domingo, 28 de octubre de 2012

El ciego de Jericó

    El texto de hoy nos narra el hecho portentoso de curar a un ciego en Jericó. Curar a gente disminuida es una de las actividades evangélicas de Jesús. El ciego que acaba viendo, es uno de los signos más cargados de significación. Del mismo modo que un ciego que abriera de pronto sus ojos a la luz, el converso es a manera de un ciego que recibe de Dios el don de abrir los ojos de la fe a la verdad de Cristo y, agradecido, se compromete a seguir gozosamente su camino.
    En general, el ejercicio de la compasión por parte de Jesús, nos lo presenta como sacramento del Padre, de quien refleja su infinita misericordia. Al fin, enviado al mundo para recuperar las ovejas descarriadas, toda su vida ha de resolverse buscando a quienes van extraviados por la vida y dando su vida para ganarse a todos mediante el precio de su sangre.
    No esperemos alardes de ese poder que usa con quienes tiene a bien hacerles partícipes de sus beneficios. Seamos nosotros quienes vayamos a él con toda prontitud y espontaneidad, llevados de nuestras preferencias por aquellos a quienes él prefirió.


Reflexión: Un planeta gemelo de la tierra

    Los astrónomos están de enhorabuena porque acaban de hallar un planeta gemelo del nuestro, el más cercano hasta ahora y con una masa algo mayor que la de la tierra, cuyas características no difieren mucho de las nuestras. Los comentaristas no dejan de hablar del acontecimiento. Lo inmediato es preguntarse si hay en él posibilidades de vida, y la respuesta es negativa, por el excesivo calor que lo hace inviable para ser habitado. Está situado en el sistema Alpha Centauri A y orbita una estrella similar a nuestro sol, circundándolo cada 3,2 días.  Si bien su proximidad astronómica es notable, está a 4,3 años luz de la tierra. Ahí al lado como quien dice, a la vuelta de la esquina.

Rincón poético

ANTE EL NOMBRE DE JESÚS

Ante el nombre de Cristo,
inclinemos la frente,
doblemos la rodilla   
rendidamente.
Acatemos la norma
de amarle siempre,
que el que ama de tal modo,
todo lo tiene.
Lo tiene todo quien,
por él consiente
darlo todo, con gesto
y ánimo alegre.
No hay mejor seguimiento
que dar con creces
lo que nos da primero
Dios tantas veces.
Que ante la luz de Cristo,
hasta la muerte
acate de rodillas
su nombre siempre.


 (De Paseando mis sueños)

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