La creación y montaje de belenes es una actividad espontánea a la que, para estas fiestas, se dedican niños y mayores. Hay quienes logran tal experiencia en su realización, que sus pequeñas obras de arte, las más de las veces efímeras, otras ya estables, llaman en ocasiones la atención de los medios de comunicación, ya, por sus dimensiones, ya por la naturalidad que les confiere el uso de mecanismos con que se dota de movimiento a sus figuras: los ríos llevan agua, nieva en la cumbre de un monte, el molino mueve sus aspas, el herrero golpea el yunque con un martillo, un tren anacrónico, de los de carbón, recorre ruidoso el paisaje pitando mientra atraviesa puentes y un túnel renegrido por un humo misterioso que no se ve...
En Teruel hay varios que merecen la atención de una visita con los niños. Sobresale el del convento, por su espectacularidad, que ofrece un recorrido didáctico completo por los misterios de la navidad, desde la Anunciación hasta la adoración de los Magos.
Es el atractivo de la navidad interpretada ingenuamente por la magia de los belenistas. Al fin, es un Niño el que nos nace en las pajas de ese pesebre consabido del buey y la burra.
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