Dios no es Dios de muertos, sino de vivos. Es una bella premisa que usa Jesús para probar que los muertos resucitan, contrariando a los saduceos, terratenientes y sumos sacerdotes, a quienes, por su libertad y vida despreocupada, les interesaba más que no hubiera ni un escalón entre cielo y tierra. Afianzaban su parecer alegando que Moisés nada había dicho al respecto. Figuraba en los profetas, que borraban de la historia sin pestañear. Luego, más allá de la vida, sólo quedaba la oscuridad infinita de la muerte. Afortunadamente, Jesús es la luz que nos esclarece lo que algunos, entenebrecidos y emboscados en sus intereses, no quieren ver.
Conexión: La justicia de Dios en el AT.
La justicia es un don de Dios, su invento del amor como expresión de su ser. La justicia de Dios es la armonía de todo con él. Creando, comprobaba hasta qué punto las cosas guardaran el equilibrio entre Dios y sus criaturas, sobre todo con el hombre, que es quien desbarra e introduce la injusticia en el mundo al romper esa necesaria armonía ordenadora del mundo.
No estar a buenas con Dios que nos da el ser, rompe el orden que el amor agradecido exige de un ser inteligente. Toda injusticia es pecado y olvido de sus deseos. Volver a la senda del buen orden es tanto como restañar esa herida inferida en el corazón divino, dispuestos a hacer siempre su voluntad, que es ajustar nuestra vida a sus deseos, hacer justicia. De ahí que llamemos justo al que cumple los mandamientos.
Rincón poético
VILEZA EN LA SANGRE
La sangre tiene a veces
tan crispados los ojos y las manos,
que hiere el corazón
ásperamente con sus araños.
La llave del perdón no encuentra en él
el ojo de la puerta. ¿Cómo y cuándo,
si está arando la carne de los otros
con la reja del odio entre sus manos?
El perdón es palabra que no dice
quien no quiere ser nunca perdonado.
Siempre fue la perversidad
el gozo inmarcesible del malvado.
Existe el gozo de la crueldad,
su regocijo redomado.
Es la frondosidad arisca entre la mies
de la agresiva condición del cardo.
La cólera es alcohol junto a llama,
serpiente sigilosa entre unos cantos.
Su sangre es negra y va a tentones
como botella de borracho,
en medio de la noche, casi ciego,
siempre alegre, cantando.
¿Cómo purificar la sangre oscura
del que se precia de no ser humano?
(De Paseando mis sueños)
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