En los diálogos de Jesús con la gente, en san Juan, aparecen siempre dos lenguajes en pugna, el lenguaje corriente de la calle que habla la gente, carente de toda elevación, y el lenguaje simbólico y trascendente de Jesús, lleno de sentido. Y en esa confrontación de puntos de vista sobre una misma cosa, no es fácil armonizar pareceres. Para unos significa una cosa, para él, otra diferente.
Jesús habla de la libertad del espíritu, lejos de la tiranía de la injusticia y el pecado, y sus oyentes piensan en la libertad que resulta de no estar uno sujeto al yugo de la esclavitud. Su libertad está fundada en el amor a Dios, frente a la frialdad del amor propio y los vicios que hacen esclavos; porque, sin amor, carecemos de su fuerza para librarnos de la esclavitud de las pasiones.
Están, pues, los que aman y los que se aman. A unos el amor les hace generosos y pone al servicio del hombre, a la manera de Jesús, y Dios los reconoce como suyos; otros se aman a sí mismos y anteponen sus prejuicios ciegos y sus propios criterios, cómplices de su propia opresión.
Reflexión: El ruido y la naturaleza
Las sucesivas adquisiciones del conocimiento humano llegan a sorprender a los más avisados. Se sabía que la contaminación acústica producida por el hombre, infería daños cuantiosos en la naturaleza y de modo muy especial los petardos y el tráfico cambiaban las pautas de conducta de los seres naturales. Ahora se ha sabido que la estridencia de nuestros ruidos afecta al pino piñonero, de modo que los aspersores de semilla de sus compactas piñas, al abrirse, lanzan los piñones a zonas donde el ruido afecte menos, como contramedida que orille el impacto dañino de nuestra indiferencia hacia ese entorno del que dependemos y que descuidamos. La naturaleza toma oportunas medidas protectoras de su pervivencia y se rebela contra el hombre.
Rincón poético
SOÑANDO TODAVÍA
De niño soñé un tambor,
ya joven soñé una rosa
y luego seguí soñando
caricias y mariposas.
Si los sueños sueños son
y a menudo no reposa
quien sueña, más de una noche,
pesadillas horrorosas,
hoy sueño vivir, que es tarde
para soñar tantas cosas.
Al igual que un brujo, el sueño
los mitos de siempre innova.
Cabalgas sobre la luna,
vuelas como una milocha,
llenas el cielo de peces
con un pincel y una brocha,
sueñas, en fin, que no vives
la vida de las personas.
Hoy quiero vivir, que es tarde
para soñar tantas cosas.
(De Invitación al gozo)
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