jueves, 19 de abril de 2012

Testimonio del que viene de arriba

Jesús, tan remiso en el evangelio de Marcos en hablar de sí, insiste en Juan en revelarnos su propia condición, a la luz de la Pascua. Es un recurso para reflexionar sobre un tema de manera cíclica, volviendo una y otra vez sobre lo mismo, dando vueltas sobre una misma cosa como en círculos concéntricos, para que ese tema vaya madurando. Aquí contrapone el que viene de arriba, al que es de la tierra, para anunciar que sólo el que viene de arriba puede dar testimonio de las cosas de Dios. E igualmente, quedan enfrentados el que cree ese testimonio suyo y el que no lo cree.
-El que cree, dice, tiene asegurada la vida eterna; el que no, se está condenando ya. Quien cree, vive ya la vida de Dios, y al revés, quien no cree, está muerto.
La fe, como la vida, para que crezca, hay que alimentarla. Conviene entonces examinar de vez en cuando el grado de crecimiento de nuestra fe, no sea que estemos detenidos en mitad del camino como piedras. Crece quien vive a Cristo, identificado con la verdad de sus palabras.

Reflexión: MENSAJE

Mensaje del Superior Provincial de la India de los Franciscanos.

Reenvío esta información del Superior Provincial de los Franciscanos de la OFM (Orden de Frailes Menores) , en la India :
"Rezad por la Iglesia de la India. Extremistas budistas, en la India han prendido fuego a 20 iglesias en la noche pasada. Esta tarde han planificado destruir 200 iglesias en la provincia de Olisabang. Tienen intención de matar a 200 misioneros en las próximas 24 horas. En este momento todos los cristianos se están escondiendo en las aldeas. Rezad por ellos y enviad este mail a todos los cristianos que conocéis. Pedid a Dios que tenga piedad de nuestros hermanos y hermanas de la India. Cuando recibáis este mensaje, os ruego enviarlo con urgencia a otras personas. Rezar por ellos a nuestro omnipotente y victorioso Señor".



Rincón poético

ESPERANDO

Espero en ti, Señor, y al advertir
de cómo te me acerca la esperanza,
florece en mi la luz de tu presencia,
un anticipo de tu gloria santa.
Te espero manteniendo bien despierta
la fe, esta confidente que me explica
quién eres y qué exiges. No me pidas
que mantenga encendido el corazón.
No lo tengo; lo tienes tú, Dios mío.
Te lo di para que ames
con él a quines sabes
que no te aman a ti.
No tengo corazón desde aquel día
y uso el que tienes tú
para que te amen los demás.
Si al fin me lo devuelves,
dámelo no tan destrozado
como yo te lo di.

(De Invitación al gozo)

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