El buen camino conduce al reino de Dios. El mal camino, al reino de la perversidad. El reino de Dios es el reino del amor y se opone al reino del mal, que es el reino de la intransigencia, del fanatismo, del odio.
El exorcismo con que Jesús libra de sus ataduras a los posesos, es una muestra del poder de Dios que opone los remedios de su santidad a la postración que nace del mal. La buenas obras nos santifican. Buenas obras son las que se ajustan a la divina voluntad, frente a las que quebrantan sus deseos
Reflexión
La idolatría
La idolatría consiste en sustituir el culto debido a Dios por el de ídolos que crea el hombre a su capricho. En Isaías, preferir el criterio humano, en vez de seguir el de Dios, es reputado como idolatría.
En la Sagrada Escritura, se castigaba con extrema severidad la proclamación de la idolatría en favor de practicada en cultos cananeos, donde se llegaba a ofrecer en sacrificio a sus dioses la vida de niños nocentes, para aplacar su disfavor y tenerlos propicios.
La idolatría está ahí, en la sublimación del dinero, el sexo y doctrinas insolidarias y criminales que aventa el fanatismo político y religioso.
Rincón poético
SOÑAR QUE SE SUEÑA
Quise escribir y me dormía,
quise leer, quise mirar por la ventana,
y me dormía. Quise
dormir, echado
a la sombra dorada de un almiar
y desperté de pronto,
y es que estaba dormido
y en sueños ocurrió que me dormía
y que quise escribir, pero no pude,
y leer y ser bueno y no tener
que dormirme otra vez
bajo la oscura fronda de otro sueño.
Dentro de un libro, otro relato
nos narra sus sucesos.
Se sueña así que sueñas y es preciso
despertar de manera sucesiva
desde un sueño a otro sueño,
como quien sube una escalera
de peldaño a peldaño.
No es que a un tiempo se duerma así dos veces;
es que hay quien duerme así despierto.
(De La verdad tiene sombra)
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