sábado, 21 de septiembre de 2013

Mateo


El alma de toda vocación es la decisión. Decisión por parte de quien llama y decisión por parte del que atiende esa llamada. Jesús dice a Mateo que lo siga, casi imperiosamente, es decir, decididamente, y el lo deja todo sin dudar, es decir, con decisión, y se compromete a seguirle, celebrándolo como un hecho memorable de su vida.

Mateo es uno de los apóstoles de Jesús, a quien elige a sabiendas de lo que supone vivir en compañía de un publicano, un recaudador de impuestos considerado pecador por la gente, ya que se servían de su oficio para enriquecerse.
También a nosotros nos dice una y otra vez que le sigamos, que nos convirtamos cada día a una vida más ajustada a los valores del evangelio, mediante el Espíritu de Dios que nos impulsa con su gracia a dar una respuesta adecuada a sus urgencias. Hagamos  efectiva, cada día, la gracia del llamamiento que nos hizo Dios

Reflexión

Las viudas en la Iglesia primitiva

Quien tenga presente la ley del levirato, concluirá que el trato recibido por las vidas sin hijos, era denigrate. Jesús siente amorosa compasión por las viudas en general, que convierte a veces en mujeres ejemplares, de lo que tomo buena nota la Iglesia primitiva al traducir tan digna conducta en un trato caritativo y fraterno para con ellas, organizando los servicios que hay que prestarles, muy en contraste con  la cerrada mentalidad judía.

Rincón poético


   LOS TALENTOS


No sé si he conseguido
obtener, laborioso,
opimo fruto, Señor mío,
de la semilla misteriosa
que pusiste en mis manos.
El trigo de tu pan tiene nevado
el corazón, rubios los ojos.
Agacha el viento las espigas
y mueve extenso el oleaje
de la encendida mies que el sol relame.
Tus hoces darán cuenta
de su feracidad y tus pisadas
conculcarán el fuego de la espiga.
Tuya es la infinitud
del campo y la cosecha.
No te olvides, mi Dios, de convidarme
al pan y vino de tu mesa.

(De El espejo de Dios)

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