La esperanza es el imperdible de los desarrapados, y Teruel lo es. Es pobre de expectativas toda ciudad que carece de fáciles comunicaciones. Teruel queda rezagada a la mala sombra de las capitales pobres en comunicaciones imprescindibles con el resto de capitales y sobre todo con Madrid. No nos engañemos: Teruel es pequeña y carece de peso específico. Toda su esperanza de mejoras no van más allá de promesas electorales que son la sequía de toda esperanza firme.
Ahora los cantos de sirena vuelven a prometer que, una vez más, se hará un estudio ambiental previo, el segundo, de la A40, la supuesta autopista que abriría Teruel hacia Cuenca y el sur, y se pide que igualmente se lleve a cabo la prometida o mentida de Monreal a Alcolea, que nos acercaría un poco más a ese lejano Madrid, capital de España.
Con los hermanos Grim soñábamos mejor, ya que no pasan de ser señuelos para incautos en tiempos preelectorales, pero la esperanza de los pobres se nutre de las migajas que caen de la mesa electoral de quienes disponen y mandan.
Por no ser menos, mi primo promete que, en su día, si sale elegido, hará navegables las lagunas de Gallocanta.
sandelisal.- !qué tu primo se presente a las próximas elecciones!,con esa promesa le auguro un rotundo éxito.En serio, tienes toda la razón, se rien de nosotros cada 4 años y son tan listos que caemos en su trampa, pero, ¿qué hacemos?. ENHORABUENA.
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