domingo, 7 de agosto de 2011

Dios pasa como la brisa

Pasa ante Elías un viento huracanado que sacude y troncha los árboles, un terremoto estrepitoso después, y una oleada de fuego devastador, y allí no estaba Dios. Se oye luego algo así como el lento paso de una brisa casi imperceptible. Allí estaba Dios.

Cuando Dios pasa ante el hombre, lo hace con pies de seda. Está, pero no se deja percibir si antes no hemos desarrollado en nosotros el sentido de lo maravilloso.
Algo así debió ocurrirles a los discípulos de Jesús en el lago de Galilea. Llega andando sobre las aguas y ellos, aterrados, no acaban de reconocerlo, y gritan desaforados hasta que les calma la voz tranquilizadora del Señor.

Dios, dueño y señor del tiempo, suele conducir los acontecimientos de la historia con la suavidad de la brisa; y su acción sigue siendo imperceptible para la mayoría de la gente.
¿Cuál es la clave para percibirlo? El mismo hecho de su presencia oculta. No se le ve con los ojos de la cara. Es la fe la que le presiente. A Dios no se le ve; se le entrevé, se le vislumbra, cuando a la fe acompaña la oración, que es su luz esclarecedora. Las adversidades que nos salen al camino, vienen envueltas siempre de una tenue brisa con que nos acompaña Dios. Todo lo que hemos de hacer es volver los ojos a él, para que nos los abra eficazmente a la evidencia de su presencia, necesaria y provechosa.

Reflexión: Diluvios y sequías

Nada más irregular que el reparto de la lluvia de continente en continente. Mientras en ciertas latitudes el agua torrencial arrasa poblaciones y cultivos anegados por imparables avenidas de aguas, en otros puntos del globo la gente agoniza de sed y hambre, porque la sequía les ha negado los productos del campo con que satisfacer sus necesidades más perentorias. No falta agua; falta que llueva de más repartida manera. Y un día, donde hoy no llueve, lloverá de tan copiosa manera, que los estragos no desmerecerán de los que ahora ocasiona la ausencia de nubes generosas. La naturaleza es azarosa y no entiende de justicias distributivas.

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