miércoles, 25 de enero de 2012

Parábola de la simiente

El mejor o peor acomodo de la simiente de que habla la parábola, depende del estado del terreno en que cae, del camino, donde picotean los pájaros, del terreno pedregoso, sin tierra, y no arraiga, de las zarzas que la ahogan, y de la tierra fértil, donde crece y dará abundante fruto.
La simiente es la palabra; y las diversas clases de tierra, la disposición del corazón humano a recibirla en nosotros. Sólo un corazón bien dispuesto, dará todo el fruto que esa simiente puede dar de sí, el primero de ellos la fe.
¿Qué es lo que hace improductiva la palabra de Dios? Tener un corazón superficial, a merced de las seducciones del diablo; carecer de constancia; de la tierra pedregosa, que ante la persecución, asusta e induce al abandono; y finalmente, las zarzas con que significan las riquezas y otros atractivos del mundo, que preferimos al don revelador de la palabra divina.
Que Jesús siembre, al mrnos, en nosotros el atractivo de las cosas de Dios.


Reflexión: El tiempo en los relatos evangélicos

La acción discurre en todo relato entre las coordinadas de espacio y tiempo. La temporalidad evangélica suele presentar los hechos de manera juxtapuesta, atendiendo más al sentido teológico que al desarrollo del discurso activo.
La temporalidad evangélica no se atiene entonces a la normativa literaria del relato normal y corriente. Y así, en san Juan el tiempo cobra a veces valores trascendentes, simbolizando en la semana la nueva creación del hombre; y otras veces, desde concepciones opuestas de la observancia del sábado, confronta la acción de la gente frente a la de Jesús, de modo que mientras él cura en la sinagoga y a la suegra de Pedro e su casa, sólo cuando vence el día, la gente lleva sus enfermosa a que los cure Jesús, ya que en ese momento, según el cómputo judío, concluye el sábado y comienza un nuevo día.
Hay en ciertas ocasiones, yuxtapuestos por confrontación, el tiempo de la enseñanza de Jesús, y en un segundo plano, la intriga de sus maquinadores adversarios, en un mismo lapso de tiempo.
Subjetivamente, el tiempo puede tener singular importancia para sólo una persona, como ocurre con Juan, que recordará como decisivas en su vida las cuatro de la tarde del día en que conoció al Mesías. Tiene en este caso, de modo singular, carácter sentimental.
El evangelio, a un cristiano, ofrece valores espirituales que lo trascienden todo, y desde ese punto de vista, el evangelio es intemporal. Importa poco que a los hechos los encadene el hilo progresivo de las temporalidad o no. Su contenido es para siempre.


Rincón poético

AMOR DE DIOS

Dios es amor, no lo dudes.
Su misma vida es amor.
Los demás amamos; él
nos ama porque es amor.
Desde que nace le enseñan
a amarnos, porque es amor,
Contra él, ya siempre, se ensaña
el odio, porque es amor

Y en la cruz le arrebataron
la vida, porque es amor.
Por ser amor le mataron
y a cambio él les perdonó.
No pudo obrar de otro modo
ya entonces, porque es amor.
Por amor sigue absolviéndonos
su mano, porque es amor.
No puede, aunque lo pretenda,
no amarnos, porque es amor,

Porque eres amor, nosotros

tatuamos el corazón
con una frase que dice
que sólo tu eres amor.
Porque eres amor te amamos
ardientemente, Señor.

(De Invitación al gozo)

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