lunes, 26 de diciembre de 2011

San Esteban

En el calendario litúrgico, el Niño no viene solo: le acompañan en días sucesivos san Esteban, san Juan y los santos Inocentes. De algún modo, la cruz empieza a perfilarse ya en las pajas y el rechazo de la gente. La sombra de la cruz es alargada también. Y a la sombra de esa cruz, nace a la vida eterna de la santidad el primer testigo de nuestra fe, san Esteban; el primero en bautizarse en su propia sangre unida a la del Maestro. No podría recrearse bien el ambiente de la primitiva Iglesia si arrancamos de los Hechos esa página testimonial de su fe. Para aquellos primeros cristianos, Esteban fue el modelo ejemplar, la prueba de que las palabras de Jesús empezaban a cumplirse: Os azotarán, y por mi causa seréis conducidos ante los gobernadores. La persecución ha sido una constante en la vida de la Iglesia. Y en el momento en que Mateo escribe estas palabras, le sobran ya testimonios de esa evidencia, porque la persecución no cesa de azotar con fuerza a las comunidades cristianas. Todo hombre que proclame la realidad del Reino, tiene que estar dispuesto a afrontar la contestación, y mientras haya quien persiga a la Iglesia, la palabra de Cristo brillará más luminosa y la sangre de la persecución fecundará a la Iglesia. Hemos de acreditar nuestra fe con la valentía que nos inculcan nuestros modelos. Con nuestro testimonio demostraremos que las palabras de Cristo no pasarán.

Reflexión: La fragancia del azahar

La Ribera es una extensa comarca valenciana, famosa por la calidad de la naranja. Su cultivo, casi exclusivo, durante largas épocas rivalizó con la obtención de la seda. Desde cualquiera de los montes vecinos que la circundan, puede contemplarse un panorama verde que monopoliza el naranjo. Sus árboles de un verde intenso forman un enramado que el rico peso de la fruta hace descender hasta el suelo, lo que impide el uso oportuno de rodrigones. Y hay un momento destacable en el ciclo anual de su evolución, el esplendor de su floración, su fragancia. El aroma del azahar inunda entonces el ambiente primaveral, entrándose de rondón en sus poblados y mansiones. Respirar comporta aspirar conjuntamente el exquisito beneficio de sus fragancia omnipresente e innumerable. Hay acontecimientos naturales que concitan la afluencia de curiosos deseosos de conocer el fenómeno, las fumarolas del norte, la floración japonesa de los cerezos, la fantasía imposible de la aurora boreal, el alfombrado extenso del azafrán en Toledo, la vistosa contemplación alpina del edelweiss.... ¿Por qué no la aromática floración blanca del azahar en la Ribera?

Rincón poético:

SI NO HAY POSADA


Si no hay posada en Belén,

caben juntos en la mía
holgadamente, mi Dios,
el Niño, José y María.

Sé bien lo dificultoso
que es caminar. Noche y día,
sin encontrar ni un pretil
donde apoyar la fatiga.

El corazón de los hombres
en ocasiones olvida

que es el amor el que alumbra
el manantial de la vida.

Muy poco sabe de amor
quien lo esconde y no lo cuida,
sin calcular cuánto mata
cuando lo maltrata y pisa.

Yo tengo la puerta abierta,
la casa siempre encendida,
leña al fuego, mesa puesta,

por si alguien lo necesita.

Si no hay posada en Belén,
caben juntos en la mía
holgadamente, mi Dios,
el Niño, José y María.


(De Poemas para andar por casa)

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