martes, 30 de marzo de 2010

El Cristo de San Damián


Uno de mis últimos "posts" ha sugerido a nuestra amable lectora Cheli un comentario referido al Cristo de San Damián, y da por supuesto que he de conocerlo. Así es efectivamente. Y aclaro que además he tenido la suerte de meditar en su sentido salvador y su trascendencia en la historia del franciscanismo, arrodillado a sus pies, en Asís.
Se trata de una imagen de estilo románico que inspira a Francisco de Asís su vocación particular y le mueve a “reparar su Iglesia”, insinuación determinante cuyo sentido exacto tardaría un tanto en desvelar el santo.
Sí. Es un cristo bellísimo de grandes ojos abiertos, mientras resucita, aún sujeto por los clavos, y como cobijando a los suyos más fieles. Sobre la cruz, en un pequeño espacio explicativo, Jesús asciende al Padre, cuya mano creadora se extiende sobre la totalidad del misterio de su sangre redentora.
Se comprende entonces que el de San Damián sea el Cristo por excelencia en el corazón y en el mundo de la espiritualidad franciscana.

1 comentario:

  1. Soy terciaria franciscana, aunque ahora estoy un poco desconectada por circunstancias de la vida. En nuestra revista Huellas Franciscanas, publiqué un articulo dedicado al Cristo de San Damián. Tengo una imagen grande encima de mi cama,y no había reparado en tanta belleza. Un día la bajé, miré sus grandes ojos y me cautivaron, me fijé detalladamente en cada uno de los personajes que acompañan al Cristo. Cómo usted dice, es un Cristo bellisimo. ¡ Oh alto y glorioso Dios ...!

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