Son los momentos iniciales de la vida pública de Jesús y va reclutando discípulos que han de acompañarlo de por vida. Natanael, como los que le han precedido en esta elección, ven en Jesús al mesías prometido. A lo largo del evangelio se le irán acercando personas que recurren con fe a pedir remedio a sus males y lo invocarán como el mesías descendiente de David. Sólo sus discípulos llegarán a percatarse además de que su origen es divino.
Jesús es el mesías prometido, Hijo de Dios. Así lo confesará Pedro por vez primera en Cesarea y luego sus discípulos todos, con motivo del hecho de Jesús andando sobre las aguas, e incluso Marta, al ver de nuevo vivo a su hermano.
En el evangelio de Juan, la comunidad que viene viviendo a Jesús durante sucesivas dédacas, habla de Jesús con el lenguaje de sus vivencias. Está acostumbrada a ver y vivir el misterio de Jesús en calidad de Hijo de Dios, como en el pasaje de la elección de Natanael, expuesto con el lenguaje de la comunidad de Juan.
Jesús es Cristo, el Hijo de Dios, que con el precio de su sangre y posterior resurrección, nos ha hecho a nosotros hermanos suyos e hijos de Dios.
Reflexión: Dudoso año nuevo
Lo peor de una recesión económica como ésta que afecta a todos, empobreciéndonos cada día un poco más, no es la dificultad de detener el desgaste sucesivo de los resortes imprescindibles para activar la necesaria recuperación. Lo peor es que la gente se siente impotente; no puede hacer nada para contribuir a las mejoras que exige dicha reactivación. Y todavía queda la duda de si hay alguien que tenga la clave de la necesaria solución. Es como si un volcán estuviera despidiendo ardientes cenizas áridas sobre toda la isla y no existiera cobijo alguno donde guarecerse de la lluvia de fuego. Hay como una común decepción y abatimiento generalizados, que inducen a poner las menguadas y decaídas esperanzas en políticos y expertos, cuya credibilidad no resulta muy alentadora.
Han aparecido economistas por todas partes que nos auguran un porvenir nada halagüeño. Y la actitud resultante en que desemboca este desastre, es la dolorosa resignación de quien busca y no encuentra ese trabajo que proporcione los inevitables ingresos que permitan vivir. Simplemente eso, vivir. Mal momento para felicitar a nadie, en gracia de un año nuevo que hemos comenzado incluso con desgana, y que tiene más de roto y desvencijado que de flamante y nuevo. La aciaga proyección de futuro que nos presentan va para largo, si Dios no lo remedia.
Rincón poético
NO LOS VEREDES
A la vuelta de la esquina
están los reyes;
si no tienes fe en ellos,
no los veredes.
Piensa tú en cuántas cosas
fútiles crees,
pero no te preocupan,
indiferente;
arenas movedizas,
tus pasos hienden,
por más que no te plazcan,
porque presientes
que no son tus verdades
firmes ni fieles.
La fe enseña misterios
que no mereces.
No los verán los ojos
de quien no cree.
A la vuelta de poco,
los magos vienen;
si no tienes fe en ellos,
no los veredes.
(De Poemas para andar por casa)
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