jueves, 28 de febrero de 2013

El rico epulón

    Cada cosa tiene su oportunidad y su tiempo, dice el Eclesiastés. El condenado, que en vida hizo caso omiso del compromiso que impone la Alianza, quiere salvar ahora a los suyos. Ya es tarde, además de que la terquedad empecatada del hombre suele mostrarse hermética a toda persuasión. Si a su tiempo no se hace caso de cuál sea la voluntad de Dios expresada en la Escritura, tampoco luego, ni siquiera resucitando un muerto, viene a decir Jesús.
    Haz ahora entonces lo que, si no, en vano querrás hacer después. 


Reflexión

Benedicto XVI se retira

     Hoy, 28 de febrero, a las 5 h. de la tarde, Benedicto XVI deja vacante el solio pontificio, bien que su propósito es, junto a la intensificación de la oración, a la que dedicará más tiempo del que sus ocupaciones le permitían, continuar en el servicio a la Iglesia. No es la comodidad lo que le induce a la búsqueda de un retiro bien merecido, sino la merma de sus fuerzas. Nos alegra que no se retire del todo, porque la Iglesia le necesita.


Rincón poético

LA ALEGRÍA DE OBRAR BIEN

    “Y le contaron todo lo que habían hecho”, Marcos 6, 30

El júbilo, Señor, de quienes vuelven
tan satisfechos de haberte aclamado
paladeando tus palabras, como
levitando degusta flores el colibrí,
no tiene igual, Señor.
No lo comprenden quienes no te saben,
quienes no ven tu luz en la ventana
de cada amanecer.
Ese gozo tan hondo, esas raíces
del árbol que eres tú, no les recorren
por dentro ni adivinan con qué brío
las palabras que beben en las tuyas
se invisten de emoción y de coraje
como de airosa pluma el arco iris.
Y es su alegría la que te sacude
el corazón hinchiéndote de gozo,
su júbilo es, Señor,
la que prende en las brasas
de sangre de las tuyas.
¡Ascuas del corazón del hombre
en el divino pecho del Señor!
Eres como nosotros, hasta el punto
de que a veces te olvidas
amablemente de que tú eres Dios.


(De La verdad no tiene sombra)

miércoles, 27 de febrero de 2013

Beber el cáliz de su sangre


    La Pasión salvadora de Jesús no es sólo un camino pedregoso y sangrante que ha de recorrer él angustiosamente; también nosotros hemos de participar de sus quebrantos redentores cargando como solícitos cireneos con su cruz; es ése el cáliz de amargo vino que hemos de gustar con él, si queremos el favor de una vida de amor interminable junto al Padre más allá de la vida. Ser cristiano es ser como fue Cristo, repitiendo en nosotros el testimonio de la fe que él enseñó y vivió.

Reflexión

El simbolismo de la copa o cáliz  


     Brindar alzando la copa pudo ser la motivación que consagra ese gesto jubiloso como símbolo de todo lo eminente, sobre todo referido a Dios, en el lenguaje bíblico: Alzaré la copa de mi salvación, se dice en el salmo 16, y también,de Yahvé, que asegura la parte de mi herencia y de mi copa, cap. 16.En Isaías se dice: Le quitaré de la mano la copa del vértigo, y en Zacarías, c. 9, se habla de la copa de aspersiones; y en el Apocalipsis, cc. 16 y 17, figura la copa llena de abominaciones, y la copa del vino del furor, entre otros ligares.
    Jesús pregunta a sus discípulos si son capaces de beber del cáliz que él beberá y en la última cena consagra el vino de su sangre y da de beber a todos de su copa.  


Rincón poético

ALIÑA TUS RECUERDOS

Cuando recuerdas una calle, un rostro,
un banco en un rincón del parque,
aquella luz verdosa entre los árboles
de tu niñez,
estás abriendo el álbum donde queda
impreso tu pasado, jubiloso
o lamentable. Es como regresar
a ti mismo viviéndote de nuevo,
observando a distancia como fuiste,
quizás también cómo pudiste ser.
El día de mañana volverás
a vivir este trozo
de vida que ahora mismo estás viviendo.
Piénsalo bien, vive tan cuidadoso,
adereza con bien tu tiempo ahora
y haz tu vida de modo,
que llegado el momento,
consigas recordarte gratamente.
Eres ya responsable
del cariz de los días que te quedan.

 

(De La verdad no tiene sombra)

martes, 26 de febrero de 2013

La ostentación

    Jesús es la verdad y es comprensible entonces que ame la sinceridad, como el atributo más apropiado de su expresión. La mentira convertida en careta que falsea la conducta ante los demás, es repelente. En repetidas ocasiones, dedicará su prédica a la corrección de las falsas maneras.
     A la sinceridad se oponen los falsos modos de la hipocresía. Una y otra vez corregirá a cuantos, instaurados como regidores de la práctica religiosa, presten a la ostentación todos sus cuidados y les preocupe tanto parecer, en vez de ser lo que parecen, sobre todo cuando por oficio les corresponde además patentizar las verdades escuetas de Dios. Es una contradicción: un mentiroso dedicado a encomiar las verdades de Dios.
    Amemos a Jesús, porque amando la verdad, la sinceridad será nuestro más preciado atributo.


Reflexión


 El planeta Kepler- 370 

   Los adelantos técnicos, aplicados convenientemente a la astronomía, están favoreciendo el descubrimiento de planetas cada vez más cercanos al nuestro. No hay que esforzarse mucho para ver entre líneas un oculto deseo de colonizar el cosmos, para lo que es imprescindible contar con planetas donde sea factible vivir. Y ahí es donde está el mayor de los obstáculos. Kepler-370 carece de agua, es sólido, pura piedra, y queda a una distancia que alcanza los 210 años luz respecto a la tierra. Con ser el más pequeño de los planetas conocidos, mide el doble que la tierra y sus polos carecen del casquete de hielo que viste Marte como una boina blanca.


  Rincón poético

    MI CALLE

Mi calle no es la misma
que yo viví de niño.
La aprisionan ahora
escuetos edificios
de verticalidad
que roza el desatino.
Ya no hay la claridad
que daba al infinito,
ni está la misma gente
ni el tráfico es el mismo.
Un bullicio de coches
instaura su dominio
en lo que fue palestra
del juego de los niños.
¿Quién juega ya en la calle?
Nada aquí tiene sitio,
ni ascienden calle arriba
tranvías amarillos
agitando chirriantes
su manojo de ruidos.
Qué sucio que está el aire;
y el hombre, qué vacío.
Mi calle no es la misma
que entonces; lo repito.


(De La verdad no tiene sombra)

lunes, 25 de febrero de 2013

Los misericordiosos

       A la moral cristiana, que implica la moral natural, le dan los valores evangélicos que predica Cristo. Si él es imagen del Padre, nosotros debemos de serlo de él, de modo que transparentemos la misericordia divina.
         No nos parecemos a Jesús, cuando desfiguramos su imagen en la dureza de nuestras palabras, en nuestra intransigencia, actitudes egoístas, la indiferencia ante el hermano que nos necesita. Todo eso es la cara contraria al rostro amoroso de  Dios. Jesús no sólo insiste en que seamos misericordiosos como el Padre lo es con nosotros, sino que nos avisa de que recibiremos de Dios el mismo trato que nosotros demos a los demás, de modo que nuestra conducta será el rasero con que se nos medirá. Es la ley del Talión de Dios. La mejor manera de ganárselo es hacer siempre el bien.



Reflexión

La luz y las tinieblas

Desde antiguo, el beneficio de la luz ha suministrado adjetivos y verbos metafóricos aplicables al intelecto, y así hablamos de un texto de significado claro, de una mente luminosa, de un hombre preclaro, de iluminar los recovecos de un asunto abstruso.
Los hebreos trascendían estos conceptos. La luz de Dios y de su sabiduría se oponía a las tinieblas de la maldad y la perdición. Y había dos clases de luz: aquella con la que vemos y discernimos las cosas de nuestro entorno, y la que nos permite entender el misterio de la divina palabra. En esa línea, san Juan opone la noche de quienes ignoran a Jesús y la luz de la fe en su misterio salvador. Y así es como Nicodemo va de noche, precisamente en busca de Jesús.



Rincón poético

       EL PORTAZO

Un súbito portazo
estremece la casa, como un susto
perturbador. Horrísono sonido
enerva la quietud desatendida
de nuestro entorno. Es un ladrón de calmas, 
una piedra en el lago, una rotura  
desgarradora en la mitad de un sueño,
dentellada de lobo
que se sabe la puerta descuidada,
la crédula ventana, confiada
como el árbol frutal que no conoce dueño.
Portazos da la guerra, 
el cruel bayonetazo
de una traición, la cólera del hombre,
el estrépito ronco que envuelve la tormenta.
Hay el portazo de quien se despide
rompiendo los cristales
de la amistad, el de quien no perdona
las heces de una injuria,
el hachazo cobarde
de la traición, agazapada
en los adobos simulados
de la doblez. Indiferente a todo,
agita imprevisible la sorpresa 
brusca de un martillazo
en la tensada piel          
brusca de un martillazo
en un tambor vibrate de madera.
Es instantáneo como puñalada,
siempre extremado, como un estertor.
de un tambor de madera.
Es instantáneo como puñalada,
siempre extremado, como un estertor.
Afín al alboroto
crispado del escándalo,
¡malhaya la insolencia del portazo!

(De La verdad no tiene sombra)

domingo, 24 de febrero de 2013

La Transfiguración


Jesús se encarna para salvarnos. Sin ese misterio, sin esa finalidad, su encarnación en nuestra naturaleza, su mensaje y su vida, no tendrían ningún sentido. Mateo dice que Jesús explicó a sus discípulos el sentido y necesidad de su muerte de modo claro y cabal, pero no alcanzó a convencerlos, porque se empeñaban en pensar como los hombres; no como Dios. La transfiguración viene a ser así un recurso de convicción plástica de lo que Jesús enseña a sus apóstoles sobre el misterio salvador de su muerte necesaria, y que ellos se resisten a creer. Es como si Dios hubiera dicho: Como no sois capaces de entenderlo, por vuestra tozudez, haré que os entre por los ojos.
La transfiguración es uno de los acontecimientos más relevantes de la revelación de Jesús a sus discípulos, que sabían ya que él era el mesías, Hijo de Dios. Pero no era eso todo. Les falta entender el misterio salvador. Por eso, la transfiguración viene a ser como una visión anticipada de lo que será el Hijo de Dios, una vez muerto y resucitado. Si admiten la glorificación de Jesús tal como aparece en su transfiguración, les resultará más fácil admitir que para ello ha de morir antes. Nadie que no haya muerto puede resucitar después glorificado. 
Cristo aparece así, ante ellos, con la configuración espiritual de su cuerpo radiante, tal como será, cuando el Espíritu de Dios le devuelva la vida divina que tuvo junto al Padre.


Reflexión 

Mi vida es Cristo

Lo dijo san Pablo, que lo dio todo por llevar su fe a todas partes, exponiendo su vida una y otra vez, marcado por la indignación criminal de los adversarios de Jesús. Les indignaba la eficacia y poder persuasorio de su palabra, incluso por escrito,  y el atractivo de su ejemplo. Él mismo definió su exclusiva dedicación a Dios en la persona de su Hijo, con esas palabras: Mi vida es Cristo. Hagamos por poderlas decir también nosotros con idéntica convicción.


Rincón poético

   MI DIOS Y MI TODO

No quiso nada. No tenía
nada. Lo puso todo
en las manos de Dios, lo fue arrumbando
en el baúl de una renuncia estricta.
Y comprobó que, no teniendo nada,
era tan libre como el vuelo pardo
del águila, ligero
como el peso de tamo de la brisa.
Jamás antes, 
atado al precio de las cosas,
supo entrever el beneficio
de tanta levedad.
Y una noche, rezando,
plenamente vacío de las cosas,
descubrió el gozo de alcanzar que, dentro,
muy dentro de sí mismo,
Dios lo llenaba todo sin medida,
como se llena un cántaro en la fuente 
copiosa rebosando, y al instante,
reconoció su llanto agradecido
tanta y tanta bondad:  -¡Mi Dios, mi todo!

(De La verdad no tiene sombra)

sábado, 23 de febrero de 2013

Dios llueve igual para buenos y malos

Contra el mandato tradicional de odiar al enemigo, Jesús opone el de amar a todo hombre, incluidos tus enemigos, algo inaudito en la cultura del momento, pero que se deducía del precepto evangélico de amar a todos sin reservas.  Se entiende que exhortase a sus discípulos a no imitar a los fariseos. Dios no admite a los que  rechazan a quien él creó, sino que llueve para todos por igual, razón por la que, quien se acerca con su ofrenda al altar de Dios, antes ha de reconciliarse con el que tenga desavenencias si quiere ser oído.
Difícil, pero factible por amor de Dios.


Reflexión

La justicia de Dios

Jesús hará partícipes de su justicia a quienes la vivieron con él y como él: a sus discípulos, a los mismos ninivitas que se unieron al buen hacer de su rey, a la reina de Saba que buscó a los pies de Salomón el conocimiento de la sabiduría. 
En el juicio se dará al traste con la perversión de una vez por todas, porque la perversión es la que será sancionada con su desaparición eterna. Pervivirá ya perpetuamente la bondad y es normal que cuantos la practicaron de eminente manera, figuraren en el séquito de Cristo.
Hagamos por ser contados entre ellos.

Rincón poético

       LA BUFANDA

¡Mi amiga la bufanda con qué tierno
apretón se me abraza
al cuello cariñosa!
Tiene la piel sedosa; no acaricia
una mano mejor. Soporta el frío
en mi lugar con entereza
y cuando el viento arrecia
y a reveses me azota,
con ambas manos me cobija
y protege la boca.
Ondean como crin
al viento, entonces, sus hilachas.
De ordinario, desciende
en reposo, rendida sobre el pecho .
Pierde agresividad
la agresora inclemencia del invierno,
donde hay una bufanda defendiéndote.

 (De La verdad no tiene sombra)

viernes, 22 de febrero de 2013

No matar


Los mandamientos de Jesús no tienden a abolir la ley, sino a perfeccionarla, para lo que usa una fórmula plenificadora: No esto, sino esto otro. No aquello que manda Moisés, sino esto otro que va a las raíces de los mandamientos.
      Moisés había prohibido matar, sin evitar que la gente se tomase la justicia por su mano. Jesús va más allá de la mera prohibición, va hasta el fondo, porque es en el corazón del hombre donde hay que interiorizar la ley. Si borramos el odio que anida en lo hondo de la maldad, desaparecerán la violencia, las injurias verbales, las disputas emponzoñadas, la murmuración perversa, la agresión y el crimen. Al odio hay que oponer entonces el amor, que es el que edifica la convivencia.
Y como aplicación concreta de esta doctrina cordial, Jesús prohíbe que nos acerquemos al altar de Dios, si antes no reparamos nuestras relaciones rotas con un tercero. Y es que si hay discordia entre los hombres, la relación con Dios también se rompe.
Reparemos nuestra disidencias con todos, y quedarán implantados en nuestro corazón los buenos deseos de Jesús.


Reflexión

Los prejuicios

Los prejuicios, esa supuesta sabiduría inconmovible de la altanería humana, son lo que impide frecuentemente aceptar los difíciles misterios de nuestra fe: la Encarnación, la Eucaristía, la Resurrección de Cristo... Jesús pide por eso la adhesión a su persona y la aceptación de su palabra. Quien mediante un conocimiento esclarecedor llega a amar a Jesús, sigue su trayectoria divina y acaba creyendo en él como sus discípulo. Frente a los prejuicios de nuestra altivez, amar a Dios es el remedio. Esa es la receta.


Rincón poético

         LA SOMBRA

La sombra está donde la luz palpita.
Es su marco y ensalza su presencia..
Sin las sombras, los seres 
no hallan la forma con que definirse
ni las estrellas noche en que acostarse.
Nos acompaña sin tocas apenas,
ella, que es una mancha agazapada
detrás de todo, poste, casa o árbol.
Juega en el parque con los niños,
corre detrás del tren vertiginosa,
se abraza de tal modo
a los pies de las cosas, que parece 
una alfombra servil o un can sumiso.
Hasta la nebulosa más lejana
para brillar con fúlgidos destellos
de una noche profunda necesita.
No la piséis: nos dota
de forma y apariencia; nos diseña.
Quitad la sombra y borraréis el mundo,
sin el dibujo neto de las cosas.

(De La verdad no tiene sombra)

jueves, 21 de febrero de 2013

Pedid y recibiréis

     Lo dice Jesús. Ya en el Padre nuestro nos enseñó a presentarle a Dios nuestras necesidades. Ahora nos exhorta a que confiemos en Dios, pronto siempre a satisfacer nuestras necesidades, si pedimos con fe. Pide con fe quien sabe que Dios le oye, y no duda en reiterar sus peticiones con insistencia. Y hay una comparación con la que nos enseña que Dios nos atiende como nuestro padre que es.
     Hay, sin embargo, una consideración final, que parece no tener relación con esta exhortación a orar de Jesús. Dice que tratemos a los demás como queremos ser tratados nosotros. Es decir, si quieres que Dios te oiga en la oración, oye tú también y préstate a socorrer a tu prójimo cuanto te necesite, porque si no lo haces, serás tratado en tus peticiones a Dios, de la misma manera como en circunstancias análogas, trates tú a los demás.
      Recemos entonces por todos los que necesitan de ti.



Reflexión

Cuaresma

    El término cuaresma deriva de la locución cuadragésima dies, y hace referencia a los cuarenta días de duración que alcanza, un período de tiempo que abarca desde el miércoles de ceniza al sábado santo. Pero, ¿por qué cuarenta días? Cuarenta días son los que, a impulsos del Espíritu, permanece Jesús en el desierto, practicando el ayuno y soportando las embestidas de Satanás, a quien vence. Con todo el diablo no descansa, sino que esperará hasta otra ocasión, como dice Lucas en su evangelio.

Rincón poético

      PERDÓNALES

Perdona a mis enemigos,
zarzas de tanta rudeza,
que gastan más en espinas
que en fruto, al dar la cosecha.
Perdona a mis enemigos,
que me acosan, que me vejan;
Yo no acabo de entender
por qué razón se molestan;
es como tirar al agua
de un río sus pertenencias,
desparramar por el suelo
todo un puñado de perlas.
¿Tuve culpa? No lo sé.
No me consta su evidencia.
En pedir que les perdones,
cifro toda mi defensa.
Y a mí, a la vez, mi Señor,
perdóname mis ofensas.
Ángeles que estáis con Dios,
decidle que me proteja.


(De La verdad no tiene sombra)

miércoles, 20 de febrero de 2013

El signo de Jonás

    Los judíos decían que había dos clases de luz, la luz ordinaria para percibir las cosas de este mundo y otra interior, reflejo de la luz de Dios, que nos permite comprender los misterios de Dios.
    Así las cosas, para conocer a Cristo, los sacerdotes judíos no tenían por qué pedir un signo que les entrara por los ojos. Tenían a su disposición la luz de la Escritura, la palabra profética que hablaba del mesías, los símbolos de su propia espiritualidad. Pero ante el momento de desvelar el misterio de Cristo, no supieron qué hacer. Esa es la equivocación del pueblo hebreo, contar con los medios para identificar al mesías y desoír la voz  de Dios que lo señalaba a gritos.
    ¿Cómo hay que curar la ceguera interior? Vemos que quienes se empeñaban en buscar  en el mesías sólo el poder, no pudieron adivinar el Reino de Dios que ya estaba entre ellos; no podían ver a un mesías que declaraba dichosos a los pobres, ya que él se había despojado de todo para ser el más pobre de todos. Se empeñaron en verlo con la luz de los ojos, en vez de mirarlo con los ojos de la fe.
    Para tratar la ceguera, entonces, no busquemos a Dios en el dinero, no lo busquemos en el poder. Busquémoslo en los pobres, en los que saben perdonar, en los que comparten su pan con otros. Ahí es donde se oculta la sombra de Cristo, porque él es uno de ellos, el más pobre, y se esconde entre ellos.


Reflexión

La XV estación

    Tradicionalmente, hasta hace muy poco, las estaciones eran catorce. En nuestros días, con muy buen criterio teológico, se añadió la XV, que es la resurrección de Cristo. La Pasión de Jesús no acaba en la cruz con su muerte y el entierro que sufraga la piedad amistosa de José de Aritmatea. Todo el Vía Crucis es un camino ascendente que culmina con la victoria de Jesús sobre el pecado, al resucitar en las manos del Padre por obra del Espíritu Santo, que es el Espíritu de Dios. La resurrección es, por tanto, una estación inevitable.
    Vía Dolorosa, se le llama al Vía Crucis en Jerusalén, donde se celebra en los parajes concretos donde tuvo lugar cada episodio de esa sagrada ruta hacia el Calvario. Pero esa vía o camino conduce el goce final de nuestra salvación por los méritos de Cristo. Se trata de un dolor penitencial que acaba en gozo pleno y victorioso.


Rincón poético

EL PASO DEL VIENTO

A veces, corre desalado el viento.
Pero, ¿por qué, si puede pasearse
plácidamente? Y no regresa más.
Pasa, desaparece,
deja de ser, pero no vuelve.
Otros vendrán después
que no se ven, como la luz;
pero están. Cuántas veces,
enloquecidos, zarandean
la veleta, derriban corpulentos
árboles, zamarrean
ventanas que no ajustan o a portazos,
estremecen la casa. En ocasiones,
su paso es tan pausado y silencioso,
que no agita las hojas del almendro
ni del sauce remueve la tristeza.
Pero también se va, por los caminos
que anda con él el tiempo.
El viento es como el tren, como las aguas
del río. No descansa.
Bien delata el azogue de las prisas
su comezón, su excitación nerviosa.

(De La verdad no tiene sombra)

martes, 19 de febrero de 2013

El Padre nuestro

La Iglesia cuenta con oraciones para todo, pero ninguna admite parangón con la que Jesús nos enseñó para dirigirnos a Dios como  Padre. Comprende siete peticiones a quien, por el bautismo, nos acepta como hijos.
Las tres primeras partes se refieren al Reino de Dios, donde pedimos que se realice el programa que traza Jesús en su evangelio, compendiado en las Bienaventuranzas. Le rogamos así que el mundo quede en manos de su Creador, digno de toda alabanza. Las otras cuatro se refieren a nosotros mismos, resumiendo nuestras necesidades, y entre ellas, el deseo del pan soberano que es la Eucaristía.
Todo lo que tenemos o aspiramos a tener, son dones de Dios. Entre nuestras necesidades más altas está la de que Dios nos perdone, hijos descarriados que en un momento de cordura, se convierten y deciden volver a su Padre: Me levantaré e iré a la casa de mi Padre, dice el hijo pródigo. En estos momentos de conversión que es la cuaresma, confiémosle a Dios nuestro propósito: Me levantaré e iré a postrarme ante ti, Padre del alma, arrepentido de mis infidelidades.


Reflexión

Fórmula de las oraciones de la Iglesia

Las oraciones oficiales de la Iglesia constituyen una estructura a que se ajustan las frases que formula cada oración. Se abre la oración mediante una invocación a Dios que variará de una oración a otra: Señor todo poderoso, que le aplica una determinada calificación como ésta: A continuación se alega la motivación que nos mueve a dirigirnos a él: que mediante la humillación de tu Hijo, concedes a tus fieles la verdadera alegría, seguido del objeto de nuestro recurso a su bondad, pidiéndole que nos conceda la verdadera alegría: Haz que como liberador de la esclavitud del pecado, alcancemos la felicidad eterna.
El resultado es éste: Señor todo poderoso, que mediante la humillación de tu Hijo, concedes a tus fieles la verdadera alegría, haz que como liberador que eres de la esclavitud del pecado, alcancemos la gracia de la eterna felicidad. Por nuestro Señor Jesucristo.

Rincón poético

  ANATOMÍA DEL POEMA

Lo que dice un poema, lo que crea
en su mundo interior,
nadie puede tocarlo con los dedos
ni colocar los labios en su boca;
hay una verja que encierra su jardín.
Es como pretender
convertir en simple ovillo
ordinario de lana el regocijo
enamorado,
anejo a algo que fue,
y el tiempo ha envejecido
hasta deshilacharlo por los codos.
No es tangible; retrae,
caracol sorprendido,
sus largos ojos al intento.
¡Puede ser el poema tantas cosas
que ignoran los sentidos!
Puede ser la enervada tensión del oleaje,
la verde verticalidad  
del álamo, lejana 
curvatura ceñida al horizonte,
anillo de la luz que viste el día.
Puede ser temblorosa
emoción, exquisita
levedad, quejumbrosa
tristeza innumerable.
¿Dónde está el serpentín inconcebible
que transmute las cosas?
Más allá de las toscas cosas de cada día
se inscribe el alma rubia del poema.

(De La verdad no tiene sombra)

lunes, 18 de febrero de 2013

El juicio final



No es fácil imaginar cómo será la llegada final de Cristo, en todo el esplendor de su gloria. La misma palabra gloria es un atributo que conviene a sólo Dios a quien decimos, por eso, al terminar nuestras oraciones: gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. 

Por encima de todo, sólo Dios es importante, por más que el hombre se empeñe en inventarse eminencias que no son ni sombra de Dios. En el juicio, nos dolerá esa equivocación, cuando entremos a conocer la infinita grandeza de Dios, y a la luz de ese conocimiento se dé de lado a quienes le ignoraron desde su propia autosuficiencia.
Desde que Dios, encarnándose, se hace naturaleza nuestra, todo lo que se hace por los demás se hace por Dios, todo lo que se les niega, se le niega a él. El amor de Dios será la vara de medir conciencias: los unos serán juzgados en razón de su amor a los demás; los otros, en  función de su amor propio.

Reflexión

El Vía Crucis

El Vía Crucis es un memorial de la empresa salvadora de Cristo, estructurado en catorce momentos llamados estaciones, de la trayectoria dolorosa que sufre Jesús, en Jerusalén, en aras de nuestra salvación. Parece ser que esta costumbre de celebrarlo el viernes santo y los demás viernes de cuaresma, como un camino de oración escenificado en los mismos lugares donde sufrió Jesús tales quebrantos, la celebraban los franciscanos en la misma Jerusalén, de donde ellos mismos y la Tercera Orden franciscana seglar la difunden por todo el mundo cristiano. 
El Papa Juan Pablo reestructuró el orden y sentido de las estaciones, añadiendo una más a las XIV tradicionales, atendiendo más a su sentido teológico que a su localización.


Rincón poético

     BUENAS NOCHES

Buenas noches, Señor, el día muere
y su luz, declinando lentamente,
deja franca su puerta silenciosa
al misterio profundo de la  noche.
Puedo así recogerme en lo más hondo
de mí mismo, lugar donde me habitas.
Escucha mi plegaria con que intento
testimoniarte mi agradecimiento
por el tiempo que pones en mis manos
como un telar donde tejer mi vida.
Nunca podré pagarte la posibilidad
de seguir compartiendo
mi pan con los demás, mientras bendigo
el que tú pones en mi mesa.
Siéntate aquí conmigo
y acompáñeme siempre tu presencia
porque te necesito.


(De La verdad no tiene sombra)

domingo, 17 de febrero de 2013

La tentación en el desierto

    El paraje de las tentaciones recuerda un paraíso al revés, con contenidos contrapuestos a aquel otro pasaje bíblico, a manera de reflejo invertido del edén. Allí, un jardín delicioso; aquí la aspereza del desierto. Allí animales que domestica el hombre; aquí, alimañas. Allí un ángel hostil; aquí un ángel servicial. Allí, Adán, vencido por la tentación; aquí Jesús, nuevo Adán que triunfa sobre las insinuaciones diabólicas.
    Jesús, triunfando sobre el mal, ha dado la vuelta a aquella situación embarazosa del hombre para con Dios, justificándonos, devolviéndonos la amistad perdida con él.
    La presencia del Espíritu en esa escenografía insólita nos coloca en un clima de ideas e imágenes bíblicas que, según la cultura de las antiguas promesas, presagiaba la llegada al mundo del Reino de Dios, ya insinuada por el profeta Joel y en la que abunda Ezequiel. Se imaginaba esa irrupción del ungido como un pulso de fuerza entre él y Satanás, y el Reino de Dios aparecería de inmediato en el mundo. Es lo que sucede entre Jesús y el tentador en este pasaje.
    Es lo que predicará Jesús a la gente: Ha llegado ya el reino de Dios, lo que exige convertirse y creer en el evangelio. Una conversión que implica un cambio de mentalidad y una reconciliación con Dios y con los hermanos.


Reflexión

El contagio anímico

    El mal ejemplo es contagioso y cunde más que el bueno. Un estado de ánimo también. Hay que mantener en alto la fe para que no decaiga la esperanza en Dios en todo momento, que nos llena con su gracia.
    En el Deuteronomio, a punto de entrar en combate, un sacerdote arengaba a la tropa, y a los pusilánimes acobardados por el miedo, se los enviaba a su casa, para no arrastrar con su debilidad a los demás. En locales cerrados, la causa de la estampida  es el miedo de unos pocos, haciendo cundir la alarma entre los demás.
    Que Dios nos llene de sí en todo momento como llenó en la cruz el esforzado corazón del Hijo.

Rincón poético

PERDÓN MIL VECES

Una vez y otra vez, acongojados,
con el puño en el pecho,
como con una piedra
se golpea otra piedra,
te pedimos perdón.
Y de nuevo, rompemos la alianza
que firmas con nosotros
en la antesala de tu corazón.
¡Qué débil es la voz de quien apenas
repara, de sus culpas,
en la arpadura de su gravedad!
Pon en mi decisión, Señor, tus manos,
la fuerza inconmovible
con que tus manos retorcieron
el largo cuello astroso del pecado,
mientras trataban, con tres clavos
de oxidada maldad, de atornillarte
a la inocencia de un madero.
Mis manos, acogidas a las tuyas,
todo lo pueden, mientras tú lo quieras.
Refuerza, en lo más hondo de mi carne
herida, el musculoso
vigor de mis tendones.

(De La verdad no tiene sombra)

sábado, 16 de febrero de 2013

Vocación de Mateo


Mateo celebra con sus colegas publicanos la elección que Jesús ha hecho de él para que le acompañe en sus periplos evangélicos, y se escandalizan escribas y fariseos de que Jesús alterne con ellos. Les reprocha él su incoherencia: siendo autoridades religiosas, no entienden que Dios, más que sacrificios suntuosos de animales en el templo, busca a quienes van desorientados por caminos de extravío. No son los sanos, sino los enfermos los que necesitan del médico. ¿Tan difícil es que el buen padre reciba con gozo al hijo transgresor que regresa arrepentido de sus desafueros?
La superficialidad les enturbia los ojos y no les deja ver que Dios ama al hombre, que no le es indiferente a que se le vaya de las manos y que su bondad no tiene límites.


Reflexión

Jesús, un hombre observador

Jesús era un agudo hombre observador del entono en que vivió. Leyendo los evangelios, cualquiera puede ver entre líneas con qué facilidad da sentido trascendente a cuanto le llama la atención: la cizaña, que si se arranca, se lleva consigo la mata de trigo; los odres nuevos y viejos, que han de llenarse respectivamente con vinos jóvenes o viejos; lo llamativo de la simiente casi impalpable de la mostaza, que da arbustos frondosos; la simiente que crece sola, ajena al labrador; la que cae en terrenos dispares y sólo arraiga en el bien dispuesto... 
Se servía de ese caudal de cosas meditadas su imaginación inagotable, y sus parábolas son el resultado de esa admirable conjunción de dones, siempre brillantes e ingeniosos. ¿Cómo no iba a ser escuchado con agrado, si además su palabra contaba con la eficacia de la divina gracia?


Rincón poético

SALE EL SOL SOBRE LA NIEVE

Ha amanecido el sol sobre la nieve.
Travieso como un niño,
restriega incauto en ella     
sus manos amarillas,
ateridas de frío.
¿No sabía
la luz que no es clemente
ese castigo que es un frío aleve?
Pasea el sol magnífico y dorado
sobre ese otro esplendor tan silencioso.
No tiene peso el sol, 
no deja huella
sobre el extenso campo enharinado, 
pero la nieve a su contacto cede
adelgazando así su consistencia.
El sol se irá; 
caerá después la noche,
y otro día, al nacer la luz, acaso
suceda entonces
que el lecho de la nieve es sólo barro.

(De La verdad no tiene sombra)

viernes, 15 de febrero de 2013

Viernes después de ceniza: El ayuno

Esta es la versión de Mateo sobre el ayuno. 
Jesús explica que una nueva alianza entre Dios y su pueblo sellada con la sangre del Codero de Dios que será Jesús, dará de lado a las antiguas voces, y ahora es la palabra de Dios, personalizada en Cristo, quien establece una nueva ley, porque vinos nuevos exigen odres nuevos.
La alegría del Reino ha irrumpido ya en el mundo y se opone a las normas penitenciales de los hombres, como la de los fariseos sobre el ayuno. Ya vendrán días en que los seguidores de Cristo practiquen el ayuno, desde la naturalidad, desde la sinceridad, una vez que falte él.
O sea, mientras Jesús esté con los suyos, la alegría de su presencia impide toda muestra de tristeza. No es la tristeza lo que nos define a los cristianos, sino, en cuaresma, las renuncias bautismales y al pecado, lo que hay que afirmar con nuestra vida y nuestro empeño por ser y estar con Jesús.


Reflexión

El papa se baja de la barca de Pedro

 Benedicto XVI, alegando que sus fuerzas sufren notable merma, se retira del solio pontificio este miso mes y se dedicará a la oración. Todos los medios de comunicación han emitido la noticia destacando su coherencia y su gran personalidad de la que  ha dado pruebas sobradas. La Iglesia pierde a un sabio que ha venido estudiando y haciendo ver la interrelación existente entre fe y razón
Que Dios nos depare otro papa santo y sabio como él.




















Rincón poético

EL MISIONERO RETIRADO

Toda una vida dando
de comer a los peces en tu río,
toda la vida apacentando serpientes venenosas
al acecho en la selva inextricable
y voraces pirañas de frenético instinto.
Toda una vida dándote a migajas,
toda una vida repartiendo
pedazos dolorosos
de compasión a los demás y ahora,
ya sin tempo -lo diste-,
regresas cabizbajo, 
vuelves envejecido,
y sin piedad para contigo mismo,
te sientes derrotado: ya no puedes
dar más, ya no te queda
nada, todo lo has dado
y es como si los peces te mordieran,
las serpientes hincaran 
su veneno en tus venas 
y desgarraran a mordiscos
tu carne las voraces pirañas de tu río. 
¿Nunca notaste que mientras te dabas, 
se te iba dando Dios a manos llenas , 
y dadivoso aún,
está siempre contigo?
No te maltrates. Sigues dándote
con desusado ahínco.

(De La verdad no tiene sombra)

jueves, 14 de febrero de 2013

Envío de setenta y dos discípulos


Lucas añade este segundo envío, donde Jesús dice ya entonces que la mies es mucha y los obreros pocos. Pocos lo son ahora también y en estos días de cuaresma donde la oración debe ocuparnos de singular manera, hemos de tener en cuenta estas necesidades de la Iglesia, poniéndoselas a Dios en sus manos, para que administre las nuestras y nos encienda el corazón misionero de una tarea que nos concierne a todos. De hecho, cabe tener en cuenta que ya no son sólo los Doce, sino un número importante, más representativo, el que Jesús envía a proclamar la inminencia del reino.


Reflexión

La sinceridad

La cuaresma nos emplaza a que vivamos la justicia de Dios de más intensa manera. Hay que ayunar con sinceridad, unidos a las privaciones de Jesús pobre en el evangelio; hemos de imitar su compasión con los necesitados mediante la limosna a gente que la necesita; importa sentirnos cercanos al Padre dialogando con él en la oración y considerando la palabra de la que Jesús es lenguaje perfecto de Dios.


Rincón poético

 EN LA ENCRUCIJADA

Dudar es no saber, cuando el camino

llega al enigma de una encrucijada,
qué horizonte, qué flecha
hay que poner ante tus pasos.
Y hay que pulsar el viento 
y consultar a la nube que pasa decidida,
al gavilán de ensortijadas uñas,
sabedores del mapa de la tierra.
Pierde su misteriosa condición
si se añaden pistas
determinantes de destinos ciertos. 
La encrucijada verdadera
es un interrogante turbador,
afluencia sagrada
de empresas peregrinas.
Conducen al romero
por las estepas de la soledad
a la devota ermita empinada en la cumbre,
donde ya el corazón lleva en el pecho 
como un exvoto su agradecimiento.
Un peregrino pasa
por el lugar;
él sabe mucho y canta
este cantar:
No todos los caminos 
van a la ermita;
desde la encrucijada,
dos se extravían.
No preguntéis a nadie
que ruta elijas.
Nadie te dirá nada,
por más que insistas.
El viento se detiene
si se fatiga;
la nube alega sólo
que tiene prisa.
¿Y el gavilán?
El gavilán se ha ido.
No volverá.

(De La verdad no tiene sombra)

miércoles, 13 de febrero de 2013

Miércoles de ceniza: la sinceridad


Jesús es la verdad. Virtudes afines a la verdad son la sinceridad, la humildad, la transparencia propia de los sencillos de corazón. Frente a la verdad, está el engaño, la mentira, el fingimiento astuto de las apariencias. 
Si pusiéramos en un lado lo que cuesta fingir con sagacidad, la teatralidad que hay que poner en juego para aparentar lo que no somos, y en otro lado el hecho de ser simplemente como uno es, seguro que aquello cuesta más que esto otro. 
Jesús, desde su propia condición de ser la voz del padre en la enseñanza de la verdad de sus misterios, siente la más honda repulsión hacia quienes mienten, engañando así a los demás y enturbiando las aguas limpias de la verdad. Al diablo, en cambio, se le llama Padre de la mentira, porque endulza la tentación maligna so capa de bien.
La cuaresma nos incita a la oración y al ayuno. Ayunemos con sinceridad, humildemente. Basta con privarnos de algo que nos agrada, por ejemplo en la mesa, pero hagámoslo con naturalidad, como nos aconseja Jesús. No hace falta que se dé cuenta nadie de ello. Y siempre, practicando el bien, como Jesús, que pasó por este mundo haciendo el bien a todos.


Reflexión

La pertinacia del diablo

El diablo no se da por vencido nunca, como se demuestra en las tentaciones a que es sometido Jesús. Dice Lucas en ese pasaje que “el demonio se marcho hasta otra ocasión”. Y efectivamente, las tentaciones le acosan, protagonizadas por escribas y fariseos, emboscados en una supuesta inocencia, una y otra vez, “para tentarle”, dicen los evangelios.
Aparentemente, el diablo vence con la condena de Jesús. No fue capaz de imaginar la gloria de la Resurrección.


Rincón poético


   LA CORTEZA

La corteza del árbol, cuarteada
por la incuria del tiempo, 
sabe de la tormenta,
del estremecimiento
luminoso del rayo, del frío, de la nieve,
esa blanca belleza sin piedad,
y del ardor reseco y sudoroso
del incendio estival.
Esa corteza abarquillada 
describe la tortura
de proteger la consistente
fibra de la madera.
No tiene la belleza delicada
de la fronda ni ofrece el exquisito
fruto, ni abierta flor que aromatice el aire.
Tiene agrietada y rota 
su condición superficial,
como esforzada mano de labriego.
Que nadie menosprecie
su cometido humilde, porque abriga
al árbol, lo protege
servicialmente con su abrazo.
Ella también es árbol, 
como la playa es mar, como el oasis 
la esbeltez peculiar de la palmera.

(De La Verdad no tiene sombra)

martes, 12 de febrero de 2013

Este pueblo me honra con los labios

Mchas prescripciones antiguas parecen no tener demasiado sentido para nosotros, como lavarse o no antes de comer, por motivos religiosos. Para nosotros no pasa de ser una medida higiénica, bien que, en la antigüedad, la línea entre lo sagrado y lo profano era una línea incierta; todo tenía sentido religioso. Desde ese punto de vista, Jesús es un hombre moderno que distingue perfectamente lo uno de lo otro.
Hoy sin embargo, se hace poco caso del sentido religioso de la vida y vivimos como descuidados de lo que somos, más atentos a lo profano que a la mirada con que Dios nos mira. Es lo que ocurre cuando, atentos sólo a nosotros mismos, rezamos y rezamos, pero no vemos las cosas con los ojos de Dios. Este pueblo me honra con los labios, se quejaba Jesús, porque su pueblo no era consecuente con lo que rezaba.
No dejemos de vivir nuestra fe en todo momento y descubriremos el sentido de lo divino que alienta en todo lo que nos rodea, y Dios estará más cerca de nosotros de lo que está. Bien que, más que alejarse de nosotros, somos nosotros quienes damos en  alejarnos de él.


Reflexión

Edificar el bien donde campea el mal

La Escritura no es monolítica, sino que sigue una progresión complementaria depuradora  en pro de la santidad que nos habla de Dios. Así, una fiesta que tiene un origen agrícola extraño a la tradición hebrea, se asumía en un hecho cultual que resultase grato a Dios, santificando su celebración, lo que comportaba santificar al hombre. Así ocurre con la festividad de las Semanas de origen cananeo, que se convierte en una peregrinación de acción de gracias al verdadero Dios. Es el fin que ha de perseguir toda nuestra vida, poner a los pies de Dios lo que guardaba un sentido anodino o extraño a su santidad, sustituir el mal o lo torcido por un bien provechoso al hombre y grato a Dios.


Rincón poético

A UN HOMBRE DESCUIDADO

No era un hombre aseado.
Se notaba en las uñas denegridas,
como si hubiera trabajado
arañando carbón en una mina,
se notaba en los dietes, insanos y amarillos.
El corazón no se veía.
¿Cómo es el corazón
de quien se olvida de sí mismo?
¿También tiene amarillas sus vivencias,
arañada su sangre,
sucios como el hollín su sentimientos?
Sin embargo, los ojos
azules parecían 
un atisbo de mar.
Al fin, ¿no crece un palmeral 
en las arenas del desierto?
Al hablar, omitía
algunas consonantes, 
como quien poda, ya podado, un seto.
Sospecho si es que no sabría
que entre la exquisitez y el extremado
descuido, hay escalones intermedios 
muy dignos de escalar:
no siempre el río llega a desbordarse
y seco, 
es sólo cauce, apenas río.
Se puede ser normal, aunque no alcances
la sobriedad de la elegancia -no la alcanza
el tronco torturado del olivo-,
sin caer en las simas denigrantes 
de la abyección o del descuido.
En librerías que llaman 
de viejo, a precio módico, 
existen manuales que introducen
en la justa medida del buen gusto.

(De La verdad o tiene sombra)


lunes, 11 de febrero de 2013

En Caná de Galilea

        Caná es, en el evangelio de Juan, la manifestación un tanto improvisada de Jesús que confiere al relato el carácter simbólico de nueva creación que configuran signos y comentarios. Es el sexto día de Jesús. Y si bien él, en el banquete, se resiste todavía a darse a conocer, María precipita los acontecimientos al disponer lo que ha de hacerse, movida por el agobio de quedarse sin vino con que agasajar los novios a los convidados.
        María y Jesús son dos almas gemelas, a quienes la compasión les unce a los sofocos y angustias de la gente. El portento de convertir el agua en vino deja boquiabiertos a los discípulos que acompañan a Jesús, contribuyendo a creer más en él.


Reflexión


La fe y la incredulidad

    Leo un poema de un poeta de renombre que se permite chancearse irónicamente de la fe en Dios. Es el síndrome de la incredulidad. El ateo no se limita a no creer, porque estima que es lo racional, sino que persigue irracionalmente como diablo al que cree. Le indigna que otros crean lo que a él le deja frío. Tengo para mí que quien no cree, se ve obligado a cubrir ese vacío creyendo en infinitud de cosas para él necesarias. Hay un reconocido y tranquilo portero de futbol que, para conjurar la buena suerte, suele saltar hasta tocar el travesaño de la portería.
    No poder creer no pude reputarse un bien, como no ver no puede considerarse una ventaja sobre quien ve incluso con agudeza. Que un ciego se chancee de quien no lo es, no tiene demasiado sentido.


Rincón poético

   EN EL JARDÍN

Todo es variado
en el jardín,
y el orden
constituye su prestancia.
Las violetas se ocultan, como niños
que juegan a esconderse;
prolifera el escándalo
de los coleos rojos, amarillos
y verdes, tan distintos;
escala, con su llama
olímpica en la mano,
la buganvilla una pared.
-¿Por qué nos ladra el perro?-
El aroma plisado de unas rosas,
o brasas, se hace un sitio en el ambiente.
Plisados, sí,
porque plisadas son las rosas.
Son a manera, indiscutiblemente,
de las princesas de jardín.
Hay una verja protectora
y un perro flaco y ladrador.
¡Qué amarilla aparece y luminosa
-¿por qué nos ladra el perro?-,
la fragancia que expande el alhelí!

(De La verdad no tiene dombra)

domingo, 10 de febrero de 2013

La pesca milagrosa

        El prodigio de la pesca prodigiosa motiva la vocación de los primeros discípulos de Jesús. Son avezados pescadores que en vano han intentado toda una noche en pescar algo. Jesús lo ve y les aconseja que lo intenten de nuevo en el lugar que él les indica. Ellos se excusan. Lo han intentado por todos los medios, pero en atención a él, procederán como dice.     
        A menudo, Jesús nos pide cosas sorprendentes, y nosotros podemos optar por no hacer caso, desde el sentido común que nos dice que está desacertado, o  desde la fe, que nos pide creer contra toda corriente. Desde lo razonable, desde la exclusiva confianza en nosotros mismos, seguimos con las redes vacías; desde la fe, asistimos al prodigio de llenar nuestras manos con los frutos de la providente grandeza de Dios.
        Los apóstoles debieron quedar perplejos ante el prodigio. La cantidad de peces que brillan lustrosos abarrotando la red, no tiene explicación plausible. Es el premio a haber confiado en la palabra prodigiosa de Jesús. La fe nos insta a fiarnos de él, incluso cuando no parezca lo más razonable, enseñándonos a no creer demasiado en nosotros mismos, y partir mar adentro, hacia el misterio, hacia las profundidades de Dios, el misterio de la Eucaristía, el de la Trinidad, la Encarnación, la Resurrección, el mismo misterio de la Iglesia.
        Que Dios dé pescadores de hombres para Dios a su Iglesia, en un mundo que necesita de Dios y de ellos


Reflexión

Nubes y claros



    Uno ve el mapa meteorológico con la península cubierta por nubecillas que llueven y nievan copiosas, y se alegra de buen grado del tiempo bonancible que disfrutamos por el levante español, pero es de lamentar que los embalses del antiguo reino donde habito, vayan disminuyendo su caudal de modo alarmante. No hay modo de apacentar nubes donde uno quiere, sino que son sus oleajes caprichosos los que las distribuyen al albur por una España de muy variada hidrografía. El naranjo, el kaki, el kiwi  y otros árboles frutales menos extendidos, las necesitan


Rincón poético

RECUERDOS DE GUERRA

Yo era pequeño y me arrastró la guerra
lejos de todo, como naufrago
que arriba a solitarias
playas desconocidas y no acierta
aturdido a llorar.
Motivos no faltaban.
Se mataba a la gente
en las cunetas, cuando no
chapoteando en el viscoso barro
de las trincheras.
Escaseó el amor, la sensatez  y el pan.
Nació un mundo brutal.
Nadie creía en la bondad ni en inocencia
ni tenían cabida las maneras
correctas que volvieran confortable
el trato entre los hombres.
Muchos rezaban a escondidas,
porque creer en Dios era un delito
y una ignominia incomprensible
amar al enemigo que te mata.
Lo cuentas y te miran receloso.
Y es que Dios está lejos de los hombres
que están lejos de Dios.


(De La verdad no tiene sombra)

sábado, 9 de febrero de 2013

Envío de los discípulos a predicar

          Jesús tiene tan ocupada la agenda personal de sus actividades, que no tiene tiempo para retirarse unos instantes con sus discípulos, que llegan fatigados de sus correrías evangélicas en su primer ensayo de predicación del reino, y escucharles emocionados sus experiencias singulares.
    En vano cruza el lago rehuyendo al gentío. Al desembarcar, una multitud de gente va desorientada de aquí para allá ansiosa por escuchar su palabra salvadora y él, olvidándose de sí, se aparta de sus discípulos y atiende sus demandas compadecido, porque les ve como ovejas sin pastor.
    Darse a los demás, ser para los otros olvidado de sí, aparcándose a sí mismo,  es su norma de buen hacer.


Reflexión

Los beneficios del ascensor

    El ascensor y el monta cargas son primos hermanos, hechuras nacidas de un proyecto común, a la manera del naranjo y el limonero. Las diferencias que los determina es su finalidad, que en uno es subir personas desde una planta baja a los sucesivos pisos y en otro izar materiales, de la misma manera.
    Quien inventó el ascensor debió de ser una persona ya entrada en años, cansada de ascender penosamente por la escalera.  Todos los usan, los unos por comodidad, pero los que han ido sumando cuantiosos años y odian el incordio de los escalones, cada vez más inaccesibles, no es tanto la comodidad como la urgencia, lo que les hace bendecir medio tan cómodo de evitar la dureza de las empinadas escaleras tradicionales.
    Y no es que subir al ascensor sea todavía entrar en levitación, pero no se alarmen: los adelantos técnicos despliegan ante el hombre un futuro tan inescrutable como sorprendente; todo se andará. ¿No existen ya ensayos de un proceso que hace invisible al hombre mediante capas que lo desdibujan?


Rincón poético

   PARA VER A DIOS

Si supiera qué día y a qué hora
disfrazado de pobre, de mendigo,
en la puerta piadosa de la iglesia
o en la mía tal vez, sin ir más lejos,
la mano de Jesús pide limosna,
porque acontece
que va de puerta en puerta mendigando
el amor de los hombres que no saben
cómo amar todavía
correctamente a Dios...,
si yo supiera distinguir su mano espléndida
de la de un pordiosero, aunque no es fácil
separar la pobreza de unas manos
de la que exhiben otras,
y la emoción no me rompiera
como un grito la voz...,
si un día descubriera hasta qué punto
en cada pobre va escondido
humildemente Dios,
yo sería ese pobre que da asilo
a la pobreza de los otros.
Sé que he de desprenderme de mí mismo
antes, si verdaderamente
pretendo ver las manos del Señor.
Ayúdame, Señor, a conseguirlo.
Limpia mis ojos, que te vea.


(De La verdad o tiene sombra)

viernes, 8 de febrero de 2013

Asesinato de Juan Bautista

    Jesús es un hombre sensible y le duele la muerte de sus amigos, la de Lázaro, la de Juan Bautista.
    Cuando el poder asume atributos totalitarios como los de Herodes, la arbitrariedad no ocasiona resquemores de conciencia, y se mata caprichosamente sin ton ni son. Han pasado siglos y nos horroriza pensar que esto pudiera ocurrir en nuestras narices, pero no hay que escandalizarse, porque en el tercer mundo, tan ajetreado por las materias primas que ambicionan los países ricos, se están cometiendo crímenes horrorosos y atropellos que avergüenzan al mismo sentido común.
    El precepto de Jesús de amarse los unos a los otros, está muy lejos de entrar en el corazón humano de muchos. El uso de poder, los intereses comerciales y el dinero corrompen el corazón del hombre que no ama. Que Dios nos dé fuerza en la oración, al pedirle que el hombre empiece a reconocerse hermano de todos.


Reflexión


Los perniciosos constipados

    El invierno es el asilo incómodo de los constipados. Esos vientecillos frescos de inocente apariencia, que fluyen fáciles, ocultan su viciosa malicia Dios sabe dónde, pero la inoculan con encono en nuestro sistema respiratorio, dejándonos, como se dice vulgarmente, baldados. Desde antiguo se les ha perseguido, sin dar con la fórmula feliz que los desterrase del reino de la salud. ¿Quién no conoce los vahos de la abuela aspirados sobre una palancana de agua ardiente, donde habían hervido hojas de romero o eucalipto? ¿Quién ha olvidado los fomentos confeccionados a base de simiente de ácida mostaza para aliviar el pecho?
    Remedios caseros, pero tampoco la medicina moderna se luce demasiado con los suyos. El constipado, amigo de la gripe, es perseverante en su pernicioso incordio y cuando se instala en nuestro organismo, campa por sus respetos. 


Rincón poético

NO LE TOQUÉIS YA MÁS   


No le toquéis ya más, que así es la rosa.  J. Ramón J.

En un poema, las palabras,
como teselas de un mosaico,
crean retazos que rescatan
otra verdad, otra manera
de habitar nuestro tiempo.
No es evasión
ni búsqueda de asilo en otra parte.
Es vivir de otro modo
lo que de esta manera cotidiana
no se vive del todo.
Este mismo poema que terquea
por emerger de su crisálida,
me descubre facetas escondidas
en el diamante sin pulir, en bruto,
del transcurso corriente de los días.
El poema es entonces escalpelo
de tallar y extraer
reflejos imprevistos de la piedra.
Recitar las palabras de un poema,
exige pronunciarlo llanamente,
sin herirle siquiera
en su espontaneidad.
No alambiquéis el modo de expresarlo.
No lo toquéis ya más, que así es la rosa.


(De La verdad no tiene sombra)