domingo, 7 de octubre de 2012

Dejad que los niños...

    Esta referencia a los niños viene a ser un remanso de paz y placentera amabilidad de Jesús, corazón del Padre. Las mujeres hebreas le confían sus hijos, por más que la solicitud de sus discípulos, ajenos a la tierna sensibilidad Jesús. se interponga para evitar que molesten al maestro. Jesús les hace ver que a él los niños no le molestan nunca: Dejad que los niños se acerquen a mí.
    La inocencia infantil se opone diametralmente a las artimañas que usan los mayores para burlar la voluntad de Dios. No es la única vez que Jesús destaca el sentido icónico, el significado virginal que cabe otorgar a la figura del niño. Con motivo de la discusión de los apóstoles sobre cual pueda ser mayor en el cielo, Jesús, llegados a Cafarnaún, abraza a un niño y lo pone entre todos ellos proponiéndolo como imagen de la humildad, sencillez e ingenuidad de aquellos a quienes Dios prefiere y tiene en más. Hay que hacerse niños, hay que volver a serlo, desde la madurez que nos dan los años.

Reflexión: Con buena letra

    Hay escritos de los años treinta donde aun se elogiaba la habilidad para escribir con letra elegante y merecer el honorable calificativo de pendolista. Desde los estudios básicos se cuidaba el trazo exquisito de la letra, como quien se concentra para pintar un buen cuadro, para lo que se usaban cuadernillos pautados, encabezados por una frase de cuidada letra que había que repetir pausadamente como quien dibuja.
    Decía bien de la buena educación de una persona, escribir con letra correcta finamente trazada. El ordenador sustituye hoy la escritura y el niño suele escribir mal con el vulgar bolígrafo, además de no incorporar a sus saberes la corrección ortográfica. Uno se admira al contemplar esos tesoros del saber que constituyen los antiguos códices donde el monje trazaba piadosamente los rasgos de cada letra con esmerada corrección, como quien está dibujando el corazón de Dios. Tenía todo el tiempo del mundo para realizar los refinados arabescos de su tarea. A nosotros nos matan las prisas, la eficacia, el rendimiento, el valor material del producto.

Rincón poético

SÉ TÚ COMO SABES QUE ERES

Te has mirado al espejo,
esa sima recóndito o misterio
al que te asomas como quien recorre
el borde de un abismo.
¿Qué buscas donde sólo la mujer se complace?
¿Te asomarías con igual descaro
al cerco gris donde la muerte acecha?
Si buscas la verdad con que consigas
conocerte, no busques en un lago
insondable de azogue
el reflejo dudoso y narcisista
de tu apariencia. Dentro de ti mismo,
las paredes, escritas por tu mano,
te contarán quién eres, como has sido,
como quisiste ser obnubilado,
a galope de un sueño.
No disimules luego tu verdad, el lagarto
que cambia de color, la hoja caduca
que decolora exánime el otoño,
el cielo que ennegrece la tormenta.
Sé tú cual eres,
rotos los míticos jarrones
de la frivolidad. No disimula
la fuente su pureza ni la espiga
sus migajas de pan. La garantía
de tus pasos sinceros, la certeza
de que andas simplemente tu camino,
la marca a fuego la autenticidad.
Importa poco
lo que los otros imaginan.
Basta que tú lo sepas
cuando te escuchas a ti mismo.

(De Paseando mis sueños)

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