuevo en odres viejos, que reventarían.
Los odres y el vino viejos son una metáfora de la antigua alianza; los odres y el vino nuevo, la que adviene con Jesús y sella para siempre al amanecer de un pueblo también nuevo. Desde él, las viejas disposiciones pierden su tradicional vigencia, relevadas por otras definitivas, y hay que trazar una línea divisoria que delimite uno y otro compromiso, de modo que no se solapen ni entreveren confusamente.
Desde el recinto hermético del antiguo pacto, no era fácil atisbar la verdad de Jesús ni entender la novedad de su mensaje, de modo que al pretender catalogarlo como el profeta prodigioso que era, el judío se esfuerza en vano en asimilarlo, en encarnarlo en alguno de los antiguos profetas redivivo, a fin de reducirlo a su entorno exclusivo y hacerlo suyo, integrándolo así en su alianza mosaica, sin adivinar que Jesús es más de Moisés.
Demuestra aquí Jesús tener ideas muy claras de los contenidos de su obra salvadora, y para su expresión, hace un uso muy constructivo e inteligente del lenguaje. Difícilmente se expondría mejor de otra manera la necesaria discriminación entre una y otra alianza y el relevo insalvable de una por otra, cuya celebración, dice él, requiere alegría desbordante y exultante vino de bodas.
Mucho me temo que sus discípulos, testigos de su obra, no se percataron nunca de lo afortunados que fueron.

martes, 22 de junio de 2010

El pan bendito de San Antonio


El día trece, acabada la celebración eucarística y siguiendo una costumbre que se renueva año tras año, se bendijeron los panes de San Antonio, y acto seguido se procedió al reparto de tan cotidiano condumio entre la gente que en gran número concurrió al acto. Varios cestos fueron vaciando su contenido entre nuestros fieles, que atraídos por devoción tan antañona, llenaban a rebosar la nave de la iglesia. Era como un remedo de la multiplicación de los panes, allá junto al lago de Genesaret.

No lo decimos todo si nos limitamos a consignar que se mantiene viva esta costumbre, que cada año, cala aún más en el sentir piadoso de la gente, para quienes la devoción a san Antonio ocupa un lugar destacado entre sus invocaciones y preferencias.

San Antonio ha sido desde siempre uno de los santos más taumatúrgicos del santoral cristiano, y dado que dolencias, estrecheces y aprietos de toda suerte fatigan el ánimo de una sociedad cada vez más envejecida y maltrecha, el recurso a la poderosa intercesión del santo es uno de los arrimos más a la mano de que dispone el hombre de fe desde su desvalimiento.

Veámoslo con favorable disposición: la fe mueve montañas.

lunes, 21 de junio de 2010

El rico, el camello y la aguja

Jesús proclama con vigorosa voz una de sus sentencias más atrevidas al asegurar que le será más fácil a un camello enhebrase en una aguja, que a un rico alcanzar el estrecho umbral del reino de los cielos. Rigurosa sentencia que permea todo el entramado de su evangelio. Poco más o menos, equivale a sentenciar la exclusión del rico de la eterna felicidad de Dios.
Nada más evidente, si se piensa que el reino de los cielos es el espacio del corazón donde Dios se complace en establecerse como lo que es, el Señor de todos los que austeramente optan por descartarlo todo por él. Jesús sólo abrirá su puerta a quienes, en su seguimiento, opten por desnudarse y tachar con determinación en sí mismos todo lo que no sea satisfacerse con tenerle sólo a él.
El rico se posee gozosamente a sí mismo y se identifica cómodamente con lo que tiene y le define como tal potentado, desdeñoso de la precariedad ajena, porque la proximidad del dolor le afea el paisaje de su bienestar y le entristece el entorno. Para él, lo importante no es ser del todo, sino tenerlo todo. Dios molesta; las urgencias de generosidad y desprendimiento de Jesús le agobian, la visión de los pobres y su miseria le encocoran y abruman, porque no entiende la lógica humilde de Dios de ser para los demás..
Bien nutrido de su propia opulencia, el ojo de la aguja es demasiado estrecho para él. Que lo diga, si no, la prueba del camello. ¿Quién, diablos, daría en inventar la aguja?

domingo, 20 de junio de 2010

Balance económico

No sólo frío produce Teruel, bajo su cielo limpio, de azul transparencia. El periódico local, Diario de Teruel, puntualiza, con cifras fehacientes, el signo favorable de la economía local, en lo que se refiere al tira y afloja de sus exportaciones e importaciones.
La apertura de las húmedas y oscuras galerías del carbón, largo tiempo clausuradas por sucias e improductivas, pero que se venía importando de Sudáfrica por valor de 11 millones y pico de euros, ha contrapesado para bien el estado reciente de la economía provincial. Noruega es ahora el país del que se importa por más valor, concretamente aluminio, hasta un montante de 7 millones de euros. Varios países, sobre todo Alemania y Francia, nos venden otros productos, por un valor de um millón de euros.
Teruel exporta a su vez, ante todo, piezas para la industria automovilística, además de maquinaria y manufacturas diversas de materias primas como la piedra, la madera y derivados, áridos y abono, por valor de unos 13 millones.
El balance total arroja las siguientes cifras: exportaciones en lo que va de año, 35.170,7 millones de euros; importaciones, 26.38,0 millones; lo que da un saldo favorable de 8.788,7 millones.
El frió intenso que endurece la vida, la nieve deslumbrante de Javalambre o Camareana, la prieta densidad de sus bosques, sus pintorescos pueblecitos siempre agachados como para pasar desapercibidos, sus apacibles paisajes de horizonte inabarcable con sabor a infinitud, el jugueteo enrevesado de sus riachuelos azules, la recia longevidad de sus gentes, eso no se exporta; queda para el disfrute y el consumo local.

sábado, 19 de junio de 2010

Si te golpean en una mejilla....

Podría confeccionarse una curiosa antología con las frases proverbiales de Jesús, entendiendo por tales aquellas con que sensibiliza, por medio de sorprendentes figuras de dicción, sentencias primordiales de comportamiento, como cuando habla del ciego que conduce a otro ciego, que si te golpean una mejilla presentes la otra, que es más fácil enhebrar un camello en una aguja que a un rico entrar en el reino de los cielos, que hay quien ve la paja en el ojo ajeno y no ve la viga en el propio, que no hay que echar vino viejo en odres viejos, que no sepa tu mano izquierda lo hace tu derecha.
Vale la pena ir exprimiendo, una a una, en sucesivos comentarios, el sentido de estas y otras sentencias.
Esta última de la mano izquierda y derecha desarbola las mentidas artimañas de la hipocresía. No se puede decir con más plasticidad que obrar el bien por el ruido sordo del aplauso, es la mejor manera de ensuciar el brillo interior de los ojos con que mira la sinceridad. La hipocresía invalida todo obra aparentemente buena. Es como quitarle el oro al valor de una moneda, para dejarla en nada. La mera apariencia con que se emboza el hipócrita es pura vaciedad y engaño. No de otra manera funciona el fraude. Haces ver que obras rectamente, cuando pones precio, un precio vano, a tu presunta generosidad y te mal vendes.
No seas necio. Obra el bien desinteresadamente, ajeno a furtivos cobros que no alcanzan el peso de tamo de un desdén. No te preocupe nunca la vanidad inconsistente de las aprobaciones lisonjeras que son humo de paja y que vacían los bolsillos de seda de la obra bien hecha. Al fin, hagas lo que hagas, Dios te ve y te avala o te reprueba.

viernes, 18 de junio de 2010

Un evangelio vivo del amor de Dios

Sonada procesión la que se anuncia para la tarde del 19 de agosto de 2011, por el paseo de Recoletos de Madrid, que reunirá de insólita manera, para dar cuerpo y vívida presencia a cada escena del Vía Crucis, grupos escultóricos procedentes de toda España, elegidos de entre los más artísticos, con siglos de antigüedad en su currículum particular. Es como un fervoroso recorrido por la historia de la piedad del pueblo cristiano. De osada iniciativa se ha calificado semejante hazaña religiosa, cuya presidencia ostentará Benedicto XVI; venturosa osadía, diría yo.
Con tan sobresaliente gesto, se trata de mover el tardo corazón de sus asistentes más fríos, alejados de la práctica cristiana, y se justifica, de muy singular manera, por el noble intento de “acercar los jóvenes a la fe”.
Conviene reparar en que la escultura religiosa ha perseguido siempre una finalidad catequética, y de ahí su fidelidad teológica y su realismo, porque no es otro el propósito que encierra también ahora esta manifestación de la piedad popular que inspiró ese admirable cúmulo de imágenes, como las que podrán presenciarse con tal motivo. Me complazco en imaginarlo todo como un evangelio vivo, en un museo del lacerado amor de Dios, al aire libre. Bendito sea Él.

jueves, 17 de junio de 2010

El modernismo turolense

Teruel es una pequeña y prieta ciudad amurallada que juzgan todos sus visitantes como muy arreglada y bonita. Quizás no sea decir mucho, pero hay que entender esa expresión como un modo fácil de manifestar el agrado que produce su aspecto urbano en el ánimo de cuantos la recorren admirados.
Las guías turísticas con que organizar provechosos recorridos por sus estrechas callejas, destacan, en otras cosas dignas de ser notadas, la singularidad de sus edificios modernistas, que acreditan a un grupo de arquitectos, como el tarraconense Pablo Monguió, autor de sus más logrados especímenes, en torno a los años 1900. La Plaza del Torico y calles aledañas que dan a ella, lucen sus ejemplares más notables.
Son edificios tocados por el dedo del modernismo catalán. Motivos vegetales de consistencia bulbosa a que nos acostumbran la pintura sensual del momento, la esbeltez de trazos verticales que recuerdan el neogótico de la Sagrada Familia de Gaudí, cerámica y mosaicos intensamente coloristas, cerrados trazos curvos delimitando puertas, ventanales y huecos en general, armonizados con la aparente flexibilidad juguetona del hierro forjado, son los elementos artísticos que conforman fachadas, balcones, pórticos y la estructura de los mismos edificios.
El modernismo y artes aplicadas informan la vida misma, desde un placentero sentido de la libertad que había estrenado el romanticismo, configurando la pintura artística del momento, la ilustración que da carácter a libros y revistas, monumentos, muebles, utensilios caseros, como lámparas, joyas y otros artefactos que pueblan la vida burguesa del momento.
Una visita monográfica que reúna en su itinerario las muestras más destacadas de la arquitectura modernista local, es motivo más que suficiente para adentrarse por el conocimiento culto de la ciudad y reconocer sus valores ciudadanos.

miércoles, 16 de junio de 2010

Pinturas rupestres

Hallazgos recientes de pinturas rupestres, ponen a Teruel en la mesa del interés cultural, desde la cabecera de todos los noticiarios. Es bien sabido que sus montes son ricos en abrigos donde el hombre paleolítico hizo alarde del dominio del dibujo y una paleta austera del color por la pobreza de recursos con que contaba para su ejecución en tan remota edad.
Contrasta la imagen arisca con que conceptuamos el entorno y usos salvajes de aquellos ancestros nuestros, con las delicadas siluetas que la mano prehistórica diseña sus animales más cercanos y no menos la naturalidad con que encarna la recia corpulencia de ciervos y caballos.
Es explicable que el hombre inquieto de nuestros días, rebosante como un bodegón de todos los frutos de la cultura, se sorprenda ante obras anónimas, pintadas magistralmente hace 15 mil años, valiéndose de pigmentos tan elementales como el carbón vegetal, tierras ocres o roja sangre animal, disueltos en grasa para poder untar los trapos caseros que hacían de pincel.
Hay ahora un proyecto europeo de declarar Itinerario Cultural los Caminos del Arte Rupestre, que entre otros encuadra tres parques que atesora la provincia turplense, delimitados por denominaciones comarcales, y que son el de Albarracín, en del Maeztrazgo y el del Río Martín. Ojalá que sirvan estas disposiciones para proteger con eficacia bienes históricos tan valiosos e insustituibles, de la mano grosera del ubicuo patán descerebrado que se complace neciamente en menoscabar lo que no entiende hasta incluso destruirlo.

martes, 15 de junio de 2010

Bajo la lluvia

Llueve torrencialmente y el agua corre por el parabrisas del coche improvisando dudosos caminos irregulares, como quien baja a tientas pendiente abajo. Es el aire que choca contra el cristal el causante de ese titubeo azaroso. Y hay que poner en marcha el limpiaparabrisas, que aparte el agua a ambos lados del frontal del coche, deslizándose con ritmo cadencioso, para devolverle al cristal su nitidez y transparencia.
Algo así es lo que viene a sucederle al hombre pesaroso de sí mismo, cuando, como a Magdalena, el callado llanto del arrepentimiento vela los ojos de su propia humillación. Herido en lo hondo por la divina gracia, el perdón de Dios pasará su compasiva mano sobre la frente, hasta devolverle la luz y la paz a la conciencia.
Si es así, por gracia de Dios, que llueva, que llueva.

lunes, 14 de junio de 2010

Elogio de la tolerancia


Vivimos en un mundo crispado y convulso, que lo ve todo desde la indignación y el rechazo. Y el resultado es semejante al de quien, cogido de una cuerda, pretende aguantar acalambrado en el aire, pataleando sobre un abismo.
Es necesario atemperar el ánimo y proclamar las ventajas de la tolerancia. Tolerancia para consigo mismo, ese amigo interior que quiere lo mejor para ti; conviene entonces estar a bien con nosotros mismos. Y tolerancia para con los demás, de modo que para ser comprensivo para con ellos, has de verte a ti mismo en él, ya que la mejor manera de tolerar al otro es saberle comprender. La tolerancia se injerta así en la comprensión.
Hay una regla dorada: Trátale al otro como tú mismo deseas ser tratado por él. Lo demás es altanería y egoísmo, dos modos de ser donde no suele habitar el sentido común.

domingo, 13 de junio de 2010

Helen Thomas y los intereses creados

Jacinto Benavente hizo famosa la obra teatral Los intereses creados. Los mentidos intereses que se inventa el hombre para su provecho, al margen de toda rectitud, conducen a que las cosas no acaben siendo como debieran ser. Son los interesas que inspira el utilitarismo, por más que se les presente envueltos en remendadas apariencias de veracidad, corrección y buen gusto.
Proclamar una verdad incontrastable contra intereses creados, es osadía que roza la temeridad. Y es así como una periodista de trayectoria tan contrastada como Helen Thomas, corresponsal decana de la Casa Blanca, ha precipitado el final de su acreditada carrera, al condenar sin paliativos la dolorosa ocupación judía de Palestina. Le faltaban tres meses para cumplir 90 años.

sábado, 12 de junio de 2010

Sed irreprochables

Irreprochable es lo que no admite reproche. Es tanto como impecable, impoluto, sin mancha.
Es justamente lo que san Pablo exige a los cristianos de sus comunidades, que mantengan un nivel de vida irreprochable. Irreprochable debiera ser el testimonio sin tacha de todo buen cristiano.
No es fácil alcanzar tan alto logro. Irreprochable es Jesús, irreprochable es la Virgen María, su Madre, y poco más. Tender al mismo ápice de la perfección, es tanto como aspirar a ese timbre de atildada santidad de una conducta intachable. Cuando la vida ejemplar de un seguidor de Cristo no admite reproche alguno, quiere decirse que ha conseguido esa cota de impoluta plenitud que roza la identidad con Cristo, inalcanzable ejemplar al que, al menos, hemos de tender todos.
San Pablo no se anda por las ramas. Es un hombre enérgico que va siempre al grano.

viernes, 11 de junio de 2010

Dios te ama tal como eres

Las comunidades catecumenales, fundadas por Kiko Argüello, gustan de difundir una frase muy intencionada que les singulariza: Dios te ama. Dios te ama tal como eres. Es decir, Jesús te ama a ti en concreto, de muy distinta manera, sin condiciones. Concretamente, a ti, tal como eres. No le eres indiferente.
Es una manera muy incisiva de interpelar al hombre acosado por todas las prisas del mundo de hoy, para que se detenga un instante y se percate de que, perdido en el tráfago ciudadano que nos masifica a todos y nos desdibuja despersonalizándonos, para Jesús no es uno más. Hay alguien preocupado por él. Como si le necesitase.
Estés donde estés, vayas adonde vayas y hagas lo que hagas, Jesús te sigue solícito a todas partes y está contigo, porque te ama a ti de muy preferente modo, pendiente de ti, ya que le interesas personalmente.
Detente a considerarlo. Reposadamente, sin prisas. Admítelo y llama a su puerta sin demora. Él lo está esperando, hasta, si me lo permites, con desasosiego.

jueves, 10 de junio de 2010

Nichos de trabajo


¡Bonita metáfora! ¡Con que nichos de trabajo!
Algún que otro sindicalista gusta de hablar de nichos de trabajo para referirse a espacios laborales donde se genera aún o puede generarse empleo. No es palabra esa que satisfaga el buen gusto de nadie que se precie; demasiado lúgubre en tiempos en que el empleo, ya a punto de extinción, es lo más inestable de la sociedad en que mal vivimos todos.
Nicho, se diga lo que se diga, es palabra sombría y luctuosa que nos trae a la memoria la oquedad donde, en las paredes del cementerio, depositamos los restos de nuestros seres queridos. No es el lugar más apropiado para buscar empleo, justo donde, al revés, toda actividad concluye.
Una metáfora, cierto; pero una metáfora desafortunada que hay que tachar del vocabulario laboral. El trabajo, cuando falta sin remedio, no es precisamente de metáforas mortuorias con fines embellecedores de lo que necesita, sino de empresas a prueba de crisis que lo creen y lo mantengan. Eso es todo.

miércoles, 9 de junio de 2010

Tu ciudad, tu calle, tu casa, son tú mismo


La ciudad es una prolongación de tu casa, el contexto humano que condiciona tu vida y te hace ser de una manera singular y concreta. La casa tiene algo de nido, y un nido comporta el árbol.
Te gusta viajar y un día emprender un viaje o cumples con una obligación perentoria en otro sitio distinto al que hay que desplazarse; y apenas pasa un tiempo, echas de menos el lugar donde habitualmente vives, tu calle, tu casa, ese recoveco en que te desenvuelves y tienes a mano todo lo corrientemente necesitan para desarrollar tu vida, para llevar a cabo tus menesteres, para llegar a ser día tras día. Eres como la mariposa enclaustrada en su ajustada crisálida de seda. No trates de sacarla de ahí; la matarás.
Y entonces, descubres que si la ciudad es la prolongación determinante de tu casa, la casa es prolongación de ti mismo, tal vez hasta tú mismo eres tu propia casa. Somos caracoles que llevamos integrada en la propia vida todo lo que nos rodea y confina. Lentos caracoles, esos húmedos seres babosos, rastreos, desconocedores de toda premura a los que el tiempo no acucia, porque ni saben que existe el tiempo. ¡Bueno! Tampoco es eso. No es exactamente así, porque, entre otras cosas, si fuera así, ¿para qué entonces las prisas?.

martes, 8 de junio de 2010

Las masadas

La masada es, en Aragón, el equivalente de la masía castellana, constituida por tierras de labor y vivienda, con estancias para recluir el ganado. Durante siglos, la suya fue la arquitectura rural del campesinado turolense, en un medio natural que medían las nubes, las cosechas y las estaciones del año.
Quedaron vacías, por fuerza mayor, para ahogar el suministro ordinario de que se nutría la rebeldía terrorista del maquis. Se fue con ellas una forma de vida natural al aire libre, de carácter autónomo, persignadas por el trabajo arduo y la austeridad, que forjaban el temple recio del hombre del campo, labriego y pastor. Hoy se pasa ante el silencio de sus ruinas, mal selladas por el abandono, sin más testigo vivo que unos chopos cabeceros ya incultos o unos álamos.
Según leo, se habla ahora de recuperar su memoria y estudiar su peculiar arquitectura, condicionada por el cultivo de tierras inmediatas y la contada cabaña familiar. No deja de ser un modo afectivo de acercarse a ellas, desde la nostalgia, bien que ya no estén.

sábado, 5 de junio de 2010

Cocodrilos de ojos amarillos

Solemos hacer uso de los convencionalismos, si no a capricho, si con cierta arbitrariedad. Es lo que ocurre al asignar significado a los colores. El color amarillo, no sé por qué, es el color de la prevención, ya que anuncia siempre peligrosidad. Una bandera amarilla en un barco solitario amarrado en el puerto, indica que está en cuarentena. Un logo de ese mismo color en una instalación nuclear, avisa del riesgo al incauto que se aproxima como si tal cosa. Pero, ¿por qué el amarillo y no el morado, tan triste él?
Sea de ello lo que fuere, el amarillo, lejos de todo alarmismo, ha pasado a ser motivo de rareza en cosas intrascendentes. Los beatles hicieron famoso a un presunto submarino de ese color, y luego, por mimetismo, una pegajosa canción nos habló de un tractor que era igualmente amarillo, como si se tratase de maquinaria pesada de obras públicas. Ahora, se anuncia también, en las librerías, un relato literario de unos cocodrilos de ojos amarillos.
Puestos a romper moldes, que es lo moderno,¿por qué no? Un pintar cualquiera pinta con toda la alevosía del mundo una cara de un verde malva, un árbol de color rojo y un río tintado de un matiz rosa pálido, como la mejilla de una joven. Yo, por no ser menos, me complazco en imaginarme ahora un perro azul comiéndose un manojo de amapolas amarillas. ¿Y qué?

viernes, 4 de junio de 2010

Nenúfares de hace 135 millones de años

Ahí es nada. 135 millones de larguísimos años, toda una eternidad vertida a cifras temporales, siglo arriba siglo abajo. Una minucia. Y es que el cretácico turolense es rico en sorpresas. Es lo que explica que los yacimientos que investigan la localización de nuevos ejemplares fósiles con que se va amueblando la ciencia, van aumentando en importancia y número. La novedad de los hallazgos justifica tan apasionante incursión investigadora por el pasado.
Ahora es un ejemplar vegetal de hoja redonda y chiquita, perteneciente a una familia de plantas que todos hemos admirado a ras de agua en un estanque, los nenúfares, esos vegetales flotantes de hoja lustrosamente verde, como esmeraldas, que florecen a flor de agua.
El ejemplar aparecido en Plou (Teruel) reverdecía hace 135 millones de interminables años en cualquier piélago de agua, y a uno le da vértigo asomarse a ese abismo insondable de incontable tiempo. El caso es que su terca huella perdura para nuestro asombro y podemos reconstruir mentalmente su antiquísima presencia, a poco que encendamos un poco la imaginación.
Los fósiles son las huellas dactilares de tan remota existencia, cuando la tierra vivía desmesuradamente y a lo loco el desarrollo espectacular de la vida.

jueves, 3 de junio de 2010

Un espejo en que mirarse

El concepto que los demás tienen de nosotros, bien pudiera ser un buen espejo en que mirarse. Se comprende que haya sido Mafalda la que dijera que:
”Mi meta en la vida es ser como mi perro cree que soy”.
Como lo cree tu perro, como lo creen tus amigos, como lo cree la gente. Los demás nos determinan de singular manera y debiera serlo para bien, porque nos compromete tener buenos amigos y que la gente nos considere, una moneda impagable que exige al menos ser sinceros con nosotros mismos para serlo con ellos; y para eso, la receta de Mafalda es oportunísima: procurar ser como ellos creen que somos.
No defraudemos a ese amigo tan generoso en su estimación, como el perro, como todos los demás en sus bondadosos juicios para con nosotros. La misma sinceridad sería nuestro mejor agradecimiento.

miércoles, 2 de junio de 2010

Creer o no creer

Vivimos momentos en que nos entristece compartir espacios donde parece que campa la incredulidad. Y no es así. Cuando los hombres no creen en Dios, no es que no crean en nada, es que lo creen todo, porque el mundo se les llena de interrogantes cuyos huecos hay que llenar de algún modo a base de suposiciones, que acaban por constituir todo un credo de presuntas certezas que no lo son.
El hecho innegable es que entre creer o no creer, lo difícil es esto último. Creer es una necesidad implícita en la misma condición humana. Y cuando se aparta a Dios de las propias creencias, elevamos a sagrada categoría de dioses nuestras mismas apetencias obsesivas. Así es como el nacionalista acérrimo, por ejemplo, falto de verdaderas convicciones, inventa su propia historia para borrar la verdadera que no le cuadra, y con los ojos tapados concluye creyendo en ella a pie juntillas. No me digas que ese tal no cree.
Que Dios nos dé una pizca de sensatez y humildad, que nos ilumine para descubrir la verdad allí donde brille serena, y nos abra los ojos a la luz de sus misterios.

martes, 1 de junio de 2010

Amapolas en el tejado


En Aragón se les llama ababoles. No había ocurrido antes, que yo sepa, esto de unos ababoles adornando las húmedas tejas. Hay años de ababoles y otros que no o que apenas se dejan ver. Dependen de la lluvia, como el trigal, su hábitat y asilo natural. Este año tan anómalo, de copiosas lluvias, los ababoles nacen también copiosamente en todas partes, las orillas del río, los maizales incipiente de la Moratilla, las cunetas del camino y de modo insólito, hasta en el tejado del convento. Un tejado doblemente enrojecido, por las tejas en sí, y estos ababoles de corola tan frágil, tan efímeros, tan radiantes de roja luz, encaramados en lo más alto del convento, como queriendo enaltecer su belleza ardiente.

Nadie lo hubiera imaginado: un paisaje ondulado de tejas en la vertiente de un tejado conventual que da al claustro, embebidas las tejas por tanta agua como ha inundado la primavera. Una siembra dispersa, a boleo, de ababoles , rojos como heridas, sangrantes como puñaladas, en un tejado, en el tejado del convento. Se diría que, este año, la primavera viene por todo lo alto.