viernes, 6 de enero de 2012

Los reyes magos



La fiesta de la epifanía es una manifestación de la acogida universal dada a Dios hecho hombre, simbolizada en la adoración del Hijo, por personas representativas de diferentes razas, porque como dice san Pablo, también los gentiles son coherederos y participan de la misma promesa de Cristo.
En Isaías se dice dónde nacerá el mesías y nosotros sabemos que ante todo puede nacer en todos y cada uno de nosotros, merced al Espíritu de Dios. Todo el que cree, ha nacido de Dios, dice Jesús en el evangelio de san Juan.
Dos son los cometidos que deben ocupar entonces las ilusiones de todo cristiano: ser buscadores de Dios hasta saber en todo momento dónde está, de lo contrario difícilmente podremos llenarnos de la luz de su vida, para ser estrellas que marquen a otros por dónde se va hasta él.
Pablo, igualmente, dice que somos textos vivos que podemos revelar a Jesús, indicando dónde nace, cómo es y qué hizo por nosotros, para lo que hemos de convertir nuestra vida en manifestación y testimonio visible de Cristo ante el mundo; ser estrellas cuya luz encamine a los demás. ¿No decía Jesús a sus discípulos que debían ser luz que iluminase a este mundo desde la ejemplaridad de sus vidas?


Reflexión: El grato beneficio del regalo

La generosidad de los reyes magos para con el Niño Jesús, ha inspirado este otro lado de la fiesta, dedicado a agasajar a los niños y al paso los que ya no lo son. El regalo tiene el aspecto festivo de quien, por semejanza con el hecho maravilloso de Belén, lo conmemora creando alegría y satisfacción en su entorno, y de otro lado, el de la sorpresa de quien se ve regalado imprevistamente con lo que no esperaba o no llegaba a intuir.
Malos tiempos para regalar, pero el cariño que nos inspira siempre el niño, salva obstáculos incluso económicos para la obtención del agasajo pertinente.
Los regalos que se le hacen a Jesús son más significativos que valiosos. Demos significado a los nuestros, el significado del cariño, el significado de la sana convivencia, el de saber sembrar alegría en nuestro entorno. Cuando los precios convencionales de las cosas lo marcan los intereses económicos, el supremo valor de las cosas lo pone el corazón. Las cosas son mostrencas de suyo.


Rincón poético

LOS REYES MAGOS

Los reyes le traen al Niño
una estrella; leche y miel,
los pastores; y a la Virgen
un espejo y un corsé.
¿Qué le traen
a José?

Los reyes sacan de un cofre
oro, mira, incienso. ¿Qué
le han dejado a María?
¿Qué le traen
a José?

A la Virgen, una burra
para que no vaya a pie.
Al Niño una cruz de plata.
¿Qué le traen
a José?

Dios le regala a María,
para que la cuide fiel
y, a él sujeto, ha de llevar
al Niño siempre con él.
¡Qué contento,
que contento está José!

(De Poemas para andar por casa)

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