domingo, 17 de abril de 2011

¡Hosanna!

       Según nos enseñan los exégetas, sabedores de las entrañas del lenguaje bíblico, que son los que nos interpretan las honduras del texto sagrado, la entrada humildemente triunfal de Jesús en Jerusalén escenifica unos versículos que trae el salmo 118, 21-26, donde se proclama: “Yhavé, salva por favor; Yhavé, danos éxito, por favor. Bendito el que viene en nombre de Yhavé”.

El texto interpreta, además de la profecía de Zacarías sobre la entrada en Jerusalén del rey humilde,  el término exclamativo hosanna, proveniente de hoshianna, que quiere decir, como hemos apuntado,:Señor Dios, salvanos,  por favor. Al tratarse de una exclamación de uso común en el contexto histórico del momento, el lenguaje evangélico lo ha conservado con fidedigna fidelidad.

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