sábado, 6 de octubre de 2012

Dichosos vosotros

Los discípulos regresan jubilosos de evangelizar, por los portentos que han llegado a hacer, y Jesús les exhorta a que no se gloríen de las cosas que puedan hacer ante los hombres y se alegren más bien ante Dios por su salvación eterna, que es lo que realmente importa. Tienen otros motivos de que alegrarse, como es gozar del trato amable de Jesús, Hijo y Palabra de Dios, de quien profetas y personalidades eminentes hubieran ambicionado escuchar su palabra y ver lo que ellos ven. Nadie más que ellos tienen el privilegio de convivir con Jesús.

Reflexión: El pes de la fulla

    Los últimos vestigios que daban constancia de lo que fue la casa del pes de la fulla, es decir la lonja de la hoja de la morera, donde se subastaba para el consumo del gusano de seda, acaban de desaparecer con el derribo de correos. En vez de la estrecha calle, queda ahora un solar descampado,limitado por la iglesia franciscana a la izquierda  y los edificios de enfrente. La lonja daba nombre a la estrecha calle, ahora desaparecida, que daba acceso al convento,  y era la muestra más fehaciente de la importancia que la producción de la seda llegó a alcanzar en la comarca ribereña, centrada en Carcaixent. Se pierde una marca de la memoria histórica del lugar.

 Rincón poético

LA VANIDAD DE TENER

Que triste haber gastado vanamente
el caudal incesante de una vida
en la ambiciosa desnudez
de tener, de ser algo y descollar
sobre los hombros, sobre la estatura
desigual de los otros.
Todo un inquieto itinerario
de codiciosa presunción,
de sequía azarosa, como ciego,
desorbitada la mirada,
disconforme que pugna por palpar,
la verja nebulosa de la luz.
Desnudos de tener nos pide Dios,
desnudos como el viento,
como cepa invernal,
como el soplo de tamo de la brisa.
Pon tu frente en la cruz, que ella te diga
a solas su secreto.
Cristo murió desnudo,
cubierto sólo con su sangre muerta.

 (De Paseando mis sueños)

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