Una gárgola, en lenguaje llano, es un caño que vierte las aguas de un tejado, más allá del muro del edificio al que pertenece.
Las gárgolas sobresalen del borde de los tejados en las iglesias y edificios más o menos nobles, convenientemente adornadas con muestras del estilo correspondiente al templo o caso solariega, gótico en nuestro caso. Suelen adoptar formas fantásticas de animales fabulosos, cuya boca escupe el agua lejos del edificio. Su finalidad es, pues, protectora.
En nuestra iglesia quedan situadas a ambos lados de los estribos que refuerzan el ábside del templo, y de un conjunto de diez, la mayoría han quedado desfiguradas por la dejadez que sufre la iglesia durante al exclaustración y el deterioro anejo a la violencia de la guerra civil.
La función de las gárgolas es semejante a la que prestan los extremados aleros de los tejados aragoneses, que además de proteger los muros del edificio, salvan a la gente de la lluvia o la nieve.
Las gárgolas sobresalen del borde de los tejados en las iglesias y edificios más o menos nobles, convenientemente adornadas con muestras del estilo correspondiente al templo o caso solariega, gótico en nuestro caso. Suelen adoptar formas fantásticas de animales fabulosos, cuya boca escupe el agua lejos del edificio. Su finalidad es, pues, protectora.
En nuestra iglesia quedan situadas a ambos lados de los estribos que refuerzan el ábside del templo, y de un conjunto de diez, la mayoría han quedado desfiguradas por la dejadez que sufre la iglesia durante al exclaustración y el deterioro anejo a la violencia de la guerra civil.
La función de las gárgolas es semejante a la que prestan los extremados aleros de los tejados aragoneses, que además de proteger los muros del edificio, salvan a la gente de la lluvia o la nieve.
No hay comentarios:
Publicar un comentario